Aquellos combates navales.......

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Fernet Lover
Colaborador
Batalla de la Vuelta de Obligado (Argentina - Inglaterra/Francia) 1845


La batalla de La Vuelta de Obligado, obra de Rodolfo Campodónico

La Batalla de la Vuelta de Obligado se produjo el 20 de noviembre de 1845, en aguas del río Paraná.

Se enfrentó la Confederación Argentina, liderada por Juan Manuel de Rosas y la escuadra anglo-francesa cuya intervención se realizó con el pretexto de lograr la pacificación ante los problemas existentes entre Buenos Aires y Montevideo.

Con el desarrollo de la navegación a vapor -principalmente efectuado tal desarrollo en Inglaterra, Francia y EE.UU.- sucedido en la tercera década del s XIX, grandes navíos mercantes y militares ya podían remontar en tiempos relativamente breves los ríos en contra de la corriente y con una buena relación de pay-load (carga -útil- de pago).

Este avance tecnológico acicateó a los gobiernos británicos y franceses que desde entonces ya pretendían lograr garantías que permitieran el comercio y el libre tránsito por el estuario del Plata y todos los ríos interiores pertenecientes a la cuenca del mismo.

Once buques de combate formaban la escuadra anglo-francesa que navegaban por el río Paraná desde los primeros días de noviembre, estos navíos eran lo más avanzado en maquinaria militar de la época, parcialmente blindados, dotados de grandes piezas de artillería de rápida recarga y cohetes Congreve.

La principal fortificación argentina se encontraba en la Vuelta de Obligado, donde el río tiene 700 m de ancho y un recodo pronunciado dificultaba la navegación a vela.

El general Lucio Norberto Mansilla hizo tender, de costa a costa, sobre 24 lanchones, tres gruesas cadenas, tal operación estuvo a cargo principalmente de un italiano inmigrado a la Argentina de apellido Aliverti.

En la ribera derecha del río montó 4 baterías artilladas con 30 cañones, muchos de bronce, con calibres de 8, 10 y 12, siendo el mayor de 20, los que eran servidos por una dotación de 160 artilleros de origen gauchesco.

Además, en las trincheras había 2.000 hombres al mando del coronel Ramón Rodríguez y un único buque de guerra llamado Republicano, que tenía como misión cuidar las cadenas que cruzaban el río.

El combate se inició al amanecer con un intenso cañoneo y fuertes descargas de cohetes sobre las baterías argentinas (con cañones de mucho menor alcance, mucho menor precisión y mucho más lentas en su recarga que las piezas de los invasores), esto causó desde un primer momento múltiples bajas por parte argentina: 250 muertos y 400 heridos, 21 cañones de la batería cayeron en poder del enemigo que los inutilizó. Asimismo, incendiaron los lanchones que sostenían las cadenas y se perdió el buque Republicano, que fue volado por su propio comandante ante la imposibilidad de defenderlo. Los agresores, por su parte, tuvieron 26 muertos y 86 heridos y sufrieron grandes averías en sus naves que obligaron a la escuadra a quedarse 40 días en Obligado para reparaciones de urgencia.

Los navíos ingleses y franceses que pudieron superar la Vuelta de Obligado se vieron nuevamente hostigados en el Paso del Tonelero y en la Angostura del Quebracho. De modo que la victoria anglofrancesa resultó pírrica: era prácticamente imposible navegar los ríos argentinos sin permiso de los argentinos.

La batalla tuvo gran difusión en toda América. Chile y Brasil cambiaron sus sentimientos (que hasta entonces habían sido hostiles a Rosas) y se volcaron, momentáneamente, a la causa de la Confederación. Hasta algunos unitarios (enemigos tradicionales de Rosas) se conmovieron y el general Martiniano Chilavert se ofreció a formar parte del ejército de la Confederación.

A pedido del historiador José María Rosa el 20 de noviembre se declaró Día de la Soberanía Nacional.

http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_la_Vuelta_de_Obligado


Foto satelital de la zona de Vuelta de Obligado.


Foto con mas detalle.


Carta del Instituto Geográfico Militar - Detalle.


Combate de la Vuelta de Obligado, gran óleo de Ulderico Todo.
 

MAC1966

Colaborador
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Arturo Pérez-Reverte 16-7-2012

No siempre fue una vergüenza


Como saben, me gusta recordar viejos episodios de nuestra Historia. Sobre todo si causan respeto por lo que algunos paisanos nuestros fueron capaces de hacer. O intentar. Situaciones con posible lectura paralela, de aplicación al tiempo en que vivimos. Les aseguro que es un ejercicio casi analgésico; sobre todo esos días funestos, cuando creo que la única solución serían toneladas de napalm seguidas por una repoblación de parejas mixtas compuestas, por ejemplo, de suecos y africanos. Sin embargo, cuando una de esas viejas historias viene a la memoria, concluyo que quizás no sea imprescindible el napalm. Siempre hubo aquí compatriotas capaces de hacer cosas que valen la pena, me digo. Y en alguna parte estarán todavía. Como estuvieron.

Era un navío de 70 cañones y tenía un bonito nombre: Glorioso. Lo mandaba el capitán don Pedro Mesía de la Cerda, y en 1747 traía de La Habana cuatro millones de pesos en monedas de plata. El 15 de julio, cerca de las Azores, el navío se topó con un convoy inglés escoltado por tres barcos de guerra que casi lo doblaban en número de cañones: el navío Warwick, la fragata Lark y un bergantín. En aquel tiempo, un navío de América era un bombón: solía llevar caudales a bordo, así que los ingleses le dieron caza. Manteniendo el barlovento con mucho arte, el Glorioso se batió toda la noche, tuvo un respiro al caer el viento durante el día, y volvió a pelear la noche siguiente: primero dejó fuera de combate a la fragata, que se hundió; y tras hora y media de combate con el Warwick en la oscuridad, sin otra luz que los fogonazos artilleros -los españoles dispararon 1.006 cañonazos y 4.400 cartuchos de fusil-, el navío inglés se retiró con el rabo entre las piernas. Que no siempre Britania, aunque lo venda con trompetas, parió leones.

Sin embargo, la odisea del Glorioso no había hecho más que empezar. Siguiendo rumbo a Finisterre, el 14 de agosto volvió a dar con una fuerza británica: el navío Oxford, la fragata Shoreham y la corbeta Falcon. Como en el caso anterior, los ingleses le fueron encima igual que lobos. Pero el comandante Mesía y su gente eran de esa casta de colegas que aprietan los dientes y venden caro el pellejo. Por segunda vez asomaron los cañones y batieron el cobre como los buenos: después de tres horas de arrimar candela, pese a haber perdido el bauprés, una verga y tener la popa hecha una piltrafa, el Glorioso continuó navegando hacia España mientras los ingleses se retiraban con graves daños.

