CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - En las últimas semanas, las noticias sobre contundentes golpes a las FARC han hecho pensar a muchos que el Ejército está cerca de lograr uno de sus más importantes objetivos e imperativo del presidente Álvaro Uribe: dar con el máximo jefe de esta guerrilla, Guillermo León Sáenz, alias ‘Alfonso Cano’.
Cerca de cinco mil uniformados de las Fuerzas Militares lo persiguen en el suroccidente del país y los resultados, sin duda, han generado debilitamiento en los anillos de seguridad de ‘Cano’.
El optimismo reina en el ámbito militar, aunque no quieren crear falsas expectativas. El general Juan Pablo Rodríguez, comandante de la Quinta División del Ejército, es claro. “Sabemos que la información que tenemos nos está llevando por donde es, pero es un área inhóspita, difícil de acceder. Estamos incrementando las operaciones, muestra de esto es lo que hemos logrado en los últimos días”, dijo Rodríguez a Semana.com.
Y es que a tres meses de que el Comando del Ejército activara la Fuerza de Tarea del Sur del Tolima, cuya misión principal es precisamente derrotar al Comando Conjunto Central de las Farc, las tropas parecen estar acorralando a ‘Cano’.
La muerte de cabecillas como alias ‘Róbinson’, la captura de alias ‘Tizón’, y hace apenas unos días la noticia sobre dos de sus principales fichas, alias ‘Mayerly’ (muerta en combate) y alias ‘Araceli’ (capturada), han servido de argumento para que las Fuerzas Militares consideren que “van por buen camino”.
"Tenemos que continuar, el éxito lo da la contundencia y la perseverancia", señaló Rodríguez.
La ‘cacería’ contra el jefe de las Farc se concentra en Tolima, Nariño, Huila y Cauca, departamentos donde hace ya varios meses la fuerza pública adelanta la búsqueda de ‘Cano’.
La captura de Cano es uno de los objetivos políticos del gobierno de Álvaro Uribe antes de salir del gobierno el próximo 7 de agosto. La obsesión de Uribe por pasar a la historia derrotando a las FARC ha hecho que el mandatario pise el acelerador y concentre gran parte de su fuerza militar en la persecución de la cúpula central de la guerrilla.
Diferentes analistas sostienen que la captura del jerarca guerrillero provocaría una disolución de los disidentes, generando bandas criminales emergentes. De acuerdo con el profesor de la Universidad Externado de Colombia, Jairo Libreros, de lograrse la captura o muerte de ‘Cano’ se deben crear estrategias que eviten la “atomización” del narcotráfico y la conformación de bandas, “de lo contrario sería repetir la consolidación de las Bacrim (bandas criminales emergentes)”.
Otros analistas, como León valencia, no creen que el objetivo de Uribe esté tan cerca de cumplirse y plantean la posibilidad de que, de dar con el jefe guerrillero, el gobierno y las FARC deberían buscar una salida negociada al conflicto.
Como sea que se de la situación, lo cierto es que a Uribe le quedan 15 días para capturar al jefe de las FARC y quedar, como es su deseo y obsesión, en la historia colombiana como el hombre que derrotó a la guerrilla colombiana tal como lo había prometido. Si bien en el camino el mandatario organizó grupos paramilitares que generaron masacres por toda Colombia y casi lleva a su país al borde de una guerra con dos países vecinos como son Venezuela y Ecuador, esto no parece importarle a Uribe en su sed de gloria personal.
Brasil
“El gobierno brasileño sigue con atención y preocupación los últimos desarrollos entre Colombia y Venezuela, inclusive el rompimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países. El gobierno brasileño lamenta esta situación”, dice un comunicado del Palacio de Itamaraty.
El comunicado indica que el presidente brasilero Luiz Inácio Lula da Silva llamó por teléfono a Hugo Chávez y le “transmitió la disposición de Brasil de contribuir para superar las diferencias entre Colombia y Venezuela”.
El jueves, el gobierno venezolano rompió relaciones con el de Colombia por sus acusaciones sobre que “tolera” la presencia de guerrilleros colombianos en su territorio, postura que presentó ante el Consejo Permanente de la OEA.
Según la cancillería, los presidentes Lula y Chávez acordaron continuar con el diálogo sobre el tema en ocasión de la visita prevista del brasileño a Caracas el 6 de agosto.
El canciller Celso Amorim sigue el asunto desde Luanda, donde participa en nombre de Lula en la Cumbre de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa.
El vicecanciller Antonio Patriota mantuvo contactos con su par colombiana, Clemencia Forero, “a quien le manifestó la disposición constructiva de Brasil para auxiliar en la búsqueda del entendimiento entre los dos países”.
Nexos de las FARC y grupo armado brasileño
Funcionarios de la Policía Federal analizan actos violentos, prisones ilegales, maltrato físico, invasiones de domicilios y hasta posibles asesinatos en el área de uno de los principales afluentes del río Amazonas, de una autodenominada "Policía Indígena del Alto Solimoes", agrupación que estaría cometiendo tropelías sobre territorio fronterizo entre Brasil y Perú, investigándose posibles nexos con las FARC o Sendero Luminoso. Las autoridades rotulan a esta irregular iniciativa como "Paramilitar",ya que está integrada por antiguo personal subalterno de las Fuerzas Armadas, que aprovecha su entrenamiento para fingirse agentes policiales. Sus miembros han llegado al extremo de redactar un "Estatuto Unico del Policía Indígena del Alto Solimoes" que, aparte de narrar sus premios y castigos,establece grados de oficiales y subalternos, desde soldado a Coronel, los cuales andan uniformados de pantalon militar, camisa negra e insignias identificatorias.
Si bien mayoritariamente utilizan bastones policiales y cuchillos de guerra, también se han detectado armas de choque entre los mismos, ignorándose el tipo de castigo e intervención que propician hacia la población, aunque sus fundadores aducen haber conformado este cuerpo irregular para combatir el alcoholismo y otras faltas.
Más abajo, sobre las fronteras brasileñas entre Perú y Bolivia,en 2008 se detectaron facciones terroristas de extrema izquierda, mucho más radicales que los elementos de línea más dura de movimientos como los llamados "Sin Tierra"-de frecuentes desmanes- conocidas como "Ejército Campesino de los Pobres", que ya habría matado más de medio centenar de personas.
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