El Belgrano nunca tuvo escoltas. Nunca tuvo una misión, nunca debió haber estado ahí. Nunca debió ser dejado ahí nunca se debió dejar ir al submarino . Todo un horrible y deplorable acontecer.
Si hubiera habido escoltas si hubieran tenido adecuada capacidad ASM si si si si . Nunca se vio escoltas abandonado al escoltado….. y si y si y si. Pero reitero lo que ya puse toda una operación absurda con un final absolutamente predecible, esperable, esperado?
No lo hicieron. De hecho no sabían ni dónde estaban los náufragos.
Dos escoltas ?
Imposible . De haber tenido una flota , de haber tenido buques de verdad estado operacional real. Hoy habría un espacio vedado para pescar.
No es un error . Fue de mínima negligencia pura y dura. Siendo muy generosos. Pero muy generosos.
Saludos!
Lo único que voy a decir sobre el tema, que por un lado los destructores luego del torpedamiento abandonaron a su suerte al CRUBE, por otro lado luego participaron del rescate de numerosos naufragos.
Pero se pueden ver numerosas fotos de buques ingleses casi amadrinandose a otros buques bombardeados e incendiandose. Los ingleses no abandonaban al buque bombardeado, se acercaban a tratar de ayudar a la tripulación.
Buenas noches, estimados foristas. Estuve ausente unos días, y veo que la charla se “picó” respecto de todas las circunstancias que envuelven el hundimiento del ARA General Belgrano. Voy a explicar lo que yo sé sobre ciertos aspectos del tema:
1) Creo que casi todos coincidimos que en realidad la guerra no debió haberse llevado a cabo. Esto no debería haber ocurrido nunca en un sentido amplio, y no debería haber pasado en 1982 en un sentido más estricto. De haber sido necesaria una guerra, el mejor momento podría haber sido alrededor de 1986, cuando Argentina alcanzó la cúspide de su poderío naval y aeronaval: el sistema de armas Super Etendard-Exocet habría estado plenamente operativo desde el portaaviones, y tendríamos un arsenal de 14 aviones y 28 misiles AM.39 a disposición, junto con varios destructores MEKO 360H2 y alguna fragata MEKO 140A16 ya en servicio, y hasta probablemente con el problema del sistema de puntería de los torpedos de nuestros submarinos Tipo 209 ya resuelto. En ese tiempo, tal vez el Ejército y la Fuerza Aérea también ya hubiesen arreglado o fijado procedimientos standard para algunas de las falencias que se revelaron, como el entrenamiento en combate nocturno el primero, y el adiestramiento para ataque naval con bombas que no atravesaran los buques sin explotar por parte de la segunda. Por el otro lado, la Royal Navy hubiera estado gravemente disminuida, pues debo recordar a los foristas que la guerra abortó los planes de reducción presupuestaria de esta arma, que incluían la venta y/o el desguace de los portaaviones y de varios destructores y fragatas.
2) La guerra fue indirectamente iniciada por la Royal Navy, que provocó el incidente en las Georgias, justamente creando un efecto dominó que probara la necesidad de una flota numerosa, y abortara los recortes presupuestarios ya mencionados. Esto, al clásico estilo anglo/estadounidense: incitando la acción del enemigo, para luego quedar como la potencia agredida. Para quienes quieran leer más sobre esto, les sugiero el artículo El Conflicto del Atlántico Sur: la Hipótesis de una Guerra Fabricada, escrito por el analista estratégico Dr. Mariano César Bartolomé en el Boletín del Centro Naval Nº 786 (Abril/Junio 1997). Si el artículo no llegara a estar en internet, yo tengo el archivo en formato .pdf. Me lo piden, y se los enviaré adjunto por e-mail.
3) Aquí no pretendo exculpar a la Armada Argentina de sus errores y falencias, que los tuvo. En mi opinión personal, fue el arma que más impulsó la Operación Rosario -y la que la ejecutó, casi en su totalidad- pero fue a su vez la que contaba con menos medios para hacer frente a la reacción británica. En toda la bibliografía naval argentina que he consultado, encuentro que -ante el hecho consumado de la Operation Corporate- los planificadores navales efectuaban un cuidadoso análisis de cada situación, sopesando los pro y los contra, y calculando meticulosamente las posibles pérdidas vs los posibles daños que cada acción podía inflingir al enemigo.
4) Para enfrentar a la Task Force 317/324 -que sumaba unos 112 buques de superficie (incluyendo 2 portaaviones, 8 destructores, 15 fragatas y 8 buques de desembarco) más 6 submarinos-, nuestra Flota de Mar estaba desesperadamente corta de recursos: sólo 9 buques modernos (el portaaviones, los dos destructores Tipo 42, las tres fragatas A-69, los dos submarinos Tipo 209 y un buque de desembarco) y lo demás rezagos de la 2GM (cuatro destructores "Sumner/Gearing", el crucero "Brooklyn" y dos submarinos "Guppy").
