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Noticias de Libia

Barbanegra

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Los peores combates desde la muerte de Gadafi dejan 59 muertos
La libia postGadafi se hunde en el abismo presa del vacío de poder. Este domingo han muerto 36 personas, entre civiles y milicianos, en la ciudad de Bengasi, cuna de la rebelión contra el ex presidente. Los combates entre milicias islamistas rivales y las Fuerzas Especiales Libias están convirtiendo las calles en una tierra de nadie.

Paralelamente 23 trabajadores egipcios han muerto en la capital, Trípoli, cuando un misil del tipo Grad cayó por error en el edificio en el que descansaban. En las últimas dos semanas, el país ha descendido a los infiernos del año 2011, donde quedó destruido por la guerra civil.

En el caso de Bengasi, un coronel renegado del ejército regular se ha revelado contra la autoridad nacional, que no acaba de controlar su territorio, un estado fallido de facto. Además, los islamistas de Ansar al Sharia, cada vez más fuertes y mejor armados, avanzan en varios frentes.

Los países occidentales, preocupados por el destino del principal exportador de hidrocarburos de África durante décadas, han sacado a su personal diplomático del país. Los radicales están atacando estas plantas petrolíferas para desestabilizar aún más la maltrecha economía del país, que se derrumba como su aeropuerto internacional de Trípoli, cerrado para convertirse en el campo de batalla entre las milicias de Zintan y Misrata, responsables de la caída de Gadafi en 2011.

http://www.elmundo.es/internacional/2014/07/27/53d4ebda22601d45138b4574.html
 
Guerra civil en 3, 2, 1

Los intensos combates en Bengazi, en el este de Libia, entre el ejército y milicias islamistas, son el preludio de una guerra civil

Al menos 38 personas, soldados en su mayoría, fueron asesinadas estas últimas 24 horas en los combates entre el ejército y grupos islamistas en Bengazi al este de Libia. Los grupos islamistas lanzaron el sábado una ofensiva contra el cuartel general de la unidad de Fuerzas especiales del ejército cerca del centro de la ciudad, y los combates con los soldados prosiguieron.

El “Consejo de la Choura de los revolucionarios de Bengazi”, una alianza de milicias islamistas y jihadistas, reivindicó varios ataques contra bases militares en Bengazi estas últimas semanas, afirmando haber tomado el control de algunas de ellas.
El comandante de las Fuerzas especiales, Wanis Abou Khamada, afirmó sin embargo para la televisión Libya al-Ahrar, al que sus hombres eran “capaces aún de rechazar cualquier ofensiva contra las instituciones del Estado”.
Según el Centro médico de Bengazi, 28 personas, en su mayoría soldados, perecieron en los combates desde el sábado, y también figuran civiles entre las víctimas.
Las milicias islamistas ejecutan la ley en Bengazi, capital de provincia del Este libio, desde la caída del régimen de Muammar Kadhafi en 2011 después de ocho meses de rebelión.
Esta ciudad es el teatro de enfrentamientos casi cotidianos entre el ejército y los grupos radicales, entre los que está Ansar Asharia, clasificado por Washington como organización terrorista.
Estas violencias corren peligro de sumergir al país en la guerra civil mientras que en paralelo, algunos enfrentamientos oponen desde el 13 de julio a milicias rivales por el control del aeropuerto de Trípoli, en el marco de una lucha de influencias política y regional.

http://analisis-global.blogspot.com.ar/2014/07/los-intensos-combates-en-bengazi-en-el.html?spref=tw

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Sebastian

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Riesgo de “catástrofe” en Trípoli por el ataque rebelde a un depósito de petróleo

Las autoridades piden evacuar la zona del aeropuerto donde hay 90 millones de litros de fuel

Javier Casqueiro Rabat 28 JUL 2014 - 14:25 CEST22

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La violencia y el caos se apoderan de Trípoli. / Reuters Live!

Somalia, Balcanes, Egipto son los peores modelos de referencia a los que aluden ya los analistas al estudiar la situación actual en Libia. El país mediterráneo está alcanzando estos días los grados más altos de violencia descontrolada tras la caída del dictador Muamar el Gadafi en otoño de 2011 y al caos político y las disputas entre los múltiples grupos armados se ha sumado este lunes un gran riesgo de "catástrofe" al atacar una milicia rebelde con un misil un depósito de petróleo de 6,6 millones de litros situado junto al aeropuerto de la capital. También ha comenzado a arder un segundo contenedor, según el Gobierno libio.

El peligro de una "catástrofe humanitaria y medio ambiental" lo lanzó el portavoz de la Corporación Nacional de Petróleo (NOC), Mohamed al-Hrari, cuando precisó este lunes que el tanque alcanzado en la noche del domingo por un misil está ubicado muy cerca de otras instalaciones de almacenaje de más de 90 millones de litros de petróleo, gas y otros derivados que tiene en la misma zona la compañía estatal Brega. Los bomberos se han afanado durante todo el día en intentar apagar las llamas en esa parte del aeropuerto, que se veían casi desde el centro de Trípoli, situado a unos 10 kilómetros.

La situación en los alrededores del aeropuerto no está nada clara. Algunas fuentes, citadas por varias agencias internacionales, apuntan a que ese fuego sigue en marcha porque los bomberos del aeropuerto han agotado sus existencias de agua y no tendrían más reservas. Otros testigos llegaron a apuntar esta mañana que el primer tanque en llamas estaba ya bajo control. El portavoz de NOC reclamó como emergencia esta tarde el alto el fuego ante el estallido en otro depósito.

Las autoridades, en cualquier caso, habían dado la orden de evacuar toda esa zona y los barrios adyacentes en un entorno de entre tres y cinco kilómetros, que es el área que se estima podría alcanzar la onda expansiva de una gran deflagración. Esos barrios son precisamente los más perjudicados también por la lucha abierta que mantienen desde hace más de 15 días dos milicias armadas sobre el dominio del aeropuerto.

Se han registrado, en las últimas dos semanas, más de 100 muertos y 400 heridos

Fue el 13 de julio cuando los guerrilleros islamistas y armados de Misrata lanzaron lo que se conoce como la Operación Fayer (Amanecer) contra las milicias de Zintán, que se han hecho fuertes en esas dependencias casi desde hace tres años cuando cayó Gadafi. Ya se han registrado ahí, en estas dos semanas, más de 100 muertos y 400 heridos.

Las autoridades libias, interinas desde las elecciones generales del 25 de junio, están demandando ayuda a la comunidad internacional para sofocar en primer lugar el fuego en el aeropuerto de Trípoli y, sobre todo, para apaciguar a las milicias e intentar comenzar otro periodo político a partir del 4 de agosto en el nuevo Parlamento. Hay poco optimismo sobre ese calendario.

