Estados Unidos, geoestrategia del único poder global.

Jorge II

Serpiente Negra.
Seguramente porque Venezuela no ha desarrollado otra industria como para subsistir sin petroleo; además su geografía no creo que ayude tampoco. USA es como la Argentina; tiene todo y puede subsistir sin depender de los demás en lo mínimo básico prescindible; Agua, comida, energía ambos tres industrializada.
Ahora bien; el tema es que ellos que sus padres fundadores tuvieron una idea como nación y ningún presidente hasta ahora sin importar su ideología cumplió al pie de la letra y los que se desviaron un poco terminaron como terminaron. Por eso son potencia global, en todos los aspectos empezando con lo militar y cultural más que la económica.
 
Última edición:
Aunque suene chocante,que pais hispano esta mejor que uno anglosajon?
No hablemos de etnias,para mi es cultural
Para mi, es una mezcla entre cultura y raza/etnia. Que al fin y al cabo, una cosa termina modificando a la otra y viceversa. Por eso decía desde el principio, las pruebas y la historia muestran que los paises anglosajones son mejores en varios sentidos.
 

Jorge II

Serpiente Negra.
Para mi, es una mezcla entre cultura y raza/etnia. Que al fin y al cabo, una cosa termina modificando a la otra y viceversa. Por eso decía desde el principio, las pruebas y la historia muestran que los paises anglosajones son mejores en varios sentidos.
Es verdad; pero sacando el tema anglosajón y volviendo al tema etnico cultural un claro ejemplo de diferencia de todos los aspecto social, politico, económico es Brasil,.
 

me262

Colaborador
Volvemos a lo mismo. Venezuela es mil veces mas rico que Texas y California... y ahi están...
Estimado, California sola tiene el quinto PBI a nivel mundial, mas que el Reino Unido, y solo superada por Estados Unidos, China, Japón y Alemania...
Saludos.
 
Estimado, California sola tiene el quinto PBI a nivel mundial, mas que el Reino Unido, y solo superada por Estados Unidos, China, Japón y Alemania...
Saludos.
Que no lo sepa Putin!!!!!!! :D

Hay algo del caracter latinoamericano que es muy ramplon y es incluso anterior al socialismo que lo vino a empeorar, y es la lloradera de que los males sociales son culpa del imperialismo, del español, de los yankis, de las trasnacionales y nosotros somos una victimas inocentes a los que no nos dejan ser y por eso vivimos de desgracia en desgracia.

La biblia moderna de esa lloradera cobarde viene a ser Las venas abiertas de nuestra America. ese es el motivo principal por el que para la mayoria de los latinoamericanos los politicos deben ser los heroes que los salvaran de la injusticia eterna, quitandole a los demas lo que por injusticia no han podido lograr por ellos mismos.Cryy
 

La obsesión estadounidense por Eurasia, Parte 1: Preparando el escenario​


Rodger Baker
Vicepresidente senior de análisis estratégico

"¿Por qué abandonar el nuestro para situarnos en terreno extranjero? ¿Por qué, entretejiendo nuestro destino con el de cualquier parte de Europa, enredar nuestra paz y prosperidad en los esfuerzos de la ambición, la rivalidad, el interés, el humor o el capricho europeos?"
Presidente de los Estados Unidos, George Washington, Discurso de despedida (1796)​


Desde su fundación, Estados Unidos ha temido la participación europea en América del Norte y el hemisferio occidental. Y de este miedo surgió una visión estratégica continentalista y la idea de una fortaleza estadounidense segura detrás de sus fosos oceánicos, que detesta verse arrastrada a conflictos internos europeos. Con el tiempo, a medida que Estados Unidos consolidó su posición en América del Norte, también surgió una preocupación en competencia: una que comenzó a ver a Eurasia en el centro de un desafío estratégico para la seguridad estadounidense y promovió una política más internacionalista e intervencionista en el extranjero . Estas dos vertientes continúan dando forma a las evaluaciones estratégicas de Estados Unidos en la actualidad en medio de la geografía emergente del siglo XXI .

La compulsión continentalista​

Estados Unidos surgió por primera vez como una federación flexible de colonias ubicadas en el borde de América del Norte, una frontera menos importante en el extenso Imperio Británico global. El establecimiento de la república no sacó a los británicos de América del Norte ni liberó a la nueva nación de las rivalidades europeas, que continuaron desarrollándose en América del Norte y el Caribe. Estados Unidos centró su atención en fortalecer la unión después de la Guerra Revolucionaria y proteger a la naciente nación de caer presa de las potencias europeas.

Fue en este contexto que el presidente George Washington pronunció su discurso de despedida de 1796, advirtiendo contra los enredos europeos. "Nuestra situación distante y distante nos invita y nos permite seguir un rumbo diferente", señaló Washington, destacando la protección percibida de la distancia. Con tanto trabajo por hacer en América del Norte, desde asegurar que el ya notable seccionalismo no destrozara a la nueva nación hasta proteger el territorio de los imperios europeos rivales, había poco valor y mucho riesgo en acercarse demasiado a una sola potencia europea, o ser arrastrado a la competencia europea. Entonces, como sigue siendo el caso en la actualidad, cualquier acción militar estadounidense en Eurasia vería a Estados Unidos muy superado en número, en los extremos más alejados de las líneas de suministro vulnerables, y aprovechando enormemente los recursos económicos y humanos de la nación.

