Brasil sin apoyo de EE.UU. para el Consejo de Seguridad

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La gira por América Latina / Pocos avances entre Brasilia y Washington
Rousseff, sin apoyo de EE.UU. para el Consejo de Seguridad
La presidenta esperaba un respaldo explícito de Obama, pero recibió una vaga respuesta
Domingo 20 de marzo de 2011
Alberto Armendariz
Corresponsal en Brasil

BRASILIA.- Para la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, la visita de su homólogo estadounidense, Barack Obama, estuvo cargada de simbolismos sobre el comienzo de una nueva relación, pero tuvo pocos resultados concretos, sobre todo entorno al interés de Brasil de ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

"Obama manifestó su aprecio a la aspiración de Brasil de convertirse en miembro permanente del Consejo de Seguridad y reconoció las responsabilidades globales asumidas por Brasil", señalaron en una declaración conjunta tras la reunión que celebraron los mandatarios.

Brasil esperaba más, un espaldarazo como el que recibió la India el año pasado, cuando Obama hizo explícito su respaldo a la misma ambición india, en Nueva Delhi.

En su presentación ante la prensa, Rousseff reiteró la necesidad de reformar el máximo órgano de la ONU, y al referirse al anhelo nacional aclaró: "No nos mueve el interés menor de la ocupación burocrática de espacio. Nos mueve la certeza de que un mundo multilateral producirá beneficios para la paz".

Resaltó la larga relación que une a Brasil y a Estados Unidos, a la vez que, con tono claro y firme, pidió un trato entre iguales. "Una alianza entre nuestros países es una construcción común, pero tiene que ser una construcción entre iguales", dijo. Y, en la cara de Obama, no dudó en exigir la eliminación de barreras comerciales que dificultan el acceso de productos brasileños a Estados Unidos. "Es fundamental que se derrumben barreras a productos como el etanol, la carne bovina, el jugo de naranja o el acero. Buscamos relaciones económicas más justas y equilibradas", subrayó.

El jefe de la Casa Blanca, en tanto, destacó el interés de su país en participar en la explotación de las cuantiosas reservas petrolíferas halladas recientemente por Brasil en aguas profundas del Atlántico, estimadas en unos 80.000 millones de barriles de crudo.

"Queremos ayudarlos con tecnología y apoyo para explotar estas reservas petrolíferas de manera segura y queremos ser uno de sus mejores clientes'", dijo ante un foro de empresarios de ambas naciones.
La ausencia de Lula

Se trató de los primeros pasos simbólicos en una relación que durante los últimos años del gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva estuvo enturbiada por diferencias acerca de cómo lidiar con el programa nuclear de Irán y el golpe de Estado en Honduras. Dejándole la puerta abierta a Rousseff para este nuevo comienzo, Lula fue el único de los ex presidentes brasileños que no asistió al almuerzo ofrecido en honor de Obama en el Palacio de Itamaraty.

En concreto, Rousseff y Obama firmaron un acuerdo de comercio y cooperación económica, que crea una comisión para resolver divergencias entre los dos países y facilitar las inversiones. Hoy Estados Unidos es el segundo socio comercial de Brasil, después de China.

Además, rubricaron documentos sobre biocombustibles para la aviación; cooperación científica y educativa; transportes aéreos; el uso pacífico del espacio exterior, y la organización de grandes eventos deportivos. En este último punto, Obama indicó que desea que empresas estadounidenses participen en las inversiones de infraestructura y seguridad para la preparación del Mundial de fútbol de 2014 y de los Juegos Olímpicos de 2016.



La gira por América latina / Fuerte operativo de seguridad en Brasilia
En Brasil, Obama se concentró en el ataque a Libia
El mandatario tuvo que cambiar su agenda por la intervención militar en el país africano
Domingo 20 de marzo de 2011
En Brasil, Obama se concentró en el ataque a Libia


Alberto Armendariz
CORRESPONSAL EN BRASIL

BRASILIA.- El bombardeo aliado contra las tropas de Muammar Khadafy le aguó la fiesta al gobierno brasileño. En medio de grandes expectativas locales, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, comenzó ayer su tan aguardada visita a Brasil, pero la mente del mandatario estaba en Libia.

Poco después de llegar a Brasilia, acompañado por su familia y una gran delegación de funcionarios y empresarios, Obama fue recibido en la mañana por la presidenta Dilma Rousseff en el Palacio del Planalto.

El encuentro privado, que debía girar en torno a asuntos bilaterales y el nuevo rol de liderazgo mundial de Brasil, fue sin embargo dominado por la situación en Libia. Los cazas franceses ya estaban sobrevolando sus objetivos militares cuando tuvo lugar la esperada reunión.

