Exito total con el segundo cohete
PIPINAS. A las 19.25 de ayer viernes 15 de agosto sucedió un hecho histórico para el pueblo, el Distrito, el país y el mundo. Después de cinco meses de hiper perfeccionar cada detalle y luego de meses de trabajo arduo y de mucho compromiso, se lanzó el segundo de los seis vectores de prueba (el VEX 1 B) que se fabricarán para desarrollar el lanzador satelital Tronador II.
Tras más de una semana de puesta a punto -el cohete estuvo afuera, listo para ser lanzado desde el jueves anterior- y de esperar casi todo el día hasta que las condiciones climáticas en Punta Piedras fueran las estrictamente requeridas (recién pasadas las seis de la tarde el viento había bajado lo suficiente), el equipo de técnicos, científicos e investigadores que trabajan en el desarrollo del proyecto aeroespacial bajo las órdenes del ingeniero Conrado Varotto ingresó al pad de lanzamiento en Pipinas y logró que el vector despegue en Punta Piedras como estaba previsto.
Fueron 2.200 metros de altura los que alcanzó el vector de prueba, que además se mantuvo en el aire durante 27 segundos y terminó unos 2.000 metros adentro del río, una vez que se abrieron los tres paracaídas; todo como se esperaba. “Esto fue realmente espectacular, hoy es el éxito perfecto. ¿Te acordás cuando esto era un sueño?; bueno, hoy es un sueño hecho realidad”, le dijo a EL COLONO Marcos Actis, decano de la Facultad de Ingeniería de la UNLP que desarrolla parte del proyecto que está siendo financiado por el Ministerio de Planificación Federal.
“Voló perfectamente, se abrieron los tres paracaídas, aterrizó y creo que lo vamos a recuperar; la verdad, sin palabras”, enfatizó el decano, al tiempo que recordó a “la gente de acá y a esos que no creían en esto en un principio y decían que era todo un verso: ahora ya no se puede decir eso”, acotó.
Actis, el secretario del ministro Julio De Vido, Ignacio Salas y sus colaboradores; el intendente Hernán Yzurieta y su gabinete y el delegado pipinense, Miguel Pitrantuono, habían estado desde temprano en el predio del Complejo Municipal preparando cada detalle: desde una ambulancia hasta el café con masas, incluso la carpa acondicionada especialmente como sala vip por si llegaba el ministro Julio De Vido, que iba a venir pero no pudo volar porque hace poco fue operado. Esta vez casi no trascendió el lanzamiento, y no hubo prensa ni curiosos merodeando la zona. Es más, tan “top secret” fue todo que apenas un puñado de privilegiados pudo ver en el centro de monitoreo cómo vivían los científicos el lanzamiento desde el pad, donde estaban Yzurieta, Salas, los científicos y el titular de la CONAE, Conrado Varotto.
Una docena de prefectos y media de policías comunales custodiaban el ingreso de la gente a la sala de monitores y que nadie, absolutamente nadie, sacara fotos ni filmara, salvo los registros oficiales. Hubo en los instantes previos al conteo, que comenzó casi a las 19.25, mucho nerviosismo entre los ingenieros que habían estado trabajando en el proyecto; pero la presión se descomprimió casi seis segundos después cuando a través de las pantallas se veía el fuego del motor que encendía y el vehículo ascendiendo… y los abrazos, los gritos y la alegría de toda esa gente que había trabajado tanto para que ese ascenso sucedida como sucedió: impecable.
“¡Vamos carajo!”, se escuchó en cordobés y en bonaerense. Era un grito de desahogo, de alivio y de nervios contenidos que hallaba su eco a unos metros del centro de monitoreo, en el pad de lanzamiento. “¡Ar-gen-tina, Ar-gen, tina”!, se oyó reiteradamente, mientras un par de banderas celestes y blancas envolvían a parte de los que habían puesto tanto durante tanto. Las felicitaciones y los abrazos mutuos se multiplicaron, y la emoción y las lágrimas no sólo se veían en los rostros de los hacedores del cohete de prueba, sino también en los de otros vecinos que como contratados, cocineros o conocidos suyos, o simplemente como argentinos, se sentían felices del logro alcanzado. Desde el centro del pueblo, donde poco y nada se sabía de lo que pasaba en el Complejo Municipal, se oyeron
y bocinazos, y la sirena de la autobomba de Prefectura consumó el gesto de felicidad. Los
volvieron a escucharse a modo de reconocimiento, mientras los celulares sonaban y ayudaban a dar la noticia del “éxito absoluto” y las felicitaciones emocionadas, como las del propio De Vido a Yzurieta agradeciéndole la hospitalidad, y las del veroniquense Daniel Reposo, titular de la Sigen, que tanto trabajó para que el proyecto se desarrolle en Punta Indio. “Siento una emoción terrible; en fútbol es ganar un mundial, para nosotros la felicidad es estar acá”, graficó Pablo Mailand, jefe de Operaciones.