Fondeó el navío en Corcubión, desembarcando los caudales, y volvió a la mar para reparar averías en Cádiz, pues vientos contrarios descartaban El Ferrol. Y el 17 de octubre, a la altura del cabo San Vicente, volvió a encontrarse con una fuerza enemiga. Esta vez eran cuatro fragatas corsarias con base en Lisboa y bajo el mando del comodoro Walker: King George, Prince Frederick, Princess Amelia y Duke, que sumaban 960 hombres y 120 cañones. Inmediatamente le dieron caza, aunque el español, resabiado, no reveló su nacionalidad -treta común del mar- hasta que la King George se acercó a preguntársela. Entonces Mesía izó pabellón de combate y le largó al rubio una andanada que le desmontó dos cañones y el palo mayor. Siguieron tres horas de carnicería muy bien sostenida por el Glorioso; pero al rato se unieron a la fiesta las otras fragatas y dos navíos de línea ingleses que navegaban cerca, el Darmouth y el Russell: seis barcos y 250 cañones contra los 70 del solitario español, maltrecho y corto de gente por los combates anteriores y la travesía del Atlántico. Aun así, el comandante Mesía y su tripulación, a quienes a esas alturas daban ya igual seis guiris que sesenta, se defendieron como gato panza arriba bajo un fuego horroroso durante dos días y una noche. Que se dice pronto. Aún tuvieron la satisfacción de acertar en una santabárbara y ver volar al Darmouth, que se fue a tomar por saco con 314 de sus 325 tripulantes. Y al fin, el 19 de octubre -33 muertos y 130 heridos a bordo, agotada la munición, el barco desarbolado, chorreando sangre por los imbornales, raso como un pontón y a punto de hundirse-, el comandante convocó a los oficiales que seguían vivos, los puso por testigos de que la tripulación había hecho lo imposible, y arrió la bandera.

De tal modo, fiel a su nombre, acabó viaje el navío español Glorioso. Había librado tres combates contra 12 barcos enemigos, de los que hizo volar uno y hundió otro; pero la hazaña final no corresponde sólo a quienes con tanta decencia lo defendieron, sino al navío mismo: remolcado a Lisboa por los vencedores para repararlo e izar en él su pabellón, los destrozos se revelaron tan graves que se negó a flotar y fue desguazado. Ningún inglés navegó jamás a bordo de ese barco.

 
Cordiales Saludos

Hay fotos del Combate naval de la isla del Espinillo, en el que se enfrentaron dos acorazados argentinos, durante la revolución de 1893??????

El monitor “Los Andes” que apoyaba a los revolucionarios se enfrentó con el recién incorporado acorazado de río “Independencia”, que logró dañar con sus Krupp 240mm al “Los Andes”, que fue abandonado por sus tripulantes.-

No es un combate muy conocido por la mayoría de la gente pero por los cañones que se usaron (240mm y 200mm) confinados en el Paraná y a corta distancia debe haber sido un espectáculo para los Rosarinos.-

Saludos Cordiales
 

MWAA

Colaborador Veterano Guerra de Malvinas
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LOWESTOFT
La batalla de Lowestoft (3 junio 1665 O.S./ 13 de de junio de 1665 N. S.) fue la primera gran batalla de la Segunda Guerra Anglo-holandesa, fue una victoria poco común en una guerra que llegó a estar dominada por los holandeses.
La flota holandesa, bajo el mando de Jacob van Wassenaer, Señor de Obdam, estaba compuesta por 103 buques de guerra, siete yates, once galeotas y doce brulotes. Dividio a sus tres divisiones en siete escuadrones, con un total de 21 divisiones, cada una comandada por un almirante o capitan a desempeñar esa funcion, por lo que la flota holandesa tenia 21 buques insignia,
La flota británica dividió sus tres divisiones en tres escuadrones comandada por James, duque de York (el futuro Jaime II), con Ruperto del Rin y Edward Montagu, conde de Sandwich al mando de las escuadras blanco y azul, respectivamente. La flota británica era más grande que la holandesa, con 109 buques de guerra y veintiocho brulotes, pero desde la primera guerra holanda había construido muchos barcos más grandes y con más cañones
La flota britanica se hizo a la mar en primer lugar, el 21 de abril, y tomó una posición fuera de Texel, donde el Duque de York intentó bloquear la costa holandesa. El 8 de mayo, después de dos semanas, se retiró, hizo un intento fallido para interceptar de Ruyter (proveniente desde el África Occidental), y luego regresó a Harwich.
Los holandeses hicieron a la mar el 13-14 de mayo, y el 20 de mayo capturó a un convoy de comerciantes ingleses proveniente de Hamburgo, esto obligó a la flota británica de nuevo a zarpar, y al mediodía el 1 de junio las dos flotas se avistaron entre sí. Los holandeses tenían el viento a favor pero la flota de Obdam estaba demasiado dispersa para atacar esa tarde. El 2 de junio, las dos flotas se mantuvieron tres millas de distancia, esperando el viento. A las 2:30 am en la mañana del 3 de junio, las flotas estaban a catorce millas al noreste de Lowestoft, y el viento era adecuado para un ataque británico.

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John Bentham Dinsdale

Desde la primera guerra anglo-holandesa tácticas navales habían avanzado. En Lowestoft la primera fase de la batalla duró desde alrededor de 3.30 am a 1 pm, las dos flotas navegaron en direcciones opuestas en sus líneas, antes de volverse a repetir el movimiento
Este período de la batalla terminó cuando Sir Edward Montagu, conde de Sandwich, vio una oportunidad de romper a través de una brecha que se había abierto en la línea holandesa. Esto dividio a la flota holandesa por la mitad, y llevado a combates individuales generalizados,El choque más importante durante la lucha fue entre los dos Comandantes en Jefe - Duque de York en el Royal Charles y Opdam en el Eendracht. Desde hacia algún tiempo el Duque de York estaba en peligro, y tres de sus ayudantes fueron muertos a su lado, pero alrededor de las 3 de la tarde, después de un duelo de dos horas, el Eendracht explotó, con la pérdida de todos menos cuatro de sus cuatrocientos nueve tripulantes.
La muerte del Comandante en Jefe causó un caos en la flota. Ene Evertsen y Cornelis Tromp asumieron el mando de la flota, y hasta dos días después de la batalla Tromp no sabia qué había pasado con Evertsen, que en realidad era el oficial superior. La situación no ayuda por la muerte del vicealmirante Egbert Meussen Cortenaer, uno de los asesores clave de Opdam, al comienzo de la batalla. Después de la muerte de Opdam, Cortenaer, izo la bandera del Almirante, su nave fue vista salir de la batalla, y fue seguido por un número de naves.
Algunas secciones de la flota holandesa continuaron luchando con fiereza, sobre todo la escuadra de Cornelis Tromp, pero a las 7 pm los holandeses estaban en plena retirada. Algunas de las peores pérdidas que se sufrieron durante esta etapa de la batalla, fue un grupo de tres naves y otro de cuatro, fueron atacados por los brulotes ingleses “fama” y “Dolphin” (el segundo ataque se hizo después de que los barcos holandeses se habían rendido, y su comandante desapareció después de la batalla, en lugar de enfrentarse a un juicio) .

