Arabia Saudita mostró interés en unirse al proyecto de cazas de combate de sexta generación impulsado conjuntamente por el Reino Unido, Italia y Japón. Esta solicitud para entrar al denominado como Global Combat Air Program (GCAP, Programa Global de Combate Aéreo) creó tensiones entre los socios en el programa. El interés saudita se habría manifestado en un visita del Secretario de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, a principios de año. No obstante, un posible ingreso de Arabia Saudita podría encontrarse con la oposición de Japón.

Concepto del caza de sexta generación, Tempest.

El GCAP surge de la unión de los programa de caza de sexta generación de Reino Unido e Italia, y el de Japón llamado F-X. Liderado por el Reino Unido, el GCAP busca desarrollar un nuevo sistema aéreo de combate (SAC) que será altamente avanzado y apuntando a su exportación para el año 2035. El programa tiene como objetivo reemplazar a los Eurofighter Typhoon en servicio de la Real Fuerza Aérea (RAF) y la Fuerza Aérea Italiana (Aeronautica Militare), y al Mitsubishi F-2 de la Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón.

El Proyecto GCAP y la reticencia de Japón

El Tempest estará diseñado para ser lo más sigiloso posible, utilizando materiales absorbentes de radar, formas aerodinámicas optimizadas y tecnologías de ocultación de radar activas. También estará equipado con sistemas de inteligencia artificial (IA) que lo ayudarán a tomar decisiones y realizar acciones de forma autónoma, además de y usar tecnología de enjambre para controlar drones.

Si bien el Reino Unido e Italia están abiertos a la idea de la pertenencia saudí, Japón se opone firmemente y ha dejado clara su posición a los otros dos partes. El programa fue un avance significativo para los tres signatarios, pero en especial para Japón, que históricamente había restringido las exportaciones de defensa y nunca había colaborado en un programa de esta escala y complejidad. Japón derrocó su prohibición de décadas de las exportaciones de armas en 2014 y está debatiendo la relajación de las restricciones para permitirle llegar a más mercados extranjeros con GCAP.

Para Arabia Saudita, su interés en GCAP sigue a los retrasos en la obtención de un segundo tramo de aviones Eurofighter Typhoon del Reino Unido. Cabe destacar que el ingreso de Arabia Saudita implicaría una contribución financiera significativa a un proyecto cuyos costos se estiman en decenas de miles de millones de dólares.

Sin embargo, la suma de un cuarto miembro complicaría las negociaciones sobre un proyecto que ya se enfrenta a un plazo ajustado. Incluso, Italia y el Reino Unido dudan sobre si el nuevo socio tendría algo importante que ofrecer en el aspecto tecnológico. Por otro lado, habría mayores preocupaciones sobre la seguridad, que ya es una fuente de fricción dentro de la alianza debido a la dependencia de compartir tecnología e información sensibles. 

*Fotografías empleadas a modo de ilustración.

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