China promueve el J-10 como alternativa al F-16 controlado por EE.UU.
12/05/2025
El caza J-10, el último avión multifunción de cuarta generación de China, está emergiendo rápidamente como un competidor del F-16 fabricado en Estados Unidos.
A diferencia del F-16 de la era de la Guerra Fría, que durante décadas simbolizó la influencia geopolítica estadounidense en docenas de fuerzas aéreas desde Irak hasta Taiwán, China está promoviendo el J-10 como parte de una estrategia más amplia que prioriza la integración de todo el sistema por sobre las actualizaciones centradas en la plataforma.
Según los analistas de defensa chinos, el J-10 no se limita a replicar el rendimiento de cazas occidentales avanzados como el F-16V en áreas como detección de radar, combate más allá del alcance visual e integración de aviónica. Más bien, representa una filosofía militar alternativa, que enfatiza la autonomía local de las cadenas logísticas y las estructuras de comando occidentales.
La decisión de Pakistán de adquirir el J-10 subraya este cambio. Con las restricciones estadounidenses a las actualizaciones del F-16 y un cambio estratégico para suministrar a la India la variante única del F-21, Islamabad encontró la oferta de Beijing técnicamente competitiva y políticamente aceptable.
A diferencia de las ventas de armas convencionales, donde el avión es el producto principal y los sistemas de apoyo son auxiliares, el J-10 se entrega como un paquete completo, que incluye sistemas integrados de comando y control, conjuntos de misiles y componentes de guerra electrónica.
Este modelo permite una preparación operativa más rápida y reduce la dependencia de los ecosistemas de inteligencia y mantenimiento liderados por Estados Unidos. Se trata menos de vender hardware y más de implementar una solución lista para el combate adaptada a las necesidades locales.
Lo más importante es que señala una redefinición de lo que constituye una fuerza aérea moderna. Aunque la doctrina occidental a menudo presupone una construcción institucional prolongada que durará una década o más, la oferta de China propone un enfoque novedoso, especialmente cuando se combina con plataformas como el JF-17 Bloque III. Juntos, forman una solución de poder aéreo modular y escalable accesible para ejércitos de nivel medio.
Hoy en día, el J-10C no es sólo un producto de exportación exitoso. Se trata de un desafío por parte de China al dominio occidental en materia de estándares de poder aéreo y un intento deliberado de reescribir el manual operativo.
Su debut en combate aumenta el interés por el caza chino
En una tensa noche a principios de este mes, el avión de combate chino Chengdu J-10C operado por la Fuerza Aérea de Pakistán hizo su primera aparición en combate, marcando un momento crucial para la aeronave y su fabricante, Chengdu Aircraft Corporation.
El desempeño del avión en un combate aéreo breve pero de gran riesgo conmocionó a los mercados de defensa globales, aumentando el precio de las acciones de la compañía en más de un 40% en solo unos días.
Este dramático aumento, reportado por medios financieros como Bloomberg y GuruFocus, subraya una verdad eterna en la industria de defensa: nada anuncia el valor de un arma como el éxito en el combate del mundo real.
El debut del J-10C no sólo demostró sus capacidades, sino que también destacó la creciente destreza de China en la producción de equipo militar avanzado, planteando preguntas sobre la dinámica cambiante del poder aéreo global.
El J-10C, conocido como “Dragón Vigoroso”, es un caza multifunción monomotor diseñado para competir con competidores occidentales como el F-16 Fighting Falcon estadounidense y el Dassault Rafale francés. Desarrollado por Chengdu Aircraft Corporation, una subsidiaria de la estatal Corporación de la Industria de Aviación de China, el avión representa un importante paso adelante para la industria aeroespacial de China.
Con su primer vuelo en 1998, el programa J-10 se inició en la década de 1980 para modernizar la fuerza aérea china, reemplazando los obsoletos diseños de la era soviética. La variante J-10C, introducida alrededor de 2015, incorpora tecnologías de vanguardia que la han posicionado como un formidable competidor en la categoría de cazas de 4.5ª generación. Su debut en combate el 7 de mayo de 2025 validó años de inversión y desarrollo, atrayendo la atención de analistas de defensa e inversores.
En el corazón del atractivo del J-10C está su avanzado conjunto de aviónica, anclado por un radar de matriz escaneada electrónicamente activa [AESA]. Este sistema permite que el avión detecte y rastree múltiples objetivos a largas distancias, incluso en entornos disputados con fuertes interferencias electrónicas.
La precisión del radar, combinada con la capacidad del avión de transportar misiles aire-aire de largo alcance como el PL-15, le otorga una ventaja significativa en el combate más allá del alcance visual.
El PL-15, con un alcance estimado de más de 160km, está diseñado para superar a muchos misiles occidentales, lo que lo convierte en un activo esencial en el combate aéreo moderno.
O caça J-10, a mais recente aeronave multifuncional de quarta geração da China, está rapidamente emergindo como um concorrente do F-16 fabricado nos EUA.
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