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Adriaen Van Diest

Los barcos holandeses que sobrevivieron huyeron en masa. Durante la batalla dieciocho barcos habían sido tomados por los británicos, de los cuales catorce llegó a puerto. Otros catorce barcos fueron hundidos, con lo que el número total de barcos holandeses perdieron llego a treinta y dos. El total podría ser mayor si la persecución británica hubiese sido manejado mejor, pero en la noche después de la batalla uno de los cortesanos del Duque de York ordenó aflojar velas mientras que el duque estaba dormido, y los holandeses fueron capaces de escapar (una falta de brulotes en el lado Inglés probablemente también ayudó).
Los británicos sólo perdieron dos naves durante la batalla, ambos tomados por los holandeses. A pesar de este gran éxito el Duque de York pronto fue retirado de su mando, en parte debido al fracaso de la búsqueda y persecucion y en parte por no proteger el heredero al trono debidamente a la exposición al peligro.
 

MWAA

Colaborador Veterano Guerra de Malvinas
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El combate entre el USS “Essex” y HMS “Alert” tuvo lugar el 13 de agosto de 1812, en la que la fragata ligera, USS “Essex”, de 32 cañones (comandada por el capitán. David Porter) encontró y capturó la balandra HMS “Alert” , 20 cañones (Capitán TLP Laugharne) , "tan solo una insignificante escaramuza" Porter dijo más tarde, se convirtió en la primera captura estadounidense de la guerra.
El duelo en sí duró apenas ocho minutos, durante los cuales el “Essex” disparó una sola andanada. Porter mantuvo sus portas cerradas haciendo creer a Laugharne que era un mercante, esto le dio confianza para maniobrar a Laugharne con su nave y quedar dentro del alcance de los cañones del “Essex”, la andanada devasto cubierta dejando sin cañon o carronda con cuales defenderse y se rindio.

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Rumplestilskin

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Hace dos días (7/10) fue un aniversario más de la Batalla de Lepanto. Y si la recordamos con poesía.....

Un inglés (Chesterton) le canta a un español (Juan de Austria) y traducido por un argentino (Borges)

Lepanto:

White founts falling in the courts of the sun,

And the Soldan of Byzantium is smiling as they run;

There is laughter like the fountains in that face of all men feared,

It stirs the forest darkness, the darkness of his beard,

It curls the blood-red crescent, the crescent of his lips,

For the inmost sea of all the earth is shaken with his ships.

They have dared the white republics up the capes of Italy,

They have dashed the Adriatic round the Lion of the Sea,

And the Pope has cast his arms abroad for agony and loss,

And called the kings of Christendom for swords about the Cross,

The cold queen of England is looking in the glass;

The shadow of the Valois is yawning at the Mass;

From evening isles fantastical rings faint the Spanish gun,

And the Lord upon the Golden Horn is laughing in the sun.


Dim drums throbbing, in the hills half heard,

Where only on a nameless throne a crownless prince has stirred,

Where, risen from a doubtful seat and half attainted stall,

The last knight of Europe takes weapons from the wall,

The last and lingering troubadour to whom the bird has sung,

That once went singing southward when all the world was young,

In that enormous silence, tiny and unafraid,

Comes up along a winding road the noise of the Crusade.

Strong gongs groaning as the guns boom far,

Don John of Austria is going to the war,

Stiff flags straining in the night-blasts cold

In the gloom black-purple, in the glint old-gold,

Torchlight crimson on the copper kettle-drums,

Then the tuckets, then the trumpets, then the cannon, and he comes.

Don John laughing in the brave beard curled,

Spurning of his stirrups like the thrones of all the world,

Holding his head up for a flag of all the free.

Love-light of Spain—hurrah!

Death-light of Africa!

Don John of Austria

Is riding to the sea.


Mahound is in his paradise above the evening star,

(Don John of Austria is going to the war.)

He moves a mighty turban on the timeless houri’s knees,

His turban that is woven of the sunset and the seas.

He shakes the peacock gardens as he rises from his ease,

And he strides among the tree-tops and is taller than the trees,

And his voice through all the garden is a thunder sent to bring

Black Azrael and Ariel and Ammon on the wing.

Giants and the Genii,

Multiplex of wing and eye,

Whose strong obedience broke the sky

When Solomon was king.


They rush in red and purple from the red clouds of the morn,

From temples where the yellow gods shut up their eyes in scorn;

They rise in green robes roaring from the green hells of the sea

Where fallen skies and evil hues and eyeless creatures be;

On them the sea-valves cluster and the grey sea-forests curl,

Splashed with a splendid sickness, the sickness of the pearl;

They swell in sapphire smoke out of the blue cracks of the ground,—

They gather and they wonder and give worship to Mahound.

And he saith, “Break up the mountains where the hermit-folk can hide,

And sift the red and silver sands lest bone of saint abide,

And chase the Giaours flying night and day, not giving rest,

For that which was our trouble comes again out of the west.

We have set the seal of Solomon on all things under sun,

Of knowledge and of sorrow and endurance of things done,

But a noise is in the mountains, in the mountains, and I know

The voice that shook our palaces—four hundred years ago:

It is he that saith not ‘Kismet’; it is he that knows not Fate ;

It is Richard, it is Raymond, it is Godfrey in the gate!

It is he whose loss is laughter when he counts the wager worth,

Put down your feet upon him, that our peace be on the earth.”

For he heard drums groaning and he heard guns jar,

(Don John of Austria is going to the war.)

Sudden and still—hurrah!

Bolt from Iberia!

Don John of Austria

Is gone by Alcalar.


St. Michael’s on his mountain in the sea-roads of the north

(Don John of Austria is girt and going forth.)

Where the grey seas glitter and the sharp tides shift

And the sea folk labour and the red sails lift.

He shakes his lance of iron and he claps his wings of stone;

The noise is gone through Normandy; the noise is gone alone;

The North is full of tangled things and texts and aching eyes

And dead is all the innocence of anger and surprise,

And Christian killeth Christian in a narrow dusty room,

And Christian dreadeth Christ that hath a newer face of doom,

And Christian hateth Mary that God kissed in Galilee,

But Don John of Austria is riding to the sea.

Don John calling through the blast and the eclipse

Crying with the trumpet, with the trumpet of his lips,

Trumpet that sayeth ha!

Domino gloria!

Don John of Austria

Is shouting to the ships.


King Philip’s in his closet with the Fleece about his neck

(Don John of Austria is armed upon the deck.)

The walls are hung with velvet that is black and soft as sin,

And little dwarfs creep out of it and little dwarfs creep in.

He holds a crystal phial that has colours like the moon,

He touches, and it tingles, and he trembles very soon,

And his face is as a fungus of a leprous white and grey

Like plants in the high houses that are shuttered from the day,

And death is in the phial, and the end of noble work,

But Don John of Austria has fired upon the Turk.