También estaban orgullosos y no lo disimulaban los funcionarios municipales y algunos de los que trabajaron en Punta Piedras -donde estaba el vector- acondicionando el lugar y haciéndolo cada vez más seguro y protegido. Hubo quienes aseguraron haber visto el fogonazo y el cohete elevarse del suelo desde la ruta, espectáculo que fue posible gracias a que todo sucedió cuando el sol ya había caído.
El lanzamiento, según Yzurieta
“Estamos viviendo un momento histórico para la Argentina, histórico para Punta Indio e histórico para Pipinas. Y estar ahí con todos estos chicos que son jóvenes, que son ingenieros y que vienen desde otros lugares solicitando nuestro apoyo y nosotros colaborando con ellos, y haber presenciado la esperanza y la fe que todos los que trabajan en este proyecto tenían, aunque sabiendo que es una prueba y que puede fallar, realmente es algo inolvidable. Y somos parte de este momento histórico por una decisión propia, una decisión nuestra de animarnos a ser parte de un proyecto tan importante; nos tocó lo que el pueblo se merecía.
“Nos toca este momento de alegría después de la crítica. Sentí la tensión y la emoción individual de cada uno de los chicos que tenía la responsabilidad en lo que era el operativo de lanzamiento, y cómo cada uno se liberaba cuando la parte suya se cumplía; porque todos son parte de un proyecto grande pero con responsabilidades individuales. Y vivimos en una Argentina que hace una apuesta, que trae a esos chicos que trabajan por este país, que piensan en el desarrollo, y yo hasta pensaba en los países que nos van a mirar por este éxito…
Hay muchos países a los que no les interesa que Argentina se independice en temas sensibles como éste de poder llevar sus satélites al espacio y ponerlos en órbita; entonces creo que la mirada tiene que ser mucho más amplia, con ilusión de que Punta Indio es parte de esto, pero hay que saber que esto es parte de una apuesta de la presidenta desde hace mucho tiempo, y que es un éxito de todos los argentinos.
“Me parece que hoy Pipinas salió de la nostalgia, que dimos un paso gigante hacia el futuro, con un objetivo nuevo, con este proyecto tan interesante. La gente que tiene buen corazón, los que quieren que el país vaya para adelante tenían los dedos cruzados para que esto salga bien; y yo siempre pienso que puede haber gente que tenga la mala intención de que esto no saliera, pero somos muchos más los que creemos que lo bueno son los éxitos, que esto es un éxito de todo el país, y como le decía a Miguel Pietro, a quien le agradecía por acompañarnos en esta locura y ver que el pueblo festeja… es porque vemos que hay más futuro; sabemos que esto es una etapa y nosotros estamos proyectando muchísimo más futuro en Pipinas con este proyecto de Tronador, y con CONAE y con todo lo que se está generando”.
-¿Y qué se viene?
-Se viene seguir trabajando por la compra del predio, se viene todo el desafío que nosotros propusimos y que demostramos que no era mentira, pero no va a venir solo: va a venir si seguimos trabajando, si el pueblo sigue respondiendo como hasta ahora, si las pequeñas empresas a las que le damos la oportunidad de trabajar cumplen como hasta ahora, si las fuerzas de seguridad cumplen como hasta ahora, si los bomberos colaboran también… si todo eso sigue en línea va a venir. Recién me decía Varotto que ellos sienten un gran acompañamiento de nosotros; y los mismo me decía Ignacio Sala, que ellos se sienten muy cómodos en el Distrito, que nos agradecen y que somos parte de un proyecto, cada uno en su rol”.
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