Noticias de la Fuerza Aérea Argentina

El jefe aeronáutico Amrein paró todos los vuelos del Pampa
MARCHA ATRÁS. ESOS AVIONES SE UTILIZAN PARA INSTRUCCIÓN Y CONTROL AÉREO - Está vencida la vida útil de un explosivo que forma parte del sistema de eyección del piloto. La novedad echa sombra sobre el plan de entregar los tres Pampa serie III producidos por FadeA.
EDGARDO AGUILERA

Desactivado. El brigadier general Enrique Amrein tuvo que dar la orden de suspender los vuelos del IA 63 Pampa por vencimiento de partes esenciales para la seguridad de la cabina de mando.


El titular de la Fuerza Aérea Argentina brigadier general Enrique Amrein ordenó suspender todos los vuelos de los aviones IA-63 Pampa. La decisión de dejar en tierra hasta nuevo aviso a todos los jet basados en la IV Brigada Aérea de Mendoza y a los 3 aparatos asignados a la VI Brigada Aérea de Tandil responde al "hallazgo" reciente de que se sobrepasó en 4 años el plazo de vida útil del tren inicial de explosivos que produce la voladura y expulsión de la cúpula de la cabina al momento de la eyección del piloto.

El 6 de noviembre pasado el jefe Amrein emitió el mensaje militar que detuvo tanto vuelos operativos como de entrenamiento. Las aeronaves se utilizan para la formación de los pilotos de caza y también en tareas de control del espacio aéreo en el operativo Fronteras que dispuso el Gobierno nacional. Atónito, el frente interno de la fuerza mira con bronca al alto mando en momentos que se clama por acceder al puñado de horas de vuelo remanentes de este año. Depende a quién se pregunte, la nota del contratista Aerospace System, proveedor del explosivo iniciador, fechada el 2 de septiembre de 2014, fue "descubierta" en oficinas del Comandante de Adiestramiento y Alistamiento, brigadier mayor Alejandro Amorós, en instalaciones de la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA), constructora del Pampa o en el grupo Técnico de la IV Brigada Aérea de Mendoza. El fatídico texto firmado en 2014 por Aerospace Systems establecía que la vida útil del tren inicial de explosivos provistos para la cúpula de los Pampa vencía en 3 años. El plazo dado por el proveedor se excedió en 4 años sin que a la fecha se hayan renovado esos elementos esenciales para salvaguardar la vida de los tripulantes. La Fuerza Aérea sostiene en documentación propia que el lapso de vida útil es de 8 años. El representante local de Aerospace Systems, Juan Lamb ha ratificado que el vencimiento opera en 3 años.

Cuando uno de los pilotos el Pampa es biplaza- acciona la manija de eyección comienza una secuencia que dura segundos (no más de 4), primero el tren inicial (o cordón detonante) en cuestión produce la expulsión y rotura de la cúpula de la cabina, instantes después otro cartucho explosivo o cohete impulsa el asiento con el piloto fuera del avión hasta una altura segura logrando así el escape. Luego de la explosión, los fragmentos de la cúpula se mueven fuera de la trayectoria de salida de la tripulación expulsada

En el Pampa la secuencia de escape tiene un timing especial, en primer lugar se expulsa el copiloto ubicado atrás y luego el que comanda sentado próximo a la nariz del avión así se asegura que los gases de la ignición del asiento delantero no quemen al tripulante ubicado en la plaza trasera. Que el explosivo del tren inicial de la cúpula esté vencido implica que podría haberse degradado la capacidad y cualidad necesaria para cumplir su función con éxito, romper la cúpula. Sin este mecanismo, el piloto expulsado golpearía su cabeza en la cúpula impulsado con la fuerza del cohete de su asiento con graves consecuencias físicas.

Los interrogantes se confunden con rezos tardíos de los pilotos, no hubo emergencias que hicieran necesario eyectarse, excepto la que ocurrió en un vuelo de prueba en febrero pasado cuando la cúpula de un Pampa literalmente "se voló" en una maniobra aérea. El copiloto, un ingeniero, se eyectó luego de que la cubierta de plexiglass se despegara íntegra de sus anclajes.

El parate a la flota de Pampa dispuesto por Amrein alcanzó de sobre pique a los tres aparatos Pampa de la versión III que se apresta a entregar la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA). Son los primeros producidos en serie largamente esperados por los aviadores militares. El presidente de la planta cordobesa Antonio Beltramone, aseguró al ministro de Defensa, Oscar Aguad que las aeronaves formarán parte de la dotación de la Fuerza Aérea antes de fin de noviembre, plazo que ahora parece esfumarse. En el pedido rutinario de repuestos y conjuntos destinados a la línea de producción y al mantenimiento FAdeA incluyó el explosivo de la controversia pero el lapso que media entre colocar la orden de provisión y contar con el elemento en fábrica es de casi un año, 2019. La alternativa que baraja Amrein junto a los ingenieros y técnicos es solicitar una prórroga de aquel vencimiento de 3 años establecido por el contratista Aerospace Systems y efectuar una prueba de laboratorio (detonar) el tren de explosivos para verificar el buen funcionamiento del conjunto.

