Turquía impone sanciones económicas contra Siria
El Gobierno turco impuso sanciones económicas contra Siria, anunció hoy el ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Ahmet Davutoglu.
La medida incluye la suspensión de la cooperación estratégica entre Ankara y Damasco, así como el bloqueo de la entrega de armas.
Entre las sanciones adoptadas figuran también la congelación de los activos de la cúpula del régimen sirio, así como de las transacciones entre los bancos centrales de Siria y Turquía.
La víspera, el canciller turco comunicó que Ankara impondría sanciones “graduales” contra Damasco, de acuerdo con la iniciativa de la Liga Árabe, pero al mismo tiempo está en contra de cualquier intervención militar extranjera.
Turquía sostiene que sus sanciones contra Siria son algo más suaves que las previstas por la decisión de la Liga Árabe teniendo en cuenta la estrecha cooperación comercial y económica entre los dos países, separados por una larga frontera de casi 900 kilómetros.
Siria es escenario de protestas antigubernamentales desde el pasado mes de marzo. Según la ONU, los enfrentamientos entre los seguidores y los opositores del presidente Bashar Asad causaron hasta el momento al menos 3.500 muertos, aunque las autoridades informan sobre unos 1.500 muertos entre ambos bandos.
http://www.sp.rian.ru/international/20111130/151791518.html
Rusia se pronuncia en contra de un embargo al suministro de armamento a Siria
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, se manifestó en contra de un embargo al suministro de armamento a Siria y pidió recordar la lección de Libia, donde el embargo fue impuesto sólo respecto a las entregas de armas al Ejército gubernamental.
“Los grupos, formados también por ciudadanos, que penetraron en Siria de otros países, se aprovisionan de armamento activamente. Así que las propuestas de prohibir el suministro de cualquier armamento a Siria son bastante deshonestas”, dijo Lavrov.
El canciller ruso recordó que “en Libia el embargo fue impuesto a suministro de armas para en Ejército libio, mientras que la oposición obtenía armas, así Francia y Qatar declararon públicamente haber suministrado este armamento”.
En medio de los llamamientos de imponer embargo al suministro de armas a Siria, Rusia tendrá en consideración “la experiencia adquirida del ejemplo de Libia, de cómo actúan ciertos socios nuestros”, resaltó el canciller.
Lavrov pidió a Occidente renunciar al ultimátum y exigir una solución política del conflicto. “Insistimos en que toda la comunidad mundial, concretamente todos los miembros que tengan influencia en uno u otro grupo dentro de Siria, presionen a sus socios y les exijan cesar la violencia”.
En este sentido, Lavrov indicó que la crisis siria necesita una solución similar a la aprobada en
Yemen, cuyo presidente Alí Abdalá Saleh, firmó la iniciativa del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo que prevé el traspaso del poder al vicepresidente a cambio de la inmunidad a Saleh.
“Aspiramos a que nuestros amigos de la Liga Árabe…demuestren la máxima responsabilidad por lo que ocurre en su región”, concluyó el ministro.
Desde hace ocho meses, Siria vive incesantes protestas antigubernamentales que estallaron a mediados de marzo en el sur del país y se extendieron posteriormente a otras zonas. Los enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad son cada vez más violentos y con víctimas mortales diarias en ambos bandos.
Según datos de la ONU, el número total de muertos ya supera 3.500 personas. Por su parte, las autoridades sirias informan sobre más de 1.500 muertos, la mayoría de los cuales son efectivos de seguridad.
http://www.sp.rian.ru/international/20111129/151776644.html
Los países del BRICS se oponen a las sanciones contra Siria
El viernes pasado, la Liga Árabe anunció el fin del ultimátum a Siria.
Lo presentaron los ministros árabes de Asuntos Exteriores para que varios observadores certifiquen la aplicación de la iniciativa de este organismo para resolver la crisis en Siria.
Pero las autoridades sirias rechazaron los términos del ultimátum y el mundo árabe impuso al país las sanciones económicas.
A primera vista, las sanciones contra Siria parecen ser las mismas con las que Estados Unidos y los países de la UE amenazan a Irán. La postura de Rusia, que está bloqueando su aplicación, parece solitaria y desesperada, pero en realidad todo es más complicado.
No habrá más escenarios como el de Libia
Para comprender esta realidad merece la pena evocar la reunión celebrada en Moscú el jueves entre los diplomáticos de los países miembros del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), dedicada a la situación en Oriente Próximo y África del Norte.
