Infraestructura Argentina...

Complejo Zárate Brazo Largo
Dique Cabra Corral
Pilcanyeu enriquece uranio por primera vez en nov de 1983
PIAP
Culminación Represa Salto
166 institutos de investigación
Planta de gas General Cerri
Central hidroeléctricas Los Reyunos
Central hidroeléctrica Alicurá
Central hidroeléctrica Rio Grande
Central hidroeléctrica El Chocón
Puente internacional Foz de Iguazú
Puerto San Antonio Oeste
Interconecado nacional SIN >estatizado< tendido Alta tensión Alicurá Abasto e interconexión nacional,Chocón Ezeiza
Subestaciones y tendido eléctrico de Bayres ( lo que hoy revienta)
Modernización de Ezeiza (lo que vimos hasta hace 15 años) por Argentina 78
Aeroparque modernizado para Argentina 78¿?
Ampliación de Fisherton
AU1
AU2
AU3
AU4
AU5
AU6
AU7 >comenzada
AU8 > no construida
AU9 >culminda en parte durante el gob de Ménem
Rellenado sanitario de Bayres
Canal de Dios
Planta ALUAR
Complejo hidroeléctrico Futaleufú
Embalse Agua de Toro
Embalse de Arroyito
Central hidroeléctrica Cipoletti
Central hidroeléctrica Los Coroneles
Complejo hidroeléctrico Cerros Colorados
Dique El Carrizal culiminación
Dique el Bolsón
Embalse El Tigre
Embalse El Tunal
Dique Piedras Moras
Central hidroeléctrica Pueblo Viejo
Embalse Río Hondo
Represa de Ullum
Comienzo del Puente Internacional San Roque González de Santa Cruz
Comienzo del Puente Internacional Tancredo Neves
Remodelación de red nacional de caminos Plan 1979 (ampliación y mejora de la red)
ATC
INVAP comienza
MATERFER comienza producción
Dioxitek comienza producción
Racca Huges comienza producción
AeroBoero comienza producción
Complejo Petroquímico Bahía Blanca comienza producción
Atucha 2 comienza
Yaciretá comienza

Muchisimas gracias por tu aporte. Tengo para por lo menos 1 año de investigacion con esto. Gracias de verdad !
 
Fijate las fechas, y gobiernos. Estuve viendo el tema de los astilleros por ejemplo y está repartido. más dificil porque habría que ver los planes de construcción naval de ELMA y privados. Pero está entre Frondizi, Illia y Lanusse con continuidad hasta 1983, ajeno al plan de la Armada. Astillero Alianza trabajaba, Príncipe Menghi, ASTARSA etc. Y sin mencionar que la industria metalúrgica pesada va asociada. Hay que ver indicadores de producción de acero , asfalto, producción industrial, y kw generados etc. Evité a FM y Defensa, que vio su pico en gobiernos de facto obviando a Perón, colaborando con la metalmetalurgia, química e investigación del país o fabricando por ejemplo subtes, que hoy el modelo productivo nacional no hace. Haría una investigación de la industria automotriz y su evolución, de Techint etc.
 
Vizcacha... Cualquier epoca. El objetivo es recopilar todas las obras de infraestructra posibles, empezadas o terminadas ya sea por los militares o los gobiernos militares.

Ok te busco la info y te la paso veo si el fin de semana lo puedo hacer.-
 
Complejo Zárate Brazo Largo
Dique Cabra Corral
Pilcanyeu enriquece uranio por primera vez en nov de 1983
PIAP
Culminación Represa Salto
166 institutos de investigación
Planta de gas General Cerri
Central hidroeléctricas Los Reyunos
Central hidroeléctrica Alicurá
Central hidroeléctrica Rio Grande
Central hidroeléctrica El Chocón
Puente internacional Foz de Iguazú
Puerto San Antonio Oeste
Interconecado nacional SIN >estatizado< tendido Alta tensión Alicurá Abasto e interconexión nacional,Chocón Ezeiza
Subestaciones y tendido eléctrico de Bayres ( lo que hoy revienta)
Modernización de Ezeiza (lo que vimos hasta hace 15 años) por Argentina 78
Aeroparque modernizado para Argentina 78¿?
Ampliación de Fisherton
AU1
AU2
AU3
AU4
AU5
AU6
AU7 >comenzada
AU8 > no construida
AU9 >culminda en parte durante el gob de Ménem
Rellenado sanitario de Bayres
Canal de Dios
Planta ALUAR
Complejo hidroeléctrico Futaleufú
Embalse Agua de Toro
Embalse de Arroyito
Central hidroeléctrica Cipoletti
Central hidroeléctrica Los Coroneles
Complejo hidroeléctrico Cerros Colorados
Dique El Carrizal culiminación
Dique el Bolsón
Embalse El Tigre
Embalse El Tunal
Dique Piedras Moras
Central hidroeléctrica Pueblo Viejo
Embalse Río Hondo
Represa de Ullum
Comienzo del Puente Internacional San Roque González de Santa Cruz
Comienzo del Puente Internacional Tancredo Neves
Remodelación de red nacional de caminos Plan 1979 (ampliación y mejora de la red)
ATC
INVAP comienza
MATERFER comienza producción
Dioxitek comienza producción
Racca Huges comienza producción
AeroBoero comienza producción
Complejo Petroquímico Bahía Blanca comienza producción
Atucha 2 comienza
Yaciretá comienza

Estimado veo que Koinorr, te paso la información en un 99.99% Y mas que completa.-
 

SAPPER

Veterano Guerra de Malvinas
Hay discrepancia:

En 1974, la CASFPI realizó un concurso de proyectos para construir su sede en un terreno de la avenida Alem. La propuesta ganadora fue la del estudio de Manteola, Sánchéz Gómez, Santos, Solsona y Viñoly (M/SG/S/S/V), asociados con los arquitectos Carlos Sallaberry, Felipe Tarsitano y el estudio Gerardo Sabatiello, Carlos Terzoni.
La construcción fue realizada por las constructoras Petersen, Thiele y Cruz S.A. y SITRA S.A., y la dirección de las obras estuvo a cargo de los mismos proyectistas. El edificio fue inaugurado en 1981.

No alcanzo a comprender dodne esta la discrepancia. Puede haberla, pero sucede que lo vertido antes es similar a lo quedespues se expuso, sin siquiera cambiar protagonistas. De ultima no es tema como para una discusión.
 
