Holocausto Judío

Segunda Parte

El comienzo de las persecuciones en Polonia
Con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial comienza una nueva etapa de la política antijudía del régimen nazi. La guerra cambió totalmente la faz de Europa y del mundo en general, y causó la muerte de millones de civiles, miembros de pueblos y naciones diferentes. Durante la misma se llevó a cabo el diabólico programa genocida contra el pueblo judío.
Tres semanas después del ataque alemán, y mientras Polonia intentaba rechazarlo, la Unión Soviética invadió la parte oriental de ese país. La ocupación se realizó acorde al pacto secreto firmado casi un mes antes entre el ministro de relaciones exteriores soviético Molotov y el de Alemania, Ribbentrop. En el lapso de tres semanas Alemania derrotó a Polonia, quedando éste país dividido en tres partes: las zonas occidentales y septentrionales que incluían a Lodz, la segunda ciudad más importante del país, fueron anexadas a Alemania; los distritos orientales fueron anexados por la Unión Soviética; y los territorios restantes en el centro del país fueron denominados como zona del Gobierno General, y su destino permaneció indefinido en la primera época de la ocupación. Se estima que en la zona ocupada por los alemanes se encontraban 1.8 millones de judíos y más de un millón en la zona que ocupó la Unión Soviética.
Desde principios de la guerra los alemanes se desprendieron de todas las consideraciones políticas y morales que pusieron algún freno a sus acciones en tiempos de paz, cuando todavía era importante tener en cuenta a la opinión pública. Dejaron de tener reparos en el uso del terror contra el pueblo polaco, encarcelando y asesinando a sus dirigentes y elites intelectuales, y tratando de convertirlo en un esclavo al servicio de la "raza superior".
Dado que la política respecto de los judíos y los métodos para solucionar la cuestión judía eran considerados como parte del plan destinado a impedir el daño que causaban los judíos al pueblo y al Reich alemanes, las SS y la policía se veían a sí mismas responsables de la ejecución de los mismos. Ya en setiembre de 1939 Reinhard Heydrich, jefe de la Oficina de Seguridad del Reich de las SS, envió una "orden urgente" que definió los procedimientos y el trato hacia los judíos en las zonas polacas ocupadas. En esa orden se dispuso que los judíos que habitaban pueblos y aldeas debían trasladarse a concentraciones más grandes en las ciudades (lo que constituyó un primer paso al establecimiento de guetos en las mismas). Asimismo se ordenó la formación de "consejos judíos" (Judenraete) encargados de la ejecución al pie de la letra de los edictos emitidos por las autoridades nazis. En esa disposición Heydrich hizo una distinción entre una etapa de transición en la ejecución de la "solución al problema judío" y la "meta final", aunque no se debe suponer de que ya en esa época se había definido esa meta final como el exterminio total de los judíos y se había llegado a planificarla. Sabemos que existían planes indefinidos y la intención de solucionar el problema judío de un modo rápido y radical. En esa época aún prevalecía la tendencia a forzar a los judíos a emigrar de los confines del Reich alemán. Al entrar a las ciudades y poblaciones polacas los alemanes dieron rienda suelta a un sinfín de vejaciones y humillaciones hacia todo judío que se topaba con ellos. Judíos fueron golpeados y hechos objeto de burlas, las barbas de judíos observantes fueron brutalmente cortadas, y en muchos casos se organizaron ejecuciones públicas con el propósito de aterrorizar a la población.
Los ejecutores eran miembros de unidades especiales de la Policía de Seguridad (Einsatzgruppen) que acompañaban al ejército regular. Con su arribo era común el incendio de sinagogas y de edificios junto con sus ocupantes. Quienes se atrevían a salir a la calle eran secuestrados y enviados a realizar trabajos forzados, en especial la reparación de los daños causados por los combates. Luego de haber sido multados por el delito del estallido de la guerra, y la destrucción cosecuente, cayeron sobre los judíos una infinidad de edictos, entre ellos el registro de la mano de obra judía y la "obligación de trabajar", la confiscación paulatina de sus bienes (por ejemplo, la "operación de las pieles" mediante la cual se obligó a habitantes de los guetos a entregar abrigos de pieles para uso de las tropas alemanas en el frente ruso, la confiscación de muebles, etc.) y la anulación de sus medios de subsistencia.
Los alemanes decretaron para los judíos en las zonas ocupadas la obligación de llevar un distintivo especial, tal como se solía hacer en la Edad Media, por lo común un brazalete blanco con una estrella de David azul, o una estrella amarilla sobre la chaqueta.

La vida diaria en los guetos
El 21 de setiembre de 1939 el jefe de la Policía de Seguridad de las SS ordenó que los judíos residentes en aldeas y pueblos en la zona de ocupación alemana de Polonia sean concentrados en ciudades grandes cercanas a éstos. Ese fue el primer paso para el establecimiento de los guetos en Polonia. Los judíos fueron encerrados en guetos, situados por lo común en la parte más pobre y descuidada de la ciudad, a menudo sin electricidad e instalaciones sanitarias básicas. A principios de 1940 fue establecido en Lodz un gueto grande, herméticamente cerrado. El más grande se estableció en Varsovia a fines de 1940, donde fueron encerrados al comienzo unos 445.000 judíos.
Los judíos podían llevar solamente posesiones personales, perdiendo de esa manera el resto de sus propiedades. El hacinamiento en los guetos era enorme y la falta de higiene un problema insoluble. Las raciones oficiales de comida eran insuficientes para el sustento. Bajo esas circunstancias la vida en el gueto se caracterizaba por el hambre agudo y altos índices de enfermedad y muerte. Los alemanes tomaban severas medidas contra los contrabandistas de comida, incluso la pena de muerte.
A pesar de las condiciones inhumanas se llevó a cabo en los guetos por medio de organizaciones comunitarias e instituciones de ayuda un esfuerzo concentrado para preservar la vida y satisfacer las necesidades de la comunidad.
Después de los asesinatos masivos en los territorios conquistados a la Unión Soviética a partir de junio de 1941, se establecieron guetos también en esos territorios, a pesar de que la intención de los alemanes era liquidar a sus habitantes lo antes posible. El más grande de esos guetos fue establecido en Minsk, Bielorrusia, en el que fueron encerrados cerca de 100.000 judíos.
En Terezin (Theresienstadt), una ciudad fortaleza en el noroeste checo, los nazis establecieron un gueto en noviembre de 1941 en el que fueron recluidos judíos de Bohemia y Moravia, judíos famosos o destacados del Reich y ancianos, y algunos miles de judíos de Holanda y Dinamarca. De hecho este gueto sirvió como campo de transición a campos de exterminio, bajo la supervisión de las SS, aunque por un breve tiempo fue utilizado como un gueto modelo con fines propagandísticos. En el momento de su liberación habían pasado por Theresienstadt 155.000 personas - 35.440 perecieron en el gueto y 88.000 fueron deportadas para ser exterminadas.
En marzo de 1944 los alemanes ocuparon Hungría, y en abril comenzaron las deportaciones a Auschwitz. En noviembre se estableció un gueto en Budapest en el que fueron recluidos 70.000 judíos.
Con el establecimiento de los guetos se cumplieron algunas metas importantes para los nazis: el hacinamiento de los judíos, bajo una estricta supervisión, el robo de sus pertenencias y los beneficios que se podían obtener de su trabajo
Los guetos aislaron a los judíos del mundo exterior y los volvieron vulnerables e impotentes en los momentos más decisivos. Asimismo exacerbaron la hostilidad que ya existía en la población local. Los alemanes establecieron más de mil guetos en Europa oriental, y algunos más en el centro y sur de ese continente.
 
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[La emigración de Alemania

Desde el comienzo de 1938 aumentó considerablemente la emigración de judíos de Alemania, a pesar de las dificultades que las autoridades ponían a los emigrantes potenciales. La venta forzada de bienes de judíos a alemanes -proceso que recibió el apodo de “arianización”, se hizo cada vez más agresiva. De los aproximadamente medio millón de judíos que habitaban en Alemania, emigraron cerca de 300.000. Organizaciones judías internacionales, asociaciones judías alemanas y el movimiento sionista participaron en la organización de la emigración...

1938 post emigración quedaron sólo 200.000 judíos en Alemania? o 2.000.000?
 
Consulta.

¿Existe algún sitio en internet que discrimine por nacionalidad y lugar de residencia los 6.000.000 de judíos del holocausto?
 
Tercera Parte

El comienzo de la Solución Final
Luego de la invasión alemana a la Unión Soviética el 22 de junio de 1941 comenzaron los fusilamientos masivos de judíos. Más del 80% de los judíos lituanos fueron asesinados hacia fines de 1941. 150.000 judíos de Rumanía fueron exterminados por alemanes y rumanos en los primeros meses de la invasión alemana a la Unión Soviética.
Hasta comienzos 1943 fueron de asesinados la mayoría de los judíos de Ucrania y Bielorrusia occidentales.
En enero de 1942 fue convocada en un suburbio de Berlín la Conferencia de Wannsee con el propósito de coordinar los métodos de ejecución de la 'solución final del problema judío'.