Don John’s hunting, and his hounds have bayed—

Booms away past Italy the rumour of his raid

Gun upon gun, ha! ha!

Gun upon gun, hurrah!

Don John of Austria

Has loosed the cannonade.


The Pope was in his chapel before day or battle broke,

(Don John of Austria is hidden in the smoke.)

The hidden room in man’s house where God sits all the year,

The secret window whence the world looks small and very dear.

He sees as in a mirror on the monstrous twilight sea

The crescent of his cruel ships whose name is mystery;

They fling great shadows foe-wards, making Cross and Castle dark,

They veil the plumèd lions on the galleys of St. Mark;

And above the ships are palaces of brown, black-bearded chiefs,

And below the ships are prisons, where with multitudinous griefs,

Christian captives sick and sunless, all a labouring race repines

Like a race in sunken cities, like a nation in the mines.

They are lost like slaves that sweat, and in the skies of morning hung

The stair-ways of the tallest gods when tyranny was young.

They are countless, voiceless, hopeless as those fallen or fleeing on

Before the high Kings’ horses in the granite of Babylon.

And many a one grows witless in his quiet room in hell

Where a yellow face looks inward through the lattice of his cell,

And he finds his God forgotten, and he seeks no more a sign—

(But Don John of Austria has burst the battle-line!)

Don John pounding from the slaughter-painted poop,

Purpling all the ocean like a bloody pirate’s sloop,

Scarlet running over on the silvers and the golds,

Breaking of the hatches up and bursting of the holds,

Thronging of the thousands up that labour under sea

White for bliss and blind for sun and stunned for liberty.

Vivat Hispania!

Domino Gloria!

Don John of Austria

Has set his people free!


Cervantes on his galley sets the sword back in the sheath

(Don John of Austria rides homeward with a wreath.)

And he sees across a weary land a straggling road in Spain,

Up which a lean and foolish knight forever rides in vain,

And he smiles, but not as Sultans smile, and settles back the blade....

(But Don John of Austria rides home from the Crusade.)

Blancos los surtidores en los patios del sol;
El Sultán de Estambul se ríe mientras juegan.
Como las fuentes es la risa de esa cara que todos temen,
Y agita la boscosa oscuridad, la oscuridad de su barba,
Y enarca la media luna sangrienta, la media luna de sus labios,
Porque al más íntimo de los mares del mundo lo sacuden sus barcos.
Han desafiado las repúblicas blancas por los cabos de Italia,
Han arrojado sobre el León del Mar el Adriático,
Y la agonía y la perdición abrieron los brazos del Papa,
Que pide espadas a los reyes cristianos para rodear la Cruz.
La fría Reina de Inglaterra se mira en el espejo;
La sombra de los Valois bosteza en la Misa;
De las irreales islas del ocaso retumban los cañones de España,
Y el Señor del Cuerno de Oro se está riendo en pleno sol.


Laten vagos tambores, amortiguados por las montañas,
Y sólo un príncipe sin corona, se ha movido en un trono sin nombre,
Y abandonando su dudoso trono e infamado sitial,
El último caballero de Europa toma las armas,
El último rezagado trovador que oyó el canto del pájaro,
Que otrora fue cantando hacia el sur, cuando el mundo entero era joven.
En ese vasto silencio, diminuto y sin miedo
Sube por la senda sinuosa el ruido de la Cruzada.
Mugen los fuertes gongs y los cañones retumban,
Don Juan de Austria se va a la guerra.
Forcejean tiesas banderas en las frías ráfagas de la noche,
Oscura púrpura en la sombra, oro viejo en la luz,
Carmesí de las antorchas en los atabales de cobre.
Las clarinadas, los clarines, los cañones y aquí está él.
Ríe Don Juan en la gallarda barba rizada.
Rechaza, estribando fuerte, todos los tronos del mundo,
Yergue la cabeza como bandera de los libres.
Luz de amor para España ¡hurrá!
Luz de muerte para África ¡hurrá!
Don Juan de Austria
Cabalga hacia el mar.


Mahoma está en su paraíso sobre la estrella de la tarde
(Don Juan de Austria va a la guerra.)
Mueve el enorme turbante en el regazo de la hurí inmortal,
Su turbante que tejieron los mares y los ponientes.
Sacude los jardines de pavos reales al despertar de la siesta,
Y camina entre los árboles y es más alto que los árboles,
Y a través de todo el jardín la voz es un trueno que llama
A Azrael el Negro y a Ariel y al vuelo de Ammon:
Genios y Gigantes,
Múltiples de alas y de ojos,
Cuya fuerte obediencia partió el cielo
Cuando Salomón era rey.


Desde las rojas nubes de la mañana, en rojo y en morado se precipitan,
Desde los templos donde cierran los ojos los desdeñosos dioses amarillos;
Ataviados de verde suben rugiendo de los infiernos verdes del mar
Donde hay cielos caídos, y colores malvados y seres sin ojos;
Sobre ellos se amontonan los moluscos y se encrespan los bosques grises del mar,
Salpicados de una espléndida enfermedad, la enfermedad de la perla;
Surgen en humaredas de zafiro por las azules grietas del suelo,-
Se agolpan y se maravillan y rinden culto a Mahoma.
Y él dice: Haced pedazos los montes donde los ermitaños se ocultan,
Y cernid las arenas blancas y rojas para que no quede un hueso de santo
Y no déis tregua a los rumíes de día ni de noche,
Pues aquello que fue nuestra aflicción vuelve del Occidente.
Hemos puesto el sello de Salomón en todas las cosas bajo el sol
De sabiduría y de pena y de sufrimiento de lo consumado,
Pero hay un ruido en las montañas, en las montañas y reconozco La voz que sacudió nuestros palacios -hace ya cuatro siglos:
¡Es el que no dice "Kismet"; es el que no conoce el Destino,
Es Ricardo, es Raimundo, es Godofredo que llama!
Es aquel que arriesga y que pierde y que se ríe cuando pierde;
Ponedlo bajo vuestros pies, para que sea nuestra paz en la tierra.
Porque oyó redoblar de tambores y trepidar de cañones.
(Don Juan de Austria va a la guerra)
Callado y brusco -¡hurrá!
Rayo de Iberia
Don Juan de Austria
Sale de Alcalá.


En los caminos marineros del norte, San Miguel está en su montaña.
(Don Juan de Austria, pertrechado, ya parte)
Donde los mares grises relumbran y las filosas marcas se cortan
Y los hombres del mar trabajan y las rojas velas se van.
Blande su lanza de hierro, bate sus alas de piedra;
El fragor atraviesa la Normandía; el fragor está solo;
Llenan el Norte cosas enredadas y textos y doloridos ojos
Y ha muerto la inocencia de la ira y de la sorpresa,
Y el cristiano mata al cristiano en un cuarto encerrado
Y el cristiano teme a Jesús que lo mira con otra cara fatal
Y el cristiano abomina de María que Dios besó en Galilea.
Pero Don Juan de Austria va cabalgando hacia el mar,
Don Juan que grita bajo la fulminación y el eclipse,
Que grita con la trompeta, con la trompeta de sus labios,
Trompeta que dice ¡ah!
¡Domino Gloria!
Don Juan de Austria
Les está gritando a las naves.


