Sebastian
Colaborador
@distant_earth83 7hs
Es interesante cómo, a pesar de las fuertes declaraciones de Syrsky sobre "detener" el avance ruso en la región de Sumy, la situación real sobre el terreno muestra lo contrario.
Los combates continúan con gran intensidad, y la zona clave sigue siendo el tramo a lo largo de la carretera que atraviesa Khrapovshchina y Kiyanitsa, una de las últimas rutas que las fuerzas de Kiev aún pueden utilizar para el abastecimiento y el redespliegue en esta parte del frente. La logística allí se ha convertido en la clásica "logística mosquito": los movimientos se producen en pequeños grupos, principalmente de noche, bajo la constante amenaza de ataques aéreos.
El significado y el origen del término "logística mosquito" se pueden leer AQUÍ.
La situación se agrava por el uso activo de drones FPV de fibra óptica por parte de las fuerzas rusas, que pueden alcanzar objetivos en la retaguardia, sorteando diversos métodos de interferencia de señales.
Esto limita incluso las maniobras tácticas de las fuerzas de Kiev y pone en duda no solo la enorme necesidad de rotación, sino incluso la capacidad de mantener una defensa estable en la zona. Mantener sus líneas defensivas en funcionamiento depende de una adaptación constante, de maniobras entre los ataques rusos y de una estricta conservación de la fuerza, sin garantías de éxito.
El ejército ruso se encuentra ahora a no más de 15 kilómetros de Sumy, y si las fuerzas de Kiev pierden su bastión en la carretera, las tropas rusas tendrán acceso directo a las afueras de la ciudad. Por eso, la zona que atraviesa Khrapovshchina no es una simple línea defensiva, sino el último filtro que separa la línea de contacto del centro regional.
Syrsky conoce perfectamente las perspectivas que tienen las fuerzas de Kiev aquí, pero cambiar radicalmente la situación sin exponer otras zonas es imposible.
Es interesante cómo, a pesar de las fuertes declaraciones de Syrsky sobre "detener" el avance ruso en la región de Sumy, la situación real sobre el terreno muestra lo contrario.
Los combates continúan con gran intensidad, y la zona clave sigue siendo el tramo a lo largo de la carretera que atraviesa Khrapovshchina y Kiyanitsa, una de las últimas rutas que las fuerzas de Kiev aún pueden utilizar para el abastecimiento y el redespliegue en esta parte del frente. La logística allí se ha convertido en la clásica "logística mosquito": los movimientos se producen en pequeños grupos, principalmente de noche, bajo la constante amenaza de ataques aéreos.
El significado y el origen del término "logística mosquito" se pueden leer AQUÍ.
La situación se agrava por el uso activo de drones FPV de fibra óptica por parte de las fuerzas rusas, que pueden alcanzar objetivos en la retaguardia, sorteando diversos métodos de interferencia de señales.
Esto limita incluso las maniobras tácticas de las fuerzas de Kiev y pone en duda no solo la enorme necesidad de rotación, sino incluso la capacidad de mantener una defensa estable en la zona. Mantener sus líneas defensivas en funcionamiento depende de una adaptación constante, de maniobras entre los ataques rusos y de una estricta conservación de la fuerza, sin garantías de éxito.
El ejército ruso se encuentra ahora a no más de 15 kilómetros de Sumy, y si las fuerzas de Kiev pierden su bastión en la carretera, las tropas rusas tendrán acceso directo a las afueras de la ciudad. Por eso, la zona que atraviesa Khrapovshchina no es una simple línea defensiva, sino el último filtro que separa la línea de contacto del centro regional.
Syrsky conoce perfectamente las perspectivas que tienen las fuerzas de Kiev aquí, pero cambiar radicalmente la situación sin exponer otras zonas es imposible.