El exterminio de los judíos de los países bálticos
Al producirse la invasión alemana en junio de 1941 vivían en Lituania alrededor de 220.000 judíos. Apenas comenzada la invasión, y aún antes que los alemanes llegaran, lituanos antisemitas atacaron a judíos. Éstas acciones continuaron más tarde alentadas por los alemanes, y en distintos lugares estallaron pogromos. O sea que la entrada de los alemanes a Lituania estuvo acompañada de maltratos, saqueos, violaciones y asesinatos de miles de judíos, realizados por los mismos lituanos.
Ponar, un bosque situado a unos 10 km. de Vilna fue el sitio del exterminio y la sepultura de decenas de miles de judíos. Las víctimas eran traídas de esa ciudad y los alrededores, fusiladas por los alemanes y lituanos y arrojadas a las fosas allí cavadas. Sólo algunos lograron escapar, y de ellos apenas unos pocos consiguieron escabullirse de la población local.
Desde julio de 1941 a julio de 1944 fueron asesinadas en Ponar más de 70.000personas, la mayoría absoluta de ellas judías.
El 15 de agosto de 1941 se cerraron las puertas del gueto de Kovno y unos 20.000 judíos quedaron aprisionados en la parte más humilde del barrio de Slobodka (Vilijampole). El 28 de octubre de 1941 los alemanes reunieron a los habitantes del gueto y realizaron una selección plagada de actos de crueldad. Más de 9.000 habitantes del gueto fueron conducidos a la Fortaleza Nueve (una de las fortalezas en las cercanías de la ciudad) y asesinados en ese sitio. A fines de 1941 quedaban con vida en Lituania unos 40.000 judíos, concentrados en cuatro guetos: Vilna, Kovno, Siuauli y Svencionis y algunos campos de trabajo.
En el verano y otoño de 1943 fueron liquidados los guetos de Vilna y Svencionis y los de Kovno y Shavli convertidos en campos de concentración. Unos meses más tarde fueron asesinados infantes, niños y ancianos del gueto de Kovno y muchos jóvenes fueron deportados a campos de trabajo en Estonia.
En julio de 1943, ante la inminente liberación por el Ejército Rojo (soviético), fueron liquidados los guetos de Kovno y Shavli, siendo muchos de sus habitantes deportados a campos de concentración en Alemania, entre ellos Sttuthoff, Dachau y Auschwitz.
Alemania ocupó Letonia al comienzo de la invasión a la Unión Soviética. Para esa época vivían en ese país unos 70.000 judíos. A fines de julio de 1941 las unidades móviles del Einsatzgruppe A llevó a cabo el primer asesinato en masa de judíos. Hasta octubre fueron masacrados cerca de 34.000.
A fin de octubre, 32.000 judíos de la capital Riga fueron encerrados en dos guetos. Con la llegada del alto jefe de las SS Friedrich Jeckeln con la orden impartida por Himmler de "limpiar el gueto", comenzó el asesinato de los judíos letones. Entre el 30 de noviembre y el 7 de diciembre de 1941, 25.000 judíos fueron fusilados en masa en el bosque de Rumbala (la Jeckeln Aktion). También los judíos de los guetos de Dvinsk y Liepaja fueron asesinados en noviembre y diciembre de 1941.
En Estonia, el más pequeño de los estados bálticos, vivían 4.500 judíos antes de la Segunda Guerra Mundial, la mitad de ellos en la capital, Tallinn.
En 1940 la Unión Soviética tomó control del país como resultado del Pacto Ribbentropp - Molotov. En julio de 1941 Estoniafue conquistada por Alemania. Muchos judíos huyeron hacia el interior de la URSS al llegar los alemanes. Los que no lograron escapar fueron sujetos a un régimen de restricciones: debieron llevar la Estrella Amarilla y sus propiedades fueron confiscadas. La llegada de los Einsatzgruppen señaló el comienzo del asesinato de los judíos, con la ayuda de milicias derechistas locales. En octubre de 1941 la mayoría de los varones judíos de más de 16 años ya habían sido asesinados. Durante la Conferencia de Wannseeen enero de 1942 se comunicó a los participantes que Estonia estaba "limpia de judíos" (judenrein).

Los preparativos de la ‘Solución Final’ Nunca ha sido encontrado un documento que indique cuando y de qué modo se decidió el exterminio masivo de los judíos. Numerosos investigadores coinciden que esa orden jamás fue emitida por escrito, sino que fue dada en forma oral por Hitler, o bajo su conocimiento, en el verano de 1941.
El 31 de julio de 1941, poco después de la invasión a la Unión Soviética, el Mariscal del Reich Hermann Goering ordenó al Jefe de la Policía de Seguridad Reinhard Heydrich "que efectúe los preparativos necesarios ... con objeto de conseguir una solución global de la cuestión judía en las esferas de influencia alemana de Europa." Paralelamente a la invasión comenzó el asesinato de hombres judíos y poco tiempo después el de mujeres y niños.
En noviembre se produjo un cambio en la política nazi que tuvo graves consecuencias. Los fusilamientos masivos no cumplían con las expectativas del régimen y tenían una influencia dañina sobre el comportamiento de las tropas. Por esa época los jerarcas nazis eran conscientes que la "guerra relámpago" había fracasado y que la lucha contra la Unión Soviética iba a prolongarse mucho más de lo esperado. De tal modo que el método de fusilamientos masivos no sería eficiente y no conseguiría los objetivos con la prontitud deseada. Por ello en noviembre o diciembre se comenzó a considerar la utilización de un método más organizado y planificado - de hecho industrializado - de asesinato masivo.
Ya en el verano de 1941 Rudolf Hoess, comandante del campo de Auschwitz, había recibido la orden de experimentar con métodos nuevos de exterminio. La idea que se adoptó fue la utilización de cámaras de gas para tal fin.
Este método había sido utilizado durante 1939 - 1941 en el así llamado "Programa de Eutanasia", durante el cual decenas de miles de discapacitados y enfermos mentales alemanes fueron asesinados. El programa causó un furor público en Alemania, liderado por las Iglesias, y fue cancelado oficialmente. Pero la experiencia adquirida sirvió de base para mejorar los métodos de asesinato masivo e hizo posible trasladarlos a los campos de exterminio.
El primer experimento de asesinato en masa con gas fue llevado a cabo en Auschwitz en setiembre de 1941. Las víctimas fueron prisioneros de guerra soviéticos. Gas cianhídrico (Zyklon B) fue inyectado dentro de un recinto cerrado herméticamente, provocando la muerte de los prisioneros después de un corto tiempo.
La conferencia de Wannsee - El 20 de enero de 1942 se realizó en el suburbio berlinés de Wannsee una reunión de suma importancia convocada y dirigida por Reinhard Heydrich, y en la que participaron dieciséis altos funcionarios y representantes de organismos centrales del Reich alemán. Durante la misma se coordinaron los planes de exterminio entre la Oficina Central de Seguridad del Reich, que dirigía Heydrich, y los ministerios y entidades que debían participar en la ejecución de la 'solución final'.
Heydrich hizo mención de 11.000.000 de judíos comprendidos en el plan nazi para la “solución final del problema judío en Europa.” En el protocolo de la reunión se destacó que “... con la previa autorización del Fuehrer , la evacuación de los judíos hacia el Este reemplaza la emigración...”
A continuación se creó una red de campos de exterminio en los cuales fueron asesinados más de tres millones de judíos.

La deportación a los campos de exterminio
La orden de iniciación de la “operación” era entregada al Judenrat de forma sorpresiva, sin ninguna notificación previa, a menudo durante la época de festividades judías, cuando disminuía la sensación de alerta de las víctimas.
La ejecución de la estaba a cargo de fuerzas policíacas locales y la policía del orden judía debía participar en las redadas. Los judíos debían concentrarse en lugares de reunión fijados de antemano, por lo común cercanos a una estación de tren, portando algunas pocas pertenencias que les era permitido llevar. Durante la "acción" todo aquel que no cumplía con la orden de presentarse o no caminaba con la premura requerida, era fusilado. En la estación los deportados subían a vagones de carga carentes de ventilación, instalaciones sanitarias y agua y terriblemente hacinados. Los furgones se cerraban herméticamente y la travesía podía demorar varios días. La falta de agua y alimento causaba la muerte de muchos.
La maquinaria de exterminio empleó todo tipo de subterfugios y engañifas para confundir a las víctimas. A los judíos de Polonia se les explicó que "elementos excedentes, desocupados" eran enviados a trabajar al Este, y a los de occidente que eran despachados para su reestablecimiento en el Este. Las acciones comenzaban súbitamente golpeando a ciudades y pueblos, prolongándose por varios días o semanas. Al principio eran deportados los más débiles: los pobres y los refugiados. Los restantes vivían con la ilusión de que podrían salvarse. Luego de la primer expulsión, venía la siguiente, hasta la liquidación total.
La reacción de los judíos estuvo condicionada por algunos factores fundamentales: en los meses y años que precedieron al exterminio los nazis hicieron todo lo posible para debilitar a sus víctimas tanto física como moralmente. Trataron de minar su fuerza de voluntad, despojarlos de su dignidad humana, destruir sus instituciones comunitarias y aislarlos del mundo exterior. De tal modo que el hambreamiento sistemático y la muerte que acechaba en cada rincón minaron la capacidad de reacción de las masas apiñadas en los guetos y de sus posibilidades de reunir fuerzas. Lo único que ya les importaba eran las preocupaciones del presente inmediato: salvar a sus seres queridos, conseguir un pedazo de pan para mantener el cuerpo ávido de calor y alimento. La catástrofe se desmenuzó en un sinfín de tragedias personales y de una terrible impotencia colectiva.
Al producirse las operaciones los judíos sufrían una conmoción que les impedía toda posibilidad de organización y defensa en amplia escala. Las noticias de la existencia de campos de muerte eran recibidas con escepticismo y desconfianza. La simple lógica y el sentimiento humano se negaban a aceptar la posibilidad de su existencia. Los nazis lograron confundir a sus víctimas hasta el último momento.