El rey Felipe está en su celda con el Toisón al cuello
(Don Juan de Austria está armado en la cubierta)
Terciopelo negro y blando como el pecado tapiza los muros
Y hay enanos que se asoman y hay enanos que se escurren.
Tiene en la mano un pomo de cristal con los colores de la luna,
Lo toca y vibra y se echa a temblar
Y su cara es como un hongo de un blanco leproso y gris
Como plantas de una casa donde no entra la luz del día,
Y en ese filtro está la muerte y el fin de todo noble esfuerzo,
Pero Don Juan de Austria ha disparado sobre el turco.
Don Juan está de caza y han ladrado sus lebreles-
El rumor de su asalto recorre la tierra de Italia.
Cañón sobre cañón, ¡ah, ah!
Cañón sobre cañón, ¡hurrá!
Don Juan de Austria
Ha desatado el cañoneo.


En su capilla estaba el Papa antes que el día o la batalla rompieran.
(Don Juan está invisible en el humo)
En aquel oculto aposento donde Dios mora todo el año,
Ante la ventana por donde el mundo parece pequeño y precioso.
Ve como en un espejo en el monstruoso mar del crepúsculo
La media luna de las crueles naves cuyo nombre es misterio.
Sus vastas sombras caen sobre el enemigo y oscurecen la Cruz y el Castillo
Y velan los altos leones alados en las galeras de San Marcos;
Y sobre los navíos hay palacios de morenos emires de barba negra;
Y bajo los navíos hay prisiones, donde con innumerables dolores,
Gimen enfermos y sin sol los cautivos cristianos
Como una raza de ciudades hundidas, como una nación en las ruinas,
Son como los esclavos rendidos que en el cielo de la mañana
Escalonaron pirámides para dioses cuando la opresión era joven;
Son incontables, mudos, desesperados como los que han caído o los que huyen
De los altos caballos de los Reyes en la piedra de Babilonia.
Y más de uno se ha enloquecido en su tranquila pieza del infierno
Donde por la ventana de su celda una amarilla cara lo espía,
Y no se acuerda de su Dios, y no espera un signo-
(¡Pero Don Juan de Austria ha roto la línea de batalla!)
Cañonea Don Juan desde el puente pintado de matanza.
Enrojece todo el océano como la ensangrentada chalupa de un pirata,
El rojo corre sobre la plata y el oro.
Rompen las escotillas y abren las bodegas,
Surgen los miles que bajo el mar se afanaban
Blancos de dicha y ciegos de sol y alelados de libertad.
¡Vivat Hispania!
¡Domino Gloria!
¡Don Juan de Austria
Ha dado libertad a su pueblo!


Cervantes en su galera envaina la espada
(Don Juan de Austria regresa con un lauro)
Y ve sobre una tierra fatigada un camino roto en España,
Por el que eternamente cabalga en vano un insensato caballero flaco,
Y sonríe (pero no como los Sultanes), y envaina el acero...
(Pero Don Juan de Austria vuelve de la Cruzada.)

Cantado en inglés:
https://ia802306.us.archive.org/31/items/Lepanto/lepanto.mp3

PD: no se como ponerlo uno al lado de otro, para que se pueda seguirlos mejor; si alguien sabe.....
 

MWAA

Colaborador Veterano Guerra de Malvinas
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USS "CONSTITUTION" VS HMS "GUERRIERE"
A las 14:00hs el 19 de agosto la fragata “Constitución” avisto un gran barco a sotavento, y se dirigio a investigar. El tiempo estaba nublado, y el viento era rápido. La extraña nave resultó ser la “Guerriére”, cuya tripulación reconocio al “Constitución” de inmediato
.Ambos barcos se prepararon para la acción, y acortaron distancia, el capitan Dacres, de la “Guerriere” ordeno una andanada, que quedó corta, y luego siguió el rumbo del viento durante tres cuartos de hora con la “Constitución” a un cuarto de esta. Dacres guiñó varias veces para disparar andanadas contra la “Constitución”, pero eran generalmente imprecisas, mientras que los pocos disparos más destacados de la “Constitución” tuvieron poco efecto. Después de una bala de cañón rebotó "inofensiva" a un lado de la“Constitución”, se dice que un miembro de la tripulación haber gritado "Hurra! Sus lados son de hierro!"

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Una vez que la distancia se había acortado a unos pocos cientos de yardas, el capitán Hull ordenó la vela adicional (el trinquete y la vela mayor juanete) , para cerrar la distancia rápidamente. Dacres No se percato de esta maniobra, y las dos naves empezaron a intercambiar disparos por sus costados, con la “Constitución” de estribor y “Guerriére” por babor. Después de quince minutos de este intercambio, durante el cual “Guerriére” sufrió mucho más daño que la “Constitución” debido los cañones de mayor calibre de esta última y el casco más grueso, el palo mesana del “Guerriére” cayó por la borda a estribor, que actúo como un timón, arrastrandolo. Esto permitió al “Constitución” para cruzar por delante de Guerriére, disparando una andanada que derrumbó la verga principal. Hull a continuación cruzo la “Guerriére” de nuevo por proa, disparando otra andanada, pero la maniobra fue demasiado cerca y el bauprés de “Guerriére” se enredó en el aparejo de mesana de “Constitución”
En ambos barcos, grupos de abordaje fueron aprestados y el fuego de fusileria estallo. A bordo de “Constitución”, el teniente William S. Bush murió y el teniente Charles Morris herido por disparos de mosquete. Algunos de los artilleros a bordo del “Guerriére” disparaban a quemarropa a la cabina de popa de Hull. Las dos naves amadrinadas en lucha, lentamente giran en sentido horario hasta que se liberaron, el trinquete y luego el palo mayor se desplomaron, "por la junta" es decir, se desprendieron a nivel de cubierta, dejándo indefensa a la “Guerriere” y rolando peligrosamente. Dacres intentó navegar con el bauprés para llevar su nave antes de que el viento cambiase, pero también había sido dañado y se rompió. La “Constitución” navego a favor del viento durante varios minutos, reparando los daños en sus aparejos, antes de volver a maniobrar contra el viento para volver a la batalla.