Puerto de Punta Loyola.- Pcia de Santa Cruz
YCF como desprendimiento de la DCSVD de YPF por los años 44 al 50 del siglo XX
Altos Hornos Zapla.
Aeroparque Jorge Newbery
DGFM 1938
Estación terrena satelital de Balcarce nº 1 en 1969 la segunda en 1972
 
Última edición:
No alcanzo a comprender dodne esta la discrepancia. Puede haberla, pero sucede que lo vertido antes es similar a lo quedespues se expuso, sin siquiera cambiar protagonistas. De ultima no es tema como para una discusión.

no, amigo... no es para discutir ni mucho menos; no es mi intención
saludos
 
>
Oleoducto Campo Durán San Lorenzo
Prospección de hidrocarburos en Mendoza
Zárate comienza a producir poliestireno
Ente minero Río Turbio se crea
El pico máximo de construcción de carreteras fue en los 60s y 70s (si no fue de los militares estrictamente, éstos continuaron con el plan), evolución que se ralentizaría a partir de 1980, desapareciendo virtualmente la expansión desde Alfonsín, que culminaría algunos de los tendidos q ya estaban en proceso. Doy fe de ello, al menos en el caso de las vialidades provinciales como la de E.Ríos, donde se paralizó todo, quedando carreteras a medio hacer.
http://www.e-asfalto.com/redvialarg/EstRedNacPav.gif
 
Hoy Gas y dragado

Gasoductos

>gasoducto Neuquén B.Blanca
Gasoducto Plaza Huincul Neuqué
Gasoducto Campo Durán Tucumán
Gasoducto internacional Arg Bolivia 1º latinoamericana entre Yacuiba y Santa Cruz de la Sierra
Gasoducto internacional Arg Chile de El Cóndor a Posesión
Gasoducto Centro Oeste de Neuquén a Santa Fe
>ramificación San Juan, San Luis y Mendoz
>ramificación a Catamarca y La Rioja
Gasoducto Gral. Rodriguez Neuquén
>Plantas compresoras

Ejemplo de evolución

Evolución de la capacidad de transporte del Gasoducto Comodoro Rivadavia – Buenos Aires
Año Habilitación Caudal (m3 /día)
1949 Gasoducto C. R. – Bs. As. 80.000
1950 Planta Compresora C. Rivadavia 280.000
1952 Planta Compresora Gral. Conesa 370.000
1956 Traslado de PC a Cañadón Seco (1) 500.000
1956 Plantas Compresoras Laprida y Médanos 800.000
1956 Loop Azul Lavallol 800.000 - 12 -
1957 P. Compresoras Chelforó y Plaza Huincul 1.000.000

1959 Ampliación captación 1.200.000


Vías Navegables

Evolución de Puertos, recomendada lectura, a falta de mejor fuente. El dragado, algo vital, desde 1983 se comenzó a descuidar, limitando o sepultando la actividad de puertos pequeños y del mismo Puerto de Buenos Aires. Fuente...del gobierno. El dragado es costoso, sólo encuentro un dato:200 millones de USD costó el aumento de profundidad del canal de acceso hasta 45' de Puerto Galván ( corresponde a la época de Carlos S.Ménem)



http://www.sspyvn.gob.ar/historiaDNVN_decada60.html

HISTORIA
LAS VÍAS NAVEGABLES

DE LA DECADA DEL 60 HACIA FINES DE SIGLO


A mediados de la década del 60 se mantiene en condiciones de navegabilidad:

  • 18 puertos de ultramar y 61 de cabotaje en la costa fluvial
  • 8 de ultramar y 6 de cabotaje en la costa marítima
Al dragar las rutas que conducen a esos puertos, tienen al mismo tiempo acceso, las decenas de muelles y atracaderos que se abren a lo largo del delta del Paraná y en su recorrido aguas arriba.

La reducción de su personal y de sus recursos llevó a la Dirección Nacional de Puertos y Vías Navegables a una racional explotación de sus equipos. Para mantener en condiciones óptimas de navegación los canales y vías marítimas y fluviales, tenía asignada a sus dependencias la siguiente distribución:

El Departamento Distrito Río de la Plata con asiento en la Isla Demarchi, atendía el dragado de los canales principales del Río de la Plata, el interior de los puertos de Buenos Aires, La Plata y canales secundarios del delta del Paraná con: 8 dragas a succión, 5 con cortador y 3 a cangilones.

Los Departamentos Distrito Paraná Inferior, con asiento en la Ciudad de Rosario, y Paraná Medio, con asiento en la Ciudad de Paraná, que dragan para la navegación de ultramar el río de ese nombre, hasta la Ciudad de Santa Fe, disponen de: 6 dragas a succión, 4 con cortador, 2 a cangilones y 1 tipo Dustpan.

El Departamento Distrito Paraná Superior, con asiento en la Ciudad de Corrientes, mantiene las profundidades de su jurisdicción con: 1 draga a succión y 3 a cortador.

Por último los Departamentos Distrito Bahía Blanca y Mar del Plata - Quequén, atendían el dragado de los canales de acceso a esos puertos marítimos con: 3 dragas a succión y 2 a cangilones.
Por contratación, durante 1971 se procedió a la construcción de la nueva dársena de propaneros en el Puerto de Buenos Aires, al dragado de la dársena interior del Puerto de Rosario, a la profundización del canal de acceso a la Base Naval de Puerto Belgrano, a la profundización del interior y acceso al Puerto de Quequén, a la profundización y ensanche del Puerto de Mar del Plata.

Entre 1981 y 1983 se procedió al dragado de profundización y ensanche de los canales de acceso al Puerto de Buenos Aires, Norte y Sud, también por contratación.

En 1975 se inicia la construcción de la Posta de Inflamables, zona de maniobras y canal de acceso a
Puerto Galván (Bahía Blanca) mediante Licitación Pública, finalizando la obra a mediados de 1977. En ese año se inicia mediante contrato el dragado de profundización entre acceso a Ingeniero White y par boya 24 (Bahía Blanca) finalizado a mediados de 1978.

En
1972 se incorporan la Draga 331-C a succión con cortador, y la Dustpan 401-C, ambas construidas en astilleros de nuestro país.

Durante 1
978 se agrega al plantel la Draga 256-C de succión por arrastre, de características únicas para su época, en cuanto a la relación entre su capacidad de cántara (6.000 m3.) y su reducido calado.

Desde 1977 a 1979 de acuerdo al plan de reequipamiento de unidades dragadoras se incorporan cinco dragas a succión por arrastre autopropulsadas y una draga grampa autopropulsada con tres grúas, a las que se agregan trece ganguiles, cuatro pontones cisterna y tres mulas.

Entre los años 1980-1981 se incorporaron ocho dragas de cangilones, dos dragas tipo Dustpan y una a cortador, una grúa flotante, once remolcadores, dos balizadores y un dique flotante. Entre los años 1983 y 1994 se incorporaron tres lanchas hidrográficas, seis ganguiles, cinco mulas y una petrolera.

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Artículo interesante de cómo hacemos las cosas los argentinos

Central Termoeléctrica Comandante Luis Piedraduena


http://www.lanueva.com/deportes-impresa/696736/-de-generaci-243-n-millonaria-.html
De generación millonaria


15/08/2004 09:00 Nadie sabe cuánto dinero demandó construirla, pero los bonaerenses debieron absorber la deuda de 1.350 millones de dólares que su ejecución demandó a la desaparecida ESEBA y el banco Provincia. Fue, por lejos, la obra más cara de la historia bonaerense, pero, apenas terminada, era "invendible".


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Nadie sabe cuánto dinero demandó construirla, pero los bonaerenses debieron absorber la deuda de 1.350 millones de dólares que su ejecución demandó a la desaparecida ESEBA y el banco Provincia.



Fue, por lejos, la obra más cara de la historia bonaerense, pero, apenas terminada, era "invendible".



Hoy, es la última en ingresar al Sistema Interconectado Nacional (SIN) cuando hay mayor demanda energética, debido al alto costo de la electricidad que produce.



Lo que sigue es parte de la casi increíble historia de la construcción de la central termoeléctrica Luis Piedra Buena.

Así comenzó todo



En agosto de 1979, la presencia de una draga, en la ría bahiense, daba cuenta del inicio de la construcción de la nueva usina eléctrica que daría respuesta al suministro de energía a nuestra ciudad y la región.



Se necesitaba ganar 60 hectáreas al mar, mediante el refulado, para asentar la "realización más ambiciosa de la Provincia en toda su historia".