En Libia, hay 19 diplomáticos españoles, además de dos religiosos y una colonia española de 150 personas

La comunidad internacional, además, está también tomando sus medidas. A la salida hacia Túnez durante el fin de semana de los diplomáticos y personal de la embajada de Estados Unidos, se han unido en las últimas horas los de otras legaciones como Alemania, Holanda, Bélgica, muchos países árabes y hasta Filipinas y Egipto. La retirada de estas dos naciones tiene, además, efectos colaterales. Se calcula que hay unos 3.000 filipinos entre médicos y enfermeras en el ámbito de la salud en Libia. Los egipcios son muchos más, casi un millón y medio, y llegaron huyendo de la guerra en su país.

España y la Unión Europea aún mantienen sus oficinas en Trípoli y a su personal destinado en el país. Gran Bretaña y Francia han recomendado a sus residentes que dejen el país.

El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García Margallo, anunció este lunes que el Ministerio de Defensa va a enviar un avión a Libia para evacuar a los españoles que deseen salir del país y a los miembros de la embajada en Trípoli, donde España dejará la representación diplomática "al mínimo". Margallo explicó que España —que forma parte del Grupo 5+5 que agrupa a los países del norte y sur del Mediterráneo— no puede "suprimir del todo" su representación diplomática en Libia y valoró que se deje abierta "al mínimo" es una "señal clara de apoyo y confianza" al nuevo Parlamento. En Libia, hay 19 diplomáticos españoles, además de dos religiosos y una colonia española de 150 personas.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/07/28/actualidad/1406550347_239181.html
 
In this Saturday, July 26, 2014 frame grab from video obtained from a freelance journalist traveling with the Misarata brigade, shows an airplane on the tarmac of the airport belching black smoke into the air during fighting between the Islamist Misarata brigade and a powerful rival militia, in Tripoli, Libya. The battle for control of Tripoli's international airport began two weeks ago when Islamist-led militias - mostly from the western city of Misrata - launched a surprise assault on the airport, under control of rival militias from the western mountain town of Zintan. Heavy clashes in the country’s restive east between Libyan soldiers loyal to a renegade general and Islamist-led militias killed dozens of people including civilians, health officials said Sunday. On Saturday, the U.S. evacuated its diplomats in Tripoli to neighboring Tunisia and shut its embassy. (AP Photo/AP video)

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Mal pronóstico para Libia

Las fuerzas especiales del ejército regular libio acaban de recibir un serio revés luego de haber perdido el control de su cuartel general en Bengazi, que cayó en manos del grupo jihadista Ansar al-Sharia, acusado de ser el responsable del ataque al consulado norteamericano el 11 de septiembre de 2012.

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Ansar al-Sharia en Libia captura el Camp 21 Thunderbolt en Bengazi, donde se hicieron con muchas armas, incluidos 11 MANPADS SA-7
 

Barbanegra

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Los yihadistas toman la principal base militar de Bengasi
La principal base militar de Bengasi, en el este de Libia, ha caído en manos de grupos islamistas el martes, después de dos días de combates, según han confirmado fuentes militares. Un grupo de yihadistas, entre ellos, Ansar al Sharia, ha reivindicado el ataque en un comunicado. “La base principal de las fuerzas especiales ha caído en martes”, ha asegurado un oficial de las fuerzas especiales. En el ataque en el que se han utilizado cohetes habrían muerto al menos 70 personas, la mayoría de ellos soldados.

Ya el lunes se contabilizaron al menos 38 muertos en los choques entre las tropas leales al Gobierno libio y las milicias yihadistas en Bengasi. Los combates en la ciudad y sus cercanías han provocado más de un centenar de muertos en una semana. El Gobierno libio ha calificado la situación en la zona como “dramática” y ha convocado una reunión de urgencia para este domingo.

Libia está alcanzando estos días los niveles más altos de violencia descontrolada tras la caída del dictador Muamar el Gadafi en otoño de 2011. El lunes, una milicia rebelde atacó con un misil un depósito de petróleo de 6,6 millones de litros junto al aeropuerto de la capital; lo que se ha sumado al caos político y las disputas entre los múltiples grupos armados.

Las autoridades libias, interinas desde las elecciones generales del 25 de junio, han pedido ayuda a la comunidad internacional para apaciguar a las milicias e intentar comenzar otro periodo político a partir del 4 de agosto en el nuevo Parlamento.

La situación en el país ha llevado a numerosos estados a evacuar a su personal diplomático. Francia está a punto de evacuar a sus ciudadanos por vía marítima, después de que Estados Unidos, Túnez, Holanda, Bélgica, varios países árabes, Filipinas y Egipto decidieran sacar del país al personal de sus embajadas. Reino Unido les ha aconsejado que se vayan. De momento, España y la Unión Europea mantienen sus oficinas en Trípoli.

http://internacional.elpais.com/internacional/2014/07/30/actualidad/1406715528_069330.html
 

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Italia envía aviones a Libia para extinguir el fuego en el depósito de petróleo
El Gobierno italiano enviará siete aviones a Libia para ayudar en la extinción del incendio declarado hace dos días en un depósito de combustible en Trípoli y que podría provocar una "catástrofe" si llegara a explotar, según informó el Ejecutivo libio.

El Gobierno interino de Abdala Al Zani explicó en un comunicado que la petrolera italiana ENI también participará en el envío de los aviones y de técnicos especialistas para sofocar las llamas en las instalaciones de la empresa Brega que comenzaron por el impacto de un misil la noche del domingo en un depósito de 6,6 millones de litros de petróleo.

Las instalaciones petroleras y gasísticas se encuentran cerca del aeropuerto internacional de la capital, donde se enfrentan, desde el pasado día 13, milicias de las ciudades de Misrata y de Zintan por hacerse con el control del aeródromo.

Desde que se declarara el incendio, se han visto afectados dos depósitos de combustible del complejo, que alberga en su interior 90 millones de litros de hidrocarburos.

Las autoridades, que han instado a que se desaloje la zona en tres kilómetros a la redonda, han pedido a las partes en conflicto un alto el fuego para facilitar los trabajos de los bomberos.

El incendio se produce en un momento de gran incertidumbre y de una cada vez mayor inestabilidad en la capital, que ha llevado a numerosos países a evacuar tanta a sus ciudadanos como a una parte o todo su personal diplomático.

http://internacional.elpais.com/internacional/2014/07/29/actualidad/1406624019_840137.html
 

Barbanegra

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Varios países evacuan a sus ciudadanos y personal de Libia
Varios países han evacuado a su ciudadanos de Libia, debido al grave deterioro de la seguridad en la zona. La Unión Europea, Filipinas, Tailandia, Vietnam o España ya han sacado de la zona a varios grupos de nacionales.

Es el caso también de Grecia que ha completado este viernes por la mañana la evacuación de dos centenares de nacionales y extranjeros a bordo de una fragata de la armada de este país, según ha anunciado el ministerio heleno de Defensa.

