Respecto a la ofensiva rusa en Kursk, uno de los componentes más destacados es la Operación del Tubo.
Según cuenta las crónicas oficialistas, dicha planificación y todo lo vinculado comenzó, cuanto menos, tres semanas antes de entrar en acción. Más de tres semanas antes del día D.
Luego, la decisión final de iniciar el ataque llego unos días antes del dia D, cuando ya estaba todo preparado y sólo quedaba pendiente la orden para iniciar el lento y definitivo tránsito de los 15 kilómetros de tubería por parte de la infantería que ejecutaría el asalto. Transito que les requirió varios días por la dificultad del recorrido y la cantidad de combatientes involucrados.
Para mí estos son datos dignos de consideración. El Tubo no lo es todo, pero fue uno de los elementos importantes de esta ofensiva. Su rol en la batalla parece equivalente a lo que cabría esperar de un asalto paracaidista en la retaguardia, con la diferencia de que en vez de paracaidistas caídos del cielo, fueron topo-distas.
Si se comenzó a poner en práctica, cuanto menos, tres semanas antes del día D, entonces me pregunto ¿Qué estaba, y no estaba pasando, en aquel momento? Este toppic es un buen registro histórico (aproximadamente, entre las páginas 8300 y la 8400) así que me puse a repasar más o menos el contexto político-diplomático y militar de entre tres y cuatro semanas atrás. El contexto de cuándo se tomo la decisión de llevar a cabo esta operación topodista y, por tanto, los rusos parecen haberse puesto a trabajar seriamente en recuperar Kursk.
En términos de operaciones militares, las noticias que llegaban es que lento pero seguro, Rusia continuaba avanzando en todos los frentes. Aunque se había ralentizado un poco la velocidad respecto al mes previo.
Las hipótesis sobre la ralentización eran mejoras de las defensas ucranianas porque llegaban al frente los últimos envíos de la Administración Biden y/o agotamiento de los rusos tras muchos meses de ofensiva interrumpida y/o condiciones climáticas adversas que dificultaban los avances.
Ahora podríamos agregar como hipótesis adicional que, quizás, Rusia comenzaba a redirigir recuerdos para la ofensiva sobre Kursk el día D.
Pero más allá de los ritmos de los avances y las hipótesis explicativas, la realidad es que todo continuaba más o menos igual que en los meses previos: Rusia continua avanzando, lenta y costosamente, pero continúa avanzando en todos los frentes simultáneamente.
Frente a la relativa monotonía de las operaciones militares, en la dimensión político-diplomática se comienza a poner interesante la cosa. Ya había asumido el presidente Trump.
Pero incluso así, muchas cosas aún no habían sucedido. Tres o cuatro semanas antes del dia D las noticias rondaban respecto a las vísperas de lo que sería el tercer aniversario de la Operación Especial rusa. Aún no se había reunido Trump con Macron, ni con Starmer ni, menos que menos, con Zelensky.
Es más, tampoco había viajado el secretario del tesoro de Estados Unidos a Ucrania para el primer intento de firmar el esquivo acuerdo de minerales. Porque dicho acuerdo tampoco era conocido, ni siquiera rumores.
Varios analistas anticipaban preocupaciones sobre nuevos envíos de armas y dinero de parte estadounidense, pero nadie imaginaba la suspensión del intercambio de inteligencia.
Lo que sí había sucedido un mes atrás es que Witkoff, el enviado especial de Trump para los conflictos en Ucrania y Oriente Medio, llegaba por primera vez a Moscú en misión bajo reserva.
Simultáneamente, Trump y Putin por fin tienen su primer comunicación telefónica, cuya decisión más relevante es que acordaron que delegaciones de ambos países se reunirían en Arabia Saudita.
Además, Estados Unidos insistía en su reclamo de 500 mil millones, declaraba que Ucrania no podría ingresar a la OTAN y que tendría que renunciar a territorios en pos de la paz.
Los ucranianos, obviamente, comenzaron a expresar preocupaciones sobre estos planteos. Y algunos Europeos realizan sus primeras reclamaciones de “no nos dejen afuera de la mesa de negociaciones”.
También comenzaban a trascender algunos supuestos planes de paz. Pero en vista de lo acontecido, me parece que la mayoría eran más rumores que otra cosa.
¿entonces? Me parece que desde la perspectiva rusa en D-30 (treinta días antes del día D), podían deducir que Ucrania iba a estar escasa de armas, municiones e insumos para D-1. acrecentando las oportunidades para intentar algún tipo de ofensiva en algún frente.
Además, como algunos foristas hipotétizan, D-30 también parecen indicar que los tiempos de la diplomacia se aceleran y que podría traducirse en negociaciones sobre intercambio de territorios. Algo difícilmente aceptable para los rusos.
Quizás, para D-30 para los rusos resultaba evidente que la ventana de oportunidad para recuperar Kursk sin concesiones podría cerrarse si no intentaban algo.
En cuanto al viaje reservado del enviado especial, probablemente era para facilitar el encuentro en Arabia Saudita y la comunicación telefónica directa entre Putin y Trump. Es decir, anticipaba que los dos países avanzarían en la normalización de sus relaciones bilaterales con objeto de abordar múltiples temas globales. Adelantaba que el intento de aislar a Rusia llegaría a su fin.
Alguno notará que no solo está la decisión D-30, sino también la decisión D-3. El túnel ya estaba listo y había que tomar la decisión final de meter la infantería en el tubo para realizar el asalto.
Para ese momento la única decisión a nivel político relevante es ¿parar o no parar el ataque (el tubo es solo una parte de una ofensiva más amplia)? Porque en todo lo demás es más técnico. Si ya hicieron el tubo y tenían todo listo, difícil de cancelarlo salvo que el plan hubiese sido frustrado (porque descubren que de alguna forma los ucranianos se enteraron) y/o las condiciones ambientales y/u operativas obligaban a suspenderla o retrasarla (que se yo, que el vital batallón X no estaba listo, o se atrasó el tren qje traía las municiones a la artillería de la batería Y).
En D-3, a nivel político-estratégico, no parece que la decisión D-30 debiera revertirse. Por el contrario, seguramente reforzada con la novedad de la suspensión del intercambio de inteligencia y la novedosa ruptura política entre Estados Unidos y Ucrania.
Para D-3 seguramente ya estaban más concentrados en cómo capitalizar la operación antes que en suspenderla.
Para finalizar, si a alguno le resultó interesante hasta aquí, reflexionar que en la guerra moderna las decisiones y planificación necesaria son tan complejas que requieren mucho tiempo.
Un ataque realizado hoy no es necesariamente consecuencia de decisiones asociadas a eventos militares, políticos y/o estratégicos del día anterior, sino que suelen responder a decisiones que se tomaron mucho tiempo antes, incluso meses. Así que hay que tener en cuenta esos tiempos a la hora de intentar analizar las motivaciones e intereses detrás de algunas decisiones.