A lo largo del siglo XIX, Estados Unidos mantuvo un enfoque mayoritariamente continentalista, extendiendo sus fronteras hacia el oeste a través de asentamientos y colonización en tierras que fueron compradas, anexadas o confiscadas por la fuerza. Esto incluyó las compras de Louisiana y Florida antes de 1820, seguidas por Alaska en 1867; la anexión de Texas en 1845 para asegurar la frontera suroeste, seguida por Hawai en 1898 para asegurar los accesos al Pacífico; y las Guerras Indígenas, la Guerra de 1812 (que resultó en un statu quo en la frontera norte) y la Guerra México-Estadounidense (que culminó con el Tratado de Guadalupe Hidalgo). Cada uno de estos momentos históricos se trataba de empujar las fronteras de los Estados Unidos, contrarrestar o derrocar a las potencias europeas (Gran Bretaña, Francia, España y Rusia) o las naciones nativas americanas, y asegurar una patria fuerte y protegida.


La expresión más audaz del continentalismo se produjo en 1823. Europa se vio envuelta una vez más en una guerra interna, Rusia avanzaba por la costa occidental de América del Norte y Francia y España parecían estar listas para reafirmar sus imperios en el Caribe. En su discurso de diciembre al Congreso, el presidente James Monroe reiteró la no interferencia de Estados Unidos en Europa y las colonias europeas existentes, pero también declaró que "deberíamos considerar cualquier intento de su parte de extender su sistema a cualquier parte de este hemisferio como peligroso para nuestra paz. y seguridad." Este sentimiento, más tarde considerado la Doctrina Monroe , no fue mera arrogancia. El Golfo de México fue fundamental para el comercio estadounidense que viajaba por el Mississippi, y el Estrecho de Florida otorgó acceso al Atlántico.Una reafirmación del poder europeo en las islas del Caribe era una amenaza directa para el comercio estadounidense. Si bien es claramente un reflejo de la aspiración más que de la capacidad, la Doctrina Monroe afirmó un interés fundamental de Estados Unidos no solo en mantener a los europeos fuera de cualquier expansión futura en América del Norte, sino fuera del hemisferio en su conjunto.

El continentalismo nunca significó aislacionismo, y el siglo XIX vio las bases para un futuro Estados Unidos internacionalista. Mientras evitaba involucrarse en un conflicto europeo, Estados Unidos puso a prueba su capacidad naval en las Guerras de Berbería en el norte de África a principios de siglo, firmó un Tratado de Amistad con Hawai en 1849 advirtiendo contra cualquier anexión europea de las islas y envió al comodoro Matthew Perry a Japón. en la década de 1850 para abrir el país al comercio e invadió brevemente Corea en 1871. Sin embargo, la Guerra Civil y la reconstrucción mantuvieron a Estados Unidos enfocado hacia adentro durante gran parte de la segunda mitad del siglo, aparte de sus distantes compromisos en Asia.

El imperativo internacionalista​

La ruptura radical con el continentalismo se produjo con la Guerra Hispanoamericana de 1898, durante la cual Estados Unidos anexó Hawái. Al concluir el conflicto, Estados Unidos también se apoderó de Puerto Rico, así como de las lejanas Guam y Filipinas. En 1890, menos de una década antes de la guerra, el historiador y oficial naval estadounidense Alfred Thayer Mahan publicó su libro, The Influence of Sea Power Upon History, en el que lamenta el deterioro del estado de la Marina y la marina mercante de los Estados Unidos después de la Guerra Civil. destacando la conexión entre la fuerza naval y la fuerza económica vista en la historia del Reino Unido. Las ideas de Mahan cambiaron los conceptos de defensa nacional de costera a oceánica, y la necesidad de Estados Unidos de proyectar poder para asegurar sus propios intereses, no simplemente jugar un juego defensivo en casa.

Entre la geopolítica estratégica de Mahan y el territorio repentinamente expandido, Estados Unidos se embarcó en un breve pero notable momento de internacionalismo: envió a la Gran Flota Blanca de acorazados de la Armada de los Estados Unidos en una circunnavegación del mundo de 14 meses, respaldando la secesión panameña de Colombia y firmando derechos. a la zona del canal, y desafiando el comercio imperial europeo y el dominio económico al afirmar su política de Puertas Abiertas en Asia. Esta oleada internacionalista fue seguida por otro giro hacia adentro, y cuando estalló la guerra en Europa, Estados Unidos buscó mantener un papel neutral y evitar enredos.

