Tal y como se venía anticipando desde Zona Militar, el Oficialismo con casi dos meses de gestión ya definió de manera unilateral la dirección geopolítica que tendrá el Ministerio de Defensa. Uno de los debates centrales, además de las próximas incorporaciones a las Fuerzas Armadas, y los posibles proveedores del Instrumento Militar, trata acerca de las modificaciones normativas y lineamientos a seguir de cara a los próximos 4 años, que abarcan desde el despliegue de las FF.AA., hasta sus entrenamientos y financiación. Va de la mano con toda gestión entrante: establecer la normativa vigente, la reglamentación, y las herramientas que se utilizarán para financiar las futuras incorporaciones.

A más de un lector esta trama ya le resulta muy familiar. Y es que, a pesar de haber atravesado más de una década de promesas y desregularidades por parte de organismos oficiales, siempre se esperan las tomas de decisiones claves que podrían proponer un futuro mejor, a pesar de cargar con un peso -e historial- desmotivacional. Una de las cuestiones centrales es que, si bien se buscará establecer normativa y lineamiento político diferente al de la gestión previa, no significa la eliminación completa cual “borrón y cuenta nueva” de la reglamentación vigente, sino que se establecerá una adaptación al punto de vista del gobierno electo por mayoría, basándose en la óptica que posea sobre el balance de poderes internacional y las concepciones en torno a la Defensa de la Nación.

Algo que resuena últimamente al escuchar “Defensa de la Nación” es la temática que le ha encantado difundir a los medios masivos de comunicación: el involucramiento de las Fuerzas Armadas con las Fuerzas de Seguridad para combatir el Narcotráfico y el Terrorismo. Si bien la discusión del tema se ha generado con el objetivo de generar rating y estadísticas que lo único que provocan es avivar las voces de quienes continúan a día de hoy condenando a las Fuerzas Armadas a una eterna desidia; además no es la información completa de lo que se pretende analizar desde el Ministerio de Defensa. En realidad, se pretende una modificación en el que el decreto reglamentario que actualmente rige en la Ley de Defensa no rompa el espíritu de la misma, que en cierta forma contempla la defensa de la Nación frente a amenazas externas. Sin especificaciones, hablando de amenazas en general a los intereses vitales de la Nación, sus principios y sus libertades; manteniendo la razón de ser de la ley y otorgándole más propósito a las Fuerzas Armadas brindando apoyo a las Fuerzas de Seguridad, pero nunca se especifica la intervención de la fuerza letal de manera directa, tal y como argumentaron los medios masivos. Es importante recordar que los cambios de gestión también implican nuevos posicionamientos en cuanto a la percepción de las amenazas.

Dentro de la misma línea de posibles modificaciones normativas para las Fuerzas Armadas, podemos incluir al Fondo Nacional de la Defensa: establecer finalmente una reglamentación en cuanto a la utilización del mismo. Pese a que la misma fue planteada por los Ministros de Defensa previos (Agustín Rossi y Jorge Taiana), nunca se avanzó con la misma. La actual gestión, planearía limitar la arbitrariedad con la que el Ministro podría contar a la hora de utilizar los fondos que se destinan por ley, a la incorporación de capacidades nuevas para la Fuerza, lo cual estuvo sujeto a muchas críticas por la gestión anterior, donde finalmente utilizaban al FONDEF para tapar baches o para bienes de capital. El objetivo es claro, que la plata que entra se destine a capacidades militares.

Por otro lado, se contempla abordar la cuestión de movilizaciones y reservas de las Fuerzas Armadas, pretendiendo avanzar en una normativa novedosa y actualizada, que contemple experiencias modernas sobre la materia: allí entran los nuevos socios internacionales. Argentina pretende vincularse a Occidente de manera tal que ciertos cambios normativos acompañen al aprendizaje y la adaptación de las Fuerzas Armadas al siglo 21, limitando la carga política e ideológica que aplicó el gobierno anterior -creo que no hace falta resaltar las numerosas ceremonias que contaban con funcionarios públicos que sólo se dedicaban a recitar discursos cargados de política partidaria-. No se eliminaría todo lo preexistente, sino que se trabajará siguiendo los esfuerzos que realizó el personal militar dedicado al planeamiento y a la cuestión de capacidades, vinculados también a proyectos que datan de hace más de 10 o 20 años, hoy en día sin resolver. Los ciclos implican constantes modificaciones de la percepción gubernamental a las amenazas o a los socios internacionales, pero no se negocia dejar de lado las necesidades específicas de las Fuerzas Armadas.

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7 COMENTARIOS

  1. Por lo menos quieren avanzar con fuerzas armadas más reales. La colaboración contra la amenaza narco es insoslayable hoy, sino llegaremos a los extremos de Ecuador y el Salvador que termina a sangre y fuego. Veremos. El movimiento es andando.

  2. No comparto la idea de un gobierno Pseudo liberal (el hecho de ser libertario es una contradicción respecto a las fuerzas armadas y su rol como defensa del estado nacional) de utilizar las FFAA para la seguridad interior, para muerta un boton (México, Colombia, Honduras, entre otros). Los resultados son nefastos. Y desprestigia a las FFAA. En segundo lugar, alinear los intereses nacionales a los de una potencia con vocación imperial no es propicio. Si veo necesario que se mejore las condiciones materiales de ñas FFAA. Y por a estas a disposición de la política partidaria del gobierno de turno siempre fue un error, el gobierno anterior así lo demuestra.

    • Cuidado con lo que llamás “imperial” Alexis, las potencias son imperiales sin importar su procedencia y crean colonias en diferentes partes del mundo con distintos métodos. Actualmente la palabra “imperialismo” es sólo un mote como “Colonialismo” o la ultraconocida “Liberación” que trata de justificar las intervenciones, revoluciones, boicot, y otras maniobras de domino político-económico y militar. Lamentablemente, Alexis, cuando se habla de armamentos se habla de ésto.

  3. La defensa nacional nos compete a todos los Argentinos todos desde su lugar.
    El narcoterrorismo es una amenaza a la nacion.

  4. El cambio de normativa (y todo eso) sería interesante mientras las FFAA tengan con qué cumplir con su objetivo principal que es la defensa.

  5. Todos los planes de reestructuración, normativa y esas cosas que hacen a la organización de las FFAA, se deben fundamentar en capacidades materiales para cumplir con esas normativas y planes. De lo contrario sería dibujar en el aire. El tiempo dirá si este nuevo gobierno mejora las capacidades de nuestras tan vapuleadas FFAA.

  6. Con todo respeto: No soy Miitar, soy civil (me gustan los temas Militares, y cumpli el Serevicio Militar en la Armada Argentina), a mi poco y nada saber,el poder Politico, dentro de todas las atrocidades que a causado a las FFAA, esta la pauperrima desición de sacar dentro de la Organica del Ejercito al Instituto Geografico Militar, sacar dentro de la Organica de la Armada al Servicio de Hidrografia Naval,y a la Fuerza Aerea, sacarle el Servicio Meteorologico Nacional,eso a mi punto de vista es imperdonable,al Int. Geografico Militar le pusieron Inst. Geografico Nacinal, creo que la Armada dentro de todo sigue manejando con Personal Militar el Servicio de Hidrografia Naval (Claro hay que tripular los Faros, las Estaciones de Balizamiento etc. excelente) pero si este Gob. quiere a las FFAA, le deberia devolver a cada Fuerza los Organizmos mencionados “Ut Supra”, saludos. Enrique.

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