DSV
Colaborador
Dimite el ministro de Defensa de Uruguay
Luis Rosadilla, al frente del Ministerio de Defensa Nacional desde el 1 de marzo de 2010, acaba de anunciar su abandono del cargo, oficialmente por motivos de salud, los que sí, claramente, parecen existir, aunque también por un gran desgaste de su imagen prácticamente desde el inicio de su gestión, que culmina con un sonado caso de acoso sexual y roces varios con funcionarios y cronistas, de uno de sus auxiliares, además del serio deterioro de la Sanidad Militar en general, especialmente del Hospital General de las Fuerzas Armadas, por constantes recortes presupuestales e incompatibilidades de remuneraciones de sus médicos y técnicos con el resto de los profesionales de la salud del país, que resultaron en abandono de decenas de cargos. En las últimas semanas, el nosocomio debió cancelar centenas de intervenciones quirúrgicas, cerrar blocks de cirujía y salas de cuidados intermedios, así como reducir los servicios de atención domiciliaria, normalmente requeridos por los soldados de rango más humilde, que no pueden costear ni ambulancias ni médicos urgentes.
Diversos acontecimientos escandalosos signaron su gestión, desde declaraciones acerca de que la ETA o las FARC no siempre actuaban como terroristas, hasta acusaciones falsas contra las Fuerzas Aéreas de Argentina y Chile de adulterar horas de vuelo realmente voladas por sus pilotos, cuando el caso verdaderamente sucedía en la FAU, también minada por la falta de recursos, así como por la fuga de pilotos y mecánicos a la esfera privada, pasando por casos de fraude por falsas compras en la Armada Nacional, alguno de los cuales terminaron en la justicia con procesamientos hasta de un ex Comandante en Jefe. Otros tantos eran falsos, habiendo sido divulgados frívola y prematuramente.
Asimismo, los recortes salariales en lo referido a sueldos de oficiales en las FAS uruguayas determinaron la mayor baja de militares en su historia, justamente, en momentos en los cuales ingresaban al Ministerio civiles, mayormente sin conocimiento o vocación en temáticas de Defensa, con emonumentos habitualmente superiores a los de un coronel o general.
Igualmente, durante estos 17 meses aumentaron sensiblemente los procesamientos de militares por hechos de la dictadura, vigente desde 1973 a principios de 1985, aprovechando lagunas incluidas dentro de la propia ley de amnistía a los uniformados, de 1986 y ratificada plebiscitariamente en dos oportunidades, sin que esta dependencia realizara gestiones al respecto.Ni siquiera se demostró disconformidad con el procesamiento de un General activo (Miguel Dalmao) a quien Rosadilla y el presidente Mujica consideraban absolutamente inocente de un presunto asesinato por torturas en 1974 que se le imputaba, sin muchas pruebas, por parte del Partido Comunista-pequeño y,notoriamente fuerte en el Poder Judicial ,así como en el gremialismo o la cultura-de una militante cuando era Alferez,o, de otro entonces Alferez, que, a horas después del golpe de estado de 1973, reprimiendo a un militante comunista armado que echaba grampas miguelito a las calles, en un confusó episodio pudo haberlo ultimado, pero entregó su arma y socorrió al caído, siendo declarado inocente en la época.
Inclusive, el plan gubernamental de reducir el número de efectivos militares facilitando su inserción en la actualmente desbordada Policía Nacional, no ha sido demasiado efectivo, ya que los efectivos que ,luego de un periodo breve de adaptación se hallan en condiciones de pasar a los cuerpos de seguridad internos, son captados, especialmente si su origen anterior es Ingenieros o Logística, por la ávida industria de la construcción local. En el haber del saliente ministro, pueden contarse su disposición a concurrir al parlamento cuantas veces se le requirió y ser una de las escasas figuras de su fuerza política con alguna inclinación por los temas atinentes a la Defensa. Rosadilla podría volver, tras un chequeo médico, a asumir una banca en el Senado, durante el mes de agosto.
