Ministro revela la humillante situación de las Fuerzas Armadas bajo el gobierno de Lula.
"Venezuela tiene aviones de combate más capazes y efectivos que los nuestros", declaró José Múcio Monteiro a los senadores.
Cualquiera que haya asistido a la comparecencia del ministro de Defensa, José Múcio Monteiro, ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado el martes salió de la reunión con la sensación de que algo muy malo estaba sucediendo durante el gobierno de Lula.
Con el dinero sobrante para la campaña electoral anticipada, el gobierno del Partido de los Trabajadores dejó a las Fuerzas Armadas en una situación tan vergonzosa de escasez de recursos que el Ministro de Defensa prácticamente tuvo que rogar a los legisladores fondos para equipar a las tropas.
Vengo a lanzar una advertencia muy seria", dijo Múcio a los senadores, enumerando situaciones humillantes para un país que debería ser una potencia militar en Sudamérica, pero que se las arregla para estar a la zaga incluso de Venezuela en capacidad de guerra.
Múcio dijo cosas como:
"La menor inversión en defensa de Sudamérica es la de Brasil";
"No estamos invirtiendo en equipos... Un porcentaje de nuestra flota está inactiva";
"No compramos armas porque no podemos costearlas";
"Venezuela tiene aviones de combate más importantes y eficaces que los nuestros".
El choque de realidad presentada por el ministro Múcio llega en un momento en que el mundo vive una carrera armamentista sin precedentes.
El ministro de Defensa está presionando al Parlamento para que apruebe una ley que asignaría al menos el 2% del PIB brasileño al presupuesto militar, pero ni siquiera el gobierno de Lula impulsa esta medida, a pesar de que existen numerosas razones para aprobar la propuesta.
El programa de cazas Gripen, una saga que comenzó hace veinte años durante el gobierno de Lula, debería haber concluido hace ocho años, con Brasil pagando el pedido. Debido a los retrasos y la falta de recursos, solo los intereses pagados por el contrato de cazas habrían sido suficientes para que el país adquiriera seis aviones más, según Múcio.
El país, con tanques de la década de 1960 y vehículos blindados tanto en el aire como en el mar, desperdicia dinero, pagando intereses por cumplir sus compromisos.
El mismo retraso se observa en el programa de submarinos, donde los intereses pagados por Brasil habrían generado dos unidades más de estas máquinas de guerra.
Hay otros ejemplos de cómo el gobierno desperdicia dinero al no comprender la importancia de las inversiones militares.
'A Venezuela tem caças mais importantes e eficazes que os nossos', disse José Múcio Monteiro a senadores
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