Juntaron basura, revisarán a los presos y levantarán escuelas.
Es lugar común escuchar la protesta de mucha gente que no entiende para qué sirven los soldados en un país con escasísimas o nulas posibilidades de entrar en una guerra con nadie. “Si se pasan tomando mate en los cuarteles, ¿por qué no los usan para otras cosas?”, es la frase que más o menos resume ese descontento popular.
Pues bien, no se puede negar que la izquierda ha echado mano a los militares en varias situaciones de crisis que amenazaron al gobierno del Frente Amplio: allí estuvieron los soldados para juntar la basura cuando los trabajadores municipales se negaban a hacerlo y para sacar gente y cosas del agua durante las inundaciones. Y allí estarán para levantar viviendas para los pobres y escuelas para los chiquilines.
Además, en las últimas horas, el presidente José Mujica resolvió poner en práctica la ley aprobada hace casi dos años que le otorga a los militares la responsabilidad de revisar a los reclusos y a los policías de las cárceles más importantes del país.
Esa institución que durante años representó una amenaza para todo lo que tuviera un aire izquierdista, ahora es una aliada que, a veces a regañadientes, está dispuesta a dar una mano en áreas tan sensibles como la seguridad, la educación y la sanidad.
Incluso el ex presidente Tabaré Vázquez rodeó a la papelera Botnia con una discreta guardia militar en el momento de mayor tensión del conflicto con el gobierno argentino.
Basura y escuelas
La intendenta comunista de Montevideo, Ana Olivera, se hartó cuando corrían los primeros días de diciembre de 2010 y los sindicalistas de Adeom, una vez más, decidieron hacer paros que impactaron directamente sobre la ya escasa limpieza de la capital.
Entonces, fundamentando que estaba en peligro la salubridad de la ciudad, pidió al Ministerio de Defensa que la proveyera de personal para limpiar la basura que había quedado amontonada en varias zonas de la ciudad. Hacia allá marcharon grupos de militares a los que se los vio metiendo pala entre las bolsas de residuos.
La convocatoria provocó ciertos descontento entre el generalato que, en una reunión con el entonces jefe del Ejército, Jorge Rosales, recordó que en la década de 1960 los militares realizaron una tarea similar en el Cerro y fueron agredidos con piedras.
Pero esta vez fue diferente. Los vecinos aplaudieron a los funcionarios del Ejército y de la Armada y los soldados declararon estar contentos de prestar ayuda.
“Es una buena oportunidad para que las Fuerzas Armadas mejoren su imagen ante la población”, dijo entonces el director de Opinión Pública de la empresa Equipos, Ignacio Zuasnábar.
Además, el presidente José Mujica ya anunció que utilizará militares para darle un empujón a su postergado Plan Juntos a través del cual tiene previsto levantar viviendas para los uruguayos más necesitados. En tanto, varias escuelas esperan ser reparadas o construidas por manos de soldados ya que, según dicen desde el oficialismo, las empresas constructoras privadas no dan abasto para cumplir con los tiempos que requiere esa tarea. Durante 2010 y 2011 El Ejército ya había colaborado reparando baños y cortando el pasto en algunos centros educativos.
El gobierno también acudió indirectamente a las Fuerzas Armadas para intentar apuntalar las políticas de seguridad pública. Es así que se fueron generadas unas 600 vacantes en la Policía para que sean ocupadas por militares, previo entrenamiento.
Los “verdes” también se han venido ocupando de la custodia perimetral de las cárceles, pero a partir del reciente motín en el Comcar serán preparados para que revisen a presos y POLICIAS con el fin de evitar que ingresen armas y drogas.
La tarea no será sencilla y los mandos militares ya advirtieron que temen por la seguridad de sus subordinados debido a que muchos de ellos viven en los mismos barrios que los delincuentes y sus familias. Mujica ya adelantó que los efectivos tendrán la cara tapada con un pasamontañas para no ser reconocidos.
Cuando la ley que habilita este cambio fue votada en el Parlamento, varios legisladores de la oposición y del gobierno advirtieron que puede haber más de un roce entre los “verdes” y los “azules”.
“El soldado está formado para la guerra y el policía está formado para cosas distintas”, dijo entonces el senador frenteamplista Rafael Michelini.
Como sea, una vez más, los militares deberán hacerse cargo de tareas que, seguramente, ni se les pasaban por la cabeza en esas tardes que tomaban mate en los cuarteles.