A bordo de la fragata "Salamis" viajan 186 personas, de las cuales 77 son de Grecia, incluido el personal de la Embajada de Grecia, 12 de Chipre, 78 de China, 10 del Reino Unido, siete de Bélgica, uno de Rusia y uno de Albania. La operación se llevó a cabo con el apoyo de helicópteros y un equipo de submarinistas.

El ministerio de Defensa ha optado por un rescate marítimo por el peligro que supone volar al aeropuerto de Trípoli, escenario de duros enfrentamientos.

Salida masiva
Este viernes los gobiernos de Filipinas, Tailandia y Vietnam han evacuado a más de 16.200 nacionales de Libia, donde se extienden la violencia, la inseguridad y el desgobierno a raíz de las diferencias políticas, étnicas y territoriales.

Un grupo de trabajadores tailandeses tiene previsto llegar este viernes a Bangkok, según el general Tanasak Patima-pragorn, segundo al mando de la junta militar que gobierna Tailandia desde el 22 de mayo. Según el Ministerio tailandés de Asuntos Exteriores, citado por el diario local 'The Nation', entre 1.400 y 1.500 tailandeses residen allí y llevará un mes el poder repatriarlos.

El Gobierno de Filipinas ordenó el 20 de julio la evacuación de unos 13.000 nacionales que están en territorio libio, después de que un trabajador filipino fuese secuestrado en Bengasi el 15 de julio y luego decapitado. Muchos ciudadanos se muestran reacios a salir de Libia pese a la violencia porque eso significa perder un trabajo, que no van a encontrar en su país, y unos ingresos con los que mantienen a la familia.

Una enfermera filipina fue secuestrada por una banda juvenil el miércoles pasado cerca de su vivienda en Trípoli y violada seis veces. En Vietnam, los últimos de un grupo de 206 vietnamitas que trabajan en Libia para una empresa surcoreana tienen previsto llegar a su país mañana, según los medios locales.

El proceso de repatriación de estos trabajadores comenzó el 26 de julio, cuando la constructora que los contrató se retiró del país y trasladó a toda la plantilla a Turquía.

Un diálogo político concluyente
El jueves la Unión Europea anunció la retirada temporal de su personal internacional en Trípoli, la capital libia, en vista del deterioro de la situación de la seguridad, informó el portavoz Michael Mann. "Ante el deterioro de la seguridad en Trípoli, la UE ha decidido reubicar temporalmente a su personal internacional en Túnez", señaló en Bruselas. "Nuestro personal ha cruzado la frontera con Túnez esta mañana", señaló.

La UE se ha mostrado dispuesta a enviar a su personal de vuelta a Trípoli en cuanto las condiciones lo permitan. "Las actividades administrativas y funcionales continuarán en manos del personal local", añadió. El portavoz llamó a todas las partes en Libia a mostrar "voluntad de compromiso" y lanzar un "diálogo político incluyente".

El pasado jueves España evacuó a su embajador en Libia, José María Bordallo, junto a otras personas que trabajaban en la delegación diplomática ante la situación de violencia que se vive allí, sobre todo en Trípoli y los alrededores de la capital. El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, aseguró en Madrid que tanto el embajador como el resto de los españoles evacuados corrían "riesgo".

La situación "se va a agravar de forma muy urgente hasta extremos extraordinariamente importantes", dijo en el Congreso de los Diputados. En las últimas semanas están teniendo lugar fuertes combates en torno al aeropuerto internacional de Trípoli. España no ha cerrado su embajada, pero ha dejado su representación al mínimo. Otros países, entre ellos Estados Unidos y Alemania, sacaron también a sus diplomáticos.

Desde el domingo pasado, el Gobierno de Mariano Rajoy ha evacuado de Libia a un centenar de personas. El embajador y otras 27 personas, 12 de ellas no españolas, aterrizaron este jueves en Madrid cerca de la una de la tarde

http://www.elmundo.es/internacional/2014/08/01/53db5f5fe2704eb1078b4571.html
 

Barbanegra

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Nuevo parlamento libio se reúne en medio del caos
Más de tres cuartas partes del recién electo parlamento de Libia se reunieron por primera vez el sábado en una ciudad escogida por un prominente político anti islamista, en un indicio claro de una tendencia contra los islamistas y las milicias extremistas en medio de una violencia no vista en el país desde la guerra civil de 2011 que derrocó al dictador Moamar Gadafi.
Los legisladores se reunieron en Tobrouk mientras milicias rivales combatían por el control del aeropuerto internacional de Trípoli, la capital en la que los bombardeos causaron incendios en más depósitos de petróleo. En tanto, en Bengasi, fuerzas leales a un general renegado sufrieron un duro golpe cuando milicias islamistas capturaron varias bases militares y tomaron el control de la ciudad, la segunda mayor del país.

La violencia, que ha matado a más de 200 personas y herido a casi 900 en semanas de combates, ha forzado a la salida del país de diplomáticos, miles de trabajadores extranjeros y libios y presenta el mayor reto actual para un país profundamente dividido.

En la reunión del sábado, 152 legisladores sesionaron en Tobrouk, una ciudad en el este de Libia cerca de la frontera con Egipto, de acuerdo con la página del parlamento en Facebook. Abu Bakr Baiera, el legislador anti islamista que presidió la sesión, decidió aplazar la inauguración oficial hasta el arribo de más legisladores.

La presencia de esos tantos miembros del Parlamento —todos elegidos como independientes— sugiere que la mayoría de los legisladores no están afiliados a las facciones islamistas que dominaron el saliente Parlamento interino ni apoyaron las campañas militares encabezadas por islámicos extremistas en Trípoli o Bengasi. La última sesión sufrió de lucha política interna, así como de ataques violentos con legisladores secuestrados y el mismo Parlamento asediado.

Tampoco pudo refrenar las milicias beligerantes en Libia, conformadas por fuerzas rebeldes que derrocaron a Gadafi, armadas con arsenal pesado que supera la fuerza de su debilitada policía y ejército. El Parlamento además aprobó leyes disgregadoras que ocasionaron fracturas más profundas entre los libios y fracasó en el intento de redactar una nueva Constitución.

Baiera escogió realizar la reunión en Tobrouk después de que Bengasi supuestamente cayó en manos de milicias islámicas extremistas. Esas milicias expulsaron recientemente a tropas del ejército dispersamente aliadas al general renegado Jalifa Hifter, que encabeza una campaña contra ellas.

Bengasi "está fuera del control del aparato de seguridad", lo que hace imposible proteger a los legisladores ahí, según una carta que envió al Parlamento el ministro interino del Interior Tarek al-Barassi.

La decisión de Baiera además desafió al saliente presidente del parlamento Nouri Abu Sahmein, un político de tendencia islamista, quien quería que la reunión se realizara en Trípoli.

