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La lista de Franco

Shandor

Colaborador
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En 1941, el gobierno de Francisco Franco ordenó confeccionar una lista de los judíos que vivían en España . La siniestra nómina de 6.000 personas fue entregada a los nazis “que la manejaron en sus planes para la solución final”.

El diario El País de Madrid dedicó ayer la tapa y las principales páginas de su edición “Domingo” a un informe exclusivo del periodista e investigador Jorge M. Reverte titulado “La lista de Franco para el Holocausto”.

“El censo incluía los nombres, datos laborales, ideológicos y personales de 6.000 judíos . Cuando la caída de Hitler era ya un hecho, las autoridades franquistas intentaron borrar todos los indicios de su colaboración con el Holocausto”, informa el prestigioso periódico.

Las dos figuras centrales de esta operación fueron el cuñado de Franco, Ramón Serrano Suñer, y su gran amigo el conde de Mayalde, José Finat, quien se desempeñó como Director General de Seguridad en 1940 y embajador en Alemania.

Serrano Suñer, activo simpatizante del nazismo, era el hombre fuerte del franquismo en la post-guerra, Ministro del Interior y después de Asuntos Exteriores.

El conde de Mayalde recibió en 1940 a Heinrich Himmler, líder de las SS y el principal ejecutor de la “solución final” que exterminó en atroces campos de concentración a seis millones de judíos. Ambos inician una relación estrecha que se convierte en amistad personal cuando el conde actúa como representante diplomático de Franco.

Allí, en Berlín, “ Finat... podrá entregar en persona a Hitler sus listas de judíos ”, explica Reverte. “Si España entra en la guerra, serán un buen regalo para los nazis . Antes va a tener tiempo suficiente para dar una paliza y emplumar por maricón a un cantante, Miguel de Molina. Le ayudará el falangista Sancho Dávila, primo del fundador del partido fascista”, denuncia Reverte. El gran artista español, Miguel de Molina, sufrió graves heridas y se exilió en Argentina donde pudo desarrollar plenamente su talento.

El conde de Mayalde, Director de Seguridad, ordenó el 5 de mayo de 1941 a todos los gobernadores españoles mediante una circular que “envíen a la central informes individuales de los israelitas nacionales y extranjeros afincados en esa provincia indicando su filiación personal y político-social, medios de vida, actividades comerciales, situación actual, grado de peligrosidad, conceptuación policial”.

Aclara el informe que “la fecha en que se emite la circular tampoco es casual. En España, se debate desde hace meses la posibilidad de que el país entre en guerra al lado de Alemania. Y los más furibundos partidarios de esta opción son los falangistas revolucionarios, los nacional sindicalistas que admiran a Hitler y comprenden su política de liquidación del judaísmo”.

La dictadura franquista ordenó destruir todos los documentos que demostraran su antisemitismo y colaboración con el régimen genocida de Hitler . “Al final de la II Guerra Mundial, el régimen de Franco intentó con relativo éxito confundir a la opinión pública mundial con la fábula de que había contribuido a la salvación de miles de judíos”, arranca Reverte .

Y, aclara, que aquello “era falso (...) En la España del dictador hubo la tentación de contribuir a acabar con el ‘problema judío’ en Europa”.

Según El País , “la paciente labor de un periodista judío, Jacobo Israel Garzón, ha conseguido que aflorara el único documento conocido sobre el asunto , conservado por obra de la casualidad en el Archivo Histórico Nacional, y proveniente del Gobierno Civil de Zaragoza”.

El País publica un facsímil de la orden firmada por el conde de Mayalde. “Las personas objeto de la medida que le encomiendo han de ser principalmente aquellas de origen español designadas con el nombre de sefardíes, puesto que por su adaptación al ambiente y similitud con nuestro temperamento poseen mayores garantías de ocultar su origen y hasta pasar desapercibidas sin posibilidad alguna de coartar el alcance de fáciles manejos perturbadores”, se puede leer en el texto.

