Ases de combate y sus aviones

Hattusil

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boreal dijo:
Este es el más grande de los españoles, 40 derribos.


Joaquín García Morato.

Y Juan Lario sanchez con sus 34, sin contar los 7 de la Guerra Civil.
 
Esta es la historia de un tal Ken Charney hijo de inmigrantes que se convirtio en un As en la segunda guerra mundial.
Ademas de la historia de Tito un piloto de lancaster de la RAF


Un as entre los ases.
Alas de Trueno refleja la historia de unos 600 voluntarios argentinos que lucharon en la RAF contra los nazis. Aquí, un extracto del capítulo dedicado a un condecorado aviador quilmeño que combatió junto al célebre as Pierre Closterman.
Ken Charney nació el 28 de febrero de 1920 en Quilmes; pocos días después la familia se trasladó a Bahía Blanca, permaneciendo allí hasta los 12 años. Su padre, Harry Charney, que se desempeñaba como gerente de la Anglo Mexican Petroleum Co., había sido voluntario argentino durante la Primera Guerra Mundial con el grado de teniente; debido a su gran valor le fue otorgada la Cruz militar. Terminada la contienda volvió a sus labores en la Argentina en su antiguo puesto de la industria del petróleo.
Con la llegada del pequeño Ken los problemas con él fueron en constante aumento. Muy travieso, de espíritu indomable y de una terquedad que no tenía límites, hasta el extremo de robarle el auto a su padre y terminar en la comisaría local por exceso de velocidad a sus 12 años.
Por la ocupación de su padre -que proveía combustible a la Aeroposta Argentina, empresa que había iniciado su línea aérea comercial hasta Comodoro Rivadavia desde el aeródromo de Villa Harding Green- Ken tuvo la gran oportunidad de conocer el fabuloso mundo de la primera línea aérea a la lejana Patagonia y, pese a su corta edad, alternar con los grandes pilotos franceses Jean Mermoz, Paul Vachet, Antoine de Saint Exupéry y también con los argentinos Domingo Irigoyen, Próspero Palazzo, Ricardo Gross y en especial con Rufino Luro Cambaceres. Estas experiencias impactaron profundamente en el espíritu del niño, quien ya no pensaría en otra cosa que en ser piloto. Por coincidencia, la familia Charney y Saint Exupéry vivían en el hotel Sudamericano y Ken tenía trato personal con Antoine y supo de la costumbre del piloto francés de hacer pequeños borradores que con el tiempo serían éxitos literarios como Vuelo nocturno.
Nadie podría imaginar que ambos irían al combate en la Segunda Guerra Mundial defendiendo la misma causa. (...)
Corrían los finales de los años treinta y Ken se sentía muy entusiasmado por la velocidad, conduciendo los automóviles de un modo peligroso. A la sazón, su padre era ya gerente general de la compañía Shell y vivían en Hurlingham. La guerra trajo a Ken, más que la defensa de un ideal, la oportunidad de probar al máximo su personal estilo de vida. Salió con el segundo contingente de voluntarios en el barco Highland Monarch teniendo 22 años.
Cuando se reclutó en la RAF bajo el número de rango 112709, sus condiciones de piloto se manifestaron de manera inmediata. Sus instructores vieron en él a un potencial piloto de caza y sus amigos, al jovial joven que flechaba corazones femeninos al primer encuentro debido a su vertiginosa vida. Sin embargo, su corazón estaba ocupado por una joven americana que vivía en la ciudad de Rosario de nombre Jean. Varios de sus aviones se llamaron de esta manera en homenaje a esta joven.
Ken fue entrenado en Gran Bretaña, ganando sus alas en abril de 1941. Con el grado de sargento piloto, operó por catorce meses como piloto de caza en el Escuadrón 91, tomando parte en sweeps y otro tipo de operaciones. Fue comisionado a finales de 1941, y en mayo del año siguiente salió para Malta, llevando consigo la recomendación del Air Vice Marshall comandante del Comando Sureste, sobre su potencial como líder de vuelo. (...)