El sábado surgían llamas de depósitos gigantes de petróleo cerca del aeropuerto de Trípoli después de que proyectiles disparados por milicias rivales hicieron blanco en los tanques de almacenamiento. Esto ocurre después de que enfrentamientos similares incendiaron la semana pasada tres depósitos de petróleo que ardieron fuera de control durante días.

Bomberos abandonaron el incendio del sábado al ser atacados. Un funcionario de la Agencia Nacional de Seguridad libia calificó la situación como "muy peligrosa". Pidió no ser identificado porque no está autorizado a hablar con periodistas.

La violencia en toda Libia ha obligado a diplomáticos a huir y cerrar sus embajadas, mientras ciudadanos libios y extranjeros buscan refugio en Túnez. El sábado, tanto Gran Bretaña como Polonia estuvieron entre las más recientes embajadas que suspendieron su trabajo en Trípoli. Una fragata de la Marina de Guerra griega rescató al personal de su embajada y a cerca de 200 ciudadanos de Grecia, China y otras naciones.

Además Túnez abrió su principal cruce fronterizo con Libia después de haberlo cerrado temporalmente el día anterior, permitiendo que miles de personas huyan de Libia a su territorio. El ministro de Relaciones Exteriores de Túnez anunció que establecería vuelos con Egipto para sacar a aproximadamente 6.000 egipcios que huyen de los combates.

AP
 

Barbanegra

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Agujero negro en el Meditérraneo
Argelia ha cerrado los pasillos aéreos desde Libia y Egipto, donde aún llegan algunos vuelos civiles de su vecino occidental, y tiene a su fuerza aérea en alerta. Una milicia radical libia se apoderó en el aeropuerto de Misrata, entre Trípoli y Bengasi, de dos Airbus de la cuasi extinta compañía Afriqiya y se teme que trate de hacerlos volar para repetir en El Cairo o en Argel lo que sucedió el 11-S en Nueva York.

El naufragio de la Libia post Gadafi es un auténtico quebradero de cabeza para sus tres vecinos árabes -Egipto, Túnez y Argelia- que están siendo salpicados por sus turbulencias. También lo es para Italia y Malta. En el primer semestre de este año, 63.844 inmigrantes procedentes de Libia llegaron a las costas italianas, un 25% más que en todo 2013.

A diario llegan malas noticias de Libia para sus vecinos. La aglomeración de personas que huía del país adquirió el viernes tal magnitud en el puesto fronterizo de Ras Jedir, con Túnez, que las autoridades lo cerraron parcialmente. "La situación económica y la seguridad del país ya no soportan la absorción de más refugiados libios", recalcó Mongi Hamdi, ministro de Asuntos Exteriores.

Avance islamista
En la otra punta del país, en Bengasi, el favorito del régimen egipcio, el general jubilado Khalifa Haftar, fue derrotado el jueves. Una coalición de milicias islamistas arrebató a sus seguidores y a la brigada 17 de Febrero (unidad de las fuerzas especiales del ejército) un gran cuartel. Ansar Sharia (Partidarios de la ley islámica) -un grupo tachado de terrorista por Estados Unidos- anunció en Facebook que controlaba la segunda ciudad de Libia y su portavoz, Mohamed al Zahawi, proclamó por radio el "emirato de Bengasi".

Al año y medio después de la caída de Gadafi Libia ya dio grandes disgustos a sus vecinos. Del suroeste del país partió, en enero de 2013, la columna de terroristas que se adueñó de la planta gasística argelina de In Amenas. Durante la operación de rescate murieron 39 rehenes extranjeros. Hace dos semanas, un puñado de hombres armados procedentes de Libia mató a 23 aduaneros y policías egipcios en un puesto fronterizo cerca del oasis de Farafra.

Hay zonas desérticas de Libia, como las montañas de Acacus o el oasis de Oubari, donde los servicios de inteligencia occidentales creen que los terroristas campan ya a sus anchas. La pesadilla de los vecinos árabes y de la Europa del sur es que los grupos radicales se apoderen de un territorio más poblado y con recursos en su subsuelo a los que saquen provecho para financiar su expansión norteafricana. Es lo que podría empezar a suceder en Bengasi.

"La hipótesis de la expansión del Estado Islámico [recientemente proclamado en Siria e Irak] hasta el Magreb está en el orden del día sobre todo viendo lo que sucede en Libia", advierte Abdalá Rami, investigador del Centro de Ciencias Sociales de Marruecos. Ansar Sharia, el principal grupo terrorista libio, simpatiza además con la proclamación del califato sirio-iraquí.

Malestar en Egipto
Abdelfatah al Sisi, el presidente egipcio, se ha quejado en público de que los occidentales "no acabaron su trabajo en Libia" tras ayudar a derrocar a Gadafi. ¿Lo hará ahora él? Egipto y Argel han creado un comité conjunto de seguridad para reaccionar en caso de que surja en Libia un clon del califato de Oriente Próximo.

Pese a que su doctrina le impide, en teoría, rebasar sus fronteras, el ejército argelino cruzó, el 29 de mayo, la de Libia, con nada menos que 5.000 hombres para destruir campamentos de entrenamiento yihadistas así como rutas de abastecimiento. Fue secundado por fuerzas especiales francesas y por la unidad de reacción rápida de marines estadounidenses con base en Morón (Sevilla). Argel lo niega, pero el 'think-tank' británico que destapó información, la prensa argelina y un blog sobre temas militares magrebíes dan tantos detalles que su desmentido es poco creíble.

Italia, la antigua potencia colonial, es el único país que mantiene una embajada en Trípoli que no esté bajo mínimos. No significa que haga una apuesta optimista sino que quiere verlas venir. Teme que en verano se alcance un nuevo récord de llegada de inmigrantes. Se ve desbordada y pide más ayuda a la UE y hasta la OTAN.

http://www.elmundo.es/internacional/2014/08/02/53dd01f1268e3e8f638b4571.html
 

Barbanegra

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El Parlamento libio se reúne lejos de la capital por el estallido de violencia
Los enfrentamientos entre milicias rivales en Trípoli y Bengasi obligaron a trasladar la primera sesión oficial del Parlamento libio, celebrada este lunes, a Tobruk, una ciudad en la frontera con Egipto a 1.200 kilómetros de distancia de la capital y a unos 450 de la segunda urbe más importante del país. La nueva Cámara, elegida el 25 de junio (con un 10% de participación) ha hecho una llamada a la unidad nacional en mitad de una crisis que en las últimas semanas se ha cobrado la vida de más de 200 personas.

“Libia no es un estado fracasado y se convertirá en un estado modélico”, ha asegurado a Efe Azeldín Awami, vicepresidente del Congreso Nacional General, la institución predecesora del nuevo Parlamento, que en sus dos años de vida apenas ha tomado iniciativas por su gran fragmentación.