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Como la “Constitución” se aprestaba para reiniciar las acciones, la “Guerriére” disparó un tiro en la dirección contraria a la “Constitución” en clara señal de rendición, Hull ordenó que un bote a cargo de un teniente se dirigiese a la nave británica. Cuando el teniente subió a bordo y le preguntó a Dacres si estaba dispuesto a rendirse, el capitán Dacres respondió "Bueno, señor, no lo sé, nuestro palo mesana se ha ido, nuestra proa y mástiles principales se han ido, creo que, en general, se podría decir han golpeado nuestra bandera ".
Se alegó que la táctica naval americana estándar era estar a larga distancia y emplear fuego de desmantelamiento sobre el oponente. Esta tactica de desmantelar al enemigo era considerada ineficaz a larga distancia, algo contradictorio, sin embargo Hull no se mostro reacio a mantener un combate cerrado con la “Guerriere”
El Capitán Dacres fue escoltado a bordo de la “Constitución”, Hull se negó a aceptar su espada en señal de rendicion, diciendo que no podía aceptar la espada de un hombre que había luchado tan galantemente, También ordenó que la Biblia de Dacres , regalo de su madre le fuese devuelta. La “Guerriere” se hundía sin remedio, y los heridos fueron trasladados a la “Constitución”. Hull quedo impresionado al encontrar a diez estadounidenses que servian a bordo de la “Guerriere”, pero que Dacres habia permitido que se quedasen bajo cubierta en lugar de luchar contra sus compatriotas.
 

MWAA

Colaborador Veterano Guerra de Malvinas
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OLAND, 1º DE JUNIO DE 1676
Durante la guerra entre Suecia y Dinamarca, aliada a Holanda, gran parte de la lucha tuvo lugar en el Mar Báltico.
Las ventajas que favorecían a los suecos, en número y calidad de buques fueron perdidas por la incompetencia de sus inexpertos almirantes.
Un solo incidente al comienzo de la guerra, muestra como los desastres navales son tan a menudo obras del hombre como de los elementos.
El 6 de setiembre de 1675 el almirante sueco Stenbock, zarpo con una gran flota de 66 buques que incluía al poderoso “Kronnen”, que con 128 cañones era uno de los mas poderosos buques a flote.

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Suecos y Daneses "sacudiendose las plumas", sin referencia

Pero las apariencias pueden ser engañosas, la flota sueca estaba en un punto muy bajo de su historia y la travesía se caracterizo por una serie de errores, para comenzar los dos buques insignia, el “Kronnen” y el “Svärdet” demoraron 8 horas en levar anclas. Mientras el resto de la flota esperaba, el “Jupiter” choco al “Postiljon”, forzando a este ultimo a regresar para ser reparado. Unos días después, el “Kronnen” perdio su ancla, Stenbock fondeo la otra mientras buscaba la primera, pero olvido que había ordenado al resto de la flota zarpar sin haber cancelado la orden. La flota zarpo y se mantuvo todo el día en la duda sobre las actividades de su comandante.
Comenzó a soplar una tormenta, motivando que el “Elefant” chocara contra el “Merkurius” y luego contra el “Draken” desmantelando a ambos. Otros buques tuvieron averías y el “Jupiter” sin esperar órdenes regreso a puerto por su propia iniciativa, por desgracia perdió el ancla y el viento lo obligo a salir mar afuera mientras la flota regresaba. El viaje había sido cancelado unánimemente.
Si la flota era un peligro para si misma….¿que ocurriría cuando se encontrara con la flota combinada Holando-Danesa comandada por el formidable Martin Tromp?

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Batalla de Oland, Claus Mainichen

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Batalla de Oland, contemporaneo, mostrando las tres fases principales

La respuesta se dio cuando ambas flotas se encontraron el 1º de Junio de 1676 en la batalla de Oland. La batalla se libro frente a la costa este de Öland. La batalla fue una parte de la Guerra de Escania (1675-1679) se luchaba por la supremacía en el sur del Báltico. Suecia tenia la necesidad urgente de refuerzar sus posesiones del norte de Alemania; Dinamarca trató de transportar a un ejército a Scania en el sur de Suecia para abrir un frente en territorio sueco.
La flota sueca, ahora comandada por el almirante Creutz, estaba formada por 26 navíos de guerra, 12 fragatas, con 2184 cañones y enfrentaba a la flota aliada bajo el comando de Tromp, secundado por el danés Juel, con 25 navíos de guerra, 10 fragatas y 1727 cañones. La ventaja parecia estar del lado de los suecos, pero Creutz, su comandante, nunca había tenido el mando de una flota, mientras Tromp, era ya en vida una leyenda.

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Almirantes Creutz y Uggla

La batalla comenzó cuando el buque insignia aliado, al mando del almirante Tromp, el “Christianus V”, enfrento al buque insignia de Creutz, el gigantesco “Kronnen”. El buque sueco tenia sus portas de artillería bajas abiertas y estaba disparando para ahuyentar un buque brulote danés, cuando el almirante Uggla, comandante de la vanguardia sueca, disparo un cañón a proa para llamar a sus buques mas avanzados, Creutz confundió la señal con la de un disparo efectuado a popa, señal de avanzar, gritando furiosamente “¿Dónde diablos va Uggla?”, Creutz ordeno al resto de la flota cambiar de amura, pero su habilidad marinera le fallo desastrosamente. Su flota había estado navegando con el viento a popa del través, mientras que en la pierna de estribor tendría que ir cazando al máximo. Las portas de cañón abiertas por lo tanto quedarían a sotavento. Como los buques suecos llevaban todo su velamen desplegado, Creutz debió haber achicado paño o cerrando las portas de cañones. Como no tomo ninguna de las dos medidas las consecuencias eran predecibles. El “Kronnen” se escoro alarmantemente y las portas de los cañones quedaron bajo el agua. Ya era demasiado tarde para hacer algo que salvarla gran buque, una nueva ráfaga de viento acostó al buque.

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"Kronnan"

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"Christianus V"

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El "Kronnen" en combate

Antes de hundirse la santabárbara fue envuelta por un incendio seguido de una terrible explosión que destrozo el buque en pedazos. El “Kronnen” se hundió con 800 hombres de su tripulación, incluyendo su comandante.
De acuerdo con el artillero principal Anders Gyllenspak, las velas no se arriaron y el barco se inclinó sobre si con tanta fuerza que el agua inundó a través de las troneras inferiores. A medida que el barco se inclinaba, una ráfaga de viento empujó el barco mas aun sobre su banda, con lo que sus mástiles y velas que rozaban la superficie del mar. Poco después, la santabárbara de pólvora explotó y arrancó la sección delantera del lado de estribor, el “Kronnen” perdió rápidamente la flotabilidad y se hundió, arrastrando la mayor parte de su tripulación de 850 hombres con el.