* * * El 5 de febrero de 1943, Ken recibe una gran noticia: gana la DFC (Cruz de Vuelo Distinguido) debido a su valentía y pericia al conducir su escuadrón durante la batalla de Malta. Las noticias de esta distinción salen en los diarios de Buenos Aires. Sin embargo, la mentalidad de Ken ha cambiado, la reciente pérdida de pilotos de su escuadrón y compañeros de la Argentina hace mella en su espíritu y lo vuelve un joven más autómata y triste.
Ken recibe noticias de su próximo destino, en parte un descanso, pues será enviado al 53 OTU de cazas Spitfire, donde enseñará vuelo a nuevos pilotos. Aquellos lo recuerdan como un instructor exigente. (Pero) Ken se estaba cansando de esta monotonía de entrenar pilotos y quería volver al fragor de la batalla. Luego de pedidos insistentes y debido a su testarudez congénita, le dan un pase al Escuadrón Auxiliar 602 Ciudad de Glasgow. Antes de su llegada al escuadrón se comentaba de sus derribos en Malta, todos querían conocerlo. A su llegada encuentra el ambiente que necesita, los pilotos parecen una banda de forajidos, cosa que le cae muy bien a Ken y vuelve a ser una persona más alegre. En este escuadrón Ken conocerá a un nuevo gran amigo, Pierre Clostermann. (...)
Tal vez uno de los aspectos más desconocidos de los actos de arrojo de Ken Charney fue que al inicio de las operaciones en la bolsa de Falaise, volando a baja altura descubrió una extensa columna de vehículos del VII Ejército alemán. A las 14.07 hs. dio su famoso mensaje por radio escueto pero preciso: "¡Manden a toda la Fuerza Aérea!".
Minutos más tarde, los cielos de Vimoutiers-Orbec-Lisieux se poblaron de máquinas Mustang, Spitfire,Typhoon. La masacre había comenzado. Horas después llegó el reporte de la destrucción de 165 tanques y vehículos blindados.
Las tropas de tierra enviaron un cable diciendo: "Un millón de congratulaciones por el estupendo trabajo que están realizando". (...)
Ken dejó el Escuadrón 602 y fue destinado al Escuadrón 132. El escuadrón poseía aviones Spitfire MK IX. (...) Ken aumentó su score con el Escuadrón 132, el 13 de julio de 1944, cuando dañó a un Fw190 a 10 millas al sudoeste de Cabourg; en aquel épico combate contra un enjambre de cazas alemanes, logró dañar un Bf109 a 10 millas al sudoeste de Lisieux.

* * * El 132 se encuentra volando en el área de Lisieux. El tórrido sol de los cielos franceses brilla con todo su esplendor. Ken está muy atento al control de radar que le está indicando la presencia de "chicos malos" en la zona de Lisieux. La voz del argentino se escucha por el intercom: "Nueve amiguitos a las cuatro y por arriba".
Alguien gritó por la radio: "¡Vienen hacia nosotros!". Entonces, Ken los pudo ver mejor, eran sus viejos rivales los Fw190. Con un viraje amplio se dejaron caer intentando atacarlos por atrás. Ken ordenó separarse de a dos. Inmediatamente empujó con firmeza el mando de gases dando rienda suelta al motor, que se estremeció. Logró colocarse en la cola de un Fw190, se acercó rápidamente y desde unos 200 metros se preparó para disparar. El alemán trató de zafar dando un golpe de timón violento, pero Ken logró acomodarse nuevamente a la cola del germano y apretó el gatillo. El Fw190 estalló como una bomba de alto poder desapareciendo en medio de una enceguecedora explosión. Sólo restos incandescentes cayeron sobre la campiña francesa.
Aquel día se le reconoció aquel Fw190. Con esta victoria se cerraba su score de combate, llevando su cuenta final a 7 aviones derribados, 4 probables y 8 dañados.