Pero casi todos los analistas internacionales sí hablan de estado fallido y de catástrofe. “Libia está fracturada hoy como poco antes de la brutal guerra tribal de 1936”, sintetizan los investigadores Andrew Engel y Ayman Grada en su último informe estos días para The Washington Institute for Near East Policy. Se calcula que en Libia, un país de cinco millones de personas y 1,5 millones de inmigrantes, coexisten unas 140 tribus. Engel y Grada precisan el poderío y los apoyos de las dos principales ahora en plena batalla: las milicias liberales y nacionalistas de Zintán, bien equipadas y respaldadas por los Emiratos Árabes y Egipto, frente a las milicias islamistas de Misrata, que reclutan soldados en Siria, y recibirían apoyo de Turquía, Qatar, Sudán y sus cadenas de televisión. Esas milicias enlazarían con las históricas tribus de Warfallah (que pelearon en la guerra del 36 contra Misrata) y la de Mashasha (lucharon entonces y ahora contra Zintán). Todas convivieron en la época de Gadafi y luego ayudaron a masacrarlo. En esa confusión se mezcló, además, el ataque del general golpista Jalifa Hifter contra las milicias islamistas de Bengasi.

Jason Pack, en la revista Foreign Affairs, desmonta que esa guerra tribal tenga un sustrato ideológico. Alude a tráfico de armas, drogas, oro y todo tipo de mercancías susceptibles de contrabando. Asegura que las milicias zintaníes controlan en su beneficio las fronteras del oeste y el aeropuerto de Trípoli desde hace tres años por motivos mercantiles y que ese es el trasfondo de la batalla que se libra en las pistas del aeródromo desde el 12 de julio. Las guerrillas de Misrata, hartas de la exclusividad de ese negocio para sus rivales, emprendieron un ataque que se ha cobrado cientos de muertos. El 90% de la instalación está destrozada.

Uno de los líderes de esa milicia, Salahuddin Badi, parlamentario, firmó la paz una mañana para traspasar la instalación a una autoridad neutral y al día siguiente quiso tomar por la fuerza todo el aeropuerto, luego bombardeó sus depósitos y tiene a la capital bajo amenaza de catástrofe humanitaria y medio ambiental.

John Wight, analista británico especializado en geopolítica, resume en tres razones por qué Libia es ahora un estado fallido: “Porque no tiene un Gobierno central cohesionado con poder en todo el país; porque hay una ausencia total de Estado de derecho y por el abandono y la hipocresía de Occidente”, que sí lideró con entusiasmo en 2011 la operación de la OTAN para derribar con encarnizamiento a Gadafi y luego, supuestamente, se lavó las manos. Casi todos los observadores coinciden en este último punto. Según Wight, incluso “Gadafi fue sacrificado en un altar de la real política, en beneficio de los negocios, del petróleo y la estabilidad de los mercados”, una opinión que comparten casi todos los observadores internacionales.

Libia generaba al final de la dictadura de Gadafi 1,5 millones de barriles diarios de petróleo para la exportación, el primer país en ese sector de África, y tenía acuerdos para refinar y exportar ese recurso con las grandes multinacionales del sector. Esa producción ha llegado a bajar en estos tres años a menos de 150.000 barriles aunque en las últimas semanas, tras cerrar acuerdos con las milicias que bloqueaban los principales puertos, esa demanda había subido hasta 300.000 y se esperaba sacar al mercado 500.000 barriles más. Se estima que el país dispone de 47.000 millones de barriles en la reserva y pensaba ofrecerlos poco a poco.

Gadafi llegó a acuerdos para refinar y exportar ese recurso precioso y de gran calidad con las grandes multinacionales del sector (ENI, Total, Repsol) y los liberadores del antiguo régimen prometieron en 2011 a esas poderosas firmas que nadie iba a cambiar sus contratos. Libia sitúa sus principales depósitos en el este costero del país, muy cerca de Europa, la zona históricamente más conflictiva. Repsol, de hecho, tiene allí ocho pozos y registra en teoría el 11% de su producción. Aunque hace tiempo que no es así.

El país vive, además, en el caos y la violencia descontrolada. La escritora francoargelina Nabila Ramdani, experta en la zona, glosa los últimos grandes hitos de inseguridad y violencia: asesinatos, robos, atentados y secuestros de diplomáticos. Hubo, además, dos asesinatos simbólicos: en septiembre de 2012, el del embajador de Estados Unids, Chris Stevens, y este verano, el de la activista Salwa Bugaighis, un símbolo para las olvidadas mujeres libias.

Nadie rememora con nostalgia a Gadafi ni a su régimen de 42 años de dictadura, que asesinó a 1.000 presos políticos en la prisión de Abu Salim o cometió atentados internacionales como el del avión de Lockerbie (Escocia) en 1988 con 103 muertos. Pero Wight y Ramdani sí recuerdan la llegada a Trípoli en 2011 como jubilosos salvadores de Nicolás Sarkozy o David Cameron. El expresidente francés está siendo investigado ahora por haber podido recibir hasta 50 millones de euros de Gadafi para su campaña presidencial en 2007. Cameron empleó entonces más de 1.100 millones de euros en la operación y llegó a asegurar que Libia tendría al fin “un fuerte y democrático futuro”.

Las soluciones, ahora, no son fáciles ni inmediatas. Pack aboga por que el enviado de Reino Unido, Jonathan Powell, exasesor de Tony Blair, se coordine con las fuerzas de paz de la ONU y convoquen una cumbre internacional. Patrick Haimzadeh, exembajador francés y gran conocedor de Libia, sostiene que una intervención internacional puede agravar más el escenario. Engel y Grada proponen intensificar el diálogo en el nuevo Parlamento y la futura comisión constitucional, y que los aliados y EE UU presionen para forzar y supervisar un alto el fuego entre las milicias hasta que el Estado gane algún poder.

http://internacional.elpais.com/internacional/2014/08/04/actualidad/1407150757_327125.html
 

Barbanegra

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Precaución con Libia
Con todas las misiones internacionales evacuadas tras semanas de enfrentamientos entre milicias en Trípoli y Bengazi, muchos analistas y diplomáticos ahora recuerdan que venían avisando de que Libia acabaría así. Al fin y al cabo, ¿cómo podía funcionar como democracia un país de tribus repleto de petróleo, dividido entre tres regiones independientes hasta 1951, y cuna de islamistas radicales?

Tristemente, Libia, ahora sí, va tan mal como todos dicen. Pero es más por la fragmentación extrema de poder que surgió del conflicto que derrocó a Gadafi que por cualquier otro factor. Es urgente entenderlo: si no lo hacemos nos arriesgamos a agravar aún más la situación.