Ante tal desproporción de medios, la Armada hizo lo mejor que pudo: organizó sus seis buques de superficie modernos en dos grupos al noroeste de las Malvinas (los Grupos de Tareas 79.1 y 2) por donde provenía el grueso de la flota británica, y el Grupo 79.3 (el crucero y dos destructores viejos) fue emplazado al sudoeste para vigilar el paso de buques enemigos por el Pasaje de Drake provenientes del Pacífico, lo que era una amenaza secundaria. Según informes de inteligencia de ese momento, una fragata y un buque logístico enemigos se aproximaban al TOAS por esa vía.
Hay que recordar que los cañones del
ARA General Belgrano sí eran temibles, y los destructores
ARA Bouchard y
ARA Piedra Buena tenían misiles MM.38 Exocet para lidiar con buques de superficie más modernos; el punto flojo de todo el grupo eran las defensas antisubmarinas.
5) Todo el 1° de Mayo, la Flota de Mar actuó con la convicción que las unidades de superficie británicas estaban aferradas a un desembarco, lo que les restaba movilidad y las dejaba vulnerables a un ataque. Allí fue cuando los tres grupos navales se acercaron a la ZET, cada uno con su misión:
a) el
ARA Veinticinco de Mayo debía lanzar un ataque aéreo con sus A-4Q Skyhawk, pero tuvo la mala suerte que no hubo viento suficiente para posibilitar que sus casabombarderos despegaran con una carga bélica que hiciera rentable el ataque.
b) las
ARA Drummond,
ARA Guerrico y
ARA Granville tenían asignado un ataque con sus misiles MM.38 para reforzar el planeado ataque de los A-4Q, luego abortados ambos ataques.
c) el grupo del crucero y sus escoltas tenían como misión atacar cualquier blanco de oportunidad que encontraran al sur del archipiélago.
Cuando para media mañana del 2 de Mayo fue evidente que la flota británica no estaba empeñada en ninguna operación anfibia, y que mantenía plena flexibilidad táctica, el Contralmirante Gualter Allara ordenó la retirada de la Flota de Mar a aguas más someras, a la espera de otra oportunidad táctica. De hecho, el
HMS Conqueror torpedeó al viejo crucero cuando éste y sus escoltas se dirigían hacia el continente. La implicancia más grave del hundimiento del
Belgrano fue la comprobación patente de las insuficientes capacidades antisubmarinas de la Armada Argentina.
6) Siempre escucho cuestionamientos a la presunta “huída cobarde” de los destructores que escoltaban al Belgrano, pero esta acción fue simplemente el cumplimiento de un protocolo que ya se había fijado más de un mes atrás, cuando todavía no se habían ejecutado las Operaciones Rosario y Georgias.
Según relata el historiador Juan Bautista Yofre en el Tomo 3 (página 30) de la colección
Malvinas. La Historia Documentada, a las 23.00 hs del 26 de Marzo el comandante del
ARA Hércules -CF Julio César Estévez- recibió la orden de cambiar su destino; ya no iba a las Georgias a apoyar a los chatarreros de Davidoff, sino que debía retornar a Puerto Belgrano y unirse al grupo del portaaviones para luego participar en la Operación Rosario. Sabiendo de la posible presencia de submarinos nucleares británicos en el Atlántico Sur, el Capitán Estévez formuló una pregunta que repitieron todos los otros comandantes de buque de la Flota de Mar:
-Si nos torpedean el buque, ¿paramos a recoger náufragos?
Y la unívoca respuesta del comando naval fue:
-No, porque nos podrían hundir otro barco.
Y esta fue la misma orden que los destructores siguieron el 2 de Mayo tras ser torpedeado el
Belgrano. Recordemos también que aparentemente el
Conqueror lanzó un tercer torpedo que rozó la banda de babor del
Bouchard, causando una vibración generalizada del buque y dos rajaduras menores en el casco, con ingreso de agua marina al destructor. Ambos buques iniciaron una rápida retirada hasta una distancia segura de 20 millas del
Belgrano, y hacia las 19.00 hs -cuando fue evidente que no eran seguidos por el submarino atacante- invirtieron el rumbo y regresaron a la última posición conocida del crucero, iniciando luego la búsqueda de las balsas salvavidas junto con los
ARA Gurruchaga y
ARA Bahía Paraíso.
7) Los buques británicos nunca se sintieron inseguros frente a la posibilidad de ataques navales submarinos o de superficie; nunca consideraron a la Armada Argentina una amenaza. Distinto fue el sentimiento ante los ataques aéreos, una vez que empezaron a sufrir pérdidas por esta causa.