Pero el Atlántico demostró poca protección para los Estados Unidos, y su transporte fue presa de la guerra submarina irrestricta de Alemania. Esto, junto con la publicación del Zimmermann Telegram, que parecía amenazar con llevar la guerra directamente a Norteamérica, llevó a Estados Unidos a declarar la guerra a Alemania y enviar tropas a Europa, marcando una clara ruptura con la advertencia de Washington más de un siglo antes. . A pesar de la participación del presidente Woodrow Wilson en la formación de la Liga de Naciones después de la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos reanudó su enfoque continentalista. E incluso se podría argumentar que la intervención de Estados Unidos en la guerra fue impulsada más por un deseo de volver a asegurar el foso del Atlántico y reafirmar la Doctrina Monroe, que por un deseo de moldear el equilibrio de poder en Europa.

El contraste entre continentalismo e internacionalismo sigue siendo un aspecto profundamente arraigado del pensamiento estratégico estadounidense, que refleja la naturaleza dual continental y marítima de los Estados Unidos.

Fue después de la Primera Guerra Mundial cuando se estableció el marco para el verdadero internacionalismo estadounidense. En 1919, el geógrafo británico Sir Halford J. Mackinder publicó su libro, Democratic Ideals and Reality, exponiendo su tesis de “Heartland”. En lo que podría leerse como un contrapunto al enfoque marítimo de Mahan, Mackinder advirtió que, dado el ritmo del transporte moderno y la tecnología de guerra, si una sola potencia como Alemania (y más tarde Rusia) pudiera dominar el corazón de Eurasia, tendría todos los recursos y capital humano de Europa, Asia y África a su disposición. Su núcleo estaría protegido del poder marítimo mundial y su capacidad industrial le permitiría, en última instancia, construir una flota capaz de dominar los océanos mundiales. La clave para evitar que un poder autoritario abrume a las democracias comerciales en tiempos de guerra, argumentó Mackinder,

El libro de Mackinder inicialmente no atrajo mucha atención, pero al amanecer de la Segunda Guerra Mundial, estaba disfrutando de un resurgimiento de reconocimiento en los Estados Unidos. Los intentos de Estados Unidos de permanecer fuera de la guerra en Europa y permanecer neutral en la fortaleza de Estados Unidos estaban demostrando una vez más que no eran ideales. Y Mackinder ofreció una forma de ver el panorama estratégico más amplio, de utilizar la geografía, la historia y un estudio de las sociedades para explicar por qué Estados Unidos no podía quedarse al margen y esperar lo mejor.
Mackinder expuso sus ideas en un artículo de 1943 en Foreign Affairs y advirtió que Alemania no era la única potencia del corazón que podía desafiar a las democracias globales:
"A fin de cuentas, la conclusión es inevitable de que si la Unión Soviética emerge de esta guerra como conquistadora de Alemania, debe clasificarse como la mayor potencia terrestre del mundo. Además, será la potencia en la posición defensiva estratégicamente más fuerte. Heartland es la fortaleza natural más grande de la tierra. Por primera vez en la historia está atendida por una guarnición suficiente tanto en número como en calidad ".
Los conceptos de Mackinder influyeron claramente en la política estadounidense en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial. Y el contraste entre continentalismo e internacionalismo sigue siendo un aspecto profundamente arraigado del pensamiento estratégico estadounidense, que refleja la naturaleza dual continental y marítima de los Estados Unidos. Encontrar el equilibrio adecuado dentro de esta dicotomía será el desafío estratégico de la década, mientras el gobierno de EE. UU. Lidia con el surgimiento de China como una nueva potencia estratégica euroasiática.
 

La obsesión estadounidense por Eurasia, Parte 2: El desafío de China


Rodger Baker
Vicepresidente senior de análisis estratégico , Stratfor
2 de septiembre de 2020 | 10:00 GMT


"La amenaza de un cerco de los Estados Unidos por una combinación europeo-asiática, que surgió por primera vez en la época del presidente Monroe, reapareció en el momento de la Primera Guerra Mundial y permaneció inactiva en la Alianza Británico-Japonesa, ha vuelto a aparecer. , pero en una escala nunca soñada en tiempos pasados ".
Nicholas J. Spykman, La estrategia de Estados Unidos en la política mundial (1942)​


Estados Unidos se encuentra en medio de un reenfoque estratégico desde el contraterrorismo y el control nacional deshonesto hacia la llamada competencia de grandes potencias. Si bien Rusia, la contraparte de la Guerra Fría, sigue siendo una preocupación, China se ha convertido en la principal amenaza cercana. Esto está despertando un elemento clave que ha dado forma durante mucho tiempo a la política exterior y la evaluación estratégica de Estados Unidos: la principal potencia del continente euroasiático. Pero la cultura estadounidense está dividida sobre la mejor manera de lidiar con un competidor euroasiático, y las divisiones políticas y económicas internas dificultarán que Estados Unidos mantenga una estrategia coherente.

