Dentro de los ajustados procesos de modernización y de actualización que realizan el conjunto de las Fuerzas Armadas Colombianas, cabe destacar lo que en años recientes ha sucedido en el arma de artillería del Ejército de esta nación, que ha reforzado las capacidades (limitadas) ya existentes incrementando además el valor estratégico de esta arma en particular, adquiriendo diversos sistemas entre ellos los obuses 155/52 mm APU-SBT de fabricación española, obuses LG-1 MK-III de 105 mm franceses y morteros HY-12 de 120 mm turcos, los cuales fueron desplegados principalmente en unidades ubicadas en zonas fronterizas.

Sin embargo y a pesar de pasados proyectos no finiquitados, no por ello se ha dejado de diseñar y desarrollar nuevos prototipos que buscan crear soluciones que complementen las capacidades operativas de esta fuerza.

Una muestra de esto es el reciente diseño de un prototipo que ya ha superado su etapa de pruebas y que busca convertirse en una alternativa para dotar a la artillería colombiana de sus primeras unidades de artillería autopropulsada, a partir de un proyecto que ha llamado incluso la atención de fabricantes europeos.

El mismo se ha denominado Esart (por Escuela de Artillería) JOYA SAA-1, en cuyas recientes pruebas y demostración estuvo presente Zona Militar.

Desarrollo:

El proyecto JOYA SAA-1 consiste en el diseño y fabricación de obús autopropulsado utilizando para ello un obúsNexter LG-1 MK-III de 105×30 milímetros, sobre un camión del tipo BMY M923-A2 6×6, para lo cual se llevo a cabo un proceso de selección abreviada de menor cuantía, escogiéndose a la Unión Temporal Proyecto Joya, compuesta por las empresas Multiservicios Mecanic Center SAS y Farmaq SAS.

Las cifras destinadas para el desarrollo del prototipo fueron de $106 millones de pesos (aproximadamente 30 mil euros) y el objeto del proyecto es poder dotar al Ejército de un sistema de artillería autopropulsada de fuego indirecto, de desarrollo local.

El Joya esta entonces integrado por dos subsistemas, es decir por un lado el sistema de tiro, que viene con el obús LG-1 y por otro el sistema hidráulico que debe entrar a garantizar que los cilindros de estabilización puedan soportar cada uno 15.000 Kgf, cifra producto de la suma de la masa del camión (9.000 Kgf), municiones almacenadas (1.000 Kgf), peso del obús (1.000 Kgf), masa de la armadura, armamento de apoyo, sistemas de comunicaciones, sirvientes del sistema (1.000 Kgf), y el esfuerzo del disparo (retroceso calculado en 2.000 Kfg), para un total de 14.000 Kgf, distribuidos en los dos actuadores de 15.000 Kgf obteniendo (según el Ejército) un factor de seguridad en diseño de 2.1.

El proceso de ingeniería se realizo llevando a cabo la adaptación mecánica al vehículo M923-A2, para disparar desde su bastidor el obús de 105 milímetros. El desarrollo implico el refuerzo del chasis, la instalación de un sistema hidráulico, la construcción de una base para el obús y una cubierta con contenedores en la carrocería del vehículo.

En relación a la plataforma el motor de este vehículo cuenta con la capacidad para transportar una carga de hasta 5 toneladas, mas el propio peso del camión (9 toneladas), cubriendo con ellos los requerimientos para el traslado efectivo del obús, además de y gracias a su tracción 6×6 tener una tracción y torque adecuados para el tipo de maniobras que se necesitarían para desplazarse por cierto tipo de terrenos y tal como se pudo apreciar en la demostración realizada.

El Ejército Colombiano por medio de su Dirección de Artillería le apostó a este desarrollo tecnológico justificándolo en la actual transformación de esa fuerza, según la cual se evoluciona al concepto operacional de ejército multimisión, potencializando el empleo conjunto de armas combinadas, dotadas de alta movilidad, con tecnologías modernas y sostenibles. Los recursos asignados a este programa se materializaron en el desarrollo industrial del primer prototipo, presupuesto que se ejecutó por medio de un contrato de adquisición de materiales.

La construcción se baso en un trabajo de diseño de ingeniería que incluyó cálculos de esfuerzos, diseño mecánico de cada uno de los componentes y validación de funcionamiento con herramientas de diseño asistido por computador (Cad).

La construcción del prototipo –basado en el diseño detallado-, estuvo a cargo por completo de un grupo de oficiales y suboficiales del Batallón de Mantenimiento No1 “José María Rosillo”, aprovechando la infraestructura industrial instalada allí y la preparación profesional de los integrantes de esa institución, liderados en su momento por el entonces director del proyecto, coronel Norberto Salgado, el ingeniero de diseño y construcción (en mecatrónica), sargento viceprimero Jhon Castillo y por el sargento segundo Jorge Rodríguez y el cabo tercero Cristian García, estos dos últimos encargados del armado físico como tal del sistema.

Parte del desarrollo tecnológico del proyecto consistía en la ejecución de pruebas de campo del sistema. Las dos primeras se realizaron en el fuerte militar de Tolemaida una en el año 2016 y la segunda reciente en el 2017 y base en donde se mantiene el Joya. Durante las mismas se dispararon 40 proyectiles ha distancias escalonadas de 2, 7,12 y 16 kilómetros, acertando en su totalidad los blancos y despejando cualquier duda sobre sus estabilidad haciendo uso del sistema hidráulico.

Cabe señalar aquí que el representante de la casa fabricante del obús, es decir Nexter, asistió e hizo el acompañamiento durante las mismas, registrando los resultados de lo realizado.

El objetivo del proyecto es entonces contar con un sistemas versátil y efectivo, ahorrando con él tiempos de entrega y salida de la posición de tiro, optimizando el personal y los recursos logísticos. El obús Nexter Lg1 MK-III tiene dispuesto su navegador inercial, dos contenedores para municiones, una ametralladora Browning M-2HQC QCB de 12.7×99 milímetros para la seguridad inmediata (ubicada sobre la cabina), un software de cálculo de datos de tiro, un software de comando y control y un sistema de comunicaciones encriptado.

Según el Ejército, los altos costos de sistemas similares no solo dificultan su adquisición, sino además su mantenimiento y generan dependencia tecnológica y de repuestos.

Uno de las desventajas tácticas del sistema –reconocida por el Ejército- es la pérdida de movilidad aerotransportada, por cuenta del aumento del peso del vehículo, justificando el diseño entonces en el hecho de que el mismo puede ser desplegado en terrenos en donde el empleo de tractados o remolque no es el más óptimo para el traslado de estas piezas.

Adicionalmente consideran que este tipo de sistemas tiene unas mayores probabilidades de supervivencia debido a su gran movilidad y rápido tiempo de respuesta a los requerimientos del campo de combate.

Basado en los anterior el Ejército Colombiano buscará implementar una batería con 6 sistemas JOYA SAA-1, optimizando los recursos existentes y evitando con ello la compra de sistemas similares, logrando además un aumento de las capacidades estratégicas de defensa y alineándolo con la visión de contar con un Ejército multimisión y contando con el respaldo del fabricante, muy interesado en el desarrollo del proyecto, patentado por el Ejército.

Artículo publicado en la 11era edición de la Revista Zona Militar.

Por Erich Saumeth.

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