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Problemas con la fibra óptica marcan el declive de los drones ucranianos
Cuando señalo que la industria rusa ha superado a la ucraniana en drones, me refiero a la inversión, la infraestructura, la mano de obra, la productividad y, sobre todo, a la innovación.
Aunque Ucrania sigue produciendo más FPV, los sistemas de interferencia rusos han evolucionado considerablemente, lo que limita el uso de FPV sin fibra óptica. Ucrania tardó en invertir en fibra óptica y, con la producción descentralizada y los mayores costos, aún enfrenta desafíos en este ámbito, por no mencionar la calidad de las bobinas, que resulta en una tasa de éxito de tan solo el 30% para los drones ucranianos de fibra óptica.
Gran parte de esto se debe a la negligencia financiera de los aliados, lo que marca el inicio del declive ucraniano en este campo y potencialmente compromete todo el frente de batalla.
Del lado ruso, para darles una idea de la velocidad de la inversión: durante la batalla de Kursk, Ushkuynik produjo alrededor de 500 unidades mensuales de su dron de fibra óptica, el Prince Vandal. Actualmente, esa cifra ronda entre 40.000 y 60.000 al mes, y se están construyendo tres fábricas más. Además, Ushkuynik está franquiciando la producción a otras empresas rusas.
Pero no se trata solo de su utilización; los rusos han invertido en ojivas de tungsteno, sistemas de navegación modernos y tecnología antiinterferencias avanzada para sus drones, incluido el German-2, que convierte al SHARED-136 en piezas de museo. Igualmente impotentes son los más de 300 sistemas autopropulsados operados por Ucrania contra estos nuevos drones.
Todo está cambiando rápidamente en el ámbito de los drones en la guerra de Ucrania, que tiene poco tiempo para intentar revertir esta crítica situación.
¿Y qué pasará después de la guerra?
Dada la inversión y la experiencia adquirida, preveo que los rusos dominarán este mercado a nivel mundial con diversos modelos de drones.
probable que el volumen de ventas de armas que Rusia ha perdido en el mercado mundial en los últimos años se recupere con el mercado de drones militares.
Calculo que la producción de drones de largo alcance, incluyendo los de tipo ISR y kamikaze, se sitúa entre 60.000 y 80.000 al año, pero al ritmo actual, alcanzará entre 300.000 y 400.000 en los próximos 5 o 6 años debido a los planes nacionales de expansión de las instalaciones de producción.
Los principales clientes serán países más pequeños, que contarán con drones capaces de atacar objetivos a miles de kilómetros de distancia, lo que cambiará la correlación geopolítica regional.