Los campos de exterminio
Chelmno fue el primer centro de exterminio que establecieron los alemanes en Polonia. Los asesinatos masivos comenzaron allí el 8 de diciembre de 1941 y continuaron en forma esporádica hasta enero de 1945. La mayoría de las víctimas provenían del gueto de Lodz y fueron asesinadas en camiones de gas. Cuando los deportados llegaban se les ordenaba desvestirse. Luego de que eran despojados de sus pertenencias se les obligaba subir a un camión cuyo tubo de escape había sido conectado a la caja sellada. Una vez cerradas las puertas, el camión se dirigía a un bosque cercano en el que estaba situada una enorme fosa. Al fin del corto trayecto nadie quedaba con vida.
Por medio de tres camiones de ese tipo fueron asesinados en Chelmno casi 300.000 judíos y 5.000 gitanos. Sólo tres judíos sobrevivieron ese campo.
Luego de fijar en Wannsee los lineamientos principales de su acción, los nazis establecieron a partir de marzo de 1942 tres campos de exterminio en los confines orientales de la zona del Gobierno General (el territorio no anexado de Polonia) en lugares cercanos a una línea principal de ferrocarril.
Belzec fue establecido en marzo de 1942 y funcionó hasta fin de ese año. Sobibor funcionó de mayo a julio de 1942 y de octubre de 1942 a octubre de 1943. Treblinka operó desde julio de 1942 hasta agosto de 1943.
Los tres campos utilizaban los mismos métodos de exterminio: monóxido de carbón emitido por grandes motores a diesel era bombeado dentro de cámaras herméticas. Las víctimas, apiñadas en el recinto, morían rápidamente. A continuación los cuerpos eran arrojados a grandes fosas cavadas con antelación. Después de un tiempo se comenzó a cremar los cuerpos sobre unos enrrejados de hierro , al aire libre. Los tres campos eran de hecho "fábricas de muerte". Todo el procedimiento, desde la llegada de las víctimas hasta su muerte por asfixia y la cremación de los cadáveres, demoraba algunas horas. De esa forma era posible preparar inmediatamente para el exterminio un nuevo transporte con sus víctimas.
Los tres campos fueron establecidos con el propósito de asesinar en forma sistemática a los judíos del Gobierno General, como parte del programa de la "Solución Final". En cada campo servían unos treinta miembros de la SS que comprendían la plantilla jerárquica del mismo. Subordinada a ellos se hallabauna compañia de alrededor de 100 a 150 guardias ucranianos reclutados de entre los prisioneros de guerra soviéticos renegados. En esos campos no se realizaban selecciones y todos los arribados en los transportes eran enviados a su muerte de inmediato. Sólo unos pocos eran apartados para realizar tareas de mantenimiento, procesamiento de los bienes de las víctimas antes de su envío a Alemania y trabajo en las cámaras de gases. En los tres campos fueron exterminados 1.700.000 judíos, la mayoría de Polonia.
Majdanek fue establecido a fines de 1941 en las afueras de la ciudad de Lublin como campo de prisioneros de guerra soviéticos y sirvió también como campo de concentración de prisioneros políticos polacos. En 1942 se instalaron allí cámaras de gas y crematorios. A partir de la primavera de 1942 fueron asesinados en Majdanek decenas de miles de judíos de origen eslovaco checo y polaco. El campo funcionó hasta su liberación por el ejército soviético en julio de 1944. En total perecieron allí unas 78.000 personas.
Belzec, Sobibor y Treblinka fueron desmantelados en la segunda mitad de 1942. Desde entonces continuaron funcionando los campos de Majdanek, Chelmno y Auschwitz. Un pequeño porcentaje de los deportados judíos a esos campos eran seleccionados para el trabajo en campos adyacentes, que servían a la maquinaria de guerra alemana o en fábricas pertenecientes a conglomerados económicos importantes o para tomar parte en ciertos aspectos del proceso de exterminio, como ser clasificar y empacar las pertenencias de las víctimas, extraer el cabello o dientes de oro de los cadáveres, e incinerar los cuerpos en los crematorios. Los encargados de esta última tarea pertenecían a un cuerpo especial denominado Sonderkommando, que trabajaban bajo un reino de terror, siendo frecuentemente gaseados poco tiempo después de comenzar y reemplazados por otros.
Las deportaciones y matanzas masivas continuaron hasta fines de 1944.
Pero aún después de que se dio la orden de interrumpirlas, continuó siendo elevada la mortalidad de los prisioneros por los maltratos, el hambre, las enfermedades y las "marchas de la muerte".
 
Cuarta Parte

Campos de concentración y trabajo
El 9 de marzo de 1933, pocas semanas después de haber asumido Hitler el poder, comenzaron en Alemania desmanes antijudíos organizados. Unas dos semanas más tarde comenzó a funcionar el primer campo de concentración: Dachau, en las cercanías de Munich. En él fueron encerrados judíos, comunistas, socialistas y liberales alemanes, o sea todo áquel que era considerado enemigo de régimen.
La Alemania nazi se aprovechó de la mano de obra de los pueblos conquistados poco después de la ocupación de sus países. Más de catorce millones de personas fueron llevadas por la fuerza a trabajar en Alemania y a ellos se debe agregar dos millones y medio de prisioneros de guerra.
Judíos fueron convertidos en esclavos recluidos en la extensa red de campos de trabajos forzados extendida a lo largo y ancho de la Europa ocupada: en el mismo Reich, en occidente y especialmente en Europa oriental. La "Oficina Principal de Economía y Administración" de las SS definió la nueva meta: el aprovechamiento de la fuerza laboral de los prisioneros de los campos de concentración, que serían trasladados a centenares de campos de trabajo para ser utilizados por la maquinaria de guerra alemana.
La meta de exterminio del pueblo judío sería completada por medio del trabajo forzoso inmisericorde - "exterminio por medio del trabajo". Ese fue el compromiso pactado entre los que abogaban por el exterminio inmediato y los que querían aprovechar la mano de obra judía al máximo.
Los judíos trabajaron en granjas agrícolas, en la reparación de caminos, en la tala de bosques y especialmente en establecimientos industriales y de fabricación de municiones. También grandes emporios industriales y empresas privadas se aprovecharon sin vacilación alguna del trabajo de los prisioneros judíos, que eran constantemente maltratados por sus superiores y sus magras raciones frecuentemente reducidas. Carentes de medicinas y víctimas del maltrato y del hambre, más de medio millón de judíos perecieron en los campos de trabajo.
A pesar de los reveses militares y la victoria inminente de los Aliados, los campos siguieron existiendo hasta la caída del Tercer Reich y el fin de la guerra. En los campos de concentración se encontraban en ese momento la mayoría de los supervivientes judíos de Europa, fuera de aquellos que se habían ocultado bajo una identidad “aria” aparente, en los bosques u otro escondite, o habían huido a territorios soviéticos, o vivían que en países libres.

Combate y salvación
Judíos se sublevaron en los guetos y los campos, huyeron e hicieron huir a otros de los pueblos y los guetos a los bosques para luchar como partisanos. Se ocultaron en forma individual y en grupos en todo tipo de escondrijos. Mientras tanto los Aliados se contentaron con emitir condenas verbales sin llevar a cabo ningún tipo de acción militar para interrumpir o demorar los asesinatos masivos.
Paralelamente, decenas de miles de no judíos arriesgaron sus vidas para salvar judíos de las garras nazis. Muchos pagaron con sus vidas por esos actos de altruísmo.

Oposición y rebeliones judías
Los rumores acerca del asesinato en masa de judíos se propagaron por los guetos, pero la mayoría de la gente no estaba en condiciones de asimilar las terribles noticias – que eran de por sí vagas y confusas – siendo que reflejaban una realidad sobre la que no existía precedente alguno.
Sin embargo información confiable llegaba a los miembros de los movimientos clandestinos por medio de correos y gente de enlace de fuera de los guetos, y la que se iba acumulando permitió comprender que se estaba frente a un crimen horrendo y sistemático sin precedentes en la historia de la humanidad.
Esa comprensión hincó raíces en la conciencia de los miembros de los movimientos clandestinos, aunque sólo después que se llevaron a cabo acciones concretas de deportación de los guetos comenzaron éstos a organizarse para la lucha armada.
La lucha defensiva se realizó en tres frentes diferentes: rebeliones en los campos y los guetos; fugas y contrabando de judíos de los pueblos y los guetos a los bosques para incorporarse a unidades de partisanos; ocultamiento de personas en todo tipo de escondites; rescate de grupos enteros y salvamento de niños.
A pesar de la trágicas circunstancias en que se desarrolló la existencia de los judíos en los distintos países, fueron muchos los actos de oposición y lucha armada bajo el régimen de ocupación nazi. Durante esa época hubo manifestaciones admirables de ayuda mutua, de lucha por la supervivencia, autosacrificio y defensa activa. En algunos guetos activaban organizaciones clandestinas que abarcaban todos los aspectos del quehacer humano. En las zonas ocupadas realizaban actividades ilegales la mayoría de las organizaciones juveniles y los partidos que existían antes de la guerra. Los movimientos juveniles continuaron educando a los jóvenes a superarse moralmente y a reforzar el vínculo con la Tierra de Israel. En algunos lugares se establecieron granjas de entrenamiento bajo el embozo de actividades productivas.
La amplia prensa clandestina no cesó de informar sobre lo que ocurría en los frentes de guerra, llamó a la resistencia contra el opresor nazi y a la unión y responsabilidad colectiva.
Los judíos actuaron conspicuamente en la resistencia francesa y belga y tuvieron un lugar destacado en la rebelión eslovaca que estalló a mediados de 1944. Judíos escapados a las montañas de Yugoslavia se incorporaron en su mayoría al ejército partisano de Tito. Decenas de miles de judíos llegaron a los bosques de Bielorrusia y Ucrania, se contaron entre los fundadores de unidades de partisanos y se destacaron en la lucha en grupos propios o en formaciones mixtas con no – judíos.
En las zonas de bosques densos se establecieron campamentos familiares de judíos no - combatientes, que fueron ayudados y protegidos por partisanos judíos.
También en los campos de exterminio estallaron rebeliones. En Treblinka se produjo un motín en agosto de 1943. Tres grupos de prisioneros que eran obligados a trabajar en la cremación de los cadáveres de las víctimas y la clasificación de las posesiones que habían trado, liquidaron a algunos oficiales y guardias, se apoderaron del depósito de armas e incendiaron las cámaras de gas y las barracas del campo. La rebelión puso fin al exterminio en Treblinka.
También en Sobibor se rebelaron prisioneros y algunos lograron escapar. Un grupo de prisioneros del Sonderkommando hizo estallar una de las instalaciones de exterminio en Auschwitz – Birkenau.