La central termoeléctrica, bautizada, en 1983, "Luis Piedra Buena", disponía, desde 1975, de dos turbogeneradores de 310 megavatios cada uno, adquiridos a Rusia, y variado equipamiento proveniente de diferentes países.



En diciembre de 1979, se adjudicó la obra civil al consorcio integrado, entre otras, por Benito Roggio SA, Sebastián Maronese SA y Ormas, en casi 250 millones de dólares.



Era el comienzo de una construcción que sería devastadora para la economía bonaerense.

Danza de millones



La obra comenzó bajo gobierno militar, siguió con la administración radical y fue puesta en marcha por un gobernador peronista.



Todos debieron buscar financiación para su continuación, aunque nadie, a ciencia cierta, sabía cuánto dinero se llevaba invertido, cómo se había utilizado ni cuánto faltaba para ponerla en marcha.



Desde su inicio, la Empresa Social de Energía provincial (ESEBA) recurrió al financiamiento del banco Provincia, aunque también fue necesario pedir dinero al exterior.



En 1985, por ejemplo, el gobernador Alejandro Armendáriz (UCR) obtuvo 80 millones de dólares de la Banca Nazionale del Laboro y del Vneshtorg Bank, destinados a la playa de almacenamiento de carbón, combustible que jamás utilizó la usina.



En 1987, la Provincia lanzó los títulos "Deuda Interna Consolidada" (DIC), intentando reunir 15 millones de dólares para obras menores.



Denominados "Termobonos", su implementación fue un completo fracaso.



En 1989, Rodolfo Terragno, ministro de Obras Públicas, obtuvo dinero del Banco Mundial, para financiar un año de trabajos.



Pero el banco Provincia llegó al borde del colapso en 1987, cundo sufrió un "desequilibrio financiero" por tener inmovilizados 250 millones de dólares por la deuda que mantenía con el banco Central, a raíz de la obra.



"El Provincia requiere una solución impostergable a este problema que impone restricciones muy graves a su accionar", señaló, entonces, Aldo Ferrer, presidente de la institución.



Ese año, Armendáriz gestionó un crédito externo de 200 millones de dólares, para cancelar parte de esa deuda.



En medio de esta danza de préstamos, deudas y millones, la usina estaba a punto de convertirse en un verdadero "elefante blanco".

La privatización desnudó los números



En mayo de 1991, los primeros pasos para privatizar el servicio energético provincial permitieron conocer la deuda real que ESEBA mantenía con el banco Provincia por la construcción de la termoeléctrica.



Quedó en claro, entonces, el caótico estado de las cosas: actualizada, con intereses, moras y ajustes, la misma llegaba a los ¡3.200 millones de dólares!



Por otra parte, el banco consultó con operadores financieros, para conocer el valor de venta de la usina. Los entendidos sugirieron un precio base de... 320 millones de dólares, "cancelables con papeles de la deuda externa".



Vale decir que, de un día para otro, la obra de los 3.250 millones de dólares se cotizó a un 10% de ese valor, pagadero en títulos.



Para confirmar esto, se contrató a la consultora británica Powergenn PLC, que determinó un valor superior (682 millones de dólares), aunque sugirió "mantenerla bajo dominio bonaerense".



Pero otra cuestión adicional afectaba la central: la modificación del sistema energético, con la habilitación de la línea Alicurá-Abasto (1986), pasante por nuestra ciudad, y la puesta en marcha del Sistema Interconectado Nacional.



Esto convirtió a la usina en un "complemento de alivio", que sólo sería útil cuando hubiera baches en otros sistemas del país.



En 1992, Hugo Flombaun, presidente de ESEBA, aseguró, con total desparpajo, que "los bonaerenses hemos pagado ya tres veces la termoeléctrica".



No contento con eso, agregó: "La pobrecita ha sufrido más de la cuenta... Por eso debe ser nuestro hijo mimado. Ya era una obra cuestionada y cara. Hoy, la tenemos; pues, aprovechémosla".



En 1996, la energía que generaba era tan cara que sólo ingresaba al SIN "en casos de extrema necesidad".



La consultora CS First Boston, por su parte, aseguraba que, en caso de pretender venderla, "nadie la querrá, ni aun regalada".



Por eso, antes de salir a la venta, debió recibir una "pequeña colaboración", acaso la más increíble de todas.

Solución "de un plumazo"



En 1997, la usina era invendible y tenía una deuda "consensuada" de 1.350 millones de dólares con el banco Provincia.



¿Podría alguien comprarla? ¿A qué precio?



Fue entonces cuando apareció en escena el gobernador Eduardo Duhalde, quien transfirió toda esa deuda al pueblo bonaerense, cancelándola mediante bonos del Tesoro de los Estados Unidos cuyo pago (en cuotas hasta 2025) asumió la Provincia.



La licitación se hizo, entonces, con el pasivo de la empresa "evaporado".



Así y todo, en enero de 1997, hubo una única oferta de compra, por ¡diecinueve millones de dólares!



La misma fue calificada de "ridícula", pero, en un segundo llamado, seis meses después, el grupo formado por Camuzzi, Cei Citicorp y Pacific Enterprises se quedó con la usina, pagando treinta millones de dólares.



Así, el "fruto del esfuerzo continuado de los bonaerenses", "el jalón fundamental para una empresa joven como ESEBA", "la realización más ambiciosa del gobierno en toda su historia" (calificativos logrados a lo largo de su historia) cerró su ciclo.



La Provincia gastó (estimado, promedio, tentativo) dos mil millones de dólares en hacerla y la vendió, a duras penas, a 30 millones de la misma moneda, seis años después de su habilitación.

Hoy, 25 años después



Hace dos meses (junio de 2004), la termoeléctrica cambió de dueños, adquirida por el grupo Albanesi, de Rosario, en 25 millones de dólares.



Con una facturación anual de 30 millones de dólares, tiene un plantel promedio de 170 empleados que mantiene en guardia para cuando la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA) solicita sus servicios.



Entonces, genera energía que cede a la red de 500 kilovoltios del SIN. Por esa función de reserva, recibe un pago mensual de la Provincia.



En los últimos cinco años, sólo estuvo en marcha un total de 18 meses.



Mientras su chimenea de 180 metros de altura es un hito de Ingeniero White, los dos millones de dólares que costó cada metro cuadrado de su construcción dan cuenta, en parte, de cómo y por qué una de las provincias más ricas de Sudamérica acarició la quiebra.

Ficha

* Obra: Central Piedra Buena SA.
* Tipo: Termoeléctrica.
* Construcción: 1979-1991.
* Potencia Instalada: 640 megavatios.
* Costo total: Desconocido.
* Deuda acumulada con el banco Provincia (1991): 3.250 millones de dólares.
* Deuda acordada: 1.350 millones de dólares (absorbida por el Estado).
* Monto de privatización: 30.300.000 dólares.
* Precio de venta (junio 2004): 23.000.000 de dólares.
* Destino de su energía: Línea 500 kilovoltios del SIN.
* Capacidad de generación mensual: 460.800 megavatios/hora.
* Demanda de Bahía Blanca, mensual: 39.700 Mwh.
* Demanda sector Polo Petroquímico: 50.700 Mwh.

Mario Minervino/"La Nueva Provincia"
 

purilacroix

Miembro del Staff
Administrador
Moderador
Y si usamos tambien el topico para mostrar un poco de proyectos de infraestructura, obras a futuro, etc?
 