"El pueblo de Libia debe ser protegido, y ante la ausencia de un fin inmediato a la violencia contra los civiles, nuestra coalición está dispuesta a actuar, y a hacerlo con urgencia", resaltó luego Obama, en el primer día de su primera gira por América latina, que incluirá escalas en Chile, mañana, y El Salvador, el martes.

Según interlocutores, Rousseff fue cauta y escuchó las razones de su huésped con atención, pero también fue clara al exponer los altos costos que una intervención militar extranjera puede tener.

"La presidenta fue enfática en que cree que hay que agotar los canales diplomáticos para lograr la paz", indicó Marco Aurelio Garcia, el principal asesor en asuntos internacionales de Rousseff, aunque aclaró que eso no significa ninguna complacencia con las posturas de Khadafy. "Pero hay que tener cuidado cuando se invoca el derecho a proteger, porque puede ser utilizado como excusa para invadir cualquier país", agregó.

El jueves pasado, cuando el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas autorizó la acción militar internacional contra Khadafy para proteger a los civiles, Brasil -que actualmente ocupa uno de los asientos rotativos del órgano- se abstuvo, junto con Alemania, China, Rusia y la India.

Los argumentos que esgrimió la embajadora brasileña, Maria Luiza Ribeiro Viotti, fueron que su país no estaba convencido de que el uso de la fuerza llevaría al objetivo primordial de defender al pueblo libio, sino que abriría incluso nuevos riesgos. De todos modos, Brasil aclaró que apoyaría la resolución del Consejo, que además impone sanciones, como la prohibición de viajes para funcionarios libios y a la venta de armas al país.

Consciente de que el agravamiento de la crisis en Libia podría opacar el tan ansiado viaje de Obama, ya anteayer el gobierno brasileño había informado que no permitiría que los periodistas hicieran preguntas a los dos mandatarios tras su reunión en el Planalto. Y así sucedió, pero el presidente Obama se vio constreñido a hacer una referencia al tema cuando, con Rousseff al lado, ofrecieron una declaración conjunta.

Una vez terminada la agenda oficial en Brasilia, y camino al aeropuerto para volar a Río de Janeiro, Obama informó que el Pentágono ya estaba participando de las operaciones militares en Libia. "Este no es un resultado que esperaban Estados Unidos o sus aliados. No podemos quedarnos inmóviles cuando un tirano le dice a su propio pueblo que no tendrá misericordia", explicó.
Cambio de agenda

La tensión en el Mediterráneo ya había obligado a la embajada norteamericana en Brasilia a introducir varios cambios al programa original de la visita del mandatario. El discurso al aire libre en una plaza pública de Río fue cambiado de escenario, y finalmente se realizará esta tarde dentro del Teatro Municipal, al que tendrá acceso sólo un reducido número de invitados.

La Casa Blanca temía por la seguridad física de Obama y, tras varios roces con las autoridades brasileñas, que se negaron a permitir que los francotiradores fuesen sólo agentes norteamericanos, se decidió transferir la alocución a un lugar cerrado.

Por ahora sigue en pie la idea de que Obama y su familia asciendan esta mañana al morro del Corcovado, donde está la estatua del Cristo Redentor, pero todo el monumento permanecerá cerrado, y la Arquidiócesis de Río de Janeiro -que administra el sitio- dejó todo el control en manos de los equipos de seguridad norteamericanos, que operarán hasta los ascensores.

En principio, también se mantiene la visita de Obama a la favela de Cidade de Deus, en la zona oeste, que fue una de las primeras en recibir una Unidad de Policía Pacificadora (UPP) hace dos años. De todos modos, los preparativos del operativo de seguridad que se estaba montando allí trajeron serios choques con el grupo comunitario Central Unica das Favelas. "No podemos permitir que revisen a niños de tres años. No tenemos problemas con él, es un orgullo, pero no vamos a participar de esta manera", se quejó MV Bill, uno de los fundadores de la organización social.
Obama, en alta voz

* El pueblo de Libia debe ser protegido, y ante la ausencia de un fin inmediato a la violencia contra los civiles, nuestra coalición está dispuesta a actuar, y a hacerlo con urgencia

* No podemos quedarnos inmóviles cuando un tirano [Khadafy] le dice a su propio pueblo que no tendrá misericordia

* Esta ciudad [Brasilia] y este país [Brasil] son un modelo para el futuro y le demuestran al mundo que la democracia es la mejor aliada del progres
 
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