La rebelión y el fin del gueto de Varsovia
El 22 de julio de 1942, vísperas del 9 de Av, el día en el que se conmemora la destrucción del Templo de Jerusalén, los alemanes iniciaron la deportación de los judíos del gueto de Varsovia. Esta aktion se prolongó hasta el 21 de setiembre y en su transcurso fueron expulsadas al campo de exterminio de Treblinka 265.000 personas. Los primeros en ser enviados fueron los refugiados, los enfermos y los sin techo. Por órdenes de las autoridades alemanas se bloquearon calles, los habitantes fueron sacados por la fuerza de sus casas por la policía del gueto y obligados a dirigirse a la "plaza de despacho", el Umschlagplatz. Allí fueron brutalmente introducidos y hacinados en vagones de carga de un tren que estaba esperando. Luego de los primeros diez días – cuando los judíos dejaron de ser seducidos por una hogaza de pan - los alemanes intensificaron el terror en el gueto y el número de las personas asesinadas en la calle aumentó.
Antes y durante las deportaciones se habían hecho algunos intentos fútiles de organizar una resistencia armada - principalmente por un grupo compuesto por miembros de tres movimientos juveniles sionistas y apodado "Organización Judía Combatiente" (Z.O.B.). En marzo los alemanes lograron capturar y ejecutar a líderes centrales de la resistencia, y esta quedó prácticamente desarticulada.
Al finalizar las expulsiones a Treblinka quedaron en el gueto entre 55.000 y 60.000 judíos que fueron concentrados en algunos bloques de edificios. De esta forma la superficie del gueto fue reducida significativamente.
Entre los sobrevivientes, la mayoría de ellos jóvenes, cundió una sensación de orfandad y toma de conciencia. Muchos se culpaban de no haber ofrecido resistencia y permitido la deportación de sus familias. Tenían también en claro que su suerte iba a ser semejante. En octubre de 1943, luego de intensas negociaciones, se logró restablecer un marco de resistencia armada, con Mordejai Anielewicz como comandante. A la Organización Judía Combatiente se sumaron otros movimientos juveniles, a excepción de "Beitar", que formó su propio cuerpo de combate llamado "Unión Militar Judía" (Z.Z.W.).
El 18 de enero de 1943 los alemanes iniciaron una nueva aktion. Los dirigentes de la resistencia supusieron que esta era la operación de liquidación definitiva del gueto y se opusieron por la fuerza. Consecuentemente, después de que algunos miles de judíos fueron sacados del gueto, los alemanes interrumpieron el operativo. A consecuencia de ello los miembros de la resistencia y los habitantes del gueto infirieron que esto ocurrió por causa de la oposición armada (a pesar de no haber sido ese el motivo real). De aquí en más comenzó a organizarse la resistencia colectiva.
El 19 de abril de 1943 comenzó la acción final de aniquilación del gueto. Ese mismo día comenzó la rebelión liderada por Mordejai Anielewicz, comandante de la Organización Judía Combatiente.
A pesar de saber de la existencia del movimiente clandestino de oposición, los alemanes fueron sorprendidos por la fiereza de la lucha y por el hecho de que todos los habitantes del gueto participaban en la rebelión, escondiéndose en búnkeres, sótanos y áticos previamente preparados. Las posiciones de los combatientes estaban situadas en distintos lugares del gueto, mientras que las de la Unión Militar Judía estaban concentradas en la plaza Muranow, donde trataban de impedir los intentos de los alemanes de irrumpir adentro del gueto. Al arreciar la lucha y ante la dificultad de obligar a los judíos a abandonar sus escondites, los alemanes comenzaron a incendiar los edificios en forma sistemática convirtiendo al gueto en una trampa ardiente. La oposición se prolongó cerca de un mes hasta que los alemanes lograron reprimir la lucha.
Ésta fue la primer rebelión popular realizada en un ámbito urbano en la Europa ocupada por los nazis.
La rebelión del gueto de Varsovia sirvió de ejemplo para otros guetos y campos. Los levantamientos realizados en otros lugares fueron de menor envergadura por el aislamiento, la carencia de armas y la hostilidad del medio.

Rescate de judíos durante el Holocausto
En la época del Holocausto llegó a su más acabada expresión la máxima "amarás a tu prójimo como a tí mismo".
En circunstancias en que cada persona se hallaba inmersa en una lucha diaria por la supervivencia y en que la violencia era la norma imperante, hubo no pocos individuos judíos que pusieron en práctica la máxima mencionada de forma que despierta admiración.
Los salvadores judíos arriesgaron sus vidas para rescatar a otros judíos, familiares y extraños. En muchas ocasiones renunciaron a las posibilidades de huir para ocuparse de su prójimo.
Asimismo decenas de miles de gentiles se pusieron en peligro mortal para rescatar judíos de las garras nazis y muchos perdieron sus vidas en el intento. La amenaza nazi y la hostilidad del entorno no fueron obstáculo para ellos: alojaron judíos en sus hogares, ocultaron familias enteras, y se preocuparon de su sustento, establecieron redes clandestinas de fuga a países neutrales y reforzaron en los perseguidos la fe de que el amor al prójimo y la solidaridad humana son más fuertes que la adoctrinación de los régimenes fascistas.
Yad Vashem reconoce y honra las acciones de los Justos de las Naciones - más de 22.000 hombres y mujeres hasta 2008. Todas las naciones de Europa están representadas. Entre ellos cuatro españoles y tres latinoamericanos. Las acciones de uno ellos son resumidas a continuación.
Eduardo Propper de Callejón era un diplomático de alto rango en la embajada española en París. La invasión alemana a Francia provocó la huida masiva de civiles. Centenares de miles de refugiados atestaron los caminos y las rutas en su intento de alcanzar el sur de Francia. Muchos judíos y no - judíos trataron desesperadamente de cruzar la frontera con España y encontrar allí refugio.
El gobierno francés abandonó la capital y junto con él las legaciones extranjeras. Propper, junto a su esposa y sus dos hijos se establecieron en Burdeos. Allí se encontraron con que la oficina del consulado español había sido abandonada por el cónsul y estaba clausurada. El diplomático español tuvo que enfrentarse con miles de refugiados que golpeaban a las puertas de la representación de su país con la esperanza de recibir los visados que les permitían escapar de los nazis.
Propper decidió actuar para ayudar a los refugiados. Entre el 18 y el 22 de junio de 1940 emitió visados sin darse respiro. Al hacerlo contradijo las órdenes que habían prohibido hacerlo sin la autorización previa del ministerio de relaciones exteriores. Propper de Callejón continuó otorgando visados aún después que la embajada se trasladó a Vichy. No sabemos cuantas veces lo hizo; las listas de la embajada se extraviaron.
En marzo de 1941 el Ministro de Relaciones Exteriores de España, Ramón Serrano Suñer, ordenó al embajador ante el gobierno de Vichy, José Lucrecia, suspender con carácter de inmediato el trabajo de Propper de Callejón y su traslado a la legación española en Marruecos - un cargo de menor importancia. El embajador solicitó la anulación de la decisión ministerial, argumentando que recientemente Propper había recibido una medalla de honor del Mariscal Pétain. La respuesta del ministro fue negativa, destacando que no comprendía los motivos del gobierno francés de conferir una distinción a un funcionario español que servía los intereses de los judíos.
Propper nunca recibió el rango de embajador, aparentemente por sus actividades en favor de los refugiados judíos, aunque continuó sirviendo en el cuerpo diplomático español. Se retiró en 1965 y falleció en 1972.
El 20 de agosto de 2007 Yad Vashem decidió otorgar a Eduardo Propper de Callejón el título de Justo de las Naciones.

La reacción del mundo
En junio de 1942 la BBC transmitió desde Londres la noticia del exterminio de los judíos de Polonia. La información que llegaba al mundo libre era correcta y confiable. Lo que hacía falta era demostrar empatía, hacer un llamado a la ayuda inmediata y ejercer presión sobre el régimen nazi que actuaba impunemente y sin darse pausa. Si bien a fines de 1942 el presidente Roosevelt y el primer ministro Churchill hicieron una advertencia pública en la que señalaron que los alemanes serían responsables crímenes contra la humanidad, la concepción política que privaba entre los estadistas y militares era de que se debía poner el énfasis en la victoria militar puesto que sólo ella solucionaría el problema de la persecución de los judíos.
Un argumento similar fue expresado ante quienes suplicaban bombardear las instalaciones de exterminio de Auschwitz - Birkenau y las vías férreas que conducían a ese campo. Esos pedidos fueron rechazados por los gobiernos británico y norteamericano con el argumento de que el bombardeo de las cámaras de gas iba a insumir medios indispensables ("protección aérea vital para el éxito de nuestras fuerzas ocupadas en operaciones decisivas") y que su efectividad era dudosa y podría tener resultados contrarios a los deseados: Alemania podría arreciar el trato hacia los judíos.
En junio de 1944, en una misión aérea destinada a fotografiar fábricas alemanas, aviones americanos tomaron una serie de fotografías de Auschwitz en las cuales se ven claramente las instalaciones letales. Sin embargo en los bombardeos que se realizaron el 20 de agosto las bombas cayeron únicamente sobre las plantas fabriles anexas. Ninguna fue arrojada sobre las cámaras de gas.
Las noticias sobre el asesinato de los judíos llegaron al Vaticano ya a fines de 1941. Y en marzo de 1942 se solicitó al Papa intervenir para impedir la deportación de los judíos eslovacos a Auschwitz. Aparentemente su presión sobre el clero eslovaco influyó sobre la decisión de interrumpir temporariamente las deportaciones. Los Aliados imploraron varias veces al Papa emitir una declaración de condena a las acciones de Alemania, pero el Vaticano se conformó con un comunicado general contra "las atrocidades de la guerra".
 
