F-35

La Fuerza Aérea de los Estados Unidos acaba de concluir una prueba única destinada a perfeccionar el accionar de los aviones sigilosos para que puedan trabajar en conjunto en un espacio aéreo disputado. La prueba con el F-35 demuestra que este puede proporcionar una cobertura de defensa antiaérea crítica para otros aviones, incluido el B-2 y el dron de vigilancia altamente clasificado, el RQ-170.

Las pruebas se realizaron en la Base Aérea de Nellis en Nevada, donde también se incluyó a los aviones de combate F-22, F-15E de la USAF y el avión de guerra electrónica E / A-18G Growler de la Marina, con el objetivo de emparejar aviones de cuarta y quinta generación en la conducción electrónica de ataques.

“La mayoría de las personas no piensan en los F-35 como aviones de guerra electrónica, pero lo son, y son increíblemente capaces”, dijo Mark Gunzinger, director del Instituto Mitchell para Estudios Aeroespaciales al medio Breaking Defense.

Los F-35 poseen “suites” de electronic warfare (guerra electrónica) que tienen la capacidad de detectar emisiones de radares entre otras amenazas, y clasificarlas y geolocalizarlas, para luego distribuir los datos de amenazas a otras aeronaves. También pueden realizar tareas activas de guerra electrónica como el bloqueo de amenazas aéreas y de superficie. También sus radares Active Electronically Scanned Array (AESA) pueden realizar ataques electrónicos.

La prueba de Large Force Test Event (LFTE) costó 1.4 millones de dólares y se pensó para ofrecer a la USAF “un diseño que encuentre soluciones a las propuestas de mejora de tácticas prioritarias de la Fuerza Aérea para la represión de la defensa aérea enemiga, el ingreso poco observable (low-observable ingress) y la interoperabilidad de ataque electrónico de cuarta a quinta generación”, dijo el 53° Grupo de Prueba y Evaluación (53° Test and Evaluation Group) en un comunicado de prensa. El resultado es que la Fuerza Aérea puede explorar la integración única de tácticas, técnicas y procedimientos que nunca se han probado juntos, afirma el comunicado.

El ejercicio se centró en demostrar principalmente la efectividad de la plataforma en lo que se conoce como low-observable ingress contra amenazas avanzadas. La fuerza Aérea afirma que el LFTE “es muy importante porque no está enfocado de manera singular en una plataforma, sino más bien en la colaboración y la interconectividad”, es decir, “no está enfocado en las capacidades de guerra electrónica del F-35 contra un enemigo, sino más bien en cómo las plataformas pueden sinergizar en un esfuerzo singular”.

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