Efectivos del Ejército Argentino realizaron tareas de mantenimiento, asimismo exploraron las vías de acceso al refugio argentino Roque Cisterna, el más austral que posee la argentina en la Antártida.
En el año 1976 se desplazaron a ese refugio, la Base Antártica Belgrano II, allí mismo, realizaron las tareas pertinentes de mantenimiento. Dos patrullas argentinas partieron hacia allí para desarrollar la misión. La misión inició con temperaturas -15° C y una sensación térmica de -25° C.
Cinco hombres marcharon por Bahía Vahsel, que se encuentra totalmente congelada, para reconocer y jalonar el camino de marcha, localizar y marcar grietas, llevar un registro de las condiciones meteorológicas, comprobaron equipos de comunicaciones y realizaron las tareas de mantenimiento necesarias para poder pasar la noche.
Asimismo, una patrulla motorizada, compuesta por seis hombres y tres motos de nieve partieron con destino al refugio para realizar las tareas que costó de una reparación interna general, tensado de riendas y recambio de víveres.