* * * (Recordaría) Pierre Closterman:.
"Vino el armisticio, como una puerta que se cierra, ocho días incomprensibles, una mezcla indefinida de alegría y de lamentos.
"Aquella tarde la cantina parecía una extraordinaria velada fúnebre: los pilotos estaban desplomados sobre sus sillas, ni una conversación, ni un canto. Hacia las 11 de la noche, Bay conectó la radio. La BBC transmitía un reportaje desde las calles de Londres y de París, donde la multitud estrepitosa daba rienda suelta a su alegría. Todos los ojos se dieron vuelta hacia el aparato y en esos ojos había una especie de odio.
"Estaba tan claro y era tan nuevo para mí, que, sorprendido, interrogué a Ken con la mirada. Escuché entonces un golpe y una cascada de vidrios rotos: alguien había arrojado por el aire una botella hacia todo aquel ruido, hacia todas aquellas personas que venían a imponernos sin pudor las manifestaciones de su alivio y de su libertad.
"Uno a uno los pilotos se levantaron y en la cantina silenciosa no quedaron más que Ken, el barman indiferente y yo. Del aparato T.S.F. se filtraba un chillido lamentable. Levanté mi mirada otra vez hacia Ken. No hubo necesidad de palabra, nos comprendimos.
"Pasó media hora y entonces -lo juro- sentí que ellos estaban allí, todos alrededor nuestro en la oscuridad y el humo de los cigarrillos, como muchachos que han sido castigados injustamente y que están tristes. Estaban todos aquellos amigos nuestros que una hermosa mañana habían partido con sus Spitfire y Tempest y que no habían vuelto nunca. Bien, Pierre, ¡éste es el final! Ya no van a necesitarnos más. Fuimos a acostarnos, con Ken cerrando suavemente las puertas para no despertar al barman, que dormía en su taburete. Todo terminó."
Son autores de Alas de Trueno Carlos Meunier, Carlos A. García y Oscar Rimondi.
Homenaje en Gran Bretaña
Los historiadores Carlos Meunier y Oscar Romindi, junto con el dibujante Carlos A. García, han realizado un esfuerzo por rescatar para nuestras memorias la valiosa contribución que voluntarios de la Argentina hicieron a favor de la causa aliada, en particular en la Royal Air Force, así como la meritoria y decidida actuación del entonces embajador Miguel Angel Cárcano durante su gestión al frente de la representación argentina en la Segunda Guerra Mundial.
Desde que me hice cargo de esta Embajada, y a partir de la lectura de las memorias del embajador Cárcano La Fortaleza de Europa, pude percibir la dimensión del aporte y la gesta de aquellos argentinos en momentos tan críticos de la historia. Por ello, desde un primer momento, consideré importante hacer efectivo un recordatorio anual que contribuya a acercar y difundir entre la ciudadanía británica esta importante contribución argentina. La fecha en que preveo hacer el homenaje es la del próximo 6 de abril, fecha de la creación del Escuadrón Argentino-Británico en la localidad de Peterhead, Escocia, en 1942. Creo que la difusión de esta iniciativa resultaría beneficiosa para que los argentinos de hoy conozcan mejor la calidad e intensidad de la relación entre nuestro país y el Reino Unido en épocas de prueba y sufrimiento para las democracias occidentales.
Por Federico Mirré .

El autor es embajador de la Nación en Gran Bretaña.

Historia bastante peculiar digna de una pelicula ya por su historia y su persona.
Una pregunta este fue el primer As argentino?

Aca otra historia, un piloto que le mandaba besos desde la Argentina a hitler desde su lancaster


Son hombres y mujeres que se ofrecieron como voluntarios para combatir en la Segunda Guerra Mundial a favor de los aliados. La mayoría ya pasó los 80 y dice que volvería a hacer lo mismo porque “había que parar a Hitler ”. Historias de vida de los veteranos que se animaron a ir a la guerra por una cuestión de honor.