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el "Kronnen" espantando brulotes y enfrascado con el "Christianus V"

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inicios del fatal incendio

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Formidable estallido del "Kronnen"

Uggla pudo observar durante algunos minutos el horror antes de que le llegara su turno, la flota estaba ahora en caos, algunos buques yendo para un lado y otros para el contrario.
La pérdida repentina del buque insignia y el almirante de la flota llevaron a los buques suecos, ya dispersos, a la confusión y minaron la moral. Cuatro barcos de Creutz y el escuadrón de Uggla huyeron inmediatamente. Uggla era el siguiente al mando después de Creutz y se convirtió en el comandante en funciones de la flota sueca. Uggla y su nave el “Svärdet”, entraron en curso de colisión con los restos todavía flotantes del “Kronnen”, y se vio obligado a girar la popa en la dirección del viento para evitarlo, esta maniobra fue interpretada por muchos barcos como una señal para reiniciar la lucha nuevamente; otros lo interpretaron como el comienzo de una retirada general, lo que llevo a un trastorno importante. Uggla redujo la velocidad en un intento de reunir sus fuerzas, pero en su lugar se separó de la flota.
Tromp en el “Christianus V” el vicealmirante Jens Rodsten con el “Tre amante” y Niels Juel en “Churprindsen” aprovecharon el caos, rápidamente rodearon al “Svärdet” junto con tres buques de apoyo el “Hieronymus”, “Neptuno” y “Järnvågen”, y un buque mercante armado comenzaron a cañonearlos hasta su rendicion. Uggla pudo incendiar el “Christianus V”, en un duelo de artilleria “traido de los pelos”, pero las llamas fueron puestas bajo control rápidamente y el almirante sueco tuvo que arriar su pabellón.

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desmantelado de suecos

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Movimientos de la flota aliada

Varios otros buques suecos intentaron ayudar a Uggla, pero estaban en una posición de sotavento y no podían proporcionar un apoyo eficaz. Después de aproximadamente dos horas de dura lucha, el palo mayor del “Svärdet” se fue por la borda y Uggla tuvo que rendirse a Tromp.
El buque insignia de Uggla, el “Svardet”, sin su palo mayor quedo desmantelado, el “Venus” perdió su mastelero y el “Merkurius” sufrió un impacto bajo la línea de flotación, la batalla se estaba convirtiendo en una derrota.

"Times New Roman""> En el momento en que se movía para tomar su presa, el “Svärdet” fue incendiado por accidente o mal entendido por el brulote holandes “'t Hoen”, haciéndolo volar por los aires con 600 hombres de su tripulación, incluido Uggla, quien se ahogo mientras se alejaba del buque.

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Ambos buques insignia suecos habían desaparecido de manera espectacular, pero todavía esperaba un tercer desastre a los suecos. Ante la vista del destino del “Svardet” la mayoría de los buques suecos entraron en pánico y huyeron. En el caos, el tercer buque gran buque sueco, el “Applet” varo en un arrecife y zozobro, de esta manera la batalla termino en una derrota total para los suecos que perdieron sus tres buques mayores, además de otros cinco menores.
El fracaso de Creutz como almirante contribuyo al desastre, sin embargo la moral de la flota había estado por los suelos antes de que el asumiera el comando, por lo que la culpa no era solo suya.
Los resultados de la batalla fueron serios, pues ahora los holandeses y daneses tenían el control total sobre el Mar Báltico.

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CURIOSIDADES

Buceos en los restos de los buques hundidos en la batalla, muestran algunas cosas entre conmovedoras y terribles

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lo que queda del "Kronnen"

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restos de tripulantes entre los escombros, History o un canal de esos mostro un documental sobre la batalla y el buceo entre los restos, ademas lo llevado a un museo sueco, coincidian en los relatos sobre la desesperacion en abandonar las cubiertas inferiores, y la lucha entre ellos, dado la cantidad de esqueletos con heridas de arma blanca siendo que no habian llegado a tal extremo con el enemigo
 

MAC1966

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LA INCREÍBLE BATALLA DEL CABO CELIDONIA: 5 NAVES ESPAÑOLAS CONTRA 55 OTOMANAS

Como ya es costumbre Jorge Álvarez nos lleva a otro momento olvidado de la Historia Militar Española, donde un arrebato de hombría convirtió una derrota cierta en una victoria épica.

En las primeras décadas del siglo XVII, el Mediterráneo era un gigantesco campo de batalla cuyo control se disputaban cristianos y musulmanes sin que ninguno de los dos bandos consiguiera imponerse sobre el otro. La gran batallas naval de esa época, Lepanto, no sirvió a los aliados europeos más que para conseguir un breve respiro porque el Imperio Otomano aplicó inmediatamente un plan de reconstrucción de su flota que, con sus ingentes recursos, hizo que al poco tiempo las cosas volvieran a estar parejas. Por tanto, las acciones entre unos y otros en la mar se limitaron a continuar las incursiones costeras y a esporádicos encuentros entre escuadras menores. Uno de éstos tuvo lugar a mediados de 1616 frente al cabo Celidonia, entre Chipre y la costa de Anatolia, y se convirtió en un épico episodio por las desigual numérica de ambos adversarios, siendo glosado en la obra El asombro de Turquía y el valiente toledano, de Luis Vélez de Guevara (un dramaturgo que había sido soldado y participado en la desastrosa Jornada de Argel)...

Pedro Téllez-Girón y Velasco Guzmán y Tovar, duque de Osuna y Grande de España, era un erudito que además de una espléndida educación intelectual había recibido también concienzuda formación militar. Como buen representante de la nobleza española de su tiempo, tal como se comentaba en toda Europa, su comportamiento soberbio y arrogante le llevó a verse metido en duelos y riñas que le obligaron a huir de la justicia, enrolándose en los Tercios como soldado raso, de donde ascendió a capitán. Tras un viaje a Inglaterra en el que aprendió la magnífica organización naval de ese país, regresó a España con la idea de imitarla, convenciendo a Felipe III, que le nombró consejero.



En 1611 llegó a Sicilia como virrey y empezó a poner en práctica su proyecto, construyendo nuevas galeras, mejorando los salarios de los marineros y reestructurando la jerarquía de mando para hacerla más eficaz. Todo por iniciativa propia y financiada a su costa, ya que no informó ni solicitó autorización a la Junta de Armadas. La prueba de fuego fue un ataque nocturno a Túnez en mayo de 1612, una especie de encamisada con desembarco incluido que fue un rutilante éxito y destruyó todas las naves ancladas en el puerto. Al año siguiente el rey le dio permiso para practicar el corso y asoló el litoral argelino, anticipando varias victorias que le permitieron recaudar un copioso botín. Luego, como era habitual, una serie de intrigas y envidias le obligaron a abandonar la actividad corsaria hasta que, a base de sobornos, logró que le nombraran virrey de Nápoles. Quevedo fue con él como secretario.

En su nuevo destino, el duque tuvo una idea insólita: construir -de nuevo con dinero propio- dos galeones, dos naos, una urca y un patache que debían servir no en el Atlántico, como podía deducirse de su impulso a vela pura y sin remos, sino en el Mediterráneo. Entregó el mando a un colaborador de confianza tan pendenciero como él, Francisco de Ribera, y le encargó enfrentarse a los turcos donde los encontrara. Ribera cumplió su misión realizando varias capturas que llevaron al gobernador turco de Chipre a reunir una flota enemiga en Quíos para echarle de la zona; Ribera se enteró y decidió esperarla frente al cabo Celidonia. Las velas enemigas aparecieron en el horizonte el 14 de julio de 1616 y produjeron una honda impresión en los españoles, que no esperaban que fuera tan grande: nada menos que cincuenta y cinco galeras; atacar semejante monstruo era una temeridad casi suicida, pero Ribera no quiso escapar sin intentar al menos causarles algún daño.