El nuevo desafío de Eurasia​

En su libro de 1942, America's Strategy in World Politics: The United States and the Balance of Power, el científico social estadounidense Nicholas J. Spykmam presentó un caso muy claro de por qué un Estados Unidos continentalista aislacionista no estaba seguro en el mundo moderno. Spykman también identificó un rimland, que se extiende alrededor de la periferia de Eurasia, donde la tierra se encuentra con el mar, y donde las potencias marítimas compiten con la gran potencia continental. Fue la elucidación de Spykman lo que ayudó a dar forma al pensamiento estratégico detrás de la posterior política de contención de la Guerra Fría de Estados Unidos y la necesidad de una intervención estadounidense en la periferia euroasiática. Las guerras de Corea y Vietnam se libraron en la periferia, al igual que las relaciones de Estados Unidos con Pakistán, Persia y Europa. La base estadounidense actual en el extranjero y un ejército estadounidense muy activista son legados de los conceptos internacionalistas establecidos por personas como Spykman.

Estados Unidos se enfrenta ahora a un nuevo tipo de competidor euroasiático en China, tanto continental como marítimo . La Iniciativa de la Franja y la Ruta de China busca vincular los recursos, los mercados y la capacidad productiva de la Isla Mundial de Mackinder (Asia, Europa y África), con Beijing en el centro. China también se está extendiendo más allá de Eurasia, a través del Ártico, el Pacífico y el Atlántico, para acceder a las Américas. Si China tuviera éxito, representaría el poder circundante de Spykman, uno que podría ejercer influencia y fuerza a través de las fronteras del Atlántico y el Pacífico, y quizás incluso a lo largo del frente ártico que se abre.

La pregunta que enfrentará el gobierno de Estados Unidos durante la próxima década o más no es solo qué hacer con China, sino cómo hacerlo.

Aunque China no está preparada para apoderarse de Eurasia y estrangular el comercio estadounidense a lo largo de cada costa en el corto plazo, si es que lo hace, el pensamiento estratégico mira hacia las capacidades potenciales futuras, no la capacidad o intención actual. Y eso vuelve a plantear la dicotomía estratégica central entre continentalismo e internacionalismo. Si bien existe un acuerdo general en el pasillo político de que China es un competidor estratégico, si no el principal rival de poder de Estados Unidos, hay poco consenso sobre la estrategia para enfrentar ese desafío.

Incluso dentro de la actual administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, existen políticas estratégicas contradictorias. Hay un impulso para reducir la huella militar estadounidense en el exterior , retirar tropas, reducir las bases en el extranjero y, de alguna manera, intentar regresar a la fortaleza de Estados Unidos. Y al mismo tiempo, hay un impulso para declarar una batalla ideológica con China, para mejorar las fuerzas estadounidenses en el exterior, particularmente en la frontera alrededor de China, para mantener la confrontación con China en y alrededor de la masa continental euroasiática, y para perturbar la economía y la economía de China expansión política.

La lucha por el equilibrio​

Tal dicotomía no es exclusiva de la administración Trump: la política estadounidense a menudo es impulsada por las fuerzas en competencia del continentalismo y el internacionalismo, y se observaron cambios similares durante la Guerra Fría. Tampoco es simplemente la disonancia cognitiva de la élite de la política exterior en Washington. Existe un amplio apoyo del público en general a la retirada de las fuerzas estadounidenses después de casi dos décadas de conflicto en el extranjero, así como el creciente reconocimiento estadounidense de China como una potencia opuesta a los intereses estadounidenses en el exterior. La política partidista puede influir en este punto de vista aparentemente contradictorio, pero no es la causa fundamental. La prosperidad y el aislamiento generales de Estados Unidos fortalecen el sentido de continentalismo, particularmente cuando enfrenta dificultades económicas. Pero el trasfondo del excepcionalismo estadounidense, ya sea expresado en términos de democracia,

La pregunta que enfrentará Estados Unidos durante la próxima década o más no es solo qué hacer con China, sino cómo hacerlo. Estados Unidos sigue siendo una potente potencia militar y económica, pero también enfrenta importantes desafíos sociales y económicos que reforzarán la necesidad de fortalecer la patria antes de buscar cambios en el extranjero. La crisis del COVID-19, las fuertes divisiones sociales y el partidismo extremo obligarán al gobierno de los Estados Unidos a mirar hacia adentro, así como a los ciudadanos estadounidenses a instar a un mayor gasto en el país en lugar de en acciones militares extranjeras.

Al mismo tiempo, a pesar de los recientes llamamientos para remodelar las cadenas de suministro y "desvincularse" de China, Estados Unidos no puede simplemente retirarse a un caparazón y esperar que las cosas en el hemisferio oriental no tengan ningún impacto en casa. Incluso en sus momentos más continentalistas del pasado, Estados Unidos no ha sido verdaderamente aislacionista, ni ha podido alejarse del comercio global, tanto para absorber el excedente estadounidense (hoy en servicios más que en manufacturas), como para traer materias primas críticas. Incluso si Estados Unidos decide asumir un papel más limitado en el extranjero, no será inmune a los patrones geopolíticos cambiantes que afectarían los recursos y el acceso al mercado. Como señaló Mackinder y reiteró Spykman, el mundo es un sistema cerrado, y los eventos en un solo lugar ahora se propagan por todo el mundo, lo queramos o no.

El mundo es un sistema cerrado, y los eventos en un solo lugar ahora se propagan por todo el mundo, lo queramos o no.