Una verdadera pena que Hitler se haya volado la tapa de los sesos sin saber del Adolfo, grandes cariños desde Argentina que Tito Withington le dedicó sobre una de las bombas que su Lancaster soltó mientras sobrevolaba Berchtesgaden, la casa de verano de Hitler, sobre el final de la Segunda Guerra Mundial. El tal Withington, cordobés descendiente de ingleses, integraba el escuadrón 625 con base en RAF Kelstern, Inglaterra. Planeó sobre la casa de Hitler y lanzó tiras metálicas –conocidas como windows– con las que se perturbaba a los radares alemanes hasta saturarlos, “y así lanzar nuestros confites”, ironiza Tito. En setiembre cumplirá 82 y aún le calzan bien los dos birretes que conserva de aquellos días de guerra en los que se iba de copas por los bares londinenses con Ronald Daintree, otro argentino, y de regreso al cuartel, ya madura la madrugada, saltaban el alambrado para no ser castigados.

Claudio Tito Withington todavía no había cumplido los 20 cuando se plantó con la idea que lo obsesionaba: “Yo tengo que ir allá a pelear para los ingleses”, dijo en su casa antes de subirse a un barco carguero que zarpó de Buenos Aires rebosante de carne y cereales para saciar a la Gran Bretaña en guerra.

Como él, unos 3.000 argentinos no quisieron quedarse afuera de la historia y se ofrecieron como voluntarios en el bando de los aliados de la Segunda Guerra Mundial.Entre ellos había 800 pilotos de los cuales aún viven unos 30 dentro y fuera del país. En abril, la embajada argentina en Londres homenajeó a doce de estos abuelos con vuelo propio que se pagaron el pasaje para asistir a la ceremonia que se hizo en la iglesia de St.Clement Danes, la iglesia de la RAF (Royal Air Force) de Londres. Sólo faltó alguien del Foreign Office británico que no se dio por enterado de la invitación.

Queda apenas un puñado entre los que después de la guerra decidieron aterrizar en la casa matriz. Guardaron silencio durante más de 60 años. “Había 42, inmigrantes y descendientes de ingleses financiaron la creación del escuadrón anglo-argentino 164. Su lema: Firmes volamos. Tito Withington, por su parte, llegaría a Inglaterra un año después.

En el barco había hecho buenas migas con Harold Hyland, otro argentino afiliado a la odisea de cruzar el océano para frenar a Hitler. Harold, a quien le tocó llorar a Peter, el hermano que no volvió de la guerra, terminó sumando a Tito a la familia: cuando volvieron, su hermana Sheila se convirtió en la señora de Withington. “Ella siempre tenía tristeza de la guerra", dice Tito, que enviudó hace unos años.

Desde el sillón del living de la casa de su hija Cecilia, con quien vive en Florida, provincia de Buenos Aires, este caballero aún ducho en la confección del piropo no da más detalle. Pero así como se les sumó sin chistar en el 43, en el 82 fue del bando de el que no salta es un inglés. “En la Guerra de Malvinas se subió a un avión. Peleó con y en ontra de Inglaterra –confiesa su hija–. Volaba un Learjet del por entonces Banco de Italia y el avión fue confiscado. Podía haber argumentado algo para no ir, pero donde iba el avión iba mi papá. Imaginate, si se fue a la guerra a los 18, a los 60 y pico no iba a ser menos. Le dieron un uniforme y no lo vimos por una semana. Mi mamá estaba como loca. No sabíamos nada de él.” “Bueno,pero no es para tanto. Ahí no llevaba bombas, llevaba gente”, minimiza Tito.


No perderás la calma

En febrero de 1943, Ronald Scott se embarcó tranquilo rumbo a Liverpool junto a otros 399 voluntarios. “En la Comisión de la Sociedad Británica Argentina me habían dicho que si me pasaba algo en la guerra, ellos iban a cuidar de mi madre ”, recuerda Scott, un hombre de 87 años y una memoria puntual, incapaz de jugarle una mala pasada. Su padre, un inmigrante escocés que no pudo ejercer como médico porque nunca le reconocieron el título, había muerto cuando él tenía 8 años.

“Lamentaba no haber ido antes a la guerra. Llegué a Liverpool una noche de luna sin nubes. Las iglesias que veía a mi paso habían sido bombardeadas”, dice Scott, té de por medio, en la confitería del CASI (Club Atlético San Isidro), escenario de sus éxitos en rugby, críquet y fútbol. “Para mí, Hitler era un hache de pé. Había que pararlo, y más valía pararlo allá porque acá, Perón era pro alemán –agrega–. Yo era un idealista romántico y quería aportar mi granito de arena.”