Luis Rosadilla, al frente del Ministerio de Defensa Nacional desde el 1 de marzo de 2010, acaba de anunciar su abandono del cargo, oficialmente por motivos de salud, los que sí, claramente, parecen existir, aunque también por un gran desgaste de su imagen prácticamente desde el inicio de su gestión, que culmina con un sonado caso de acoso sexual y roces varios con funcionarios y cronistas, de uno de sus auxiliares, además del serio deterioro de la Sanidad Militar en general, especialmente del Hospital General de las Fuerzas Armadas, por constantes recortes presupuestales e incompatibilidades de remuneraciones de sus médicos y técnicos con el resto de los profesionales de la salud del país, que resultaron en abandono de decenas de cargos. En las últimas semanas, el nosocomio debió cancelar centenas de intervenciones quirúrgicas, cerrar blocks de cirujía y salas de cuidados intermedios, así como reducir los servicios de atención domiciliaria, normalmente requeridos por los soldados de rango más humilde, que no pueden costear ni ambulancias ni médicos urgentes.
Diversos acontecimientos escandalosos signaron su gestión, desde declaraciones acerca de que la ETA o las FARC no siempre actuaban como terroristas, hasta acusaciones falsas contra las Fuerzas Aéreas de Argentina y Chile de adulterar horas de vuelo realmente voladas por sus pilotos, cuando el caso verdaderamente sucedía en la FAU, también minada por la falta de recursos, así como por la fuga de pilotos y mecánicos a la esfera privada, pasando por casos de fraude por falsas compras en la Armada Nacional, alguno de los cuales terminaron en la justicia con procesamientos hasta de un ex Comandante en Jefe. Otros tantos eran falsos, habiendo sido divulgados frívola y prematuramente.
Asimismo, los recortes salariales en lo referido a sueldos de oficiales en las FAS uruguayas determinaron la mayor baja de militares en su historia, justamente, en momentos en los cuales ingresaban al Ministerio civiles, mayormente sin conocimiento o vocación en temáticas de Defensa, con emonumentos habitualmente superiores a los de un coronel o general.
Igualmente, durante estos 17 meses aumentaron sensiblemente los procesamientos de militares por hechos de la dictadura, vigente desde 1973 a principios de 1985, aprovechando lagunas incluidas dentro de la propia ley de amnistía a los uniformados, de 1986 y ratificada plebiscitariamente en dos oportunidades, sin que esta dependencia realizara gestiones al respecto.Ni siquiera se demostró disconformidad con el procesamiento de un General activo (Miguel Dalmao) a quien Rosadilla y el presidente Mujica consideraban absolutamente inocente de un presunto asesinato por torturas en 1974 que se le imputaba, sin muchas pruebas, por parte del Partido Comunista-pequeño y,notoriamente fuerte en el Poder Judicial ,así como en el gremialismo o la cultura-de una militante cuando era Alferez,o, de otro entonces Alferez, que, a horas después del golpe de estado de 1973, reprimiendo a un militante comunista armado que echaba grampas miguelito a las calles, en un confusó episodio pudo haberlo ultimado, pero entregó su arma y socorrió al caído, siendo declarado inocente en la época.
Inclusive, el plan gubernamental de reducir el número de efectivos militares facilitando su inserción en la actualmente desbordada Policía Nacional, no ha sido demasiado efectivo, ya que los efectivos que ,luego de un periodo breve de adaptación se hallan en condiciones de pasar a los cuerpos de seguridad internos, son captados, especialmente si su origen anterior es Ingenieros o Logística, por la ávida industria de la construcción local. En el haber del saliente ministro, pueden contarse su disposición a concurrir al parlamento cuantas veces se le requirió y ser una de las escasas figuras de su fuerza política con alguna inclinación por los temas atinentes a la Defensa. Rosadilla podría volver, tras un chequeo médico, a asumir una banca en el Senado, durante el mes de agosto.