Tanto el internacionalismo como el continentalismo tienen sus costos y recompensas, pero es difícil cruzar la línea de manera efectiva. Una estrategia internacionalista requiere una influencia política, económica y militar combinada activa en la periferia euroasiática, idealmente en estrecha cooperación con socios y aliados. Intentar ser sólo parcialmente internacionalista hace que la estrategia pierda el enfoque, los aliados pierdan la confianza y allana el camino para que el competidor euroasiático explote las fracturas concomitantes. Una estrategia puramente continentalista que busca fortalecer la patria y mantener el comercio a través de la neutralidad declarada, pero que hace poco para intervenir para dar forma a los desarrollos en Eurasia, puede durar solo un breve período de tiempo antes de que el cambiante equilibrio de poder global comience a afectar el sentido de seguridad de Estados Unidos., provocando un retorno a un rumbo internacionalista.
 

Jefe del Estado Mayor de EE.UU.: "Entramos en un mundo cada vez más inestable, y aumenta la posibilidad de un conflicto importante de superpotencias"​


Publicado:5 abr 2022 14:15 GMT

El jefe del Estado Mayor estadounidense, Mark Milley, propone establecer bases militares permanentes con personal rotatorio en Europa oriental.

EE.UU. debe seguir una estrategia clara para hacer frente a China y Rusia, lo que requiere mantener la preparación para el combate y modernizar las fuerzas armadas, declaró este martes el jefe del Estado Mayor estadounidense, Mark Milley.

"Estados Unidos se encuentra en un punto de inflexión geoestratégico muy crítico e histórico. Entramos en un mundo cada vez más inestable y aumenta la posibilidad de un conflicto internacional importante entre superpotencias", dijo Milley durante una audiencia del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes.

"Nos enfrentamos a dos potencias mundiales, China y Rusia, cada una tiene importantes capacidades militares. Y ambos países pretenden alterar fundamentalmente el orden mundial actual", dijo el jefe del Estado Mayor.

Según el funcionario, es importante aumentar el presupuesto y los esfuerzos para modernizar las fuerzas armadas y que EE.UU. "siga siendo la fuerza más capaz y letal del planeta".

Además, Milley comentó la idea de establecer bases militares permanentes con personal rotatorio en Europa oriental. "Mi consejo sería crear bases permanentes pero que no estén estacionadas de forma continua. Así se consigue el efecto de permanencia mediante fuerzas de rotación que circulan por las bases permanentes", dijo.
 

El Departamento de Defensa de EE.UU. evalúa la amenaza que supondría la colaboración entre Rusia y China en materia de exploración lunar y marciana​


Publicado:13 abr 2022 00:28 GMT




Según un reciente informe de la Agencia de Inteligencia de Defensa estadounidense, el espacio "se está militarizando cada vez más", y las amenazas a las actividades extraterrestres del país, tanto militares como comerciales, siguen creciendo.

El Departamento de Defensa estadounidense advirtió en su reciente informe '2022 Challenges to Security in Space' ('Los retos de la seguridad espacial 2022', en español) que Rusia y China "están desarrollando diversas herramientas" para desafiar a EE.UU. en el ámbito espacial y posicionarse como líderes del sector, "creando nuevas normas espaciales globales".

Según el documento, entre los años 2019 y 2021 las fuerzas espaciales conjuntas de Moscú y Pekín crecieron aproximadamente en 70 %, tras un alza de 200 % durante los cuatro años anteriores.

"China y Rusia valoran la superioridad en el espacio y, como resultado, buscarán maneras de fortalecer sus programas espaciales y contraespaciales y determinar mejores formas de integrarlos dentro de sus respectivos Ejércitos", señaló el analista Kevin Ryder, de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA, por sus siglas en inglés).

En general, los autores del informe concluyeron que el espacio "se está militarizando cada vez más" por parte de todo el mundo, mientras que las amenazas a las actividades extraterrestres de Estados Unidos, tanto de carácter militar como comercial, siguen creciendo.


Además, el documento hace hincapié en la exploración china y rusa de la Luna y Marte, y las posibles consecuencias negativas para Estados Unidos de las actividades que se realizan en el espacio cislunar.

"Las operaciones en el espacio profundo, más allá de la órbita terrestre […], se centran en misiones científicas y en la exploración de la Luna y otros cuerpos celestes", explican los expertos de la DIA, y recalcan que las naves utilizadas para ese fin son mucho más difíciles de rastrear y podrían amenazar a los valiosos satélites estadounidenses o los de sus aliados.

"Los adversarios también podrían colocar satélites operativos o de reserva en el espacio profundo, para que sean mucho más difíciles de vigilar, con el fin de usarlos posteriormente en órbitas más bajas", reza el informe. En caso de que esas actividades de Rusia y China resulten exitosas, los nuevos avances de los dos aliados probablemente los lleven a intentar explotar los recursos naturales de la Luna, sostiene el documento.
 

