Sucedió en Kerbala, la ciudad santa shiíta, situada a 110 km de Bagdad. Las autoridades locales iraquíes estaban reunidas con los jefes militares estadounidenses de la región cuando de repente irrumpieron en el recinto una docena de hom bres que habían logrado transgredir todo los controles de seguridad. Lucían uniformes militares similares a los de las fuerzas norteamericanas y sus armas eran "Made en USA". Antes de que los efectivos de EE.UU. tuvieran tiempo de reaccionar, los hombres se pusieron a disparar contra ellos lanzando al mismo tiempo un par de granadas. Un soldado estadounidense murió en el acto, otros cuatro fueron secuestrados y ejecutados en las afueras de la ciudad.
Este ataque demuestra que las milicias iraquíes están cada vez mejor organizadas y equipadas. Es una prueba mas de cómo Washington está perdiendo la guerra y de por qué hay cada vez más estadounidenses que, como los que participaron en la multitudinaria marcha ayer en Washington, se oponen a la guerra en el Golfo.
Mientras aproximadamente 100.000 manifestantes desfilaban frente al Capitolio, el Pentágono tuvo que reconocer ayer que "la precisión del ataque, el equipamiento utilizado sugiere que el golpe comando fue preparado con mucha minuciosidad". Los asaltantes a bordo de un vehículo Humvee como los que utilizan los militares norteamericanos lograron atravesar todos los controles de seguridad en el camino hacia Kerbala. Pero no sólo eso, una vez que llegaron a la sede del gobierno local, no tuvieron ningún problema en ingresar al edificio.
¿Cómo pudo fallar tanto la seguridad? ¿Tenían cómplices los atacantes en las fuerzas armadas iraquíes? ¿O eran agentes iraníes como especulaban ayer algunos? El Pentágono está investigando. Pero la paciencia en el seno de la sociedad norteamericana se ha terminado.
Tras el rotundo triunfo de los demócratas en noviembre, la marcha de ayer es una nueva demostración de que el síndrome generado por los atentados del 11 de setiembre se ha terminado y que el presidente George Bush ya no puede explotar mas el "miedo" de los estadounidenses.
En efecto, ya nadie tiene miedo a ser acusado de traidor ni a que se produzca un nuevo atentado porque lo que están pasando en Irak. Ya es un 11 de setiembre en cámara lenta. No hay día que pase sin que haya soldados estadounidenses muertos. Sólo ayer murieron siete efectivos, en distintos incidentes.
"El silencio ya no es más un opción", dijo ayer Jane Fonda, la actriz y ex activista antiguerra de Vietnam. En 2004, el ex candidato a presidente demócrata John Kerry, fue acusado de haber participado en las mismas manifestaciones que participaba Fonda en aquella época. Pero en 2008, un año electoral, cualquiera que logre demostrar una afiliación actualmente con Fonda quizás tenga un punto a su favor.
Que lo pario , no era que eran super soldados, al final son unos forros cualquiera,
Este ataque demuestra que las milicias iraquíes están cada vez mejor organizadas y equipadas. Es una prueba mas de cómo Washington está perdiendo la guerra y de por qué hay cada vez más estadounidenses que, como los que participaron en la multitudinaria marcha ayer en Washington, se oponen a la guerra en el Golfo.
Mientras aproximadamente 100.000 manifestantes desfilaban frente al Capitolio, el Pentágono tuvo que reconocer ayer que "la precisión del ataque, el equipamiento utilizado sugiere que el golpe comando fue preparado con mucha minuciosidad". Los asaltantes a bordo de un vehículo Humvee como los que utilizan los militares norteamericanos lograron atravesar todos los controles de seguridad en el camino hacia Kerbala. Pero no sólo eso, una vez que llegaron a la sede del gobierno local, no tuvieron ningún problema en ingresar al edificio.
¿Cómo pudo fallar tanto la seguridad? ¿Tenían cómplices los atacantes en las fuerzas armadas iraquíes? ¿O eran agentes iraníes como especulaban ayer algunos? El Pentágono está investigando. Pero la paciencia en el seno de la sociedad norteamericana se ha terminado.
Tras el rotundo triunfo de los demócratas en noviembre, la marcha de ayer es una nueva demostración de que el síndrome generado por los atentados del 11 de setiembre se ha terminado y que el presidente George Bush ya no puede explotar mas el "miedo" de los estadounidenses.
En efecto, ya nadie tiene miedo a ser acusado de traidor ni a que se produzca un nuevo atentado porque lo que están pasando en Irak. Ya es un 11 de setiembre en cámara lenta. No hay día que pase sin que haya soldados estadounidenses muertos. Sólo ayer murieron siete efectivos, en distintos incidentes.
"El silencio ya no es más un opción", dijo ayer Jane Fonda, la actriz y ex activista antiguerra de Vietnam. En 2004, el ex candidato a presidente demócrata John Kerry, fue acusado de haber participado en las mismas manifestaciones que participaba Fonda en aquella época. Pero en 2008, un año electoral, cualquiera que logre demostrar una afiliación actualmente con Fonda quizás tenga un punto a su favor.
Que lo pario , no era que eran super soldados, al final son unos forros cualquiera,