Fabrica De CaÑones En Jujuy

M

MIGUEL

El Doctor/General Manuel del Sagrado Corazón de Jesús Belgrano, no solo creó nuestra Bandera, entre sus otras creaciones figura la siguiente:

fabrica DE CAÑONES EN JUJUY



A finales de Febrero de 1812, Manuel Belgrano es nombrado comandante en jefe del Ejercito del Alto Perú, reemplazazo de esta manera al brigadier Pueyrredon, haciéndose cargo del mismo el 27 de marzo en Yatasto (Salta). Desde allí avanza hacia Jujuy. (Documentos del Archivo Belgrano- Vol. IV- Pág. 9 y 15)
En la premura de reorganizar con la mayor premura sus escasas fuerzas para oponerlas a la inminente invasión realista desde el Alto Perú, hubo de preocuparse principalmente por la artillería, arma que estaba reducida a un solo cañón de a 2 y cinco de a 1. Muy pronto le llegaría desde Buenos Aires un refuerzo consistente en personal y algunas piezas de a 6, conducido por el capitán Manuel Ramírez. El nuevo comandante en jefe del Ejercito del Alto Perú resolvió aprovechar su permanencia en Jujuy para establecer una fundición de cañones
Al frente de la flamante fundición de cañones, fue puesto el barón de Holmberg ( Eduardo Kaillitz) coronel austriaco al servicio de la Revolución, el cual, incorporado a principios de 1812 al Cuartel General de Belgrano, fue dado a conocer por éste en el Ejército como “ Jefe de Estado mayor en todo lo concerniente a artillería e ingenieros”. (Documentos del Archivo Belgrano- Vol. IV- Pág. 134).
Antes de decidirse a la instalación de la fundición de cañones, Belgrano aprovechó los conocimientos técnicos del barón de Holmberg para fundir granadas para los cañones de a 6 llegados desde Buenos Aires, construir zorras especiales para su conducción y para aprovecha la gran cantidad de munición de a 2 existente para el cañón que se creía de dicho calibre, se construyó un taladro para rebajar la pared interior del ánima de dicha pieza.
Resuelta la instalación de la fábrica, Holmberg comenzó fundiendo como primeros trabajos, algunos morteros y obuses, para pasar después a los cañones, lo que ilusionó a Belgrano, quién pensó que con el tiempo, y llenadas las necesidades de su Ejercito, podría convertirse en proveedor de material de artillería para la Capital.
En un oficio del fecha 28 de julio de 1812 comunica al gobierno central: “ Se han fundido bajo la dirección de Holmberg dos morteros de ocho pulgadas y dos obuses de seis pulgadas y tres líneas: se están amoldando culebrinas de a dos, también dirigidas por el expresado barón, y pronto espero que se fundan con el mismo éxito que aquellas piezas, de modo que si tuviésemos cobre, podré remitir a VE. algunas piezas aunque sean de mayor calibre.”
Pero los acontecimientos trastocaron los planes de Belgrano, ya que obligado a retirarse de Jujuy, el 23 de Agosto de 1812, ordena que fuera desmontada la fábrica de cañones, en la cual acababan de fundir las culebrinas de a 2, quién relata que de las cuatro la última no había llenado bien y quedó sin el cascabel. En una nota al gobierno central, fechada el 30 de agosto de 1812, en el rio Pasaje, relata que la fábrica de morteros, obuses y cañones ha sido obra del barón de Holmberg, quién no solo dibujó las formas graduando las proporciones, sino también ha tenido parte en tornear los moldes. Los fundidores han trabajado bajo las órdenes de Holmberg, trabajando los moldes con la mayor facilidad y sucesivamente han fundido, proporcionando las mezclas con las lecciones de aquél.
También relata Belgrano que se habían valido de hornos muy sencillos y de los que se servían los fundidores de campanas, con la sola diferencia de ponerles dos respiradores verticales. Tenían cuatro hornos que fueron desbaratados en los últimos momentos de su salida de Jujuy y que podrían volver a montarse en cualquier otro puesto. También refiere a que habiendo metales, en todo punto se puede establecer la fábrica, y pueden conseguirse cualquier tipo de pieza de artillería, sin necesidad de traerlas desde Europa, y tal hacer de la misma un ramo de comercio, quitando las utilidades a las fundiciones de hierro, ya que se sabía que las piezas de bronce eran las preferibles.-
Dice Belgrano: “La mayor particularidad de nuestra fábrica es que las tres fundiciones apenas han costado 13 pesos y un real al erario, y a esa misma proporción es el valor del bronce y días de trabajo empleados”.-
La fábrica no volvió jamás a ser montada, aún después de la batalla de Salta, cuando Belgrano se preparó para llevar las operaciones bélicas al Alto Perú, suponiendose que ello se debió a que la primitiva pobreza de piezas de artillería se remedió con el botín tomado a los realistas ó bien al alejamiento de Holmberg ó debido a que el carácter de la próxima campaña impediría al comandante en jefe una vigilancia directa y permanente de la fábrica.-
En la misma forma en que para la recomposición del armamento de la Infantería durante las operaciones se agregaban algunos maestros armeros a los Cuarteles Generales, para la artillería se comenzó a designar personal encargado del mantenimiento de las piezas, los armones y los vehículos, y se empezaron a instalar talleres de la maestranza en los períodos de estacionamiento y el almacén de Artillería. Este personal se dividía según su especialidad en maestros de Montaje, torneros, maestros de Herrería, oficiales carpinteros y un largo etcétera, hallándose cada especialidad bajo las órdenes de un maestro mayor, en tanto los Almacenes de Artillería , tanto el permanente de la capital, como los provisorios de los Ejércitos en operaciones quedaban a cargo de un comisario de artillería, Guardaparque ó Guardaalmacén, según el caso, con los necesarios oficiales escribientes y de administración.-

Investigación Histórica
Miguel León

Es interesante destacar la entrega y la honestidad del General para con la Patria,y el ingenio del mismo para proveerse de sus propias armas en tiempos en que las necesitaba con suma urgencia. Dicha entrega no fue respondida con la premura del caso por el Gobierno Central, ya que recién a mas de un siglo y medio fue entregado su legado personal para la construcción de una Escuela en esta Ciudad.
Hombres como Belgrano y San Martín son los que necesita el país.-

Atte.-

Miguel
 
Arriba