Este martes 7 de noviembre las Fuerzas Armadas de la India probaron con éxito su misil balístico de corto alcance (SRBM) ‘Pralay’ frente a la costa de Odisha, al este de su territorio, con el fin de responder a las necesidades de defensa que presenta el país hoy en día.

En la mañana de dicha jornada, y desde la isla Abdul Kalam (frente a la costa de Odisha), el lanzamiento de prueba de este misil balístico, creado por la Organización de Investigación y Desarrollo de Defensa (DRDO), fue monitoreado por una batería de instrumentos que siguieron su trayectoria a lo largo de la costa, comprobando que se cumplan todos los objetivos de la prueba. Así lo informaron funcionarios de la cartera de defensa de la India. 

El ‘Pralay’ es un misil balístico táctico desarrollado por la DRDO, que surge como resultado de una combinación de tecnologías basadas en las del interceptor exoatmosférico Prithvi Defense Vehicle (PDV) del Programa de Defensa misilística de la India y en las del misil táctico Prahaar. Específicamente tiene un alcance corto de entre 350-500 kilómetros y una capacidad de carga útil de 500 a 1.000 kilogramos. En este sentido, es factible de ser comparado con el misil “Dong Feng 12” de China o el ruso “Iskander”, utilizado en la guerra actual con Ucrania. 

Tal y como hemos mencionado, la prueba del misil ‘Pralay’ se lleva a cabo en un marco internacional en el cual India se ve obligada a mejorar y reforzar su defensa y capacidades de disuasión sobre todo en relación a sus países vecinos: China y Pakistán. En este sentido, una fuente oficial india dijo: “El Pralay ha sido desarrollado de tal manera que es capaz de evitar los misiles interceptores, teniendo la capacidad de cambiar su trayectoria después de cubrir cierta distancia en el aire”. Como así también aclaró que su proyección está prevista a lo largo de la Línea de Control Real (LAC) y de la Línea de Control (LoC).

Conflicto trigonal: China – India – Pakistán

Durante los últimos años, la República Popular China ha tomado a India como un obstáculo para su aspiración como potencia asiática dominante del mismo modo que le ha resultado una amenaza para su seguridad nacional. Consecuentemente, Pekín ha estado intentando asentar sus relaciones con Pakistán (enemigo histórico de la India), acrecentando su cooperación y asociación en términos militares y económicos. 

Además, el gigante asiático considera que desde la asunción del Primer Ministro, Narendra Modi, India ha dejado entrever su colaboración con potencias como los Estados Unidos a fin de contrarrestar su proyección y, por ende también, evitar su creciente presencia en la región del Océano Índico. Al respecto, China se ha encargado de incrementar su intervención militar en la Línea de Control Real. Por su parte, el gobierno de la India demuestra su molestia por el apoyo de China a Pakistán y, además, se ve obligada a responder a estas provocaciones militares chinas en la Línea de Control Real (como se conoce a la frontera efectiva de 4.057 kilómetros que comparten ambos Estados).

A este marco internacional se le suma que el 21 de octubre de este año, las Fuerzas Armadas Pakistaníes realizaron una prueba del nuevo misil balístico de capacidad nuclear y alcance medio Ababeel. Y una semana después, por medio de las redes sociales, Pakistán anunció que también se había realizado con éxito la prueba de lanzamiento de otro misil balístico de medio alcance denominado Ghauri-I. Este último, según lo informado por fuentes oficiales pakistaníes, puede transportar hasta una ojiva convencional o nuclear de 700 kilogramos y tiene la misión de probar la preparación técnica y operativa del Mando de las Fuerzas Estratégicas del Ejército (ASFC). 

Siguiendo con esta línea, el Ghauri-I se convierte en una pieza clave formando parte de las fuerzas de misiles estratégicos de Pakistán, reemplazando a otros misiles balísticos de superficie con combustible sólido conocidos como Shaheen y resultando una amenaza en términos de capacidad nuclear para las fuerzas militares indias.

Con lo cual, en resumen, India se encuentra en una ubicación geográfica y estratégica con una importancia internacional indiscutible, rodeada de intrusiones políticas, económicas y militares que hacen a su país, un territorio amenazante tanto para China como para Pakistán y que en última instancia, deja bajo dilema sus capacidades defensivas. 

Ingreso de Estados Unidos al conflicto trigonal

La realidad es que existe una intensificación de rivalidad entre China y Estados Unidos, con lo cual este último país ha estado buscando profundizar su relación económica y de seguridad con India, sobre todo porque lo considera un socio indispensable para su política exterior y estratégica en la región Indo-Pacífica. 

Siguiendo con esta línea y en base a la prueba del nuevo misil balístico Ababeel, que como ya hemos mencionado fue realizado con éxito por las fuerzas armadas pakistaníes, a principios de octubre de este año. Estados Unidos sancionó a tres empresas del régimen chino por ayudar a Pakistán a mejorar este programa de misiles. Esta sanción se debe a que la ayuda china es considerada un accionar que viola su compromiso de “reforzar el régimen global de no proliferación”.

Entonces, en términos generales y dada la asimetría de poder India-China en favor a este último país, como así también teniendo en cuenta lo que representa que su vecino Pakistán haya reforzado sus recursos armamentísticos, es esperable que India estreche sus vínculos militares con Estados Unidos. Este estrechamiento se realizaría en pos de disuadir la agresión de las fuerzas militares chinas. De igual manera que es entendible que las Fuerzas Armadas de la India inviertan más en defensas fronterizas a través de misiles innovadores como es el caso del ‘Pralay’.

*Fotografías empleadas a modo de ilustración.

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