Quinta Parte

El destino de los judíos de Europa
Alrededor del 10% de los judíos polacos sobrevivieron el Holocausto, la mayoría en la Unión Soviética. La suerte de los judíos de Europa occidental fue más diversa: desde una mayoría de sobrevivientes como en Italia o Francia, países en los cuales perecieron alrededor del 25%; exterminio parcial como en Bélgica (45%) o aniquilación casi total : el 80% de los judíos holandeses fue asesinado.
La mayoría de los judíos de Eslovaquia, Hungría, Grecia y Yugoslavia fueron exterminados por los alemanes y sus colaboradores. Alrededor del 75% de los judíos que se encontraban en Bulgaria se salvaron.


El asesinato de los judíos de Polonia
Judíos habitaron Polonia por más de 800 años antes de la ocupación nazi. En 1939 vivían en ese país alrededor de 3.3 millones de judíos, que constituían el 10% de la población del país y configuraban la comunidad judía más grande de Europa. En ningún país era tan grande la proporción de judíos. Después de la conquista y partición de Polonia entre Alemania y la Unión Soviética , la mayoría de los judíos de la zona de ocupación alemana - apodada el Generalgouvernement - que sumaban unos 1.8 millones, fueron encerrados en guetos desde fines de 1940. Paralelo a la invasión de la Unión Soviética comenzó la matanza de judíos por medio de los Einsatzgruppen en las zonas orientales de Polonia. Los sobrevivientes de esas primeras masacres fueron encerrados en guetos.
En diciembre de 1941 se inició el asesinato de judíos de Lodz en Chelmno. En marzo de 1942 Auschwitz comenzó a funcionar como un centro de exterminio de judíos. Después de la conferencia de Wannsee se establecieron - entre marzo y julio de 1942 - tres campos de exterminio en lugares cercanos a líneas principales de ferrocarril: Belzec, Sobibor y Treblinka. En esos campos no se realizaron selecciones y las víctimas - hombres, mujeres y niños - eran conducidos directamente a las cámaras de gas inmediatamente después de su arribo al campo.
El 22 de julio de 1942, en las vísperas del 9 de Av, comenzó la expulsión del gueto de Varsovia. Ésta continuó hasta el 21 de setiembre y en su transcurso fueron enviados a Treblinka 260.000 personas. Los primeros deportados fueron refugiados, enfermos y sin techo. Por orden de los alemanes se bloquearon calles y los moradores fueron arrojados de sus casas por la policía judía del gueto,conducidos a la plaza de despachos (Umschlagplatz) y hacinados en vagones de carga. Hasta fines de 1942 fueron asesinados en Belzec, Sobibor y Treblinka cerca de 1.700.000 judíos, la mayoría de ellos de Polonia. Entre setiembre de 1942 hasta el verano de 1944 fueron asesinados en el campo de Majdanek, en las afueras de Lublin decenas de miles de judíos.
En ese mismo verano fueron enviados a Chelmno y asesinados de inmediato 80.000 judíos del gueto de Lodz. En total fueron asesinados allí 300.000 judíos, en su mayoría de Polonia. En Auschwitz y Chelmno los asesinatos continuaron hasta la liberación de esos campos por el ejército soviético en enero de 1945.
Al finalizar la guerra había 380.000 judíos polacos sobrevivientes en Polonia, la Unión Soviética, y en campos de concentración de Alemania y Austria.

El exterminio de los judíos de Europa occidental
Hacia fines de 1941 y principios de 1942 los alemanes dieron comienzo a las deportaciones de judíos de Europa central y occidental a los campos de exterminio. Éstas eran dirigidas por el Departamento de Asuntos judíos en las SS a cargo de Adolf Eichmann. Las operaciones de expulsión eran semejantes en casi todos los países y se basaban en el engaño de las víctimas. Por lo común las expulsiones se realizaban a través de campos de tránsito y su ejecución hasta llegar a éstos estaba a cargo de las policías locales, por ejemplo la belga, holandesa o francesa.
En los países occidentales los alemanes actuaron con cautela cuando se abocaron a la ejecución de su política antijudía, utilizando ardides y subterfugios para ello. Allí no siempre era fácil descubrir quien era judío, que por lo común se parecía al resto de la población en su aspecto exterior y estilo de vida. En algunos países se consideraba a la política nazi antijudía como parte de la política de ocupación del invasor, lo que provocaba rechazo, y en unos casos se evidenciaron sentimientos de identificación con los judíos perseguidos.
Alemania
Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial en setiembre de 1939 sólo quedaba la mitad del medio millón de judíos que habitaban el país en 1933, la mayoría de ellos personas mayores. La mayor parte de las organizaciones judías de Alemania fueron clausuradas después de la Noche de los Cristales de tal modo que la infraestructura comunitaria, social y cultural que contribuyó a la supervivencia de los judíos fue prácticamente liquidada. Los judíos alemanes se vieron reducidos a la miseria y muchos tuvieron que abandonar sus hogares y concentrarse en “casas de judíos.” Ya en 1940 fueron expulsados miles de judíos alemanes a Polonia y Francia. En setiembre de 1941 se impuso la obligación de usar el distintivo de la Estrella de David amarilla, y comenzó la deportación a los guetos y los campos de muerte del Este. Al finalizar la guerra sobrevivieron 34.000 judíos alemanes en el ámbito del dominio nazi durante la guerra.
Francia
El gobierno de Vichy, establecido en el sur de Francia después de la derrota de junio de 1940, era de hecho un satélite de Alemania. Sin que lo precediera una exigencia alemana, esta gobierno decretó primero en octubre de 1940 y por segunda vez en junio de 1941 un “Estatuto de judíos”, que definía quien era considerado judío y cuya consecuencia fue el aislamiento de los mismos de la sociedad francesa, perjuicios económicos graves hasta el punto de la privación del sustento, su registro en la policía y el encarcelamiento de muchos.
En julio de 1941, luego de ser decretado el segundo Estatuto de judíos, se dio comienzo a una confiscación masiva de bienes judíos, entre éstos negocios y propiedades.
Durante toda la guerra existió en Francia un gobierno cuyo aparato burocrático tenía jurisdicción sobre todo el territorio del país. Esta situación no se alteró después que Alemania ocupó el resto del territorio en noviembre de 1942. Cuando comenzaron las deportaciones a los campos de exterminio las autoridades francesas colaboraron activamente con los alemanes.
En abril de 1942 fue designado primer ministro Pierre Laval, que abogaba por un acercamiento mayor aún a Alemania. En mayo de ese año fue nombrado Louis Pasquier de Pellepoix jefe del “Comisariado General de Asuntos Judíos”, que jugó un papel importante en la deportación de los judíos de Francia. Entre 1942 y el verano de 1944 fueron expulsados a Auschwitz cerca de 76.000 judíos de los 330.000 que residían en Francia.
Bélgica
En julio de 1942 se inició la concentración de judíos en el campo de tránsito de Mechelen (Malines). Al principio fueron enviados al campo aquellos que eran considerados “elementos asociales” y los judíos extranjeros, que fueron deportados en agosto a Auschwitz. La deportación de judíos ciudadanos belgas fue interrumpida gracias a la intervención de la reina madre Elisabeth y el cardenal van Roey, pero esos eran una minoría entre los residentes en el país, y la petición dejaba librados a su suerte al resto. Las deportaciones continuaron aún después de la invasión aliada a Europa occidental de junio de 1944.
En el último transporte que partió en julio de 1944 se encontraba el pintor nacido en Alemania Felix Nussbaum.
29.000 judíos residentes en Bélgica fueron asesinados de un total de 65.000.
Holanda
A fines de 1941 las autoridades alemanas comunicaron al Consejo judío (Joodse Raad) el establecimiento de campos de trabajo para judíos. El propósito real de esta medida era preparar la deportación a los campos de exterminio.
Hasta la primavera de 1942 miles de judíos fueron encerrrados en esos supuestos campos de trabajo. En enero de ese año ya había comenzado la expulsión de los judíos de sus lugares de residencia, en especial de la zona costera y Amsterdam, al campo de tránsito de Westerbork y a un nuevo campo adyacente al poblado de Vught.
En junio de 1942 comenzó la deportación de Westerbork a Auchwitz con la excusa de que los trenes partían a campos de trabajo en Alemania.
La mayoría de los funcionarios municipales, obreros y empleados ferroviarios y la policía holandesa tomaron parte en la deportación de judíos. El último tren de expulsados partió en setiembre de 1944 a Auschwitz con 1.019 judíos a bordo.
En total, de los 140.000 judíos residentes en Holanda al producirse la invasión alemana, 107.000 fueron asesinados – alrededor del 80%.
Italia
Italia capituló en setiembre de 1943. Como consecuencia de ello Alemania ocupó la parte norte del país y los judíos residentes en esa zona se vieron expuestos a la política de deportación y exterminio. Entre setiembre de 1943 y enero de 1944 por lo menos 3.110 judíos fueron enviados a Auschwitz. 2.224 murieron en el campo. 4.056 más fueron deportados entre febrero y diciembre de 1944. Hasta el fin de la guerra de los 44.500 judíos que se encontraban en Italia desde su comienzo, 12.000 fueron asesinados.