Y bue...ya que insisten:

La vieja guardia empresaria está de vuelta...

Por Ariel Cohen y Jairo Straccia | A meses del fin de mandato de Cristina, la vieja burguesía nacional está tomando la iniciativa. La reconciliación de dos viejos rivales y la vuelta de un histórico al negocio del petróleo.

Eduardo Eurnekian, Paolo Rocca, Gregorio PerezCompanc y Enrique Pescarmona son cuatro miembros de la vieja burguesía nacional que a seis meses del fin de mandato de Cristina Kirchner están tomando la iniciativa.

Distanciados por cuestiones de negocios, Rocca y Eurnekian limaron asperezas. El acercamiento se consagraría en una asociación entre una firma del grupo Techint, y Helport, de Corporación América. El padrino sería Hugo Dragonetti, titular de Panedile, una constructora que trabaja y tiene buena relación hace años con Techint, y que a la vez fue forzado a trabajar en conjunto con Eurnekian en obras financiadas por el gobierno ruso.

Techint cuenta con gran capacidad operativa. Panedile mucha tiene experiencia también en ingeniería, y Helport, si bien pujante y en crecimiento, todavía no tiene un tamaño tan importante como la influencia de Eurnekian.

Los cambios en el mundo del acero, donde el excedente de producción y las exportaciones a precios de dumping de China ya están impactando en las cuentas de Techint, que volvería a pisar fuerte en el mundo de la construcción local de obra pública.

Rocca y Eurnekian arrastraban un enfrentamiento desde la primera licitación de las represasCóndor Cliff y La Barrancosa que, relicitadas y rebautizadas Néstor Kirchner y Jorge Cepernik, fueron asignadas a empresas estatales chinas y a la parakirchnerista Electroingeniería.

La recomposición se da en momentos en que la familia Perez Companc, dueña del grupo Molinos, anunció que vuelve al primer amor, el petróleo, al recomprarle la vieja SADE aSkanska (se la había vendido en 1999). Pagó $ 900 millones para reinstalarse como proveedor de servicios petroleros y subirse a una eventual fiesta de la mano de Vaca Muerta.

“Hace una década que Pescarmona no vende una turbina en el país”, resumía en 2014 por su parte un empresario energético. Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa), atravesó años duros durante el kirchnerismo. Se quedó afuera de las represas de Santa Cruz, el gobierno venezolano dejó de pagarle una megacompra de turbinas y entró en default. Recién este año, hubo un anuncio como mínimo alivio. Cuando el grupo Cartellone active la represa Los Blancos en Mendoza, hay una acuerdo para que Impsa provea los equipos hidroelectromecánicos. “Es un proyecto importante para Impsa”, dijeron fuentes de la compañía.

Todos apuestan a una “agenda de infraestructura y energía” que dicen tener los candidatos. Hablan de miles de millones en puentes, rutas y represas cada año.

US$ 20 mil millones por año

Los equipos técnicos del candidato oficialista, Daniel Scioli, y el del PRO, Mauricio Macri, tienen puntos en común respecto a su ‘agenda de infraestructura’. Estudios privados cifran en unos US$ 20 mil millones por año la inversión en puentes, obras públicas, represas y puertos al menos para la próxima década. Ese universo de negocios es un muy buen motivo para que los históricos referentes de la llamada ‘patria contratista’, junto con líderes de conglomerados que vienen en expansión, apuesten a ganar una porción de esos mercados.

Pero hay más, tanto Scioli como Macri aspiran, lo antes posible si asumen, a lanzar un plan de créditos de vivienda. Ya tienen borradores de proyectos similares a la Unidad de Fomento chilena, una medida de indexación de cuotas para compensar la inflación.

Nota originalmente publicada en la edición impresa del Diario PERFIL del 26 de julio....



Mamita!!!!....

Fuente: FortunaWeb
 
Gracias Sebas, me gustaría tener acceso a la producción de acero, hormigón, etc...datos industriales de ésas épocas comparados con el entorno sudamericano y mundial de aquellos años actualizados hasta hoy.
 
Y bue...ya que insisten:

La vieja guardia empresaria está de vuelta...

Por Ariel Cohen y Jairo Straccia | A meses del fin de mandato de Cristina, la vieja burguesía nacional está tomando la iniciativa. La reconciliación de dos viejos rivales y la vuelta de un histórico al negocio del petróleo.

Eduardo Eurnekian, Paolo Rocca, Gregorio PerezCompanc y Enrique Pescarmona son cuatro miembros de la vieja burguesía nacional que a seis meses del fin de mandato de Cristina Kirchner están tomando la iniciativa.

Distanciados por cuestiones de negocios, Rocca y Eurnekian limaron asperezas. El acercamiento se consagraría en una asociación entre una firma del grupo Techint, y Helport, de Corporación América. El padrino sería Hugo Dragonetti, titular de Panedile, una constructora que trabaja y tiene buena relación hace años con Techint, y que a la vez fue forzado a trabajar en conjunto con Eurnekian en obras financiadas por el gobierno ruso.

Techint cuenta con gran capacidad operativa. Panedile mucha tiene experiencia también en ingeniería, y Helport, si bien pujante y en crecimiento, todavía no tiene un tamaño tan importante como la influencia de Eurnekian.

Los cambios en el mundo del acero, donde el excedente de producción y las exportaciones a precios de dumping de China ya están impactando en las cuentas de Techint, que volvería a pisar fuerte en el mundo de la construcción local de obra pública.

Rocca y Eurnekian arrastraban un enfrentamiento desde la primera licitación de las represasCóndor Cliff y La Barrancosa que, relicitadas y rebautizadas Néstor Kirchner y Jorge Cepernik, fueron asignadas a empresas estatales chinas y a la parakirchnerista Electroingeniería.

La recomposición se da en momentos en que la familia Perez Companc, dueña del grupo Molinos, anunció que vuelve al primer amor, el petróleo, al recomprarle la vieja SADE aSkanska (se la había vendido en 1999). Pagó $ 900 millones para reinstalarse como proveedor de servicios petroleros y subirse a una eventual fiesta de la mano de Vaca Muerta.

“Hace una década que Pescarmona no vende una turbina en el país”, resumía en 2014 por su parte un empresario energético. Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa), atravesó años duros durante el kirchnerismo. Se quedó afuera de las represas de Santa Cruz, el gobierno venezolano dejó de pagarle una megacompra de turbinas y entró en default. Recién este año, hubo un anuncio como mínimo alivio. Cuando el grupo Cartellone active la represa Los Blancos en Mendoza, hay una acuerdo para que Impsa provea los equipos hidroelectromecánicos. “Es un proyecto importante para Impsa”, dijeron fuentes de la compañía.

Todos apuestan a una “agenda de infraestructura y energía” que dicen tener los candidatos. Hablan de miles de millones en puentes, rutas y represas cada año.

US$ 20 mil millones por año

Los equipos técnicos del candidato oficialista, Daniel Scioli, y el del PRO, Mauricio Macri, tienen puntos en común respecto a su ‘agenda de infraestructura’. Estudios privados cifran en unos US$ 20 mil millones por año la inversión en puentes, obras públicas, represas y puertos al menos para la próxima década. Ese universo de negocios es un muy buen motivo para que los históricos referentes de la llamada ‘patria contratista’, junto con líderes de conglomerados que vienen en expansión, apuesten a ganar una porción de esos mercados.