El, que aquí había logrado gambetear al servicio militar por número bajo, se hizo piloto en Inglaterra. “Entre el observatorio de Greenwich y el río Támesis estaba el cuartel principal de la Marina. Ahí estuve tres meses controlando misiles B1 –dice Scott–. Yo tenía a mi cargo un sector de Londres que debía proteger de los B1 que venían de la costa francesa y belga.”

Su madre, que sabía de sus ganas de convertirse algún día en arquitecto y lo había entendido como nadie –“ella, como inglesa, sentía mi deseo de ir a la guerra”– murió antes de que Ronald Scott volviera a casa. Antes de que se convirtiera en piloto de Austral y salvara a más de 40 pasajeros después de que se le incendiara el avión, aquel día de 1953.

“Estuve tres años y medio en la guerra, tuve un aterrizaje forzoso en el mar y esas experiencias hacen que uno no pierda la calma”, sintetiza Scott.

Tampoco la perdió Bernardo Noel De Larminat, el argentino más condecorado del grupo que, a pesar de los honores recibidos, prefiere no hablar del pasado. Aunque no salga de su boca, son sus ex compañeros de fuego cruzado los que comentan que el arisco De Larminat participó en 341 misiones de combate en cazas Hurricanes y Spitfires con los escuadrones 417 City of Windsor, de Canadá, y los franceses 340 Ille de France y 341 Alsacia. Sólo quienes lo han agarrado en un buen día, allá en sus pagos de Bahía Blanca, saben que lo derribaron el 1º de abril del 45 mientras lideraba un ataque a los alemanes en Holanda. Aterrizó el Spitfire de panza en un campo y le llevó un día eludir al enemigo y volver a su escuadrón.


En el nombre del padre

A comienzos de los años 40, el irlandés Bernabé Lanktree, un comandante del Ejército durante la Primera Guerra Mundial, solía repetir a sus hijos: “Hay que cortarle los mostacholes a Hitler.” Y Sheila, la niña que se había encaprichado en nacer en Rosario un 4 de noviembre, el de 1925, esperó a cumplir los 18 para llevar a cabo el mandato paterno.

“Fui al consulado inglés y dije: ‘Ya estoy lista para ir’”, recuerda hoy esta mujer que aún conserva el estado civil original.

“Era la única voluntaria, fui la mimada del barco”, agrega Sheila. Al llegar a Londres, la entrenaron en el código Morse y le enseñaron a realizar el mantenimiento de las radios de los aviones. “Fui radio operadora de los Pathfinder, los que iban delante de los bombarderos –aclara ella–. Había un piloto que siempre me llevaba a volar y una vez, mientras estaba controlando la radio, me cerraron la puerta para darme un susto.”

Entre 1943 y 1947, Sheila vivió en Norfolk, al norte de Londres, en una casilla de cinc, junto a otras doce chicas. “Hacía 20 minutos de bicicleta de ida y 20 de vuelta a la base. Nos divertíamos en el South American Club de Londres y, por las tardes, cuidaba chicos. Nunca tuve miedo. Tampoco me angustiaba. Eso es muy argentino”, dice como si ella no lo fuera.

La guerra terminó y Sheila supo que no se iba a sentir en ningún lado tan bien como dentro de un avión. “Me llamó mi hermano y me dijo: ‘Volvé a la Argentina que te conseguí trabajo como secretaria de la directora del colegio donde fuiste’. ‘Minga ’, le dije”, cuenta. En 1948 se convirtió en auxiliar de a bordo y lo fue durante 33 años. “El amor por los aviones que nació de las entrañas de la guerra me duró toda la vida”, dice ella, que aún conserva el vicio de subirse al Tienda León con destino final Ezeiza. “Hay un comandante que me trae la revista Hola que salió el día anterior en España. Acá las consigo pero son mucho más caras y llegan una semana más tarde”, explica.