El trabajo –agrega– no va a ser fácil “por esa capacidad de adaptación que tienen los judíos. Sobre todo en lugares que no sean como Barcelona, Baleares y Marruecos, donde había antes de la guerra comunidades, sinagogas y colegios especiales”, y eso permite una mayor facilidad de localización, escribe El País . La circular de Mayalde no oculta la urgencia de la acción. Hay que proteger al Nuevo Estado de la posible actuación de estos individuos, que son “peligrosos”, sostiene.

Cuando el nazismo comenzó a perder la guerra, Franco hizo todo para alejarse de la inexorable destrucción de sus amigos y aliados, Adolf Hitler y Benito Mussolini.

“El Archivo Judaico habría sido un hermoso regalo para Hitler. Su conservación, una repugnante prueba de lo que los falangistas de Ramón Serrano Suñer pretendían hacer con los judíos españoles”, concluye la valiosa investigación de Jorge Reverte
clarin
 

boreal

Forista Sancionado o Expulsado
Los muchachos del pais, una semana Franco era mariquita, a la siguiente tenia hijos secretos, una semana puso a los judios a los pies de los caballos, a la siguiente les ayudó a crear Israel dejandolos pasar por el protectorado de Marruecos sin problemas y dejandolos avituallarse. A lo que llegaremos...
 

GustavoC

Forista Sancionado o Expulsado
Me permito acercar una versión bastante diferente a lo expresado en el artículo del Clarín. Extractado del libro “La incomparable ISABEL LA CATOLICA” de Jean Dumont (Encuentro Ediciones, 1992), el Capítulo V trata sobre la expulsión de los judíos de España en el siglo XV…

(…) Por ejemplo, en un hecho paradójico para todos los que juzgan solo desde la apariencia: fue un español muy tradicional, descendiente de los pretendidos “bautismos de urgencia”, quien (casi el único en Europa) acudió en socorro de los judíos cuando, en nuestro siglo, estaban seriamente amenazados. Este hombre era de origen converso por sus dos líneas, paterna y materna; se llamaba Francisco Franco Bahamonde, de dos nombres de familias conversas. Jefe de un Estado español cristiano aunque autoritario, y habiendo restablecido como primera distinción de ese Estado la Orden de Isabel la Católica y como emblema fundamental los emblemas de los Reyes católicos, el yugo y las flechas, se lanzo espontáneamente en ayuda de los judíos en peligro. Aun cuando el Instituto de la Raza de las S.S. le había denunciado ante Hitler por lo que era: un judío de origen. Así le calificaba también, de manera poco amable, el embajador de Su Graciosa Majestad británica ante él, sir Samuel Hoare, tratándole de “pequeño oficial judio”.
Este hombre, que se creía sucesor y discípulo de Isabel, hizo algo inaudito en pleno triunfo de Hitler: concedió la nacionalidad española a los descendientes de los judíos expulsados de España, muy numerosos en los países ocupados por la Alemania nazi, sobre todo en Grecia. Los pasaportes que hizo llegar a muchos de ellos les ponían bajo la protección de un Estado neutral, como ciudadanos de ese Estado, y los arrancaba ipso facto de la deportación. Se cree que salvo a casi 40.000 judíos, incluso por la “intervención directa del gobierno español”, como escribe el embajador de los Estados Unidos ante él, Carlton J. H. Hayes, en sus memorias tituladas Misión en Tiempo de Guerra en España. En lo que Joseph Pérez llama “un detalle paradójico”; pero añade oportunamente que “debería hacer reflexionar sobre el sentido del antisemitismo español, más complejo de lo que parece”.
Después, este hombre de Isabel, con el cambio de las circunstancias y tras el concilio Vaticano II, abrogará oficialmente en 1967 el decreto de expulsión de los judíos, firmado en 1492 por los Reyes Católicos. El año siguiente, 1968, se inauguró oficialmente en Madrid la primera sinagoga, seguida por muchas otras en España.
Tan es así que los judíos sefardíes, descendientes de los expulsados en 1492, celebran cada año en su sinagoga de Brooklyn, en Nueva York, la memoria de Francisco Franco en el día de su muerte, el 20 de noviembre, en un reconocimiento explicito por las muchas vidas de los hijos de Israel que salvó, en una corazonada tan espontánea como tradicional.
Y el presidente del Estado de Israel, Chaim Herzog, en el discurso que pronunció en Madrid el 31 de marzo de 1992 con motivo del V centenario de la expulsión, dedicó un importante párrafo a agradecer la ayuda recibida que, según precisaba, llego hasta conseguir “liberar judíos de los campos de exterminio”. Así ocurrió de hecho con 162 judíos de origen español internados en el campo de Bergen-Belsen, que fueron devueltos a España el 9 de febrero de 1944 en Cerbere, a través del territorio francés. Por razones de conveniencia política, Herzog no pronunció el nombre de Franco, haciendo recaer la gratitud en la misma España. Así es como el primero de los judíos expresaba a la vez una profunda verdad histórica y una estima persistente.