Pero hay más, tanto Scioli como Macri aspiran, lo antes posible si asumen, a lanzar un plan de créditos de vivienda. Ya tienen borradores de proyectos similares a la Unidad de Fomento chilena, una medida de indexación de cuotas para compensar la inflación.

Nota originalmente publicada en la edición impresa del Diario PERFIL del 26 de julio....



Mamita!!!!....

Fuente: FortunaWeb

Que buena noticia!!!!....así Macri sigue haciendo viviendas como todas las que hizo en sus ocho años de gestión en la CABA, no?
 

Negro

Administrador
Miembro del Staff
Administrador
Que buena noticia!!!!....así Macri sigue haciendo viviendas como todas las que hizo en sus ocho años de gestión en la CABA, no?

Porque descarrilan el hilo con la politica partidaria.
 

guido-f

Tanista-Derruidista
@Negro2000 @koinorr @Seba_Concordia no se si esto es 100% real pero es una linda historia

General Manuel Savio, La Movilización Industrial

El objetivo de toda la obra de Manuel N. Savio fue claro: la Movilización Industrial Argentina, el mismo nombre que llevara el curso organizado y dirigido por el Teniente Coronel Savio en la Escuela Superior Técnica del Ejército Argentino, por el año 1933. Su proyecto buscaba alcanzar cuanto antes la capacidad de producción de materiales y la capacidad de elaboración de materias primas básicas para la industria manufacturera, que permitieran al país actuar con completa soberanía, sin la dependencia de intereses extranjeros que decidieran cuándo y qué industrias la Argentina podía desarrollar.


Su primer paso hacia la industrialización nacional, fue la creación de la Escuela Superior Técnica tomando como modelo la Ecole Polytechnique de Francia (fundada en 1794 bajo la dirección de Lazare Carnot, colaborador de Benjamín Franklin, precursor del Sistema Americano de Economía Política). En un ejército argentino en vias de ser profesional, capacitado y bien provisto, gracias a la obra de comienzos del Siglo XX del General Pablo Riccheri (1859-1936), la Escuela de Savio se convirtió en el semillero del que surgieron los nuevos ingenieros militares, que se encargarían de la explotación de yacimientos, construcción de industrias y de toda la infraestructura para el mencionado Plan Industrial.
El siguiente paso de Savio sería la creación de la Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM), desde la cual, siendo su director creó un plantel de catorce fábricas propias, participación en ocho sociedades mixtas y nueve sociedades anónimas con mayoría estatal, entre las cuales se destaca, Altos Hornos Zapla-Palpalá (1945), planta fundacional de la industria siderúrgica argentina.
Del arte del buen gobierno de Manuel N. Savio surgió la creación de la Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina (Somisa), que posteriormente construyera la Planta de Punta Argerich, hoy llamada Planta Siderúrgica “General de División Manuel N. Savio”, que llegó a proveer a la Nación Argentina con 500.000 toneladas de productos semi terminados de acero.
Para Savio, la movilización industrial argentina, se traduciría “en comida y hogar para muchos argentinos; pero a ese pan y a ese techo hay que agregarle el valor extraordinario que significa aprender a fundir, a construir hornos, a preparar refractarios, a manejar máquinas importantes. ¿Cuánto vale la influencia que tiene en la formación espiritual de nuestros compatriotas el perfeccionamiento de su capacidad técnica para sus tareas en medios mecanizados?… Su valor potencial tiene un extraordinario significado en la independencia argentina, en la argentinidad, sin ánimos aislacionistas; al contrario, en un sano propósito de cooperar al bienestar colectivo… Es indispensable para desenvolvernos libres de un tutelaje que, a esta altura de nuestra vida, resulta una vergüenza y una afrenta a nuestra dignidad”.

La Escuela Superior Técnica
Siendo presidente Uriburu (1930-1932), Savio, propone la creación de la Escuela Superior Técnica. Su proyecto es exhumado y dos meses después, el 6 de noviembre de 1930, se da a conocer el Decreto respectivo, quedando consolidada la creación de la Escuela Superior Técnica, fuente de capacitación de carácter militar y técnica a la vez, de la que surgirán los ingenieros militares que atenderán la movilización industrial que Savio trazaba para la Argentina, correlacionando las posibilidades de la industria con las necesidades de la defensa nacional. Designado como su primer Director, integra el cuerpo de profesores, que al igual que él, trabajarían ad-honorem en la Escuela, que, aún sin edificio, funcionaba en dependencias del Colegio Militar, en San Martín, provincia de Buenos Aires.
La Escuela Superior Técnica de Savio, no sólo fue el peldaño fundamental de lo que sería la movilización industrial de la Argentina sino que después, por 1945, ya recibía oficiales de otros países iberoamericanos. Como lo planteara el mismo Savio, esta movilización permitiría, un país listo tanto para la guerra como para la paz, que mediante las industrias desarrolladas, se propone levantar las sólidas estructuras industriales que, llegado el caso, sirvan a la defensa.

La Dirección General de Fabricaciones Militares
Convencido de que la seguridad y la defensa nacional, estarían estrechamente vinculadas a las industrias básicas, que sirviendo a la paz, al progreso pacífico, fueran la garantía del país en caso de conflicto, Savio remarcaba que “el análisis efectuado demuestra la situación actual de munición y la que es necesaria para satisfacer las necesidades más indispensables. Debemos convenir que las existencias disponibles resultan ridículas y que nos encontramos, en realidad, totalmente desarmados”.
Como solución, Savio propone incluir las industrias del Ejército en un organismo autárquico y centralizador, que sea idóneo para dirigir no sólo las fábricas estatales, sino también las privadas que pudiesen adaptarse en caso de un conflicto. Organismo que sería delineado en el proyecto de creación de la Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM), el cual quedara definido en sus puntos esenciales en septiembre de 1937, y cuyo propósito esencial, como posteriormente explicara Savio, era “alcanzar lo más pronto posible la propia capacidad para producir en el país las armas y las balas indispensables para mantener la soberanía y el honor nacionales; liberándonos a ese respecto de la dependencia del exterior”.
El 11 de mayo de 1938, eleva al Poder Ejecutivo un proyecto de ley auspiciando la creación de la DGFM. Tres años después, el 9 de octubre de 1941 se promulga la Ley 12.709, estableciendo el régimen orgánico de la DGFM, siendo designado, como su Director General el recién ascendido coronel Savio.