El año pasado asistí a una conferencia sobre derechos humanos organizada por el Gobierno libio en Al Bayda. Fue un espectáculo vibrante. Muftís, ancianos líderes tribales, representantes del Gobiernos y jóvenes hombres y mujeres de la sociedad civil de todo el país cantaban el nuevo himno nacional juntos y defendían sus posiciones en igualdad de condiciones. La anarquía en la sala era lo de menos; tras 41 años de Gadafi, los libios podían expresarse libremente.

Sin embargo, tres contenciosos marcaron la conferencia. El primero fue una controvertida ley que ilegalizaba la participación política de todos los que habían tenido un alto cargo con Gadafi. Aunque el debate se entendía como islamistas contra liberales (estos últimos, partidarios de aplicar esta norma sólo a los casos más claros), lo que realmente definía la posición de cada individuo no era su fervor religioso sino sus posibilidades de acceder a puestos políticos de significativo potencial lucrativo.

El segundo fue un incidente en los pasillos en el que Hassan Al Amin, un reconocido activista de Misrata que en los meses anteriores había criticado públicamente a las poderosas milicias de su ciudad por cometer abusos, se encaró con otro hombre. Luego aprendí que Al Amin acusaba al otro hombre, un político de Misrata, de haber amenazado a su familia momentos antes. Desde hace meses, ya con Gadafi desaparecido, Al Amin había tenido que volver al exilio a Londres por amenazas como éstas.

El tercer incidente tuvo lugar en el aeropuerto cuando un norteamericano le reprochó a una viceministra las críticas que había hecho a la falta de apoyo internacional. Este avisaba que contribuía a una tendencia en la que los libios atribuían todos sus males a actores externos y alimentaban teorías tan disparatadas como que la actividad de la Corte Penal Internacional en Libia (reclamando el juicio de Saif Gadafi en La Haya) formaba parte de una estrategia de la ONU para preparar otra intervención armada.

¿Qué significado tienen estas anécdotas? La principal lectura que debe surgir de ellas es que el actual contexto de fragmentación extrema y difícil reequilibrio de poder está definido por los cientos de milicias armadas que se formaron a escala local y se apoyaron desde EE UU, Europa y el Golfo (incluso con armas) durante los ocho meses de conflicto en 2011.

Un buen ejemplo es Zintan. Antes de la revolución, muchos libios ni siquiera conocían el nombre de esta ciudad de las montañas Nafusa de 16.000 habitantes. Pero con su papel protagonista en la toma de Trípoli, las diferentes milicias de Zintan pasaron a controlar pasos de frontera y el aeropuerto, mantener alianzas estrechas con políticos influyentes y retener a Saif Gadafi en un limbo jurídico preocupante. Hoy se enfrentan a las milicias de Misrata por el control de Trípoli. Ah, y, por cierto, se las considera del bando liberal.

En este contexto, el Gobierno pinta poco. El secuestro exprés del expresidente por una milicia, el intento de exportar petróleo clandestinamente por un líder secesionista en el este y la ofensiva militar liderada por un general del Ejército renegado contra milicias islamistas en el este, responsables de más de cien asesinatos políticos, son pruebas de ello.

Hoy algunos sugieren una respuesta internacional más contundente. Pero en la fragmentada y volátil Libia pos-Gadafi no existe una contraparte clara que reforzar. Muchas de las milicias que hoy luchan actuaban hasta hace poco bajo el paraguas del Gobierno, y el Ejecutivo que salga de las recientes elecciones (en las que sólo participó el 18% del electorado) será para muchos libios tan sólo otro actor más luchando por el poder. Si además se tienen en cuenta los intereses energéticos del país y el controvertido papel de Europa y EE UU en el país y la región (Palestina incluida), un papel internacional demasiado visible inspiraría mucho recelo local.

Libia sólo podrá salir del atolladero actual si las diferentes facciones que hoy luchan por el poder deciden que tienen más que ganar en un contexto de estabilidad y empiezan a dialogar. Desde fuera contamos con palos y zanahorias para contribuir a este fin con la ayuda de Estados clave de la región como Egipto o Argelia. Si surge un líder que eventualmente consiga apaciguar las coaliciones entre milicias, hombres de negocios y políticos que controlan el país, Libia cuenta con una pequeña población, una élite bien preparada y fuentes energéticas para ir creando unas instituciones fuertes y una economía viable. Pero, por desgracia, antes de que mejoren las cosas, probablemente tengan que empeorar aún más.

http://elpais.com/elpais/2014/07/09/opinion/1404896231_676854.html
 

Sebastian

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La ONU nombra a Bernardino León enviado para Libia

El diplomático español niega que el país norteafricano sea un “Estado fallido”

Miguel González Madrid 9 AGO 2014 - 17:05 CEST1

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Bernardino León. / Luis Sevillano (EL PAÍS)

Bernardino León (Málaga, 1964) rechaza el calificativo de “Estado fallido” para Libia y niega que dicho país corra el riesgo de convertirse en una Somalia asomada al Mediterráneo. “La somalización de Libia está muy lejos”, asegura.

Este diplomático español, que fue secretario general de la Presidencia del Gobierno con Zapatero y enviado especial de la UE para la primavera árabe durante los últimos tres años, acaba ser nombrado representante del secretario general de la ONU para Libia. Tras descartar a otros candidatos, Ban Ki-moon lo ha elegido para un puesto que, con el aval del Consejo de Seguridad, lleva aparejada la jefatura de la misión de Naciones Unidas para Libia (UNSMIL).

Aunque no estrenará el cargo hasta principios de septiembre, León está ya enganchado al teléfono haciendo gestiones con los dirigentes de las facciones libias e intentando tejer un alto el fuego que, en su opinión, podría alcanzarse en los próximos días en Trípoli y será más difícil en Bengasi. A la mayoría de ellos los conoce personalmente, pues en los últimos meses ha ejercido también como asesor de Catherine Ashton para este país sumido en el caos desde que la intervención de la OTAN precipitó en 2011 la caída del régimen de Gadafi.

Pese a que los combates por el control del aeropuerto de Trípoli han provocado la evacuación de la mayoría de las embajadas y colonias extranjeras (incluida la española) y el Parlamento elegido en las elecciones del 25 junio ha tenido que reunirse en Tobruk, a 1.200 kilómetros de la capital, junto a la frontera egipcia, León cree que se acabará alcanzando un acuerdo, ya que “ninguno de los actores tiene fuerza suficiente para imponerse a las demás y todos se enfrentan a un enemigo común, Al Qaeda, que se beneficia del actual caos”. Eso sí, advierte de que el Gobierno libio, cuya legitimidad reconoce la comunidad internacional, debe hacer una política inclusiva y ampliar su base social si quiere estabilizar el país.