Sheila se acuerda de aquella bella piloto argentina que se encargaba de transportar aviones desde la fábrica hasta las bases: Maureen Dunlop. “Sorprendía a todos cuando llegaba porque nadie se esperaba que fuera una mujer, pero ella se sacaba la gorra y le caía la melena por debajo de los hombros”, dice Sheila.

Maureen tiene 85 años y vive en Norfolk, Inglaterra, donde cría caballos árabes. "He tenido mucha suerte –dirá por teléfono –. Yo ya volaba en el Aeroclub de Argentina y cuando cumplí los 20, fue bueno poder ayudar a los ingleses en la guerra.”

Sheila la recuerda sentada y ausente, como en otra sintonía, capturada por la lectura de algún libro: “Yo decía:‘¡Qué linda novela debe estar leyendo!’, pero, en realidad, eran libros de aviación. Ella leía sobre los pistones del avión y esas cosas.” Para Ronald Daintree, en cambio, conseguir un pasaje de ida a la Segunda Guerra Mundial fue la mejor aventura de juventud de su vida.“ A los 16 años había intentado subirme a un carguero en Dock Sud pero fracasé. Cuando pude ir a la guerra, fui feliz”, cuenta Ronnie, un hombre alto, que en los cuatro años y medio que pasó en la guerra tuvo más de dos novias y cinco motos.

En el 44 lo mandaron a Egipto, India y Pakistán. “Estábamos listos para atacar Japón”, dice. Pero las bombas de Hiroshima y Nagasaki acabaron con la guerra contra Japón y Ronnie volvió a casa. “La guerra me dio una profesión y la oficina más linda, con un mirador mundial”, dice el hombre que luego llegó a ser el piloto del presidente Arturo Frondizi y que estuvo al frente del primer vuelo traspolar –Australia- Argentina–, en 1980.

Peggy, su mujer desde hace 56 años, ofrece café. “Diga que sí. Esa es una de las cosa que aprendí en la guerra: siempre hay que aceptar –aconseja Daintree–. Hay que andar con el tanque lleno. Uno nunca sabe cuándo va a volver a cargar combustible.”


Lindas historias en una epoca para nada linda...

Saludos
 

g lock

Colaborador
EXCELENTE!!!
Sencillamente, unos verdaderos "CAPOS"...
Lástima la poca bola que recibieron después, más que nada por acá...

Saludos
 
Que importante herramienta de relaciones públicas

Información para que ingleses y kelpers, conozcan acerca de lo que en algún momento, muchos argentinos de sangre inglesa -y no por ello menos argentinos que los de sangre italiana, española o de cualquier otro origen- arriesgaron por el país de sus ancestros, pero llevando los colores de su propia tierra.
 
NO se ha escrito nada o por lo menos nada que yo conozca acerca de los pilotos Argentinos que pelearon en el otro bando, es decir en la Luftwaffe.

Yo conozco un caso, compañero de club y colegio de mi viejo, de apellido Simon ( Símon) que fue caza nocturno sobre Berlín, su hermano, fue a la Kriegsmarine como operador de radio de U-Boote y terminó sobre el final de la contienda como comandante de U boote..... por el tema de la experiencia....

Al terminar la guerra, fueron a buscar sus documentos Argentinos que tenían enterrados por ahí y pudieron zafar de ser tomados prisioneros volviendo a la Argentina como Porteños cualquiera.

Tengo que mencionar, que la guerra los agarró en Alemania, y por lo tanto no pudieron volver a la Argentina, comiendose la guerra en Europa.

El hermano piloto, fue llamado a hacer la colimba y obviamente le "toco" Aviacion del Ejercito....... donde parece que algún instructor se cagaba de risa" del "Caza Nocturno de la Luftwaffe" porque era un pendejo de 22 años que ni siquiera se afeitaba.......hasta que le fueron demostradas sus habilidades, pero esa es otra historia......... hilarante, absolutamente hilarante.......

El hermano U.Boote, debe haber enseñado alguna lección que otra en los Subs Argentinos de la época, pero de el no conozco ninguna historia.

Saludos.
 
