Sebastian
Colaborador
@JulianRoepcke 18hs
Con el llamado “intercambio de tierras”, Donald Trump quiere poner fin a la fase activa de la invasión rusa de Ucrania.
Tiene intención de concluir este acuerdo el próximo viernes con Vladimir Putin en Alaska, o puede que ya lo haya hecho. Ni Ucrania ni sus socios europeos están en la mesa.
No sería Rusia la que tendría que ceder territorio; más bien, Ucrania tendría que renunciar voluntariamente a grandes extensiones de su territorio. Las regiones ya ocupadas por Rusia serían entregadas íntegramente a Moscú. Además, el ejército ucraniano tendría que desalojar sin oponer resistencia más de 6.000 kilómetros cuadrados de tierra en la región de Donetsk, con una población de alrededor de medio millón de habitantes, y cederla al agresor.
Independientemente del hecho de que tal rendición territorial voluntaria sería constitucionalmente incompatible con el sistema jurídico ucraniano y podría significar el fin político del presidente Zelensky, no habría ningún mecanismo para monitorear un posible alto el fuego a lo largo de la nueva línea del frente.
Además, el ejército ruso podría adentrarse fácilmente en los territorios abandonados y, desde allí, continuar su avance hacia el oeste en cualquier momento. Putin sabría que, en el peor de los casos, nuevas conquistas territoriales solo conducirían a nuevos acuerdos, con aún más concesiones territoriales.
Al mismo tiempo, Trump, contrariamente a sus promesas y garantías públicas previas, se ha abstenido por completo de imponer sanciones u otras medidas punitivas contra Rusia: antes, durante y después de las negociaciones. Con ello, envía otra señal fatal a Moscú, Kiev y sus aliados europeos.
El presidente ucraniano @ZelenskyyUa esta mañana: La respuesta a la cuestión de los territorios ucranianos ya está consagrada en la Constitución de Ucrania. Nadie la desviará, ni podrá desviarse, de ella. Los ucranianos no entregarán sus tierras al ocupante.
Para ponerlo en perspectiva: el ejército ruso avanzó 98 kilómetros hacia la frontera noroeste de la región de Donetsk en 41 meses, sufriendo pérdidas masivas. Trump quiere darle a Putin 119 kilómetros más si deja de lado sus ambiciones sobre Kherson y Zaporiyia.
Con el llamado “intercambio de tierras”, Donald Trump quiere poner fin a la fase activa de la invasión rusa de Ucrania.
Tiene intención de concluir este acuerdo el próximo viernes con Vladimir Putin en Alaska, o puede que ya lo haya hecho. Ni Ucrania ni sus socios europeos están en la mesa.
No sería Rusia la que tendría que ceder territorio; más bien, Ucrania tendría que renunciar voluntariamente a grandes extensiones de su territorio. Las regiones ya ocupadas por Rusia serían entregadas íntegramente a Moscú. Además, el ejército ucraniano tendría que desalojar sin oponer resistencia más de 6.000 kilómetros cuadrados de tierra en la región de Donetsk, con una población de alrededor de medio millón de habitantes, y cederla al agresor.
Independientemente del hecho de que tal rendición territorial voluntaria sería constitucionalmente incompatible con el sistema jurídico ucraniano y podría significar el fin político del presidente Zelensky, no habría ningún mecanismo para monitorear un posible alto el fuego a lo largo de la nueva línea del frente.
Además, el ejército ruso podría adentrarse fácilmente en los territorios abandonados y, desde allí, continuar su avance hacia el oeste en cualquier momento. Putin sabría que, en el peor de los casos, nuevas conquistas territoriales solo conducirían a nuevos acuerdos, con aún más concesiones territoriales.
Al mismo tiempo, Trump, contrariamente a sus promesas y garantías públicas previas, se ha abstenido por completo de imponer sanciones u otras medidas punitivas contra Rusia: antes, durante y después de las negociaciones. Con ello, envía otra señal fatal a Moscú, Kiev y sus aliados europeos.
El presidente ucraniano @ZelenskyyUa esta mañana: La respuesta a la cuestión de los territorios ucranianos ya está consagrada en la Constitución de Ucrania. Nadie la desviará, ni podrá desviarse, de ella. Los ucranianos no entregarán sus tierras al ocupante.
Para ponerlo en perspectiva: el ejército ruso avanzó 98 kilómetros hacia la frontera noroeste de la región de Donetsk en 41 meses, sufriendo pérdidas masivas. Trump quiere darle a Putin 119 kilómetros más si deja de lado sus ambiciones sobre Kherson y Zaporiyia.