The Intercept revela una competencia secreta del Pentágono para llevar a cabo guerras 'proxy' en varias partes del mundo​


Publicado:5 jul 2022 01:14 GMT

Estados Unidos habría utilizado una facultad secreta para lanzar más de una veintena de guerras subsidiarias o guerras 'proxy' desde 2017, según un artículo publicado el viernes por The Intercept, que cita como fuente documentos nunca antes vistos, así como varios altos funcionarios conocedores de estos programas.

El medio, que recibió los documentos a través de la Ley de Libertad de Información, afirma que estos archivos son la primera confirmación oficial de que al menos 14 de los llamados "programas 127e" todavía estaban activos en el gran Oriente Medio y Asia-Pacífico en 2020. En total, el Pentágono habría lanzado 23 programas de este tipo en todo el mundo entre 2017 y 2020, lo que habría supuesto un coste de 310 millones de dólares a los contribuyentes estadounidenses.

The Intercept explica que 127e es una de las varias facultades prácticamente desconocidas concedidas al Departamento de Defensa por el Congreso en las últimas dos décadas. En particular, autoriza a los comandos estadounidenses a llevar a cabo "operaciones antiterroristas" en cooperación con tropas extranjeras y fuerzas irregulares de países asociados en todo el mundo con mínima supervisión externa.

Asimismo, el programa permite a EE.UU. armar, entrenar y proporcionar inteligencia a fuerzas extranjeras. Sin embargo, a diferencia de los programas tradicionales de ayuda al exterior, que se centran en el aumento de las capacidades locales de los países asociados, las fuerzas 127e están concebidas para seguir las órdenes de EE.UU. y realizar misiones dirigidas por Washington contra los enemigos de EE.UU. para alcanzar los objetivos estadounidenses, sirviendo en esencia de ejércitos 'proxy' del Pentágono.

Según el medio, casi ninguna información relativa a estas operaciones se comparte con miembros del Congreso o funcionarios del Departamento de Estado. Por lo general, se desconoce dónde se llevan a cabo estas operaciones, su frecuencia, sus objetivos o incluso la identidad de las fuerzas extranjeras con las que EE.UU. coopera para llevarlas a cabo.

Un funcionario gubernamental conocedor del programa señaló bajo anonimato a The Intercept que la mayoría de los congresistas ni siquiera tienen la autorización para ver los informes sobre 127e, y que aquellos que sí la tienen rara vez los solicitan. "Esto fue diseñado para evitar la supervisión", explicó.
 

El Departamento de Estado de EE.UU. anuncia la primera estrategia de Washington para "anticipar, prevenir y responder a hechos atroces"​


Publicado:15 jul 2022 23:52 GMT

El organismo publicó también el Informe Elie Wiesel 2022, sobre el trabajo del país norteamericano a ese respecto.

El Departamento de Estado de EE.UU. hizo pública este viernes la primera estrategia del país norteamericano para "anticipar, prevenir y responder a la comisión de atrocidades" o crímenes masivos. "La estrategia guiará nuestra labor futura, a medida que institucionalicemos un proceso basado en un grupo de trabajo y movilicemos un verdadero esfuerzo de todo el Gobierno para la prevención y respuesta" a tales hechos, anunció durante una conferencia de prensa Anne A. Witkowsky, subsecretaria adjunta para Operaciones de Conflicto y Estabilización.

Por su parte, la subsecretaria de Estado, Wendy R. Sherman, detalló que "este plan ayudará a coordinar los recursos y a dirigir las actividades, no solo en el Departamento de Estado, sino en todo el Gobierno federal, en tres áreas claves", que de seguidas detalló:

  • Anticipación. La alta funcionaria señaló que el documento hace hincapié en la importancia de "la recogida de datos, la observación, la recopilación de información y el análisis". Explicó que Washington formará un grupo de trabajo para la prevención de crímenes de esa índole, dirigido por la Casa Blanca, para identificar los Estados y regiones "con mayor riesgo" de ocurrencia y desarrollar planes específicos de prevención y respuesta.
  • Prevención. Aseguró que Estados Unidos utilizará sus recursos tanto financieros como diplomáticos para "fortalecer las instituciones y las sociedades, proporcionar ayuda humanitaria y de emergencia, ayudar a abordar las tensiones subyacentes y avanzar en la justicia en los países con riesgo de [sufrir] atrocidades o su escalada". Asimismo, apuntó que Washington planea profundizar su trabajo con aliados y socios a fin de coordinar esfuerzos y "movilizar coaliciones para emprender acciones preventivas". "Formaremos a los diplomáticos estadounidenses y a los cooperantes extranjeros para que reconozcan las señales de advertencia de que puedan producirse atrocidades", añadió.
  • Respuesta. Al mismo tiempo, la subsecretaria de Estado advirtió que seguirá habiendo ocasiones en las que no se podrá evitar que se produzcan tales hechos. "Seguiremos desplegando toda la gama de herramientas que tenemos a nuestra disposición para hacer que las personas y los gobiernos rindan cuentas por las atrocidades y los abusos de los derechos humanos", subrayó.
Además, el organismo publicó un informe anual sobre el trabajo de EE.UU. para la prevención y respuesta en ese campo, denominado Informe Elie Wiesel 2022.


