En la Batalla Aérea de Malvinas el Escuadrón Fénix tuvo su Bautismo de Fuego siendo destacada su actuación, con reconocimiento internacional. Se cumplieron múltiples misiones de retransmisores de radio, fotografía aérea, traslados de personal y material, y maniobras de diversión.
Cuando había mal tiempo los aviones del Fénix se dirigían hacia el enemigo en formación de combate simulando ser aviones de guerra que atacaban picando desde lo alto hasta que una vez que se encontraban bajo el lóbulo del radar enemigo emprendían un veloz regreso sin ser detectados. Esto obligaba a los ingleses a un continuo desgaste en condiciones que generalmente ocasionaban accidentes.
En una misión de diversión en la madrugada del 22 de mayo un misil Sea Dart pasa entre el Lear Jet fotográfico de la Fuerza Aérea y el de propiedad de la señora Amalia Lacroze de Fortabat, miembros del Escuadrón Fénix.
El misil pasa sin impactarlos debido a la ambigüedad que producía en su selector de blanco más cercano, la equidistancia simétrica de los aviones en su aproximación dio tan exacto el ángulo entre el avión de la izquierda y el de la derecha que pasó entre ambos sin definirse.