El exterminio de los judíos del sureste de Europa
Bulgaria
El 4 de marzo de 1943 las autoridades búlgaras arrestaron a todos los judíos residentes en los territorios griegos y yugoeslavos anexados – Tracia y Macedonia respectivamente – y los trasladaron a dos campos de concentración. Después de algún tiempo los judíos de Tracia fueron llevados en furgones de ganado vigilados por policías búlgaros a la ciudad portuaria de Lom, a orillas del Danubio, y entregados a los alemanes. Allí fueron embarcados en cuatro barcazas con las cuales llegaron a Viena después de una travesía de diez días. De Viena fueron enviados al campo de exterminio de Treblinka.
Los judíos de Macedonia fueron concentrados en Skopje y despachados por tren a Treblinka. En total fueron deportadas 11.370 personas de los dos territorios mencionados.
Paralelamente las autoridades búlgaras comenzaron los preparativos para la expulsión de los judíos de Kyustendil. Al difundirse la noticia del plan, se organizó un grupo de parlamentarios, líderes eclesiásticos y figuras públicas, con el propósito de ejercer presión sobre el rey y su gobierno para que sea cancelado.
El 24 de mayo de 1943 el plan de deportación fue suspendido. De esta forma 48.000 judíos búlgaros fueron salvados del exterminio.
Grecia
La expulsión de los judíos de Grecia se realizó en varias etapas. Después de las expulsiones de Tracia en marzo de 1943 comenzó la deportación de Salónica y sus alrededores que estaban bajo ocupación nazi. Esta acción se prolongó hasta mayo. Los judíos de Salónica fueron señalados con la estrella amarilla, humillados y sus bienes confiscados. Antes de la expulsión fueron concentrados en un gueto. Entre marzo y abril de 1943 y durante el verano de 1944 fueron deportados los judíos que se encontraban en los territorios que anteriormente había ocupado Italia y que pasaron a manos alemanas después de rendirse ésta a los Aliados. Cerca de 60.000 fueron asesinados - sobre una población de 77.000 judíos griegos -, la mayoría de ellos en Auschwitz – Birkenau.
Yugoslavia
Serbia, que formaba parte de Yugoslavia fue conquistada por los alemanes en abril de 1941. En julio estalló allí una rebelión popular.
El gobierno de ocupación hizo ejecutar a los varones judíos encerrados en campos de detención. La mayoría de ellos fue asesinada durante los meses de setiembre a diciembre de 1941. Unos 8.000 mujeres y niños fueron concentrados en el campo de Saimiste cerca de Belgrado y asesinados durante los meses de marzo a mayo de 1942 en camiones de gas.
El gobierno Ante de Pawelic en Croacia – país independiente aliado de Alemania - procedió a organizar el asesinato de centenares de miles de serbios y opositores al régimen. En junio de 1941 comenzó la deportación de los judíos de Zagreb a campos de concentración.
Durante agosto fueron expulsados los judíos de Bosnia-Herzegovina y de la ciudad de Sarajevo. La mayoría fueron asesinados casi de inmediato.
En agosto de 1941 fue establecido el campo de Jasenovac, al sur de Zagreb,que se convirtió en el más grande del país. Allí fueron asesinados 25.000 judíos, centenares de miles de serbios, gitanos y opositores al régimen. Este campo fue liquidado en abril de 1945.
De los 80.000 judíos residentes en Yugoslavia fueron asesinados 66.000.
Eslovaquia
Eslovaquia, país satélite de Alemania, colaboró activamente con el plan de deportaciones al este. Los judíos eslovacos fueron los primeros en llegar a los campos de Majdanek y Auschwitz – Birkenau, a pesar de los valerosos intentos realizados por líderes judíos para salvarlos. Durante 1942 fueron deportados hacia el Este 58.000 judíos eslovacos. A fines de ese año se produjo una tregua en las expulsiones hasta su reanudación en agosto de 1944, después de la rebelión eslovaca.
Cien mil judíos eslovacos fueron asesinados. Entre 25.000 y 30.000 sobrevivieron.

El exterminio de los judíos de Hungría
Los elementos fascistas gozaban de un considerable apoyo popular en Hungría. El gobierno del regente Horthy tenía un pacto de cooperación con Alemania, promulgó leyes antisemitas y reclutó a más de 100.000 varones judíos en batallones de trabajos forzados para el ejército. 42.000 perecieron por las pésimas condiciones de trabajo y el maltrato en esas unidades.
Al comenzar la invasión a la Unión Soviética, Hungría se unió a las fuerzas alemanas invasoras. Paralelamente entregó a los alemanes unos 18.000 judíos extanjeros refugiados, en su mayoría ciudadanos de Polonia y Rusia, que fueron asesinados en el territorio de Kamenetz – Podolsk.
Con todo, el exterminio sistemático de los judíos en Hungría comenzó en una etapa posterior, después de la ocupación alemana del país en marzo de 1944. Hasta entonces el número de víctimas había sido cercano a los 60.000. Desde el inicio de las actividades de Eichmann y su equipo en abril de 1944 comenzaron las deportaciones a Auschwitz. En el lapso de 56 días fueron enviados a ese campo de exterminio 437.000 judíos.
En octubre de 1944, al apoderarse del gobierno el partido “Cruz Flechada”, miles de judíos de Budapest fueron asesinados a orillas del Danubio, y decenas de miles, especialmente mujeres, enviados en dirección a la frontera austríaca. En total fueron asesinados 565.000 judíos en los territorios controlados por Hungría durante la guerra
 
Sexta y ultima parte

Las etapas finales del Holocausto y sus secuelas

Durante los últimos estertores de la guerra, cuando Alemania retrocedía en todos los frentes, parte de los trabajadores forzados judíos que quedaban en los guetos - convertidos en campos de trabajo - fueron asesinados. Los restantes fueron deportados a centros de exterminio que todavía funcionaban, como Chelmno y Auschwitz, o evacuados a campos de trabajo y concentración en Alemania. Esas evacuaciones se realizaron en condiciones inimaginables, en "marchas de la muerte" durante las cuales fueron asesinados gran parte de los prisioneros.
Los centenares de miles de judíos que sobrevivieron, ya sea ocultos, o en la Unión Soviética, o en los campos regresaron a sus antiguos hogares para encontrarse con la furia y el odio de sus vecinos. Cerca de mil sobrevivientes fueron asesinados en Polonia en los primeros meses de la posguerra por pandillas antisemitas. Decena de miles huyeron hacia el oeste y se concentraron en campos de desplazados en Alemania, Austria e Italia.
Después de la guerra fueron enjuiciados decenas de miles de criminales de guerra alemanes y sus colaboradores.
Muchos de los sobrevivientes trataron de llegar a la Tierra de Israel, pero fueron expulsados por las autoridades británicas a campos de detención en Chipre.
Con la creación del Estado de Israel se abrieron las puertas de la emigración para los sobrevivientes del Holocausto. Asimismo, cerca de 100.000 de ellos emigraron a los Estados Unidos, Canadá, Argentina, Brasil, Australia y otros países.

Los últimos guetos y campos
Últimos guetos
Los últimos guetos de Bielorrusia fueron liquidados en el otoño de 1943. El de Minsk dejó de existir el 23 de setiembre de 1943. El de Bialystok fue uno de los últimos que subsistió en Polonia oriental. En agosto de 1943 tenía todavía alrededor de 30.000 habitantes. El presidente del Judenrat, Efraim Barasz, montó instalaciones industriales con la esperanza de prolongar la vida del gueto convertiéndolo en vital para la economía de guerra alemana. Esperaba también que el avance soviético provocase el colapso del frente alemán y allanase el camino para la liberación del gueto por el Ejército Rojo. Pero también aquí consideraciones ideológicas tuvieron primacía sobre necesidades económicas. El 16 de agosto de 1943 los alemanes comenzaron la liquidación del gueto. Al igual que en otros guetos de Europa oriental el movimiento clandestino judío trató de oponerse a la deportación, pero la revuelta fue brutalmente reprimida. El gueto de Lvov fue liquidado en junio de 1943, el de Cracovia en marzo de 1943. En setiembre de ese año los otros guetos de la zona fueron exterminados
El gueto de Vilna fue liquidado en setiembre de 1943. Alrededor de 3.700 judíos fueron trasladados a campos en Estonia y Letonia y unas 2.000 mujeres transferidas al campo de Klooga cerca de Talinn. El gueto de Kovno funcionó como un campo de trabajo hasta mediados de agosto de 1944. Unas dos semanas antes de la llegada de las tropas soviéticas los últimos judíos fueron transportados a varios campos en el oeste. Los últimos judíos de Letonia fueron concentrados en el campo de Kaiserwald. La mayoría de ellos pereció en ese sitio. El remanente de los judíos que aún permanecían en los campos de Estonia fueron transferidos a Stuthoff, cerca de Danzig , en 1944. En la segunda mitad de ese año los alemanes reunieron allí cerca de 50.000 judíos y los condujeron hacia el oeste en una “marcha de la muerte”.
Últimos campos
Al acercarse el Ejército Rojo a la frontera polaca, los alemanes aceleraron el proceso de liquidación de los campos. Muchos prisioneros fueron asesinados en el lugar, mientras que otros fueron evacuados hacia el Alemania. El eliminación definitiva de los judíos en los campos de la zona de Lublin comenzó en noviembre de 1943, bajo el nombre en clave de Erntfest, festival de la cosecha. Después de la ola de deportaciones de junio a setiembre de 1942, el remanente de las comunidades de Polonia central fue concentrada en guetos tales como Radom, Kielce, Czestochowa y Piotrkow Trybunalski. Para mediados de 1943 todos fueron liquidados. Trabajadores en condiciones físicas adecuadas fueron confinados en campos de trabajo alrededor de Czestochowa y Piotrkow. De allí fueron evacuados a campos en Alemania a fines de 1944.
El 23 de agosto de 1944 fue liquidado el gueto de Lodz y la mayoría de los 70.000 habitantes que aún quedaban allí fueron deportados a Auschwitz.