Según apuntó Sherman, el documento busca actualizar al Congreso y al público sobre los esfuerzos de Washington para "hacer frente al genocidio, los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad en todas partes del mundo", incluyendo su trabajo para "apoyar la recopilación de pruebas, imponer sanciones y hacer que los autores rindan cuentas en esos y otros países".

El informe enumera ejemplos que "demuestran cómo la Administración Biden está trabajando para prevenir atrocidades en una amplia gama de contextos" y en múltiples países, entre ellos Ucrania, China, Irak, Siria y Afganistán, así como Colombia y Guatemala.

De acuerdo con el documento, el Departamento de Estado y la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional informaron de un presupuesto "de aproximadamente 54,41 millones de dólares para la programación de la prevención de atrocidades en el año fiscal 2021". "El importante incremento de la financiación notificada, de 6,2 millones de dólares en el ejercicio 2019 a 54,41 millones de dólares en el ejercicio 2020, refleja el aumento de la notificación de programas que apoyan los objetivos de prevención, especialmente en Irak", indicó el organismo.
 


Bloomberg: La campaña liderada por EE.UU. de aislar a Rusia y China se queda corta​


Publicado:5 ago 2022 20:02 GMT

Los intentos de los países del Grupo de los Siete (G7), liderados por EE.UU., de aislar a Rusia y China se quedan cortos, lo que se demuestra en la posición de los países que forman parte del llamado Sur Global, según un artículo de Bloomberg publicado este 5 de agosto.

En particular, la agencia señala que solo la mitad de los países del Grupo de los Veinte (G20) se ha unido a las sanciones contra Moscú por su operativo militar en Ucrania. Esto pese a que altos funcionarios de las naciones del G7 trataban de convencer al resto del mundo de la necesidad de reforzar la presión sobre Rusia. "Les ha sorprendido la falta de adhesión de los Estados del G20, incluso si esos países no se empeñan en ayudar a Moscú a eludir las sanciones", apunta el medio.


Refiriéndose concretamente a la política exterior de Washington, desde Bloomberg acentúan que la situación actual es "una realidad incómoda" a la que el secretario de Estado, Antony Blinken, se enfrenta durante su gira por el sudeste asiático y África. "Gran parte del mundo no está dispuesta a seguir los esfuerzos de EE.UU. y Europa para aislar Rusia".

Tal postura complica, por ejemplo, las iniciativas del G7 de imponer un tope a los precios del petróleo ruso, mientras que "envalentona" al presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, "en sus respectivos programas globales".

China, la India, Sudáfrica y otros países que optan por dialogar con Moscú​

En vez de sancionar a Rusia, China está incrementando las importaciones de gas y petróleo rusos. Así, Pekín gastó un 72 % más en las entregas energéticas de Moscú con respecto a los datos del año anterior.

Mientras, China está "lejos de estar sola" en su rechazo a las restricciones antirrusas. Así, el primer ministro indio, Narendra Modi, conversó con Putin sobre las posibilidades de aumentar el comercio entre las naciones.


Por su parte, el mandatario sudafricano, Cyril Ramaphosa, criticó la política de sanciones. A su vez, Turquía se negó a adherirse a las restricciones, considerando que esto iría en detrimento de sus intereses políticos y económicos. Arabia Saudita también mantiene buenas relaciones con Rusia a través de su cooperación en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+), se reseña en el material.

Entre otros países que optan por no deteriorar sus relaciones con Moscú figuran naciones de América Latina. Bloomberg recuerda que el Mercosur rechazó la solicitud del presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, para dirigirse a los líderes del bloque comercial durante la cumbre celebrada a finales de julio. Asimismo, en África, donde el canciller ruso, Serguéi Lavrov, subrayó el papel histórico de Moscú en su apoyo a los movimientos descolonizadores en el continente, tampoco condenaron las acciones rusas.

Esfuerzos de Washington para contener a Pekín​

El medio también recuerda los esfuerzos de la Casa Blanca y sus aliados de "crear una coalición de democracias" contra Pekín. En esta línea, alude a las declaraciones del secretario adjunto del Departamento de Comercio, Alan Estevez, quien declaró a mediados de julio en una audiencia en el Congreso que las medidas de Washington y otros 37 países de imponer controles a las exportaciones de Rusia ayudan a "proporcionar un modelo para avanzar más", para un nuevo sistema que contrarresta "las amenazas de China".


Sin embargo, Washington y sus aliados solo gozan de "éxito limitado" en esta dirección. Como prueba, la agencia indica que Indonesia, país que este año acoge los eventos del G20, continúa sellando grandes pactos comerciales con compañías estatales chinas.

El gigante asiático también continúa expandiendo su influencia en África, manteniendo una vez en tres años la cumbre con los líderes del continente en el marco del Foro de Cooperación. Aparte de los intereses económicos, Pekín usa estos eventos para obtener apoyo de las naciones africanas en la ONU.