Hay otra diferencia que, en su opinión, permite ser optimista sobre el futuro y es que “la ONU no va a abandonar a los libios su suerte”. Al contrario de lo sucedido con Siria, donde el veto ruso ha atado de manos a Naciones Unidas, “hay un consenso entre los miembros del Consejo de Seguridad sobre la necesidad de intervenir, si es necesario”. Está previsto que, en octubre, se presente en Nueva York un menú de opciones para reforzar y robustecer la misión de la ONU. “Y no está descartada ninguna posibilidad”, advierte, incluido el cambio de naturaleza de la actual misión civil por otra de carácter policial o militar.

De momento, una vez que se restablezca la calma en Trípoli, habrá que reagrupar a los 200 miembros de la UNSMIL, actualmente desplazados a Túnez y al sur de Italia. Antes de que acabe agosto, León tiene previsto viajar a Nueva York e inmediatamente antes o después irá a Libia, aunque sea todavía con el gorro de la UE.

El cargo, en el que sustituye al libanés Tarek Mitri, tiene el rango de subsecretario general (el más alto alcanzado por un diplomático español desde los tiempos en que Francesc Vendrell era enviado especial para Afganistán) y una duración de un año prorrogable. Durante este tiempo, vivirá a caballo entre Trípoli y Nueva York. El plazo es muy corto para poner en pie un Estado que nunca ha existido, pero León está convencido de que los frutos se verán mucho antes que los de la ahora agostada primavera árabe. “Los libios no quieren la guerra”, sostiene, “y eso empuja a favor de un gran acuerdo nacional”. El modelo no es Siria ni Egipto, y mucho menos Somalia, sino Túnez. Pero con petróleo y con muchos más intereses sobre el tablero.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/08/09/actualidad/1407596716_732470.html
 

Barbanegra

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La ONU nombra a Bernardino León enviado para Libia
Bernardino León (Málaga, 1964) rechaza el calificativo de “Estado fallido” para Libia y niega que dicho país corra el riesgo de convertirse en una Somalia asomada al Mediterráneo. “La somalización de Libia está muy lejos”, asegura.

Este diplomático español, que fue secretario general de la Presidencia del Gobierno con Zapatero y enviado especial de la UE para la primavera árabe durante los últimos tres años, acaba ser nombrado representante del secretario general de la ONU para Libia. Tras descartar a otros candidatos, Ban Ki-moon lo ha elegido para un puesto que, con el aval del Consejo de Seguridad, lleva aparejada la jefatura de la misión de Naciones Unidas para Libia (UNSMIL).

Aunque no estrenará el cargo hasta principios de septiembre, León está ya enganchado al teléfono haciendo gestiones con los dirigentes de las facciones libias e intentando tejer un alto el fuego que, en su opinión, podría alcanzarse en los próximos días en Trípoli y será más difícil en Bengasi. A la mayoría de ellos los conoce personalmente, pues en los últimos meses ha ejercido también como asesor de Catherine Ashton para este país sumido en el caos desde que la intervención de la OTAN precipitó en 2011 la caída del régimen de Gadafi.

Pese a que los combates por el control del aeropuerto de Trípoli han provocado la evacuación de la mayoría de las embajadas y colonias extranjeras (incluida la española) y el Parlamento elegido en las elecciones del 25 junio ha tenido que reunirse en Tobruk, a 1.200 kilómetros de la capital, junto a la frontera egipcia, León cree que se acabará alcanzando un acuerdo, ya que “ninguno de los actores tiene fuerza suficiente para imponerse a las demás y todos se enfrentan a un enemigo común, Al Qaeda, que se beneficia del actual caos”. Eso sí, advierte de que el Gobierno libio, cuya legitimidad reconoce la comunidad internacional, debe hacer una política inclusiva y ampliar su base social si quiere estabilizar el país.

Hay otra diferencia que, en su opinión, permite ser optimista sobre el futuro y es que “la ONU no va a abandonar a los libios su suerte”. Al contrario de lo sucedido con Siria, donde el veto ruso ha atado de manos a Naciones Unidas, “hay un consenso entre los miembros del Consejo de Seguridad sobre la necesidad de intervenir, si es necesario”. Está previsto que, en octubre, se presente en Nueva York un menú de opciones para reforzar y robustecer la misión de la ONU. “Y no está descartada ninguna posibilidad”, advierte, incluido el cambio de naturaleza de la actual misión civil por otra de carácter policial o militar.

De momento, una vez que se restablezca la calma en Trípoli, habrá que reagrupar a los 200 miembros de la UNSMIL, actualmente desplazados a Túnez y al sur de Italia. Antes de que acabe agosto, León tiene previsto viajar a Nueva York e inmediatamente antes o después irá a Libia, aunque sea todavía con el gorro de la UE.

El cargo, en el que sustituye al libanés Tarek Mitri, tiene el rango de subsecretario general (el más alto alcanzado por un diplomático español desde los tiempos en que Francesc Vendrell era enviado especial para Afganistán) y una duración de un año prorrogable. Durante este tiempo, vivirá a caballo entre Trípoli y Nueva York. El plazo es muy corto para poner en pie un Estado que nunca ha existido, pero León está convencido de que los frutos se verán mucho antes que los de la ahora agostada primavera árabe. “Los libios no quieren la guerra”, sostiene, “y eso empuja a favor de un gran acuerdo nacional”. El modelo no es Siria ni Egipto, y mucho menos Somalia, sino Túnez. Pero con petróleo y con muchos más intereses sobre el tablero.

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Sebastian

Colaborador
Libia: matan al jefe de la policía en Trípoli

Martes, 12 de agosto de 2014
Las autoridades en Libia dicen que el jefe de la policía en la capital, Trípoli, fue muerto a tiros.

El coronel Mohamed al Suissi murió tras una emboscada cuando era trasladado después de una reunión en las afueras de la ciudad.

Al Suissi era un simpatizante del disidente y exgeneral del ejército Khalifa Hafter, cuyas milicias han estado enfrentadas en intensos combates con grupos rivales, en semanas recientes.

Los corresponsales señalan que Libia ha dado un paso más hacia un completo colapso, con enfrentamientos que han costado cientos de vidas.

Muchas misiones diplomáticas en el país han cerrado por la crisis y han empezado la evacuación de extranjeros.
 

Sebastian

Colaborador
El Parlamento libio disuelve las milicias y pide la intervención de la ONU

La Cámara demanda a Naciones Unidas que actúe en el país para proteger a los civiles de los enfrentamientos sectarios

Agencias Trípoli / Bengasi 13 AGO 2014 - 18:18 CEST

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Policías libios esgrimen sus rifles en el funeral por el jefe de policía de Trípoli, muerto a tiros en un ataque. / MAHMUD TURKIA (AFP)

El Parlamento libio ha votado este miércoles la disolución de las milicias armadas que operan en el país y su integración en las Fuerzas Armadas regulares, en un intento de poner fin a la violencia que sacude el país desde la caída de Muamar el Gadafi en 2011, agudizada en los últimos meses. La Cámara, elegida el pasado 25 de julio, también pidió una intervención de la ONU en el país para proteger a los civiles de los enfrentamientos entre grupos armados rivales en la capital, Trípoli, y en la ciudad de Bengasi.