La táctica elegida fue un combate “a la española, expresión con la que se designaba el disparar a la menor distancia posible para luego pasar al abordaje, aunque esa segunda parte quedaba excluida del plan porque estaba previsto que tras el fuego se viraría en redondo para huir. Y, en efecto, contando con el viento a favor, las naves españolas dispararon sobre los otomanos tres andanadas sucesivas que destrozaron ocho galeras; después, ayudados por botes de remos que jalaban con cuerdas, giraron los barcos y se alejaron de allí sin bajas. Todo parecía haber terminado sin mayores consecuencias, pero en realidad aún faltaba el toque maestro que convirtió esa batalla en algo especial.

Esa noche, Ribera ordenó dar media vuelta y, dando un rodeo, logró situar su pequeña escuadra a popa de la flota otomana. Ello impedía a las galeras usar su principal arma, el espolón para embestir, así que al amanecer los seis barcos españoles se metieron entre la formación turca disparando a babor y estribor. De manera similar a lo que pasó siglos atrás no muy lejos de allí, en Salamina, la flota enemiga era tan grande que sus naves se estorbaban entre sí y las de los flancos quedaban demasiado alejadas para ayudar a las otras. En consecuencia, quedó maltrecha otra decena de galeras. Y la cosa empeoró al día siguiente, cuando Ribera llevó a cabo un tercer ataque en el que rechazó con disparos de metralla los intentos de abordaje turcos, infructuosos por otra parte debido a que las amuras de los galeones resultaban demasiado altas.

Finalmente, las escuadra española se retiró dejando a los otomanos más de millar y cuarto de bajas, dos mil galeotes muertos, diez galeras hundidas y una veintena gravemente dañadas; a cambio, Ribera perdió setenta y un hombres, entre soldados y marineros (él mismo acabó herido), y sus barcos quedaron en estado lamentable pero pudieron ser remolcados al puerto griego de Candía. El Rey le recompensó nombrándole almirante y caballero de Santiago.
 
La verdad es que habia que tener mucho huevo para subirse a esos barcos y cagarse a cañonasos a corta distancia...y ni hablar del abordaje...
 

MWAA

Colaborador Veterano Guerra de Malvinas
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COMBATE ENTRE EL USS “WASP” Y EL HMS “FOLIC"
Se llevo a cabo el 18 de octubre de 1812, ambos buques tendrian el mismo destino.
El 12 de setiembre de 1812, un convoy de 14 buques mercantes britanicos salio del golfo de Honduras, con destino a Gran Bretaña, escoltado por el Bergantin HMS “Frolic” al mando de Thomas Whinyates. A unos 480km al norte de las Bermudas, el convoy se disperso a causa de un temporal, los aparejos del “Frolic” sufrieron daños y barrida su cubierta principal, la tripulacion se aboco a las reparaciones, para el 17 de octubre, seis de las embarcaciones que escoltaba se habian vuelto a reunir.
La USS “Wasp”, habia zarpado del rio Delaware el 13 de octubre, al mando del Capitan Jacob Jones, navegando hacia el sudeste con intencion de interceptar los barcos mercantes que navegaban a Gran Bretaña desde las Indias Occidentales; tambien habia sufrido leves averias por la tormenta el 16 de octubre.
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J. B. DYNSDALE

A las 1130hs, pm, del del 17 de octubre, se avistaron varias velas, Jones mantuvo distancia durante la noche, pero al amanecer los identifico como mercantes con un bergantín de la Marina Real entre ellos, Whinyates sin embargo habia izado insignias españolas en un intento de atraer confiadamente al “Wasp” a su alcance.
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PATRICK O´BRIEN

Aunque el tiempo estaba despejado, soplaba viento fuerte y habia mar movido, ambos buques acortaron distancia dispuestos para la accion, la primera andanada del “Frolic” fue baja, ocasionando leves daños en cubierta, ambos buques portaban armamento principal similar, carronadas de corto alcance, no hubo intentos de maniobrar para obtener alguna ventaja antes de abordarse, ambos se cerraron, antes de las 60 yardas se mantuvo un breve intercambio de metralla a las 1130hs am, el “Wasp” presentando estribor y el “Frolic” babor, el primero disparo directamente sobre el casco del “Frolic”, mientras que estos, algo inusual en la Marina Real, dispararon sobre los aparejos del “Wasp”, al cerrarse ambos buques este alcanzo a disparar una andanada mientras los britanicos estaban recargando
Después de 22 minutos, los aparejos del “Wasp” fueron dañados seriamente, el mastil, baupres y mesana casi derribados y casi toda jarcia y cordaje cortado, hizo que fuese prácticamente inmanejable, anque el “Frolic” se hallaba en peores condiciones ademas de serias bajas entre la tripulacion, con ambos buques incapaces de ser maniobrados, el Wasp” se adelanto ligeramente, el “Frolic” choco con el y el “Wasp” lanzo una ultima andanada que fue el golpe de gracia al buque britanico.
A las 1152, am, los marinos americanos abordaron el “Frolic”, encontrando que todos los oficiales y mas de la mitad de una tripulacion de 90 hombres estaba muerta o herida, los americanos sufrieron 10 bajas, aunque se reconocio que la tripulacion britanica habia combatido al maximo, la artilleria americana habia sido muy superior, marcando la diferencia.
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J.B,DINSDALE

Poco después de que la lucha terminó, ambos mástiles del Frolic cayeron al mar. Un grupo estadounidense a bordo del “Frolic” intentó reparar el aparejo, pero pocas horas más tarde apareció un buque británico de linea, de 74 cañones, el HMS “Poitiers” (comandado por el capitán John Beresford), el “Frolic” era todavía inmaniobrable, y con su aparejo dañado el “Wasp” pronto fue alcanzado y se rindio. Beresford debía unirse a la flota que bloqueaba la costa estadounidense, pero pensó que era necesario reunir el convoy del “Frolic” y llevarlos a las Bermudas, donde se vieron obligados a permanecer durante varios días hasta que se encontró otra escolta.
El Capitan jacob Jones y su tripulacion pronto fueron liberados en un intercambio de prisioneros, fue promovido y nombrado comandante del USS “Macedonian”, que habia sido capturado a los britanicos el 25 de octubre.
El “Frolic” demasiado dañado, se hundio en noviembre de 1813, el “Wasp” al servicio de la marina Real como “Loup Cervier”, posteriormente renombrado HMS “Peacock” en 1814, desaparecio frente a las costas de Virginia ese mismo año, supuestamente naufrago.
 
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