Las Fuerzas Armadas de Autodefensa de Japón deberán enfrentar una gran cantidad de desafíos en el caso de apoyar a sus equivalentes norteamericanas, en el caso de estallar un conflicto en el Mar Oriental de China, de acuerdo a un estudio publicado por el centro de Estudios Estratégicos Rand.

El estudio explora el espectro completo de las capacidades militares japonesas en el caso de ocurrir un conflicto entre China y Estados Unidos. Resalta ciertas fortalezas, pero también algunas fallas en la planificación nipona.

Escrito por el analista Jeffrey Hornung, el trabajo resalta que si bien Tokyo opera una flota de cazas avanzada y capaz, que comprende Boeing F-15, Lockheed Martin F-35 y Mitsubishis F-2, existen algunas preguntas importantes para hacerse con respecto a cada una de esas plataformas.

Primero, la modernización de la importante flota de F-15 (201 ejemplares) falló en mantener el ritmo impuesto por el programa chino de modernización de sus aparatos. Mientras 100 aviones fueron mejorados con el radar Raytheon AN/APG-63, la otra mitad de la flota fue dejada con sus equipos originales al optar los líderes de las JASDF por incorporar un mayor número de F-35 al servicio.

Empero, el principal problema radica en que se necesitarán cerca de 10 años para que la flota de 105 F-35ª y 42 F-35B alcancen un estatus pleno operativo.

“Dados los problemas continuos con el F-35, tales como los cambios repentinos de presión en las cabinas, la pérdida de control en ciertas maniobras y problemas con el sistema logístico de la aeronave se plantean dudas sobre cual será su situación operativa de aquí a 10 años” dicen en Rand.

Y con respecto al programa de Mitsubishi F-X para reemplazar a los F-2 hacia 2030, también advierten que los plazos de desarrollo están muy lejos aún para obtener una fecha cierta de reemplazo.

Pero también este grupo de pensamiento cuestiona la capacidad de los pilotos de la JASDF de operar en un ambiente hostil caracterizado por fuertes interferencias electrónicas al carecer de un sistema de comunicaciones seguras. Si bien el ministerio de Defensa japonés reconoce y estudia estas fallas, las capacidades cada vez mejores de China en la Guerra Electrónica crean serios desafíos a superar.

La JASD cuenta con un impresionante flota de alerta temprana y control basadas en los Boeing E-767 y Northrop Grumman E-2 Hawkeyes, pero está corta de aparatos en funciones de inteligencia, reconocimiento y vigilancia aérea. Y a pesar que los 4 NAMC YS-11EB que posee la JASFD son útiles para recoger inteligencia electrónica, ya tienen sus años de servicio y sufren problemas de mantenimiento.

Otra debilidad identificada por Rand es la falta de reabastecedores, agravada por la inexistencia de pistas adecuadas al oeste de la base de Naha, en la isla de Okinawa. Japón opera un grupo de 4 KC-767 y ha ordenado 6 KC-46A, pero las distancias en este teatro de operaciones hacen que esos números sean insuficientes, particularmente si además deben apoyar aeronaves norteamericanas.

Y en cuestiones de transporte táctico, el Kawasaki C-2 requiere largas pistas y no puede llevar cargas pesadas tales como tanques o vehículos grandes, algo que se convierte en un desafío cuando se opera en aeródromos con pistas cortas.

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2 COMENTARIOS

  1. Y que país puede seguir el ritmo chino?!? Ninguno…
    Personalmente, el C-2 me parece un diseño muy interesante, un buen equilibrio entre transporte táctico y estratégico.

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