La decisión de disolver las milicias, sin embargo, podría quedarse en una declaración meramente simbólica, ya que no queda claro cómo podría aplicarse en la práctica. Libia se enfrenta actualmente a su peor crisis desde la guerra de 2011 y los enfrentamientos entre milicias rivales han llegado a la capital.

Compuestas en su mayoría por antiguos rebeldes, estas milicias tienen a su disposición gran cantidad de armamento y en algunos casos gozan de más poder que el Gobierno y su Ejército, aún en formación.

El Parlamento también ha votado este miércoles a favor de solicitar la intervención de la ONU para proteger tanto a ciudadanos como instituciones, aunque tampoco en este caso han dado detalles de lo que implicaría esta posible ayuda. Según dijo a Efe el diputado Fatah Alah al Saiti, esta petición contó con el apoyo de 111 de los 124 diputados presentes en la sesión.

Desde su formación, la nueva Asamblea Legislativa mantiene sus reuniones en Tobruk, ciudad cercana a la frontera egipcia y alejada de los choques armados registrados en las dos principales urbes del país.

Según la agencia de información libia WAL, los diputados han realizado esta petición debido al sistemático rechazo de las partes en conflicto a deponer las armas y sentarse en la mesa de negociaciones. Los legisladores delegaron en la Presidencia de la Asamblea para que tome las medidas necesarias con el objetivo de facilitar dicha intervención.

La situación de seguridad se ha deteriorado gravemente en el país desde el pasado mayo, cuando estallaron enfrentamientos en la ciudad de Bengasi entre fuerzas comandadas por el general retirado Jalifa Hafter y grupos armados islamistas.

El 13 de julio, la situación empeoró aún más, cuando milicias de la ciudad de Misrata, situada a 200 kilómetros al este de Trípoli, lanzaron una ofensiva para intentar hacerse con el control del aeropuerto internacional de la capital, administrado desde 2011 por milicianos de Zintán, localidad ubicada a 170 kilómetros al suroeste de Trípoli.

Los enfrentamientos, que han provocado la huida de miles de personas, llevaron a numerosos países a evacuar a sus ciudadanos y a su personal diplomático. Hoy, al menos cinco personas han muerto en la zona occidental de Trípoli por el impacto de varios cohetes lanzados en los combates entre milicias rivales que se disputan el control de la capital.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/08/13/actualidad/1407946737_570662.html
 

Barbanegra

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La ONU en Libia asegura que no se puede imponer soluciones por la fuerza
La misión de Naciones Unidas de apoyo a Libia (UNSMIL, según sus siglas en inglés) ha insistido en que no se pueden imponer por la fuerza las soluciones políticas en el país, donde milicias rivales se enfrentan desde hace semanas.

La UNSMIL ha hecho esta declaración en un breve comunicado publicado hoy en su página oficial después de que el Congreso de los Diputados libio pidiera ayer la intervención de la ONU para proteger a los civiles.

En su nota, la misión internacional subraya que continúan sus esfuerzos "por medios políticos" para alcanzar un alto el fuego entre las distintas milicias como paso previo al comienzo de un diálogo.

"Los esfuerzos van en línea con el objetivo de UNSMIL de ofrecer consejo y ayuda y de facilitar las condiciones para alcanzar soluciones políticas. Naturalmente, la posición de la misión es que dichas soluciones no pueden imponerse por la fuerza", asegura el comunicado.

Ayer, los diputados libios reunidos en la ciudad nororiental de Tobruk, lejos de la violencia de Trípoli, hicieron un llamamiento al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que intervenga "urgentemente" en el país con el objetivo de proteger a la población y a las instituciones del Estado.

En la capital, milicias de la ciudad de Misrata lanzaron el pasado 13 de junio una ofensiva, bautizada como operación Al Fayer (Amanecer), para intentar hacerse con el control del aeropuerto internacional de Trípoli.

Un mes después de este ataque, el aeródromo continúa en manos de las milicias de Zintán, situada al suroeste de la capital, y que administran el aeródromo desde 2011.

Los choques han causado cerca de 200 muertos y han forzado la huida de miles de personas de las zonas de combates, que se concentran en los barrios del sur y del suroeste de la capital.

Asimismo, el rápido deterioro de la seguridad ha empujado a numerosos países a repatriar a sus ciudadanos y a evacuar al personal diplomático.

En un comunicado difundido anoche, las milicias de Misrata que dirigen la operación Amanecer criticaron al Congreso de los Diputados y condenaron su decisión de solicitar la intervención de la ONU.

Las milicias aseguran no reconocer la autoridad de la Asamblea Legislativa reunida en Tobruk, y la acusan de responder a intereses partidistas y de defender a las que denominan "milicias del caos".

"Las diferencias sobre la legitimidad del Congreso de los Diputados deslegitima sus decisiones, y lo convierte en un adversario, sobre todo cuando varios miembros extremistas utilizan su presencia en las sesiones para continuar con su agenda política y partidista, conflictiva y antipatriótica", dice el comunicado.

El presidente de la Asamblea saliente, Ali Abu Sahmin, junto a una veintena de diputados, ha calificado al nuevo Parlamento de inconstitucional y ha asegurado que debe reunirse en Trípoli para hacer efectivo el traspaso de poderes entre ambas cámaras.

EFE
 

Barbanegra

Colaborador
Desmiente Francia haber bombardeado a Libia
El ministerio francés de Asuntos Exteriores desmintió hoy aquí que el ejército aéreo galo haya participado en bombardeos selectivos sobre Libia en los últimos días.

“Los rumores sobre los bombardeos aéreos en Libia en los cuales Francia habría participado son infundados”, aseveró este lunes a la prensa un vocero de la cancillería francesa.

De acuerdo a medios locales, informaciones no verificadas apuntarían a que aviones de Francia e Italia habrían bombardeado en fechas ni lugares precisados el territorio de Libia, que vive fuertes tensiones internas desde los últimos meses.

Como consecuencia de la situación de violencia, el pasado 30 de julio el gobierno de Francia anunció la evacuación de todos sus ciudadanos de Libia y cerró su embajada en el país magrebí.

“La prioridad de Francia es obtener un acuerdo político con el fin de que los combates cesen en Trípoli, Bengasi y en toda Libia”, explicaron voceros diplomáticos.

La fuente precisó que París apoya los trabajos de mediación que se realizan en Libia y llamó a las partes enfrentadas a participar en los mismos.

http://pulsoslp.com.mx/2014/08/18/desmiente-francia-haber-bombardeado-a-libia/
 
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