Zapla y la Minería Argentina
En el año 1939, con la declaración de guerra de Francia e Inglaterra a Alemania, quien acababa de invadir a Polonia, se daba inicio a la Segunda Guerra Mundial. Era previsible que al país iban a faltarle minerales y suministros importados, esenciales para su funcionamiento. Entre ellos, estaba el hierro. Por esos días un grupo de campesinos que residían en la ciudad de San Salvador de Jujuy, había encontrado por casualidad, en los bosques de Zapla, lo que parecía ser un yacimiento de hierro.
Interesado en lo que podría ser un yacimiento de hierro, imprescindible para su proyecto industrial nacional, encargó a uno de sus asesores, Luciano Roque Catalano, pionero de la minería argentina, doctor en Química especializado en geología económica y planificación de la movilización industrial argentina, la misión de realizar una exploración minera en la sierra de Zapla, provincia de Jujuy.
A su regreso, Catalano advirtió que el descubrimiento del hierro de Zapla tenía tanta importancia para el país como el hallazgo casual de petróleo en Comodoro Rivadavia, señalando que “el yacimiento es una cuenca sedimentaria de hematita cuya potencia visible asegura una reserva de 50 millones como mínimo, tal vez 100, y quizá me quede corto”.
Al mismo tiempo, por esos días, un tradicional matutino sostenía en un editorial que “no tenemos hierro ni carbón de piedra, elementos indispensables de la gran industria”, para concluir que “en realidad no nos debemos quejar de la heredad que nos ha tocado en suerte y no hemos de ser mineros mientras nos convenga y nos guste ser labradores y criadores de ganado”. A lo que Savio refutaba indicando que “o sacamos este hierro de nuestros yacimientos… o renunciamos a salir de nuestra condición exclusiva de país agrícola-ganadero, renunciando a alcanzar una mínima ponderación industrial, con todas las graves consecuencias que ello implicará en el futuro de la Nación”.
La DGFM se dedicó a la exploración de las riquezas minerales de la Argentina cuyos resultados no tardaron en aparecer. Entre los mas importantes de esos descubrimientos estuvieron: el hierro de Puesto Viejo, al sur de Zapla; las arcillas y caolines bonaerenses, el uranio de Comechingones y de la mina “Soberanía”, de Mendoza; el cobre de Los Aparejos, en Tinogasta, Catamarca; el mineral del Paramillo, de Uspallata, Mendoza; la mina de hematita La Santa, Pastos Grandes, Salta; y el cobre y la rodocrosita de Capillitas, entre otras.
Cuando por el mes de agosto de 1945 fueron arrojadas las bombas nucleares en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, Savio de inmediato reaccionó insistiendo en que “tenemos que intensificar ya, rápidamente, la búsqueda de uranio en todo el territorio argentino. No se trata de fabricar la bomba atómica, sino de pesar en el concierto mundial con la tenencia de uranio”. Asi fue como los 30 geólogos de la DGFM se lanzaron al relevamiento y la exploración del territorio nacional en busca de uranio haciendo hallazgos sorprendentes. Dos décadas después, Argentina estaba en el concierto de las pocas naciones que generaban energía nuclear.

Zapla-Palpalá: El nacimiento de la siderurgia argentina
Con el descubrimiento de los yacimientos de hierro en Zapla, la DGFM da inicio a la creación del Establecimiento Altos Hornos Zapla y la planta experimental de Palpalá, pilares de la nueva siderurgia argentina.
A cargo del capitán Enrique Lutteral, ayudado por el geólogo Victorio Angelelli, se elaboró la galería principal de la mina de Zapla, bautizada “9 de octubre” en homenaje a la fecha de la fundación de la DGFM. Construida a dos puntas sobre una longitud de 500 metros, o sea a partir de sus extremos, tratando de empalmar en su parte media. Un método inusual, contrario a todas las prácticas universales, adoptado porque los equipos de perforación –trabajando con barretas y martillos por la carencia de elementos mecánicos y automáticos- no podían avanzar más de un metro por día, mientras el plazo estricto fijado por Savio requería otro ritmo.
Había que construir un cable carril desde la sierra de Zapla a Palpalá, para asegurar la bajada del mineral. Varios técnicos recorrieron el país en su búsqueda. En una mina riojana abandonada llamada “La Mexicana” encontraron uno. Hurgando sin descanso consiguieron varios tramos. La habilidad de los técnicos permitió una instalación aérea con cables adquiridos en trozos, como si fueran géneros, que soldaron con perfección, disimulando las uniones. Una doble línea de cable carril tendida a lo largo de doce kilómetros y medio con cinco estaciones tensoras y 109 torres de hierro en forma de T, plantadas sobre basamento de hormigón, unió a Palpalá, ubicada a 1.105 metros sobre el nivel del mar, con el extremo más cercano del yacimiento, a 1.500 metros de altitud.
El 7 de marzo de 1944, después de un año de estudios previos, comenzó la construcción de la planta industrializadora de Palpalá. Y en dieciocho meses se levantó el alto horno que, caso único en el mundo, se construyó de hormigón armado por la carencia de los materiales clásicos. Para la fábrica eléctrica y los soplantes, especie de ventiladores gigantes que hacen las veces de pulmón del alto horno, se requería un motor de 500 HP y en el país se fabricaban apenas de 80 HP. Savio reunió a los industriales argentinos y por último, el ingeniero Torcuato di Tella se comprometió a construir seis motores de 85 HP para seis soplantes en paralelo de manera que la presión de uno no ahogara al otro. Se debía quemar el gas del alto horno en una caldera y pasarlo a turbina. En Bahía Blanca se halló un motor viejo de 1.200 HP con dos décadas de uso, que se reacondicionó.
Mientras Chile, Brasil y México para sus emprendimientos siderúrgicos contaban con la colaboración norteamericana, Savio –condicionado por la política exterior argentina, que se mantuvo neutral durante la Segunda Guerra- construía la planta piloto de Palpalá apelando a piezas en desuso recogidas a lo largo de todo el país. En un astillero viejo de San Fernando se compraron dos calderas antiguas, casi chatarra. Como no se pudieron obtener ladrillos refractarios para el interior del horno, una firma nacional los ofreció de sílice, siendo aceptados finalmente por los ingenieros suecos, pero sin ofrecer garantía.
Como combustible se utilizó carbón de leña del Chaco, Santiago del Estero y Salta. Inmediatamente, las voces de la prensa ecologista de ese entonces, clamaron “no se puede levantar la siderúrgica con carbón vegetal, vamos a quedarnos sin montes”. A lo que Savio respondió activando el Vivero de Pirané e iniciando las plantaciones de 15.000 hectáreas de eucaliptos en la zona Zapla-Palpalá, formando un bosque de 30 millones de árboles, que al dia de hoy, permiten la realización de cortes cada siete años.
Se acercaba el día ansiado en que el horno entraría en funcionamiento. Se suscitó entonces una cuestión grave: no se contaba con los repuestos imprescindibles en caso de avería, que debían ser comprados en el exterior, y era claro que Zapla iba a ser jaqueada por el extranjero, debido a la importancia que remitía a la soberanía y defensa nacional. El riesgo a correr era inmenso, pues si se interrumpía la operación del alto horno el tiempo suficiente para que se enfriara y solidificase el material, su inutilización sería definitiva, y volarlo su destino sin remedio. Savio sopesó las circunstancias y dijo “Adelante”, asumiendo toda la responsabilidad; la suerte lo acompañó pues el horno trabajó dos años sin problemas y a esa altura los repuestos ya estaban a mano.


El día 11 de octubre de 1945, surgiría el primer chorro brillante de hierro que, en palabras de Savio, “iluminara el camino ancho de la Nación Argentina”. Sin demora, el capitán Lutteral se tomó desquite: envió al sabio alemán Schlagimtweit, el mismo que tres años atrás sostuviera que “el mineral de Zapla no es reductible”, un trozo de lingote con una simple tarjeta: “Para que le clave los dientes”.
Así, Palpalá se fue convirtiendo, como lo quería Savio, en un centro de irradiación industrial, a la vez que elevaba el nivel cultural y social de la región, transformando al pueblito que en 1940 tenía tan solo tres casas, en el tercer centro poblacional de Jujuy, con más 30.000 habitantes, viviendas espléndidas, escuelas primarias y técnicas, y centros culturales.