Debe haber miles de historia de argentinos en la segunda guerra mundial y mas del lado de eje por la corriente migratoria de italia.
Pero lo que me llamo la atencion es que el piloto de la raf pudo haber sido el primer As argentino.
Y ahi mi duda si exisito algun otro As de nacionalidad argentina.
 
hu me hicieron acordar, cuando era chico tenia un amigo que tenia a su abuelo, era aleman, fue piloto en la II guerra, lastima que ya era muy viejo cuando lo conoci, me regalo el gorro de vuelo de cuero, el cual lo tengo guardado como un tesoro, hace años que no veo a mi amigo para saber si tiene historias de su abuelo ya fallecido hace 15 años, apenas tenga mas info la posteo
 
Lo mas interesante es como este piloto Argentino/Alemán, gano su puesto de caza nocturno sobre Berlín, destino prestigioso donde los hubiera.

Como era un pendejo muy joven, entro a la Luftwaffe como copiloto de avión de transporte creo que era un Junkers tri- motor en el frente Ruso....... La cuestión es que el avion de transporte es atacado por cazas Rusos y se incendia, con la añadidura que el piloto murió instantáneamente en el ataque......

El avion transportaba a un Oficial MUY superior............ la cuestión es que Herr Símon, cogió los comandos y logró aterrizar el avion en llamas y desarmándose......evadiendo lógicamente, supongo que por pura suerte, de los cazas Soviéticos........

Cuando este oficial MUY superior fue a felicitar al piloto, se lo encontró muerto y a un pendejo de 17 o 18 años pecoso que les acababa de salvar la vida a todos...........

Obviamente la pregunta fue " Que le gustaría como premio por esto?"

Respuesta: "La oportunidad de ser caza nocturno sobre la capital del Reich.... y así fue.

Como les comenté mas arriba, a su retorno a la Argentina, los "arrestaron" por desertores del SMO.......:drool5: y los hicieron hacer la Colimba.
Y en Palomar o Campo de Mayo, los instructores se reían de ese pendejito alemán "caza nocturno"...... hasta que un día, en ocasión de una visita de autoridades, uno de los instructores le pidió una demostracion de "vuelo de combate"................

Cuando terminó la "demostración", el instructor que iba en el asiento de atras, bajó descompuesto ya que creo que pasaron hasta por debajo de los cables de la electricidad............ y comenzó a ***** a pedos al Sr. Símon porque "había roto" todas las convenciones y realizado maniobras demasiado arriesgadas..........:smilielol5::smilielol5::smilielol5:Saltándose a la torera, cualquier regla.......

La contestación de Herr Símon fué? Usted me pidio una demostración de combate............... no de acrobacias calculadas....... quería saber como se vuela en una guerra mundial?, pues ya lo sabe..........

............nunca mas lo jodieron...........:sifone::sifone:
 
Navegando por google llegue (nuevamente aca).

Simplemente para presumir que tuve el HONOR de conocer a Tito y a Scott.
El sentimiento en ese momento es indescriptible. No tengo para decir mucho mas que eso. Simplemente, que les comente que aun, queda gente que saben lo que hicieron y que respetan y defienden, los mismos valores.
 
-Señores algo para recordar, también, es que muchos de estos pilotos
luego fueron los instructores o mentores de aquellos que combatieron
en Malvinas y hoy su legado se sigue manteniendo.


-Mis respetos






Saludosss:cool:
 
lisandro83 que bueno el informe!! No lo lei, me lo devoré!!!!! No tenia idea sobre esta historia. La verdad digno de un aplauso.
Muchas veces me pregunte lo mismo que otros foristas ¿habrá habído argentinos luchando para los alemanes?
Habria que investigar un poco, yo creo que si pero nadie quiere decirlo por vergüenza o por miedo...
Saludos!!
 