El controvertido episodio del explosivo inicial de cúpula del Pampa parece un calco de otra grave omisión en el plan de mantenimiento revelada por este diario en junio pasado, cuando se excedió en dos años el programa de overhaul de vida útil del tren de aterrizaje de los aviones Saab que la fuerza tiene asignados a los vuelos de fomento de LADE. A la fecha sólo uno de los tres de dotación está cumpliendo la frecuencia entre ciudades patagónicas.

http://www.ambito.com/938959-el-jefe-aeronautico-amrein-paro-todos-los-vuelos-del-pampa
palmfacepalmfacepalmface
Saludos.
Flavio.
 
El jefe aeronáutico Amrein paró todos los vuelos del Pampa
MARCHA ATRÁS. ESOS AVIONES SE UTILIZAN PARA INSTRUCCIÓN Y CONTROL AÉREO - Está vencida la vida útil de un explosivo que forma parte del sistema de eyección del piloto. La novedad echa sombra sobre el plan de entregar los tres Pampa serie III producidos por FadeA.
EDGARDO AGUILERA

Desactivado. El brigadier general Enrique Amrein tuvo que dar la orden de suspender los vuelos del IA 63 Pampa por vencimiento de partes esenciales para la seguridad de la cabina de mando.


El titular de la Fuerza Aérea Argentina brigadier general Enrique Amrein ordenó suspender todos los vuelos de los aviones IA-63 Pampa. La decisión de dejar en tierra hasta nuevo aviso a todos los jet basados en la IV Brigada Aérea de Mendoza y a los 3 aparatos asignados a la VI Brigada Aérea de Tandil responde al "hallazgo" reciente de que se sobrepasó en 4 años el plazo de vida útil del tren inicial de explosivos que produce la voladura y expulsión de la cúpula de la cabina al momento de la eyección del piloto.

El 6 de noviembre pasado el jefe Amrein emitió el mensaje militar que detuvo tanto vuelos operativos como de entrenamiento. Las aeronaves se utilizan para la formación de los pilotos de caza y también en tareas de control del espacio aéreo en el operativo Fronteras que dispuso el Gobierno nacional. Atónito, el frente interno de la fuerza mira con bronca al alto mando en momentos que se clama por acceder al puñado de horas de vuelo remanentes de este año. Depende a quién se pregunte, la nota del contratista Aerospace System, proveedor del explosivo iniciador, fechada el 2 de septiembre de 2014, fue "descubierta" en oficinas del Comandante de Adiestramiento y Alistamiento, brigadier mayor Alejandro Amorós, en instalaciones de la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA), constructora del Pampa o en el grupo Técnico de la IV Brigada Aérea de Mendoza. El fatídico texto firmado en 2014 por Aerospace Systems establecía que la vida útil del tren inicial de explosivos provistos para la cúpula de los Pampa vencía en 3 años. El plazo dado por el proveedor se excedió en 4 años sin que a la fecha se hayan renovado esos elementos esenciales para salvaguardar la vida de los tripulantes. La Fuerza Aérea sostiene en documentación propia que el lapso de vida útil es de 8 años. El representante local de Aerospace Systems, Juan Lamb ha ratificado que el vencimiento opera en 3 años.

Cuando uno de los pilotos el Pampa es biplaza- acciona la manija de eyección comienza una secuencia que dura segundos (no más de 4), primero el tren inicial (o cordón detonante) en cuestión produce la expulsión y rotura de la cúpula de la cabina, instantes después otro cartucho explosivo o cohete impulsa el asiento con el piloto fuera del avión hasta una altura segura logrando así el escape. Luego de la explosión, los fragmentos de la cúpula se mueven fuera de la trayectoria de salida de la tripulación expulsada

En el Pampa la secuencia de escape tiene un timing especial, en primer lugar se expulsa el copiloto ubicado atrás y luego el que comanda sentado próximo a la nariz del avión así se asegura que los gases de la ignición del asiento delantero no quemen al tripulante ubicado en la plaza trasera. Que el explosivo del tren inicial de la cúpula esté vencido implica que podría haberse degradado la capacidad y cualidad necesaria para cumplir su función con éxito, romper la cúpula. Sin este mecanismo, el piloto expulsado golpearía su cabeza en la cúpula impulsado con la fuerza del cohete de su asiento con graves consecuencias físicas.

Los interrogantes se confunden con rezos tardíos de los pilotos, no hubo emergencias que hicieran necesario eyectarse, excepto la que ocurrió en un vuelo de prueba en febrero pasado cuando la cúpula de un Pampa literalmente "se voló" en una maniobra aérea. El copiloto, un ingeniero, se eyectó luego de que la cubierta de plexiglass se despegara íntegra de sus anclajes.