Industrias bélicas para la paz
El descubrimiento casual de una mina de azufre, por parte de un grupo de exploradores en el sudoeste de la provincia de Salta, a unos 5.200 metros de altura, sería el comienzo de la industria azufrera argentina. Comenzada a explorar, a cielo abierto, por una compañía privada, Savio tomó contacto con ella y en 1943 se organizó la Sociedad Mixta Azufrera Salta. Al año siguiente, mediante el apoyo de Savio como director de la DGFM, empezó a producir 31.000 toneladas de azufre, utilizadas en su mayor parte para la obtención de ácido sulfúrico, sulfuro de carbono para la pólvora negra y aspersiones contra insectos hongos, entre otros.
El 30 de enero de 1938 se inaugura la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos “Villa María”, ubicada en la localidad cordobesa de igual nombre, y que Savio completara y pusiera en funcionamiento en agosto de 1942, con las plantas de éter y pólvoras de nitrocelulosa. Poco tiempo después, se instalaría el segundo conjunto fabril químico de la DGFM en Río III.
De su producción, las Fuerzas Armadas sólo consumen apenas el 4 por ciento, el resto lo absorbe la industria privada, que utiliza la nitrocelulosa para la elaboración de pinturas, esmaltes, lacas, barnices y películas radiográficas, mientras diversos explosivos se destinan a minería, obras viales y sismográficas.
La carencia de neumáticos –cubiertas y llantas- durante la 2ª Guerra había creado enormes dificultades al país. Savio aplicó a que la DGFM obtuviera caucho sintético, para lo cual creó por concurso la Sociedad Mixta Atanor, que si bien no pudo resolver su producción, empezó a satisfacer la demanda de agua oxigenada, cloro soda, metanol y soda cáustica.
El 26 de agosto de 1942, bajo la dirección de Savio, la DGFM creaba en las proximidades de Campana, provincia de Buenos Aires, la Fábrica Militar de Tolueno Sintético: era el comienzo de la petroquímica en el país. Con la colaboración de Y.P.F. inauguró el 31 de diciembre de 1943 la producción del tolueno para la obtención del explosivo TNT. Y su desarrollo llegó a abastecer a la industria con solventes aromáticos y parafínicos, aguarrases y thinners.
El 4 de agosto de 1942, en la ciudad de San Francisco, provincia de Córdoba, se instalaba la Fábrica de Munición de Guerra y Armas Portátiles, que cuatro años después producía cartuchos de guerra y de fogueo, y posteriormente elementos de uso civil como motores eléctricos, discos para arado, material ferroviario como vagones y furgones, entre otros. Dos meses después, el 3 de octubre de 1942, se colocaba la piedra fundamental de la actual Fábrica Militar de Armas Portátiles “Domingo Matheu” en la ciudad de Rosario.
El 1º de abril de 1947 Savio inauguraba la Fábrica Militar de Material de Comunicaciones y Equipos, en la localidad de San Martín, provincia de Buenos Aires con la finalidad de fabricar equipos de dotación de las Fuerzas Armadas, al tiempo que empezó a producir, también, equipos electrónicos como transmisores, receptores y equipos de televisión. Preocupado por los requerimientos de la industria del cobre para las Fuerzas Armadas y el uso civil, en 1944 adquirió la Sociedad Electrometalúrgica SEMA, de origen alemán que pasó a llamarse Fábrica Militar de Vainas y Conductores Eléctricos. Ubicado en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, este establecimiento empezó fabricando latón militar para vainas, metales para la industria manufacturera y una amplia gama de conductores eléctricos.
En 1945, se creó la Fábrica Militar de Materiales Pirotécnicos, con asiento en Pilar, provincia de Buenos Aires que abasteció a las Fuerzas Armadas y cubrió las necesidades de explosivos de uso civil como la elaboración de cargas para las perforaciones petrolíferas y mineras.
La Fábrica Militar de Aceros, de Valentín Alsina, que fundara en 1936 el general Reynolds y completara Savio en 1938, para 1969 era la única planta que producía en el país laminados planos de alto carbono y de acero al silicio para los que antes se dependía exclusivamente de la importación.
Catorce fábricas propias –o “núcleos de paz”, como las llamara Savio-, participación en ocho sociedades mixtas y nueve sociedades anónimas con mayoría estatal, tal es el panorama resplandeciente legado por Savio como Director de la DGFM.

Somisa: El Plan Siderúrgico Nacional
Alarmado al comparar que treinta años atrás –en el decenio 1905-1914- la Argentina consumía 150 kilogramos de hierro y acero por habitante, y que en esos días de 1943 había descendido peligrosamente a menos de 50, sumado a que, a diferencia de la época de la Primera Guerra, la Segunda Guerra Mundial interrumpía el suministro a una Argentina que demandaba camiones, autos, locomotoras y demás, Savio proyecta un programa siderúrgico que comprenda “la ejecución anual de alrededor de 315.000 toneladas de acero en una etapa inicial”. Sostenía que “necesitamos barcos, ferrocarriles, puertos y máquinas de trabajo, y no nos podemos detener a la espera de milagros… ello es ya un imperativo en nuestro progreso, porque es un mandato de la argentinidad, porque lo requiere nuestra soberanía dentro de un programa que no persigue ninguna autarquía deformada por exacerbado nacionalismo, sino porque aspira a contar con un mínimo de independencia”.
El 24 de enero de 1946 tenía entrada en la Presidencia de la Nación el proyecto de ley suscrito por el general de brigada Manuel N. Savio, director general de la DGFM, con el objetivo de elevar el Plan Siderúrgico. Al someterlo al Congreso señala: “su finalidad esencial consiste en crear una real capacidad para la producción nacional de acero, en condiciones tales que aseguren el desenvolvimiento económico de la siderurgia argentina y su ulterior afianzamiento”. “La actividad industrial que encara este plan es vital, la necesitamos, como hemos necesitado nuestra libertad política, como hemos necesitado en su oportunidad nuestra independencia”. “La industria del acero es la primera de las industrias; y constituye el puntal de nuestra industrialización”.
El 21 de junio de 1947 el Poder Ejecutivo promulgaba el Plan Siderúrgico convertido en la Ley Nro. 12.987, nombrando a Manuel N. Savio como Presidente de la Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina (Somisa). En primer lugar, decide la ubicación de la planta siderúrgica en Punta Argerich, sobre el río Paraná, en el partido de Ramallo, provincia de Buenos Aires. El 13 de marzo de 1948, en su carácter de Presidente de SOMISA, suscribe el contrato con la Armco argentina por el cual se encargan los planos y estudios, supervisión de la instalación y de la puesta en marcha de la planta a instalarse. El 26 de junio de 1948, el Directorio de Somisa aprueba el plan definitivo presentado por Armco, optando por un complejo para elaborar 500.000 toneladas de productos semiterminados de acero.
Imprevisiblemente, y en mitad de la realización de su proyecto industrial para la Argentina, el sábado 31 de julio de 1948, el general de división Manuel N. Savio, muere a los 56 años de edad. En adelante, el 31 de julio sería celebrado como el Día de la Siderurgia Nacional. Su Plan Siderúrgico se vería aplazado por casi una década, siendo Arturo Frondizi (1958-1962), aquel diputado que integrara la comisión especial de la Cámara de Diputados para estudiar el Plan de Savio, quien en 1958, ya ungido presidente de la República, quien haría uso manifiesto del préstamo de 60 millones de dólares que, en 1955, el Eximbank (Export and Import Bank of United States) le concediera al gobierno de Juan D. Perón para financiar las adquisiciones de equipos y servicios a efectuarse en Estados Unidos para la instalación de la planta de Punta Argerich, que pasaría a llamarse Planta Siderúrgica “General de División Manuel N. Savio”. El 20 de abril de 1960 se produce, en la planta de Punta Argerich, el primer deshornado de coque apto para fines metalúrgicos; el 20 de junio, la primera colada de arrabio y el 5 de mayo de 1961, la primera colada de acero. El 25 de julio de ese 1960, trece años después de la promulgación de la Ley 12.987, se realiza la inauguración oficial de la planta con la asistencia del presidente Arturo Frondizi. Durante la inauguración, al dirigirse a los presentes el teniente general Castiñeiras recordó que la planta fue contratada en 1958: “eso equivale a decir que en tres años se ha llegado a producir acero en el país. Con el acto de hoy se desmiente a quienes sostenían que se tardaría quince años en lograr lo que es hoy una realidad nacional”.
El presidente Frondizi, quien concluyera durante su gestión la planta de Punta Argerich, dijo sobre Manuel N. Savio: “Es un hombre que honro los estudios económicos dentro del país. La figura del general Savio estará ligada a toda una serie de acontecimientos fundamentales para el desarrollo económico del país; y no se podrá hablar en el futuro de la industrialización argentina sin tener en cuenta las ideas y los conceptos del general Savio, quien fijó con precisión los límites y el significado del proceso económico nacional”.