En un intento de "recuperar la narrativa no solo contra China, sino también contra Rusia", la Administración del presidente Joe Biden ya invitó a los líderes africanos a participar en la cumbre liderada por EE.UU. prevista para mediados de diciembre de este año. Según el comunicado oficial de la Casa Blanca, el encuentro busca reforzar "el compromiso de EE.UU. y África con la democracia y los derechos humanos", entre otros objetivos.
 

Un senador de EE.UU. se refiere a Turquía como "la amenaza más permanente y próxima" en el Mediterráneo oriental​


Publicado:27 ago 2022 13:54 GMT

El jefe del comité de relaciones internacionales del Senado estadounidense, Robert Menendez, considera que la principal amenaza actual en el Mediterráneo oriental la constituye Turquía. El político norteamericano hizo esta afirmación el viernes durante una intervención en la Universidad Nacional de Grecia en Atenas.

"No puedo pensar en un lugar mejor que aquí para expresar mi opinión sobre los desafíos que representan Rusia, China y Turquía a nivel internacional [...]", lo cita el diario griego Kathimerini. Menendez detalló que "la amenaza más permanente y próxima" que supone Turquía se manifiesta en "la ocupación ilegal" de Chipre y en que Ankara, en opinión del senador demócrata, desafía la soberanía de Atenas al volar de manera "provocativa" sobre el mar Egeo.

Además, Menendez acusó a Erdogan de llevar a cabo una política que provoca discrepancias en el sur y el este de Europa y en el Cáucaso meridional, y subrayó el papel crucial de las relaciones entre Washington y Atenas en los ámbitos económicos, climáticos y de seguridad.

El 14 de julio Robert Menendez se pronunció en contra de que su país le venda cazas F-16 a Turquía por "la serie de problemas" existentes entre Ankara y Washington, como el hecho de que Turquía haya adquirido sistemas de defensa antiaérea rusos S-400, los vínculos económicos que mantiene con Moscú y sus tensas relaciones con Grecia.
 

La administración Biden y su proyecto de seguridad nacional​

La Administración demócrana no ha logrado conformar una estrategia consensuada. La demora en su presupuesto y el consenso con sectores de la oposición están ahondando fricciones


El presidente estadounidense Joe Biden ha implementado durante su gestión una estrategia para abordar distintos problemas, entre ellos el hambre y el cambio climático. Sin embargo, su administración no ha logrado conformar una estrategia consensuada en materia de seguridad nacional. La demora en su presupuesto y el consenso con sectores de la oposición están ahondando fricciones de cara a la elección de medio tiempo con el bloque republicano.

Durante eesta semana un grupo de asesores estrechos del presidente anunció que su proyecto para una estrategia de seguridad nacional está elaborándose y prontamente será dado a conocer a la oposición y a la ciudadanía. No obstante, varios congresistas republicanos han declarado no tener demasiadas expectativas de que así sea y criticaron la falta de celeridad al tiempo que manifestaron su preocupación sosteniendo que la seguridad nacional no está siendo abordada con responsabilidad por la administración Biden.

El bloque republicano recordó que el presidente había dicho en diciembre pasado que una nueva estrategia sería implementada durante enero del año en curso. Sin embargo, eso no ocurrió. Luego, al consumarse la invasión rusa de Ucrania el evento fue sindicado como la razón para postergar y revisar la estrategia a aplicar. No obstante, el problema que afronta la gestión Biden es que el marco legal, obliga a la administración a enviar dicho proyecto al Congreso junto al presupuesto correspondiente, eso ocurrió recién en la última semana de marzo, pero el proyecto sólo trataba el presupuesto “la estrategia no estuvo incluida” y ello creó mayor incertidumbre.

El pasado miércoles, la comisión asesora en política de defensa y control de armas de la administración declaró en Washington que los temas estratégicos finales en seguridad nacional se mantendrán sin modificaciones respecto de la estrategia delineada por el presidente Biden de forma provisoria en marzo de 2021. Sin embargo, en los meses, posteriores a la invasión de Putin sobre Ucrania y con la profundización de la guerra en curso el atraso continua.

Al mismo tiempo, Washington y Seúl (Corea del Sur) realizaron simulacros conjuntos en materia de misiles al día siguiente de que Piongyang (Corea del Norte) lanzo el primero de dos misiles que sobrevoló el espacio aéreo de Japón, por lo que el presidente ordenó el desplazamiento de un portaaviones y un grupo de respuesta rápida al estrecho de Taiwán, esos buques estadounidenses navegan la zona del noreste de Corea del Norte, por lo cual, tanto Japón como Corea del Sur están realizando movimientos militares e implementando planes preventivos con la fuerza aérea, la marina y el ejército, quienes evalúan respuestas de Washington a un probable ataque nuclear ruso en Ucrania. A pesar de todas estas hipótesis de conflicto abiertas, varios asesores de la administración Biden insisten en un discurso poco claro y generan incertidumbre en sus aliados; por ejemplo: los sauditas están preocupados -como todos los sunitas del Golfo- cuando escuchan decir a los negociadores estadounidenses involucrados en el Tratado Nuclear con Irán que: la diplomacia está de regreso en plenitud y que Estados Unidos no estará ausente del tablero global.

 
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