Los observadores poco serios suelen ignorar los eventos internacionales que no tienen “nivel”, es decir, en los que no participan presidentes y primeros ministros. Si en la capital rusa se hubiese celebrado una cumbre del BRICS, habría sido diferente. Mientras tanto, en Moscú se reunieron los viceministros de Asuntos Exteriores.
Sin embargo, ignorar este tipo de reuniones no es correcto. La experiencia demuestra que la postura de los altos cargos casi nunca difiere de lo que dicen los viceministros, que saben muy bien lo que piensan sus superiores y viceversa.
En Moscú, los representantes de los cinco países del BRICS formularon sus posturas, que ya habían anunciado en varias ocasiones, y dieron numerosas explicaciones de algunas particularidades. Pero lo más importantes es que prepararon un comunicado para la prensa. Es decir, la idea principal del evento fue hacer públicas ciertas cosas.
El documento en cuestión, que debe ser leído atenta e íntegramente, afirma, a modo de resumen, que los países del grupo BRICS rechazan la violencia para solucionar la crisis en Oriente Próximo. Que es inadmisible una intervención militar en los asuntos internos de Siria, siendo necesario el diálogo entre todas las partes involucradas en el conflicto. Es imprescindible estudiar lo ocurrido en Libia para que este guión no se repita nunca más, ya que finalmente es contraproducente presionar a Irán con las sanciones.
Aislamiento mayoritario
El comunicado coincide completamente con todo lo que declararon las autoridades rusas durante este año con respecto a Siria, Libia, Irán, etc. La oposición en Rusia ha criticado, justo en vísperas de las elecciones, la postura del Kremlin acusándole de haber perdido terreno en Oriente Próximo, de haber dejado a Rusia aislada y enfrentada a la comunidad internacional cuando, según los opositores, había que presionar con sanciones sobre los regímenes dictatoriales mano a mano con EEUU y la UE.
Cabe señalar que China mantuvo la misma postura durante todos estos meses de tensión, así que no se trata exactamente de “aislamiento”. Sin embargo, Moscú y Pekín representan un embarazoso obstáculo para todos e incluso recibieron en el Consejo de Seguridad de la ONU el apodo del “eje del no”.
Ahora al “eje” se unen los países del grupo BRICS que son muy diferentes y muy serios. Sus miembros no dependen en tanta medida de las consecuencias de la crisis económica mundial como EEUU y la UE, que están combatiendo los problemas actuales en lugar de prepararse para una nueva coyuntura internacional. Los países del BRICS son economías emergentes y aliados políticos, a pesar de que algunos de ellos pueden tener divergencias internas (como la India y China). Han demostrado al mundo que están de acuerdo en lo que consideran admisible e inadmisible en la política actual a nivel global.
Además de mirar con atención lo que ocurre en la ONU a la hora de tomar decisiones con respecto a los conflictos en Oriente Próximo, resulta que el voto de Rusia con frecuencia es mayoritario, sea por mayoría de número de países o de su población.
Lo que ocurre en Oriente Próximo tiene muchas matizaciones. Por ejemplo, las sanciones que la Liga Árabe tiene previsto decretar contra Siria, si este país no pone fin a la guerra civil, aparentemente son las mismas con las que EEUU y a la UE amenazan a Damasco y a Teherán.
Pero el mundo árabe tiene la misma manía a Irán que a Estados Unidos y, por lo tanto,
no se muestra demasiado respetuoso con Siria, el principal aliado de Teherán. Es verdad que a los árabes les gustaría que el régimen de Bashar al Asad corriera la misma suerte que el de Abdalá Saleh en Yemen y fuera derrumbado.
Es más, los árabes habían intentado conseguirlo en Libia, ya que consideraban al coronel Gadafi un mal vecino. Pero aún hay más matices. Porque a los árabes lo sucedido en Libia les desagrada de la misma manera que a Rusia, Brasil, India y a muchos otros países.
Aquí es donde entran en el juego las reglas de comportamiento en las situaciones conflictivas de esta índole que establecen lo admisible y lo inadmisible. Es inadmisible que los regímenes ataquen a la oposición pacífica, pero también lo es que las fuerzas externas induzcan a la oposición a continuar la guerra en lugar de sentarse a la mesa a negociar con el gobierno. Más aún que la apoyen militarmente.
Esta es, si se mira detenidamente, la idea central del plan de la Liga Árabe para Siria: no admitir allí lo que sucedió en Libia. Y este plan coincide por completo con la postura de los países miembros del BRICS que se opusieron expresamente a la política de sanciones y de guerra.
http://www.sp.rian.ru/opinion_analysis/20111130/151788037.html