EL OBSERVADOR
Es lugar común escuchar la protesta de mucha gente que no entiende para qué sirven los soldados en un país con escasísimas o nulas posibilidades de entrar en una guerra con nadie. “Si se pasan tomando mate en los cuarteles, ¿por qué no los usan para otras cosas?”, es la frase que más o menos resume ese descontento popular.
Pues bien, no se puede negar que la izquierda ha echado mano a los militares en varias situaciones de crisis que amenazaron al gobierno del Frente Amplio: allí estuvieron los soldados para juntar la basura cuando los trabajadores municipales se negaban a hacerlo y para sacar gente y cosas del agua durante las inundaciones. Y allí estarán para levantar viviendas para los pobres y escuelas para los chiquilines.
Además, en las últimas horas, el presidente José Mujica resolvió poner en práctica la ley aprobada hace casi dos años que le otorga a los militares la responsabilidad de revisar a los reclusos y a los policías de las cárceles más importantes del país.
Esa institución que durante años representó una amenaza para todo lo que tuviera un aire izquierdista, ahora es una aliada que, a veces a regañadientes, está dispuesta a dar una mano en áreas tan sensibles como la seguridad, la educación y la sanidad.
Incluso el ex presidente Tabaré Vázquez rodeó a la papelera Botnia con una discreta guardia militar en el momento de mayor tensión del conflicto con el gobierno argentino.
Basura y escuelas
La intendenta comunista de Montevideo, Ana Olivera, se hartó cuando corrían los primeros días de diciembre de 2010 y los sindicalistas de Adeom, una vez más, decidieron hacer paros que impactaron directamente sobre la ya escasa limpieza de la capital.
Entonces, fundamentando que estaba en peligro la salubridad de la ciudad, pidió al Ministerio de Defensa que la proveyera de personal para limpiar la basura que había quedado amontonada en varias zonas de la ciudad. Hacia allá marcharon grupos de militares a los que se los vio metiendo pala entre las bolsas de residuos.
La convocatoria provocó ciertos descontento entre el generalato que, en una reunión con el entonces jefe del Ejército, Jorge Rosales, recordó que en la década de 1960 los militares realizaron una tarea similar en el Cerro y fueron agredidos con piedras.
Pero esta vez fue diferente. Los vecinos aplaudieron a los funcionarios del Ejército y de la Armada y los soldados declararon estar contentos de prestar ayuda.
“Es una buena oportunidad para que las Fuerzas Armadas mejoren su imagen ante la población”, dijo entonces el director de Opinión Pública de la empresa Equipos, Ignacio Zuasnábar.
Además, el presidente José Mujica ya anunció que utilizará militares para darle un empujón a su postergado Plan Juntos a través del cual tiene previsto levantar viviendas para los uruguayos más necesitados. En tanto, varias escuelas esperan ser reparadas o construidas por manos de soldados ya que, según dicen desde el oficialismo, las empresas constructoras privadas no dan abasto para cumplir con los tiempos que requiere esa tarea. Durante 2010 y 2011 El Ejército ya había colaborado reparando baños y cortando el pasto en algunos centros educativos.
El gobierno también acudió indirectamente a las Fuerzas Armadas para intentar apuntalar las políticas de seguridad pública. Es así que se fueron generadas unas 600 vacantes en la Policía para que sean ocupadas por militares, previo entrenamiento.
Los “verdes” también se han venido ocupando de la custodia perimetral de las cárceles, pero a partir del reciente motín en el Comcar serán preparados para que revisen a presos y POLICIAS con el fin de evitar que ingresen armas y drogas.
La tarea no será sencilla y los mandos militares ya advirtieron que temen por la seguridad de sus subordinados debido a que muchos de ellos viven en los mismos barrios que los delincuentes y sus familias. Mujica ya adelantó que los efectivos tendrán la cara tapada con un pasamontañas para no ser reconocidos.
Cuando la ley que habilita este cambio fue votada en el Parlamento, varios legisladores de la oposición y del gobierno advirtieron que puede haber más de un roce entre los “verdes” y los “azules”.
“El soldado está formado para la guerra y el policía está formado para cosas distintas”, dijo entonces el senador frenteamplista Rafael Michelini.
Como sea, una vez más, los militares deberán hacerse cargo de tareas que, seguramente, ni se les pasaban por la cabeza en esas tardes que tomaban mate en los cuarteles.
EL OBSERVADOR