El espíritu humano bajo el espectro de la Shoá
Durante la guerra, el judaísmo europeo se encontró en una lucha constante por la supervivencia. Pero aún bajo las terribles condiciones imperantes hubo aquellos que actuaron en áreas que van más allá de las meras necesidades de la existencia humana y arriesgaron sus vidas - deliberada e intencionalmente - en pro de valores elevados, entre ellos educando a sus hijos, manteniendo valores religiosos y tradicionales y llevando a cabo actividades culturales.
Lamentablemente no todos sobrevivieron el infierno del Holocausto, pero sus acciones atestiguan la vitalidad del espíritu humano. Uno de los fenómenos que demuestran el intento de supervivencia espiritual es el esfuerzo realizado por judíos para documentar la vida en los guetos y los campos. Artistas e intelectuales, niños y gente común escribieron y dibujaron con el propósito de registrar el terror y la crisis que imperaban en la sociedad judía. Esas actividades no sólo permitieron a muchos elevarse por encima de las humillaciones y los maltratos sino que en algunas ocasiones alertaron al mundo libre sobre la realidad en la cual estaban inmersos. Incluso en los campos se encontraron evidencias de las actividades a través de las cuales los prisioneros pudieron - aunque más no fuera en su imaginacion - trascender las barreras de su situación y del ambiente que los rodeaba. Si bien sólo unos pocos tomaron parte en esas actividades, su importancia radica no en su cantidad sino en la presencia de ánimo necesaria para su realización dentro de una realidad de humillación y persecución.
A pesar de la realidad de depredación que debieron soportar los judíos de Europa, muchos se movilizaron para asistir a los más débiles, estableciendo organizaciones de ayuda mutua y asistencia social. En los campos ayudar al prójimo se convirtió muchas veces en un asunto de vida o muerte, acompañado de dilemas morales preñados de dificultades. Al ayudar a otro - ya sea con comida, ropa o trabajo - el individuo arriesgaba sus propias posibilidades de supervivencia. Sin embargo muchos se pusieron en grave peligro para salvar otras vidas. Por ejemplo los partisanos judíos, que rescataron a no combatientes, mujeres y ancianos, y aquellos que trataron de proteger a los niños y su mundo particular.

Secuelas
Los dos millones de judíos que sobrevivieron en la Unión Soviética, los cientos de miles que se salvaron de algún modo, o subsistieron en los campos, trataron de encontrar algún familiar o amigo que sobrevivieron las atrocidades.
Los remanentes de las comunidades judías salieron de los campos, los bosques y los escondites, y al regresar a sus hogares luego de la repatriación tuvieron que enfrentarse con la ira y la hostilidad de sus antiguos vecinos. Muchos temían que los judíos regresaban para exigir la devolución de sus propiedades robadas. Cerca de mil supervivientes fueron asesinados por pandillas antisemitas en Polonia inmediatamente después de finalizar la guerra.
Muchos comenzaron a trasladarse al occidente. Algunos se establecieron temporariamente en las cercanías de la frontera germano – polaca y allí establecieron instituciones comunitarias que les ayudaron a prepararse para una nueva vida. Se fundaron hospitales que trataron a los sobrevivientes enfermos y agotados, guarderías infantiles, escuelas y granjas de capacitación agrícola.
Después de una etapa de recuperación continuaron hacia occidente y hacia el sur, en dirección a la costa italiana. Los remanentes, “sheerit ha-pletá” en hebreo, exigieron para ellos el derecho a la emigración libre, particularmente a la Tierra de Israel. El Joint Distribution Committee extendió su ayuda a los desplazados en foma de alimentos y ropas y la subvención de las actividades educativas y la inmigración clandestina a la Tierra de Israel ( la “Brijá”). Alrededor de un tercio de los desplazados judíos emigraron a los Estados Unidos, Canadá, Australia y países latinoamericanos.
Al finalizar la guerra los países aliados, en especial los Estados Unidos, reunieron decenas de miles de sobrevivientes en campos situados en Alemania, Austria e Italia. Con la ayuda de la “Brijá” se sumaron a ellos muchos miles más de repatriados que habían regresado de la Unión Soviética. Hacia fines de 1946 sumaban 250.000 personas que lograron organizar en los campamentos una vibrante y multifacética vida judía, en educación, cultura, religión y política.
Durante la guerra los Aliados habían expresado su intención de procesar a los responsables de crímenes contra la humanidad. Al finalizar la misma los Estados Unidos, la URSS, Gran Bretaña y Francia constituyeron el Tribunal Militar Internacional que fijó los criterios jurídicos para el enjuiciamiento de criminales de guerra. El deseo de acentuar la dimensión universal de los crímenes nazis hizo incluir el exterminio de los judíos y de otras naciones dentro de la categoría de crímenes contra la humanidad. Los juicios se llevaron a cabo en la ciudad alemana de Nuremberg y el más importante fue realizado contra 22 de los jerarcas más importantes del régimen nazi. Entre 1945 y 1949 fueron enjuiciados 31.651 criminales de guerra nazis, de entre los centenares de miles que actuaron durante la guerra.
En esa misma época el pueblo judío luchó contra la política enunciada en el “Libro Blanco” del gobierno británico que limitaba drásticamente la emigración judía a la Tierra de Israel. Cerca de 70.000 sobrevivientes del exterminio se abrieron camino clandestinamente en barcos desvencijados entre 1945 y 1948. Los británicos respondieron con la internación en Chipre de 52.000 de los refugiados que fueron capturados. El Joint y emisarios del movimiento sionista extendieron ayuda a los detenidos en Chipre y constituyeron un puente entre éstos y la Tierra de Israel.
El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió finalizar el Mandato británico por medio de la partición de Palestina y el establecimiento de un estado judío y otro árabe en ese territorio. Al día siguiente estalló la Guerra de Independencia de Israel. Sobrevivientes de los campos de concentración y exterminio tuvieron un papel importante durante la misma. Casi la mitad de las fuerzas combatientes de Israel, en la segunda fase de la guerra y después de la creación del Ejército de Defensa de Israel, y un cuarto de los caídos en la guerra eran sobrevivientes del Holocausto.

Fuente: Yad Vashem (Museo del Holocausto) , Jerusalem, Israel.
 
El obispo Richard Williamson negó una vez más el Holocausto

El obispo, que en abril deberá declarar ante un tribunal alemán por negar el Holocausto, persiste en calificar el exterminio judío perpetrado por los nazis de "enorme mentira"

La publicación del semanario alemán Der Spiegel, que sale a la venta el lunes, alude a correos electrónicos internos de la Hermandad de Pío, seguidora del cismático francés Marcel Lefevre, en los que Williamson descarta que perecieran seis millones de judíos.



El obispo critica en esos textos, además, que sobre ese "dato" del Holocausto "se construyó un orden mundial nuevo".

Para el obispo Williamson, sólo se trasladó "a 1,3 millones de judíos deportados" de los campos de exterminio de Treblinka, Madjanek, Belzec y Sobibor a la región de la Unión Soviética ocupada por el Ejército nazi pero no perecieron en las cámaras de gas.

En una entrevista concedida a la televisión sueca desde Alemania hace más de un año, el obispo británico negó que hubiese habido un asesinato sistemático de judíos en las cámaras de gas durante el Tercer Reich.

La negación del Holocausto en Alemania constituye un delito penal y la fiscalía de Ratisbona (sur de Alemania) impuso a Williamson una multa de 12.000 euros contra la que éste interpuso un recurso, forzando que su caso fuese objeto de un proceso penal.

La negación del Holocausto por Williamson generó un escándalo en todo el mundo ya que se produjo casi simultáneamente con el anuncio del levantamiento por parte del Vaticano de la excomunión que pesaba
 

Nocturno Culto

Colaboracionista
Colaborador
Como estudiante de historia, no puedo creer que aun hoy siga habiendo "personas" que tengan la cara para negar el Holocausto...

Y yo que pensaba que los Neandertales se habian extinguido hace miles de años...
 
Como estudiante de historia, no puedo creer que aun hoy siga habiendo "personas" que tengan la cara para negar el Holocausto...

Y yo que pensaba que los Neandertales se habian extinguido hace miles de años...

Bueno, lamentablemente, no solo hay "personas" que dudan del Holocausto, sino, que han llegado hasta jefes de gobierno: ejemplo Iran.

Aqui ves: fue publicado el 21/4/09 en Aurora digital.Lo de negro fuerte, lo marque yo.

Argentina rechaza “categóricamente” las declaraciones de Ahmadineyad
El Gobierno argentino rechazó "categóricamente" las declaraciones del presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, quien en la inauguración de la Conferencia Mundial contra el Racismo consideró "dudosa y ambigua la cuestión del Holocausto" .

"Para Argentina la negación del Holocausto es inaceptable. Es por ello que en febrero pasado fue expulsado de nuestro país el obispo británico, Richard Williamson, quien puso en duda que el pueblo judío hubiese sido víctima de un genocidio durante la Segunda Guerra Mundial", destacó la Cancillería.

"Las declaraciones del presidente de Irán ponen de relieve una gran irresponsabilidad, tanto más cuando ocurren en el seno de una Conferencia destinada a tomar medidas contra el racismo y el antisemitismo. Sus dichos merecen la total condena del Gobierno argentino", añadió.

