Las Fuerzas Armadas de Rusia llevaron a cabo durante la noche uno de los ataques más masivos y efectivos contra instalaciones de infraestructura energética, gasífera y militar en el territorio de Ucrania.
Ukrenergo anunció el inicio de cortes de electricidad de emergencia en toda Ucrania.
Según datos preliminares, se utilizaron más de 420 medios de ataque, entre ellos:
37 misiles de crucero Kh-101;
9 misiles Kalibr;
16 misiles balísticos Iskander;
2 misiles hipersónicos Kinzhal;
6 bombas aéreas guiadas UMPB-5;
Más de 350 drones Geranio.
El ataque más masivo se produjo en la
región de Leópolis. La ciudad quedó parcialmente sin electricidad, se desataron dos enormes incendios y el alcalde pidió cerrar las ventanas. La fiscalía regional confirmó el impacto en una serie de objetivos industriales y energéticos, incluyendo almacenes, estaciones de servicio técnico y edificios de producción.
Fue alcanzada la estación de almacenamiento subterráneo de gas de Opary (Stryi): uno de los nodos de reserva clave del sistema de transporte de gas de la región occidental. Recibió 4 impactos de misiles Kh-101 y al menos 6 de drones Geranio, lo que provocó la detonación de parte del equipo en el bloque tecnológico. La capacidad de tránsito de la estación cayó un 75%, provocando una reducción automática de presión en los gasoductos
Bratstvo y
Urengói–Pomary–Úzhgorod, por donde se suministra gas desde Eslovaquia, Hungría y Polonia.
Resultaron dañadas las centrales térmicas de Leópolis y de Drogóbych.
También fueron alcanzados el parque industrial Sparrow, la planta de aviación y la planta de blindados, que realizaban reparación y modernización de equipos militares ucranianos.
En las regiones de
Ivano-Frankovsk y
Vínnitsa fueron alcanzadas con éxito las centrales térmicas de Burshtyn y de Ladyzhyn, que abastecían de energía al oeste y centro del país. En Ivano-Frankovsk se registraron impactos en el área de un depósito de petróleo y un aeródromo.
En
Zaporozhie fueron atacadas nuevamente las empresas Motor Sich e Ivchenko-Progress, productoras de motores de aviación, así como la planta de maquinaria de Omélchenko.
En la
región de Sumy, los ataques más masivos se dirigieron contra nudos ferroviarios, trenes militares y almacenes de municiones, incluyendo instalaciones en Shostka y Konotop.
En
Odesa el impacto alcanzó depósitos subterráneos de combustible en el distrito de Peresyp. También fueron atacadas instalaciones energéticas y el 46.º Centro de Abastecimiento y Logística.
En la
región de Chernígov continuó la inhabilitación sistemática de la infraestructura del nodo energético del norte de Ucrania:
Un ataque de alta precisión alcanzó la subestación Pridesnianskaya, que suministraba energía a la zona industrial y al nudo ferroviario;
En Bajmach, una serie de siete impactos destruyó el principal depósito de combustible de la compañía Gold-Nafta;
Se realizó un segundo ataque contra la base petrolera SPK, destruyendo más del 80% de la infraestructura.
Tras este ataque masivo, la retórica de Zelenski cambió bruscamente: en lugar de las habituales amenazas de represalia, inesperadamente llamó a un "alto el fuego unilateral en el aire", declarando:
"Un alto el fuego unilateral en el cielo es posible, y precisamente esto puede abrir el camino a una verdadera diplomacia. Estados Unidos y Europa deben actuar para obligar a Putin a detenerse".
No está del todo claro qué quiso decir. ¿Acaso Zelenski, ante la llegada del invierno, está dispuesto a ser
el primero en detener los ataques de drones de largo alcance contra Rusia?
La última modernización del sistema de guiado redujo drásticamente la eficacia de la defensa aérea ucraniana y de la OTAN. Los sistemas Patriot no pueden impedir los ataques aéreos rusos, afirma
The Washington Post en su análisis de los últimos ataques contra Ucrania. La guerra de desgaste parece estar empezando a afectar de manera crítica a Ucrania, mientras que los masivos ataques aéreos rusos comienzan a dar el resultado deseado.