Nota: numerosas menciones de este hecho en la prensa española, sobre todo en el diario ABC. (…) Se puede añadir que Label A. Katz, presidente de la Jewish International B’nai B’rith Society agradeció personalmente a Franco su acción a favor de los judíos el 13 de febrero de 1963. Y que el rabino Chaim Lipschitz, del Seminario rabinito de Brooklyn, dedicó a este tema un estudio histórico reseñado por la revista americana Newsweek en 2 de marzo de 1970.

Saludos.
 

MAC1966

Colaborador
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Ángel Sanz-Briz

Ángel Sanz-Briz, el Ángel de Budapest (Zaragoza, 28 de septiembre de 1910 – Roma, 11 de junio de 1980) fue un diplomático español, que actuó en la época de la Segunda Guerra Mundial (en este conflicto, España se mantuvo como no beligerante).

En 1944, actuando por cuenta propia, "oficialmente" con independencia del gobierno de Franco (pero sin sufrir tampoco represalia alguna por ello), contribuyó a salvar la vida de unos cinco mil judíos húngaros durante el Holocausto, proporcionando pasaportes españoles, en un principio a judíos que alegaban origen sefardí, y posteriormente, a cualquier judío perseguido.

Por estos hechos, fue reconocido por Israel como Justo entre las Naciones.

Recientes descubrimientos en la correspondencia diplomática han revelado que Sanz Briz informó tempranamente al Gobierno de Franco de la existencia del Holocausto.

A finales de noviembre de 1944, el gobierno español, ante la inminente caída de Budapest en manos del Ejército Rojo, le ordenó abandonar el puesto y trasladarse a Suiza.

Giorgio Perlasca, un veterano italiano de la Guerra Civil Española, ciudadano español honorario, que había estado ayudando a Sanz-Briz en sus tareas de protección de los judíos, continuó su labor utilizando documentos de identidad españoles falsificados por él mismo, en los que declaraba ser el cónsul español en Budapest. Perlasca consiguió que los judíos "españoles" siguieran a salvo hasta que el 16 de enero de 1945 los soviéticos entraron en Budapest.

En 1991, el Museo del Holocausto Yad Vashem de Israel distinguió su acción y reconoció a sus herederos el título de Justo entre las Naciones, inscribiendo su nombre en el memorial del Holocausto. En 1994 el gobierno húngaro le concedió a título póstumo la Cruz de la Orden del Mérito de la República Húngara.

Fue el primer diplomático español que apareció en un sello de correos de España.


P.D- Para colmo, los italianos hicieron una película con los hechos, por supuesto, Perlasca es el "más mejor".

El Cónsul Perlasca de 2002

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El archifamoso Oskar Schindler, internacionalmente conocido salvó a 1.200 judíos.
 
Franco salvó a muchos judios fugados de los alemanes , de hecho los judíos le consideraban amigo del pueblo de Israel, y España plantó un árbol en Jerusalén. El censo existió es verdad pero no tuvo fines persecutorios, hay muchas teorías- es verdad. Caso claro Koplowitz, que se radicó en España en el 39 por el avance nazi en Polonia y llegó a ser el 4to español más rico y 328 del mundo con su constructora en excelente sintonía con el régimen franquista.

Saludos
 
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