El discurso de Ahmadinejad en el primer día de la Conferencia de la ONU, que se lleva a cabo en Ginebra, provocó un rechazo generalizado. En este encuentro participan 103 de los 192 estados que componen la ONU, incluidos todos los de América Latina y el Caribe.EFE

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Conmemoran el Día Internacional del Holocausto




En la semana de conmemoración del Día Internacional de Homenaje a las Víctimas del Holocausto, el Museo del Holocausto de Buenos Aires inauguró la muestra “Shoá” del artista Daniel Delgado. En 1999 Delgado realizó un viaje a Europa Central visitando en Polonia las ciudades de Varsovia y Cracovia, de donde provenía su abuelo, para pasar luego a Hungría y la República Checa. Ir o no a Auschwitz, fue una difícil decisión que debió tomar. Finalmente emprendió ese viaje que marcó su vida en un antes y un después. El profundo impacto que lo produjo, fue el origen de una serie de 21 telas que le demandaron más de diez años de labor y cuyo eje temático está centrado en los campos de concentración. Trabajó paralelamente otras series sobre el amor de personajes famosos de la literatura latinoamericana, de políticos y de estrellas de cine.
Otras series están relacionadas a la simbología de las culturas indigenistas que le sirvieron para contrarrestar la tensión de esta extensa serie, que por primera vez presenta al público.
Ayer miércoles, tuvo lugar un acto oficial organizado por el Ministerio de Educación conjuntamente con otros ministerios, el Capítulo Argentino del Grupo Internacional para la Educación, Rememoración e Investigación del Holocausto y el Museo del Holocausto de Buenos Aires, para recordar a las víctimas.
El acto contó con la participación de altos funcionarios, autoridades del museo y los sobrevivientes Eugenia Unger, Moisés Borowicz y David Galante.

Exposición “El vivió entre nosotros”
El Museo del Holocausto presentó últimamente la exposición “El vivió entre nosotros”. El sitio web de la entidad, en la introducción a la muestra, explica que “Las últimas palabras de Eichmann en la cárcel de Ramle en la medianoche del 31 de mayo de 1962 fueron: ¡Larga vida a Alemania! ¡Larga vida a Austria! ¡Larga vida a la Argentina! ¡Nunca las olvidaré!” Añade que la exposición intenta recordar y hacer saber acerca de cómo uno de los mayores asesinos del siglo XX vivió entre nosotros, con nosotros. Saber cómo llegó a ser Eichmann un nazi, un planificador y ejecutor de “la solución final”, como escapó y vivió en Alemania hasta su llegada a la Argentina con un salvaconducto de la Cruz Roja y del Vaticano.
Saber cómo fueron los diez años en la Argentina respirando, caminando y compartiendo los mismos lugares que nosotros, sentado en un colectivo al lado de un niño, viajando en el mismo tren que viajaban miles de argentinos para llegar a su casa en San Fernando, comprando en los mismos almacenes de barrio como tantos vecinos bonaerenses. Saber cómo pasó de ser el organizador máximo del exterminio de millones de judíos en los campos de concentración a ser quien medía el nivel de aguas de ríos en Tucumán, o ser quien vendía licuados frutales en el puerto de Olivos o simplemente un trabajador técnico en Mercedes Benz Argentina”.
El Día Internacional de Conmemoración Anual en Memoria de las Víctimas del Holocausto fue aprobado el 1º de noviembre de 2005 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, por consenso de 192 países. Y se conmemora el 27 de enero, en coincidencia con la liberación del campo de exterminio de Auschwitz llevada a cabo el 27 de enero de 1945.
La resolución insta a los Estados Miembros a que elaboren “programas educativos que inculquen a las futuras generaciones las enseñanzas del Holocausto con el fin de ayudar a prevenir actos de genocidio en el futuro” y rechaza “toda negación, ya sea parcial o total, del Holocausto como hecho histórico”.
Las Naciones Unidas, a través de la mencionada resolución de 2005, “condena sin reservas todas las manifestaciones de intolerancia religiosa, incitación, acoso o violencia contra personas o comunidades basadas en el origen étnico o las creencias religiosas, dondequiera que tengan lugar”.
 
Primer ecuatoriano condecorado en Israel por salvar a judíos en el Holocausto​




Manuel Antonio Muñoz Borrero se ha convertido en el primer ecuatoriano en recibir a título póstumo la condecoración de "Justo de las Naciones" por contribuir a salvar judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

El Museo del Holocausto de Jerusalén, Yad Vashem, otorgó el certificado y una medalla condecorativa a sus familiares, en un emotivo acto celebrado en la Sala del Recuerdo y posteriormente en la sinagoga de la institución.

El hijo del homenajeado, Lennart Bjelke, procedente de Estocolmo, recibió de manos de los responsables de la institución el galardón, el de más alto rango que entrega el Estado de Israel a personalidades no judías que contribuyeron de forma altruista a salvar vidas judías.

En el acto también estuvieron presentes sus nietos Manuel y Manuela y su sobrino Enrique Muñoz Larrea, quien en nombre del pueblo ecuatoriano y su familia agradeció el reconocimiento.

"Estamos seguros de que si Manuel Antonio hubiera querido salvar vidas de seres humanos inocentes, lo haría nuevamente una y mil veces más", aseguró el sobrino.

El título lo entrega el Yad Vashem, que recuerda la memoria de los seis millones de judíos asesinados por los nazis, a toda persona que haya contribuido a salvar personas de este origen, y hasta ahora lo han recibido más de 23.000 personas de 45 nacionalidades diferentes, en su mayoría polacos.

Según los testimonios presentados ante la institución, Manuel Antonio Muñoz Borrero, nacido en la ciudad ecuatoriana de Cuenca en 1891, fue cónsul de su país en Estocolmo a partir de 1931, y diez años después envió 80 pasaportes a Estambul para ayudar a salvar a judíos de origen polaco.

Como resultado de su actuación, el cónsul ecuatoriano fue cesado en sus funciones en 1942, pero debido a que su gobierno no envió un sustituto ni las autoridades suecas le retiraron los sellos y documentación oficial -tal y como le había pedido Quito-, Muñoz Borrero siguió expidiendo documentación.

Casi ninguno de estos nuevos receptores de pasaportes sobrevivió porque la policía secreta sueca torpedeó la iniciativa, pero algunos que sí sobrevivieron prestaron testimonio al museo y solicitaron un reconocimiento.

Una de las supervivientes, postrada en una silla de ruedas, leyó en la ceremonia una emotiva alocución agradeciendo al diplomático ecuatoriano haberle salvado la vida a ella y a su madre.

En febrero de este año la comisión histórica que se encarga de evaluar este tipo de casos decidió concederle el título de "Justo de las Naciones" a Muñoz Borrero en reconocimiento a su labor altruista y desinteresada por salvar decenas de vidas de judíos a los que nunca conoció.

En el acto también participó el embajador de Ecuador en Israel, Raúl Guillermo Bassante Ramírez, así como representantes de la comunidad judía en ese país y en Suecia.

Al concluir la ceremonia, los asistentes y familiares del galardonado se desplazaron a un bosque del Yad Vashem donde descubrieron una placa con su nombre y el país de origen, junto a los miles de personas que recibieron el título de "Justo de las Naciones".

Aurora Digital y EFE
 
ONU homenajea a los niños que fueron víctimas de la Shoá


La ONU recordó a las víctimas del Holocausto con una ceremonia en la Asamblea General del organismo, en la que se rindió un tributo especial a los niños que sufrieron la barbarie nazi hace más de sesenta años y en la que se pidió que se respeten los derechos de la infancia en todo el mundo.
"Un millón y medio de niños judíos perecieron víctimas de la persecución de los nazis y sus seguidores. Decenas de miles más fueron asesinados: niños con discapacidades, romaníes y sinti", dijo el secretario general, Ban Ki-moon, en su mensaje con motivo del Día Internacional en memoria de las víctimas del Holocausto.

Ban aseguró que todos ellos, "niñas y niños que se enfrentaron al auténtico terror y el odio", fueron catalogados como "inferiores" "por una ideología alimentada de odio" y, por ello, nunca se sabrá "lo que esos niños hubieran aportado a nuestro mundo".
"Hoy queremos dar voz a esas historias", indicó el máximo responsable de la ONU, que lanzó un llamamiento "a todas las naciones" para que "protejan a sus apuestas más valiosas", los niños "independientemente de su raza, color, sexo o creencias religiosas". Ban defendió que, con ese objetivo, se siga recordando el Holocausto y sus "lecciones universales", en un esfuerzo por "promocionar los derechos y las aspiraciones de la infancia todos los días y en cualquier parte del mundo".

"Tenemos que enseñar a los niños lo mejor que el mundo puede ofrecerles", añadió el secretario general de la ONU, en cuya sede central hoy se celebró una ceremonia para conmemorar el aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz.
La Asamblea General de la ONU guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas y mantuvo una reunión especial dedicada al Holocausto en la de participaron supervivientes y familiares de víctimas.
Representantes de numerosos países, como Israel, Estados Unidos y la República Dominicana, entre otros, lanzaron mensajes en contra de la intolerancia.
"La presencia de cada uno de ustedes aquí nos demuestra que cada ser humano tiene la sagrada responsabilidad de rebelarse ante la injusticia y la intolerancia, independientemente de cualquier color, religión o etnia", señaló el presidente de la Asamblea General, el catarí Abdulaziz Al Naser, en su intervención.
Al Naser abogó por honrar a las víctimas del Holocausto tomando "acciones preventivas" para que "ni el odio, las injusticias, la falta de humanidad, las limpiezas étnicas ni los asesinatos en masa tengan la oportunidad de volver a ocurrir en ninguna parte del mundo".
La ceremonia de homenaje a las víctimas del Holocausto ante la Asamblea General cerró una semana en la que la sede central de la ONU fue el escenario de una serie de eventos centrados en los niños víctimas del Holocausto, como proyección de películas, conferencias y exposiciones fotográficas.

EFE y Aurora Digital
 
EDITADO...

Mukawami es un desvío muy grande del tema... y no es punto de comparación. Lo ocurrido en el Holocausto es el tema principal.

Hattusil
 
EDITADO...

Mukawami es un desvío muy grande del tema... y no es punto de comparación. Lo ocurrido en el Holocausto es el tema principal.

Hattusil

Es su prerrogativa "editar" los comentarios. De todas maneras creo que aca ud. no editó nada, directamente borró lo que escribí.

mukawami
 
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