Desde que se le vendieron armas a Ecuador en medio de un conflicto con Perú, SIENDO VEEDORES Y GARANTES DE LOS DIÁLOGOS DE CESE DE FUEGO (por no mencionar lo de la ex Yugoslavia), perdimos toda autoridad moral para exigir, reclamar o juzgar actos o gestos de nuestros vecinos con respecto a la política exterior y nuestros reclamos de soberanía.
Es triste, es para recontra calentarse, pero es la dolorosa realidad.
Nuestra incoherencia y falta de criterio al elegir nuestros representantes, y los políticos que supimos conseguir son los únicos culpables, y no busquemos otros...
Perdón por el OT.