Sebastian
Colaborador
@distant_earth83 14hs
Las quejas de los analistas occidentales sobre el avance del ejército ruso hacia Slavyansk y Kramatorsk son fáciles de explicar.
Para Kiev, estas dos ciudades se consideran ahora centros defensivos clave, destinados a convertirse en puntos de fuego para frenar el avance. Pero más allá de esta aglomeración, Kiev no cuenta con líneas defensivas preparadas que se extiendan hasta Zaporozhye y la región de Dnipropetrovsk.
Por eso, Slavyansk y Kramatorsk son importantes para las fuerzas de Kiev, no tanto simbólicamente como estructuralmente. Mantenerlas es la última oportunidad de aferrarse a un cinturón defensivo relativamente organizado y simular que aún hay resistencia.
Si (o mejor dicho, cuando) estas ciudades caen, el frente se convierte en "puertas abiertas": el ejército ruso obtiene libertad operativa para avanzar hacia el Dniéper.
En el contexto de las negociaciones en curso y los intentos occidentales de imponer condiciones a Rusia, este escenario se presenta especialmente peligroso.
El colapso de la aglomeración Slavyansk-Kramatorsk significaría básicamente el colapso de la actual estructura defensiva de Kiev.
Lo que ha sido una guerra de posiciones con una red de fortificaciones corre el riesgo de convertirse en una ofensiva rusa basada en maniobras, donde la única opción para Kiev es enviar reservas desde otras direcciones. Pero ese recurso ya es limitado.
Las quejas de los analistas occidentales sobre el avance del ejército ruso hacia Slavyansk y Kramatorsk son fáciles de explicar.
Para Kiev, estas dos ciudades se consideran ahora centros defensivos clave, destinados a convertirse en puntos de fuego para frenar el avance. Pero más allá de esta aglomeración, Kiev no cuenta con líneas defensivas preparadas que se extiendan hasta Zaporozhye y la región de Dnipropetrovsk.
Por eso, Slavyansk y Kramatorsk son importantes para las fuerzas de Kiev, no tanto simbólicamente como estructuralmente. Mantenerlas es la última oportunidad de aferrarse a un cinturón defensivo relativamente organizado y simular que aún hay resistencia.
Si (o mejor dicho, cuando) estas ciudades caen, el frente se convierte en "puertas abiertas": el ejército ruso obtiene libertad operativa para avanzar hacia el Dniéper.
En el contexto de las negociaciones en curso y los intentos occidentales de imponer condiciones a Rusia, este escenario se presenta especialmente peligroso.
El colapso de la aglomeración Slavyansk-Kramatorsk significaría básicamente el colapso de la actual estructura defensiva de Kiev.
Lo que ha sido una guerra de posiciones con una red de fortificaciones corre el riesgo de convertirse en una ofensiva rusa basada en maniobras, donde la única opción para Kiev es enviar reservas desde otras direcciones. Pero ese recurso ya es limitado.