Etiopía amplió la avanzada militar contra Somalía
La ofensiva militar se amplió hoy, tras un bombardeo con aviones de guerra el aeropuerto de Mogadiscio y otra terminal aérea. El ataque alimenta los temores de una enfrentamiento regional
El Gobierno de Etiopía admitió hoy haber bombardeado el aeropuerto de Mogadiscio y dijo que la operación tuvo como propósito impedir que las cortes islámicas de Somalia recibieran suministros por vía aérea.
"Se ha observado que los extremistas estaban a la espera de un puente aéreo", dijo el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Solomor Abebe.
Los aviones etíopes atacaron el aeropuerto de la capital hacia las 09.30 hora local (06.30 GMT).
Dos trabajadoras de limpieza resultaron heridas y la terminal quedó sin posibilidad de operar, informaron fuentes oficiales.
El gerente del aeropuerto, Abdirahim Adan Weheliye, dijo que las aeronaves atacaron la pista de aterrizaje y el estacionamiento. "La comunidad internacional tiene la opción de responder a esta acción o apoyar las acciones agresivas de Etiopía, pero la decisión final quedará en manos de los somalíes", añadió Weheliye.
En un recorrido por el aeropuerto después del ataque, se podían ver las marcas de los impactos en la pista de aterrizaje, aparentemente el principal objetivo de los aviones etíopes.
El aeropuerto de Mogadiscio, que estuvo sin operar durante varios años, fue reabierto al tráfico aéreo poco después de que las cortes islámicas se hicieran con el control de la capital a comienzos de junio pasado.
A fines de julio, esas instalaciones fueron utilizadas en varias ocasiones por Eritrea para suministrar armamento a las cortes islámicas, según denuncias del Gobierno de transición y testimonios de habitantes de la capital que vieron aterrizar varios vuelos.
Eritrea es el principal aliado que tienen las cortes islámicas en la lucha que mantienen con el Gobierno de transición, con sede en Baidoa, 245 kilómetros al noroeste de Mogadiscio, y que está apoyado por Etiopía, un viejo enemigo de Eritrea.
Eritrea y Somalia no tienen frontera terrestre, y cualquier transporte entre los dos países debe hacerse por vía aérea, porque si es por tierra tiene que hacerse a través de Etiopía o de Yibuti, un país que se mantiene al margen del conflicto somalí.
Además de atacar el aeropuerto de Mogadiscio, que quedó cerrado, los aviones etíopes bombardearon la terminal aérea de Ballidogle, que antes estaba dedicado a uso militar y que se ha convertido en un fuerte bastión de las cortes islámicas.
Portavoces islámicos aseguraron hoy que sus fuerzas lograron derribar en las últimas horas un helicóptero etíope en la ciudad central de Bandiradley, a unos sesenta kilómetros de la frontera con Etiopía.
Este dato, sin embargo, no fue confirmado independiente, y tampoco ha informado de ello el Gobierno etíope.
Coincidiendo con la ofensiva etíope, todas las emisoras de radio de esta capital han comenzado a transmitir himnos patrióticos y canciones contra el país vecino.
Etiopía y Somalia pelearon en una guerra por la región de Ogadén entre 1977 y 1978, y desde entonces los etíopes no son bien vistos en este país, y mucho menos ahora.
En su ofensiva en suelo somalí, Etiopía está utilizando aviones de combate, tanques, cohetes y artillería pesada.
Los puntos más conflictivos son las ciudades de Gandiradley, Baladweyne, Idale y Doynunay, en una línea que se extiende por 700 kilómetros.
Desde Baidoa, el Gobierno de transición anunció que ha decidido sellar todas las fronteras, un anuncio de escasa efectividad porque las autoridades apenas controlan más allá de la ciudad en la que tienen su sede.
"A partir de hoy, el Gobierno informa de que todos los movimientos en las fronteras por tierra, mar y aire quedan restringidos", dice un comunicado del portavoz del Gobierno, Abdurahman Dinari.
"Los militantes islámicos -añade la nota- quieren infiltrarse en los países vecinos, así que Etiopía tiene el derecho de defenderse".
En medio de estos combates, las tropas etíopes se hicieron hoy con el control de Baladwyene, unos 350 kilómetros al norte de Mogadiscio, una ciudad que sufrió ataques aéreos de Etiopía ayer, domingo.
Tras esta victoria, el gobernador de la región, Yusuf Ahmed Badaged, encabezó un mitin en una plaza de la población en el que criticó las restricciones para la convivencia diaria que han impuesto las cortes islámicas en los territorios que controlan.
"Nos hemos liberado de los milicianos islámicos que prohibieron el 'khat' (un estimulante muy usado en esta región de África), el cine y la música", dijo el gobernador.
También advirtió que cualquier persona a la que se le pille portando armas "será identificada como un terrorista que apoya a los milicianos".
No hay datos confiables sobre el número de muertos que han causado los bombardeos y los enfrentamientos de las últimas horas.
Fuentes próximas a la línea de combates calculan que superan el centenar.
Estos choques militares han puesto en riesgo los intentos de reconciliación entre el Gobierno de transición y las cortes islámicas, que a comienzos de julio dieron pasos hacia un mutuo reconocimiento.
Ahora, en cambio, la dinámica va en dirección contraria. "No reconocemos ningún Gobierno. Con los únicos que hablaremos es con Etiopía, sólo si ellos quieren abandonar nuestro país y permanecer más allá de sus fronteras", indicó hoy el secretario para Relaciones Exteriores de las cortes islámicas.
