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PT-91 polaco con cañón destruido, sucedió durante los ejercicios de la OTAN en Letonia en 2020, probablemente fue causado por barro en el cañón...
 

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Un soldado finlandés se dopó con metanfetamina y huyó esquiando del Ejército ruso
Autor Oriol Torrelles

El episodio histórico ocurrió en 1944 y Aimo Koivunen recorrió esquiando 450 kilómetros tras tomarse el frasco de pastilla de todo su pelotón.

Son aproximadamente las 10 de la mañana del 18 de marzo de 1944, en plena Segunda Guerra Mundial. Una patrulla de esquí finlandesa avanza lentamente esquiando con la nieve hasta las rodillas. Los soldados están completamente agotados: Llevan dos días de marcha y se han adentrado detrás de las líneas rusas.

La temperatura es de 15 grados bajo cero y todavía bajará más cuando se ponga el sol. El pelotón decide tomarse un pequeño descanso para descongelar sus manos en un pequeño fuego y tal vez dormir un poco.

Los que no saben es que el enemigo les está acechando y les ha tendido una emboscada. Entonces empiezan a llover las balas y los soldados finlandeses deben levantar el campamento y salir huyendo. Se calzan los esquís y buscan refugio en el bosque.


Soldados fineses con sus esquís detrás, en combate durante la Guerra de Invierno. Foto: Wikimedia Commons


Pero los soldados les persiguen y no hay duda de que les darán caza: están más descansados, van bien armados, les superan en número y llevan equipos para la nieve. La única opción es salir "pitando".

Y entonces ocurre; aún en las profundidades del territorio enemigo y sintiéndose exhausto, el soldado finlandés Aimo Koivunen, de 27 años, recordó que el teniente le había confiado el suministro de unidades de Pervitin (también conocido como metanfetamina) de grado militar.

Llevaba todo el suministro de la tropa de la píldora mágica para el estado de alerta, ampliamente utilizada por los soldados alemanes para mantenerse despiertos y funcionar mejor en condiciones extremas.

Básicamente, se trata de metanfetamina cristalina en forma de pequeñas píldoras blancas redondas.

El frasco de pastillas estaba en el bolsillo delantero de su chaqueta e intento sacar una -la dosis segura de Pervitin al día-, pero con las manoplas le fue imposible y se tragó 30 a la vez, sin agua.


Distintas formas de presentación de Pervitin (tabletas, inyectables…). Foto: Wikimedia Commons

El resultado fue como Popeye comiendo una gran lata de espinacas: Su energía pronto se incrementó y Aimo Koivunen, empezó a abrir camino a través de la nieve liderando a la tropa sin más problemas.

Pero cuando las píldoras realmente hicieron efecto, comenzó a nublarse el paisaje y comenzó a entrar y a sufrir paranoias.

Su último pensamiento racional antes de desmayarse fue que había cometido un gran error. Lo siguiente que recuerda es que estaba a 100 kilómetros de distancia, no tenía municiones, ni comida, y completamente solo.


Aimo Koivunen. Foto: Wikimedia Commons

Koivunen, que todavía tenía mucha energía, se levantó y empezó a esquiar solo por el bosque. La droga había matado su apetito, lo cual fue una suerte dada la falta de comida. Durante los siguientes días, sobrevivió comiendo brotes de pino y un pequeño arrendajo siberiano que logró atrapar, completamente crudo.

Al final logró escapar de las tropas rusas que lo perseguían, pero pisó una mina que le hizo estallar el pie derecho. Se quedó allí, delirando y desmayándose de vez en cuando, antes de darse cuenta de que no venía ayuda. Su determinación y las cantidades alarmantes de metanfetamina en su sistema, lo sacaron de la zanja y evitaron su congelación.

Para cuando lo encontró un destacamento de soldados finlandeses, había esquiado 400 kilómetros. En el hospital finlandés al que le trasladaron, encontraron que su frecuencia cardíaca era muy alta - 200 latidos por minuto- y pesaba solo 43 kilogramos.


Sorprendentemente, Aimo Koivunen no solo sobrevivió a la terrible experiencia, sino que vivió hasta 1989, todavía incapaz de recordar cómo perdió a toda su tropa mientras esquiaba por el bosque a gran velocidad.

 
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