En Córdoba, realizando ejercicio de aerocooperación con los paracaidistas de la IV Brigada Aerotransportada. En Jujuy y Catamarca, trasladando brigadistas para combatir los incendios en la Patagonia. En Chubut, transportando medicamentos, pastillas potabilizadoras, barbijos, guantes y equipos de protección personal destinado a la población de la comarca andina afectada por los incendios. En la Antártida, brindando apoyo a la Campaña Antártica de Verano 2020/2021.

Algún simple observador podría afirmar que fue una semana ajetreada, sin embargo para aquellos que siguen de cerca la actividad de la Fuerza Aérea Argentina, no resulta llamativo semejante despliegue y presencia de los Hércules de la I Brigada Aérea a lo largo y ancho de la geografía nacional. Es en este contexto en el cual no podemos pasar por alto algunos puntos que ganan relevancia en la realidad en la cual deben operar las Fuerzas Armadas Argentinas. Y los Hércules de la FAA no son la excepción.

Es bien sabido que la flota de C/KC-130 Hércules es un recurso muy preciado pero a la vez limitado, no solo por la cantidad de aeronaves a disposición sino porque la misma realidad presupuestaria es la encargada de establecer restricciones para operación, disponibilidad y adquisición de nuevas aeronaves. Así quedó demostrado durante los primeros meses de la emergencia sanitaria declarada el año pasado, cuando por momentos la FAA podía disponer de solo dos Hércules de una flota de seis aeronaves. Fueron los KC-130H TC-69 “Puerto Argentino” y TC-70 “BAM Malvinas” los encargados de hacer frente a esta primera instancia, tiempo durante el cual sufrieron un notable desgaste a lo largo del sinnúmero de horas acumuladas en vuelos de repatriación, transporte de personal y de carga. Según declaraciones del Ministro Rossi en mayo del 2020, fuel el mismo JEMGFAA el que le manifestó que “… los Hércules ya habían superado las horas planificadas para este año…”.

Con el paso de los meses, la I Brigada Aérea reincorporaría al servicio a los TC-66 “Polo Sur” y TC-61 “BAM Cóndor”, aeronaves que habían salido de su proceso de recorrida y modernización en la Fábrica Argentina de Aviones “Brigadier San Martín” y de una inspección isocrónica, respectivamente. Como hace mucho tiempo que no se veía, la plataforma de la I Brigada Aérea lograba alinear 4 C/KC-130. Con la flota parcialmente reconstituida, la FAA lograría concretar entre el período 20 de marzo/15 de julio 2020 un total de 43 salidas durante las cuales se transportaron 2259 pasajeros y más de 205000 kilogramos de carga. A lo mencionado, se le debería sumar en los siguientes meses el acumulado de horas y carga durante apoyo a despliegues operacionales, ejercicios de aerocooperación y apoyo a la CAV 2020/2021, todo ello con la lógica acumulación de desgaste y aparición de novedades en las aeronaves, lo que irremediablemente termina impactando en su disponibilidad.

En paralelo, también avanza lentamente la modernización del TC-64, Hércules que se encuentra en FAdeA desde hace un buen tiempo y para el cual se tiene previsto que su entrega se concrete durante el segundo semestre del año en curso. En cuanto al futuro del L-100 TC-100, la presidente de FAdeA expresó a Zona Militar en diciembre 2020 que “…ya se ha decidido que el mismo recibirá la PDM e inspección isocrónica, debiendo aún la FAA realizar las definiciones técnicas en cuanto al kit de modernización que se le aplicará. Siempre dentro de un contexto incierto, la proyección para el TC-100 es que se pueda entregar en el 2023...”

Pese a la evolución que se pudo apreciar en el último año (principalmente por la modernización) y a lo que pueda concretarse en el mediano plazo, queda en evidencia algo bien conocido e insoslayable: la cantidad de aeronaves sigue siendo insuficiente para un país con las obligaciones y extensión como tiene la Argentina. Más aún si tenemos en cuenta que desde el pase a retiro de los Fokker F-27 y F-28 (actualmente una unidad en servicio), los Hércules han tenido que tomar la posta en las tareas de transporte mediano, con el irremediable desgaste adicional que esto implica.

Con un presupuesto cada vez más limitado, las posibilidades de incorporar unidades adicionales se reducen al mínimo: no solo si pensamos en su adquisición sino que también para su operación y mantenimiento, tal como mencionamos oportunamente. Ante la falta de decisión política y recursos, durante los últimos años se han dejado pasar posibilidades de re-equipamiento (algunas mejores que otras) a la vez que las misiones se han mantenido e incrementado debido a la baja de medios y por situaciones excepcionales, como fue la emergencia sanitaria del 2020.

Con la opinión publica reclamando soluciones palpables a corto plazo respecto a los incendios que arrasaron diversos puntos del país en los últimos meses, y semanas se podría abrir una mínima posibilidad para incrementar la cantidad de Hércules, pensando en una nueva misión, tema que trataremos en otro artículo.

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7 COMENTARIOS

  1. Los Hércules son aparatos casi irremplazables, pero necesitamos de otras aeronaves que completen el segmento para no dejarle todo el trabajo a estas nobles máquinas, por ejemplo el C 295 (España) que hubo cierta intención de compra y el KC 390 (Brasil) con el cual colaboramos en la fabricación de piezas.

  2. Incluyendo la inclusión del T 100 operativo a futuro, creo que contar seis Hércules es un numero razonable para atender las necesidades que se justifiquen para una utilización sensata de los mismos. Lo que resulta nada razonable es no disponer de aviones transporte de de porte medio que sostengan operaciones acorde con sus prestaciones evitando el uso de C 130 para ese tipo de operaciones que anteriormente eran realizadas por material FK 27 y FK 28 (ambos con capacidad de transporte de carga y/o pasajeros – piso reforzado y puerta de carga).

  3. Argentina nunca tendrá problemas con el Hércules, 6 es un buen número y en el futuro se pueden ir sustituyendo por el C130J Super Hércules con turbo hélices de seis palas y avionica de última tecnologia, el problema es el transporte medio, hasta 10 toneladas o 70 pasajeros del que se podria encargar efectivamente el C295 del que también hay una versión naval de la que Chile tiene 3 unidades, también Colombia, Ecuador y Mexico utilizan el C295.

    • Con el uso continuo el desasgaste de las máquinas es inevitable y el número de 6 seguramente va a ir bajando (máxime si hay que esperar hasta el 2023 la devolución de un aparato que hace ya años que está en FAdEA esperando)

  4. 6 aparatos para un país de la extensión y mar territorial de Argentina es totalmente insuficiente (teniendo en cuenta que 2/3 aparatos van a estar continuamente en mantenimiento,con solo 3 operativos para cubrir 2,7 millones km2 y 5.000 km de costa) el KC390 es un avión de grandes prestaciones con 27 Tm de carga pero necesita 1300 m de pista de despegue, el Hercules transporta 20 Tm y necesita 1.000 m de pista, el C295 transporta hasta 10 Tm y puede despegar desde pistas de 670 m (Argentina con cientos de pistas y aeródromos cortos y sin asfaltar necesita aviones turbohélices duros aunque el KC390 está preparado para operar en pistas, sus motores jet difícilmente soportarán pistas no preparadas con barro, polvo y piedras)

  5. Por el KC 390 puede haber dudas,pero…no habían confirmado la compra por 4 bimotores C295, o como de costumbre éso también fracasó? La evaluación se hizo compitiendo con el Spartan y fué seleccionado el CASA, eso era seguro.

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