La ofensiva militar se amplió hoy, tras un bombardeo con aviones de guerra el aeropuerto de Mogadiscio y otra terminal aérea. El ataque alimenta los temores de una enfrentamiento regional
El Gobierno de Etiopía admitió hoy haber bombardeado el aeropuerto de Mogadiscio y dijo que la operación tuvo como propósito impedir que las cortes islámicas de Somalia recibieran suministros por vía aérea.
"Se ha observado que los extremistas estaban a la espera de un puente aéreo", dijo el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Solomor Abebe.
Los aviones etíopes atacaron el aeropuerto de la capital hacia las 09.30 hora local (06.30 GMT).
Dos trabajadoras de limpieza resultaron heridas y la terminal quedó sin posibilidad de operar, informaron fuentes oficiales.
El gerente del aeropuerto, Abdirahim Adan Weheliye, dijo que las aeronaves atacaron la pista de aterrizaje y el estacionamiento. "La comunidad internacional tiene la opción de responder a esta acción o apoyar las acciones agresivas de Etiopía, pero la decisión final quedará en manos de los somalíes", añadió Weheliye.
En un recorrido por el aeropuerto después del ataque, se podían ver las marcas de los impactos en la pista de aterrizaje, aparentemente el principal objetivo de los aviones etíopes.
El aeropuerto de Mogadiscio, que estuvo sin operar durante varios años, fue reabierto al tráfico aéreo poco después de que las cortes islámicas se hicieran con el control de la capital a comienzos de junio pasado.
A fines de julio, esas instalaciones fueron utilizadas en varias ocasiones por Eritrea para suministrar armamento a las cortes islámicas, según denuncias del Gobierno de transición y testimonios de habitantes de la capital que vieron aterrizar varios vuelos.
Eritrea es el principal aliado que tienen las cortes islámicas en la lucha que mantienen con el Gobierno de transición, con sede en Baidoa, 245 kilómetros al noroeste de Mogadiscio, y que está apoyado por Etiopía, un viejo enemigo de Eritrea.
Eritrea y Somalia no tienen frontera terrestre, y cualquier transporte entre los dos países debe hacerse por vía aérea, porque si es por tierra tiene que hacerse a través de Etiopía o de Yibuti, un país que se mantiene al margen del conflicto somalí.
Además de atacar el aeropuerto de Mogadiscio, que quedó cerrado, los aviones etíopes bombardearon la terminal aérea de Ballidogle, que antes estaba dedicado a uso militar y que se ha convertido en un fuerte bastión de las cortes islámicas.
Portavoces islámicos aseguraron hoy que sus fuerzas lograron derribar en las últimas horas un helicóptero etíope en la ciudad central de Bandiradley, a unos sesenta kilómetros de la frontera con Etiopía.
Este dato, sin embargo, no fue confirmado independiente, y tampoco ha informado de ello el Gobierno etíope.
Coincidiendo con la ofensiva etíope, todas las emisoras de radio de esta capital han comenzado a transmitir himnos patrióticos y canciones contra el país vecino.
Etiopía y Somalia pelearon en una guerra por la región de Ogadén entre 1977 y 1978, y desde entonces los etíopes no son bien vistos en este país, y mucho menos ahora.
En su ofensiva en suelo somalí, Etiopía está utilizando aviones de combate, tanques, cohetes y artillería pesada.
Los puntos más conflictivos son las ciudades de Gandiradley, Baladweyne, Idale y Doynunay, en una línea que se extiende por 700 kilómetros.
Desde Baidoa, el Gobierno de transición anunció que ha decidido sellar todas las fronteras, un anuncio de escasa efectividad porque las autoridades apenas controlan más allá de la ciudad en la que tienen su sede.
"A partir de hoy, el Gobierno informa de que todos los movimientos en las fronteras por tierra, mar y aire quedan restringidos", dice un comunicado del portavoz del Gobierno, Abdurahman Dinari.
"Los militantes islámicos -añade la nota- quieren infiltrarse en los países vecinos, así que Etiopía tiene el derecho de defenderse".
En medio de estos combates, las tropas etíopes se hicieron hoy con el control de Baladwyene, unos 350 kilómetros al norte de Mogadiscio, una ciudad que sufrió ataques aéreos de Etiopía ayer, domingo.
Tras esta victoria, el gobernador de la región, Yusuf Ahmed Badaged, encabezó un mitin en una plaza de la población en el que criticó las restricciones para la convivencia diaria que han impuesto las cortes islámicas en los territorios que controlan.
"Nos hemos liberado de los milicianos islámicos que prohibieron el 'khat' (un estimulante muy usado en esta región de África), el cine y la música", dijo el gobernador.
También advirtió que cualquier persona a la que se le pille portando armas "será identificada como un terrorista que apoya a los milicianos".
No hay datos confiables sobre el número de muertos que han causado los bombardeos y los enfrentamientos de las últimas horas.
Fuentes próximas a la línea de combates calculan que superan el centenar.
Estos choques militares han puesto en riesgo los intentos de reconciliación entre el Gobierno de transición y las cortes islámicas, que a comienzos de julio dieron pasos hacia un mutuo reconocimiento.
Ahora, en cambio, la dinámica va en dirección contraria. "No reconocemos ningún Gobierno. Con los únicos que hablaremos es con Etiopía, sólo si ellos quieren abandonar nuestro país y permanecer más allá de sus fronteras", indicó hoy el secretario para Relaciones Exteriores de las cortes islámicas.