No sabia si hacer otro post o lo comento aca, a lo mejor si consigo algo mas de informacion hago un post parecido.
La cuestion es que en el canal "el garage" hay un programa llamado Hangar X y ellos estan promocionando un libro mas un dvd (que no recuerdo el nombre) con historias de pilotos argentinos que pilotearon en la segunda guerra mundial y CONTADO POR ELLOS, algo que es imperdible y muy emocionante.
Una historia que recuerdo de que patoruzu peleo en el pacifico arriba de un hellcats. el piloto argentino les pidio que le pinten el indio en su avion, (un grande) :sifone:

Edito: un golpe de suerte del google salto con todas las respuesta.
el libro se llama "nacidos con honor" que es el que viene con el DVD y despues esta "Alas de trueno v1 y v2" con la misma tematica
 

pabloeldido

Forista cervecero.
Colaborador
Abro este nuevo tema con el fin que todos los foristas puedan postear información, fotos y videos de todos los Ases y de sus aviones, puede ser cualquier nacionalidad y de cualquier conflicto armado, no solo pilotos de caza pueden ser bombarderos, cazas, ataque etc.

Adolf Galland



Amigo intimo y a al mismo tiempo rival del gran Werner Molders, Adolf Galland no solamente se granjeo el respeto de sus compañeros, sino también el de sus superiores por su brillantes como piloto de caza, como comandante de unidad y finalmente como general de caza de la Luftwaffe, entre 1942 y 1945. Fue la segunda persona después de Molders en recibir la categoría de “As” de la cruz de caballero y se convirtió al mismo tiempo en el general más joven de las Fuerzas Armadas de Alemania a la edad de 30 años.

Nacido en Wsterholt el 19 de Marzo de 1912, fue unos de los primeros jóvenes alemanes que se presentaron voluntarios para tareas de vuelo en la recién nacida Luftwaffe en los años 30, fue nombrado Staffelkapitan de la escuadrilla Nº3 en el 88º escuadrón de la legión cóndor durante la guerra civil Española, durante la cual realizo 280 salidas en un He-51, en misiones de apoyo tácticos.


He-51

Si ascenso a mayor le supuso ser transferido al Mando de Caza, con el que llego a estar firmemente unido, primero como comandante del Tercer grupo y desde el 22 de agosto de 1940 como comodoro. Fue su superior habilidad para dirigir grandes formaciones de caza y sus abiertos esfuerzos por buscar la ofensiva en la táctica de combate, lo que lo coloco al frente de la nueva generación de comandante de caza. La concesión de la Cruz de Caballero fue dada a conocer cuando aun se encontraba dirigiendo el escuadrón III/JG-26, el 1 de agosto de 1940, durante las primeras etapas de la Batalla de Inglaterra. Para entonces ya había destruido 17 aparatos enemigos. Las hojas de Robles le siguieron el 25 de septiembre cuando su marca de victorias llegó a 40.



A diferencia de tantas otras formaciones de cazas las de Galland permanecieron en las costas del Canal durante todo el año de 1941. Fue el primer miembro de las Fuerzas Alemanas que le fue concebida la categoría de Espada de la Cruz de Caballero el 21 de junio de ese año cuando alcanzo las 69 victorias. La condecoración de la categoría Brillante de la misma condecoración le llego el 28 de enero de 1942 y poco después fue nombrado general de cazas grado que mantuvo hasta 1945, cuando se le dio de nuevo el mando de una formación de combate. Esta vez se trataba de la unidad 44 formada con tropas elite que pilotaba los Me-262 en la defensa del Reich.


Me-262

Su excepcional profesionalidad le trajo la admiración entre los pilotos aliados durante y después de la guerra. Es todavía hoy una figura familiar en todo acontecimiento aéreo.

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Bf -109E-4 JG 26 Schlageter 1940


Bf -109E-4 JG 26 Schlageter 1941


Bf -109F-2 JG 26 Schlageter Abril 1941


Bf -109F-2 JG 26 Schlageter noviembre 1941








Fuentes: Armamento y Poder Militar de la Gran Enciclopedia Sarpe.

Fotos: la autoría de las mismas son otorgadas al que correspondan.

Saludos.
 

michelun

Co-laborador ZM
Miembro del Staff
Moderador
Muy bueno Pablo.
En los días siguientes subo algo.

Abrazos
Walter
 
Pero es repetir fotos que ya están en threads dedicados a aviones específicos (Mirage, A-4, Super Etendard...).
 
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