Manuel Savio, el hombre.
Fue un hombre modesto y accesible, orgulloso de sus orígenes. Decía al respecto: “Este es un país en que el hijo de un inmigrante puede llegar a ser general de la Nación”.
Le gustaba el cine y el teatro, y era un buen lector de los autores clásicos que repasaba con frecuencia. En su escritorio se mezclaban los papeles de trabajo con libros de poesía en los que subrayaba versos y hacía anotaciones al margen. Este no era otra cosa, según él, que un método para perfeccionar su lenguaje y poder utilizarlo como un instrumento de persuasión. Algo que indudablemente aprendió.
Savio tenía una memoria prodigiosa y apenas anotaba en una hoja pocas palabras que luego se podían transformar en un complejo informe o en un discurso. No era de llevar papeles a las reuniones, y esos “ayuda memoria”, que a veces confeccionaba, los guardaba en el tafilete de su gorra.
Savio hacía un culto de escuchar la opinión de la gente que estaba con él. Hay una anécdota en este sentido que lo pinta de cuerpo entero. Un día, al tener que firmar un expediente, le preguntó al que se lo había alcanzado qué opinaba sobre el tema del que se trataba, a lo que el hombre le contestó, tal vez sorprendido por la atención que había conquistado y excusando su propia opinión, que dicho expediente estaba ya aprobado por su superior. Sin embargo, Savio insistió en que deseaba conocer su pensamiento al respecto y, finalmente, logró una exposición que no coincidía con la de su superior.
Lo dejó hablar, le formuló preguntas, y llegó a la conclusión de que lo que esta persona planteaba era lo más acertado, y así lo llevó adelante. Sus colaboradores recuerdan haberlo escuchado decir con habitualidad: “El que me discute es el que más me ayuda”.
Los hábitos de Savio fueron siempre sencillos; y sus despachos oficiales, austeros, simples lugares de trabajo.
Savio fue un hombre estricto con los demás y estricto para consigo mismo, en el que el ser y el deber ser estaban unidos.
Evitaba que su mujer utilizara el auto oficial que le correspondía, pensando que un militar debía dar permanentemente el ejemplo, y así renunció a todos los sueldos que no fueran el del Ejército. Esos honorarios se fueron acumulando a través de los años, y a su muerte le fueron ofrecidos a su viuda que rehusó aceptarlos, cumpliendo una voluntad expresa de Savio.
Margarita Carranza, su secretaria durante largos años, recuerda que su jefe, cuando le hablaban del tema, se reía: “¿Cómo voy a cobrar –decía entonces- si yo mismo me nombré en el cargo”?
En el mismo sentido detestaba que le hicieran regalos “de agradecimiento” por alguna gestión; y en más de una oportunidad, éstos le fueron devueltos al que los enviaba o se convirtieron en el premio de algún concurso de tiro entre soldados.
Podía ser sumamente duro si lo consideraba necesario, y estaba atento a las necesidades de la gente que trabajaba con él, que siempre se sintió cuidada a su lado.

Su legado
Las obras que destacan a Savio son, fundamentalmente, la creación de la Escuela Superior Técnica, Fabricaciones Militares y SOMISA, piezas indispensables para esa Argentina que necesitaba profesionalizarse, crecer, salir al mundo. También ideó la doctrina y puso en marcha la estrategia para la industrialización del país, proyecto que se detuvo al mismo tiempo que su corazón en 1948, a pesar de que, por la inercia del camino emprendido, algunas obras continuaron hacia delante. Aquel sueño se plasmaría en realidad el 5 de mayo de 1961, cuando en la planta General Savio, en San Nicolás, se obtuvo la primera producción de acero.
A veces le faltó apoyo oficial, otras tropezó con empresarios que preferían las ganancias fáciles, pero la testarudez de Savio lo hizo seguir adelante con fe, con sentido de justicia, con espíritu nacional.
Savio fue un visionario y un anticipado a su época, por eso encontró tantos obstáculos, por eso su muerte significó la parálisis de sus proyectos, cuando no una vuelta atrás.
El modelo de la asociación entre el Estado argentino y los empresarios nacionales prometía ser productiva, pero lamentablemente se debilitó a la muerte del general Savio. Esto fue motivo de análisis y consideraciones laudatorias en la obra de Thomas C. Cochran y Robert E. Rein, “Entrepreuneurship in Argentine Culture” (University of Pennsylvania Press, 1962), según cita el periodista del diario La Opinión de Buenos Aires, Osiris Troiani, en un artículo suyo de 1973.
Como nadie es profeta en su tierra, Savio no fue justamente valorado en el país. La nuestra era entonces una clase empresarial a la que le costaba asumir los compromisos para con el crecimiento argentino como algo propio.
Savio, el combativo, el tenaz, el visionario Nicolás Savio, caería en un sector de sombra. La muerte se llevó su cuerpo y permitió a todos aquellos que preferían seguir distraídos, que lo siguieran haciendo.
El costo que la Argentina y todos nosotros hemos y estamos pagando por ese motivo, todavía nos mantiene en carne viva, discutiendo absurdos argumentos ya perimidos en el mundo y lejos del destino de grandeza y holgura que pudimos haber alcanzado y del que estuvimos cerca.
Era un hombre austero y culto. Leía los clásicos, escribía con facilidad y vuelo poético y tenía como pilares viejos valores como la ética o el sentirse orgullosamente servidor de la República. Nunca aceptó cobrar más sueldo que el del Ejército, y formó una familia sólida con la que vivió en una casa de Belgrano comprada con un crédito del Banco Hipotecario que a la hora de su muerte no había terminado de pagar

http://www.taringa.net/posts/info/14786972/General-Manuel-Savio-La-Movilizacion-Industrial.html

http://interdefensamilitar.com/2011/11/01/general-manuel-savio-la-movilizacion-industrial/
 
Última edición:
Claro que sí, igual que Mosconi y muchos más. Sin FFAA no se entendería parte de la infraestructura argentina.
 
Tengo entendido que el complejo de viviendas Lugano I y II también fue hecho por un gobierno Militar.

Saludos
 
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