El parate a la flota de Pampa dispuesto por Amrein alcanzó de sobre pique a los tres aparatos Pampa de la versión III que se apresta a entregar la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA). Son los primeros producidos en serie largamente esperados por los aviadores militares. El presidente de la planta cordobesa Antonio Beltramone, aseguró al ministro de Defensa, Oscar Aguad que las aeronaves formarán parte de la dotación de la Fuerza Aérea antes de fin de noviembre, plazo que ahora parece esfumarse. En el pedido rutinario de repuestos y conjuntos destinados a la línea de producción y al mantenimiento FAdeA incluyó el explosivo de la controversia pero el lapso que media entre colocar la orden de provisión y contar con el elemento en fábrica es de casi un año, 2019. La alternativa que baraja Amrein junto a los ingenieros y técnicos es solicitar una prórroga de aquel vencimiento de 3 años establecido por el contratista Aerospace Systems y efectuar una prueba de laboratorio (detonar) el tren de explosivos para verificar el buen funcionamiento del conjunto.

El controvertido episodio del explosivo inicial de cúpula del Pampa parece un calco de otra grave omisión en el plan de mantenimiento revelada por este diario en junio pasado, cuando se excedió en dos años el programa de overhaul de vida útil del tren de aterrizaje de los aviones Saab que la fuerza tiene asignados a los vuelos de fomento de LADE. A la fecha sólo uno de los tres de dotación está cumpliendo la frecuencia entre ciudades patagónicas.

http://www.ambito.com/938959-el-jefe-aeronautico-amrein-paro-todos-los-vuelos-del-pampa

Como es costumbre.... Aguilera derrapa. Confunde, mezcla y en definitiva desinforma.

El asiento eyectable del Pampa (AR10LM) dispone de un dispositivo cuya función es producir la ruptura de la cúpula al momento de la eyección. Son como unos "cuernos" situados en los laterales de la parte superior del asiento conocido como"ruptores", tal como se aprecian en ésta foto:


Con lo cual en caso de eyección en piloto no "golpearía con su cabeza la cúpula" como menciona Aguilera.

Hay muchos más errores sobre la secuencia de eyección o del sistema de fragilización de la cúpula pero todo es muy largo de explicar y recomiendo tomar con pinzas el contenido de la nota.

Ahora les hago una pregunta: en éstas eyecciones la cúpula se fragilizó o es el asiento el que rompe la cúpula..?

 

BIGUA82

VETERANO DE GUERRA DE MALVINAS
Colaborador
CLARIN Crónica desde el hielo
Marambio íntima: agua, aire, fuego y tierra, los cuatro elementos en la Antártida
La vida cotidiana en la Base Marambio, según los elementos esenciales de los filósofos griegos.

Los enviados de Clarín, Mario Quinteros y Héctor Gambini, trabajando en la Antártida.



L


HÉCTOR GAMBINI
COMENTARIOS
(0)

10/11/2018 -
El filósofo griego Tales de Mileto consideró que el principio de todas las cosas era el agua. Luego Anaxímenes propuso que ese origen -o arché- era el aire. Heráclito creyó que era el fuego, y Jenófanes la tierra.
Estar en la Antártida es acercarse a la ilusión de habitar un rincón virgen del planeta. Las fuerzas de la naturaleza explotan allí en toda su dimensión. ¿Cómo las usa el hombre para coexistir con ella y quedarse a observar el mundo desde aquel catalejo inhóspito y lejano?


Agua
La Antártida es la reserva de agua más grande del planeta pero allí no llueve ni hay plantas. El viento y la temperatura hacen que, cuando cae algo del cielo, sólo sea nieve. Para conseguir agua en la Base Marambio hay que trabajar en grupos organizados. En estos días de primavera hay una pequeña laguna en la base, entre el edificio principal y el que resguarda a los generadores eléctricos, y en ella se hunden las mangueras con bombas que terminan transportándola por un sistema de cañerías durante cientos de metros hasta dos tanques de 10.000 litros que se cuidan como oro. De allí se alimentan los baños y la cocina, pero para beberla hacen falta aún varios pasos más. Un proceso de potabilización nocturno termina con el agua lista para tomar en un par de canillas de la cocina y en dos expendedores para el uso común, en un rincón del comedor. De allí se puede llenar una taza de té sin pensar que costó el trabajo de seis personas durante 6 horas.
Para que los caños que transportan el agua no se congelen ni se rompan, están forrados con telas calefactoras que los mantienen siempre por arriba de cero grado. Tanto trabajo hace que el agua deba racionarse cuidadosamente. Las duchas no deben exceder los 5 minutos y hay días asignados para bañarse de tres a cuatro días por semana. El agua no debe correr mientras uno se cepilla los dientes (sólo se abre la canilla para el enjuague) y no hay plantas a la vista, ni siquiera de interior. Regarlas sería gastar agua.

https://www.clarin.com/sociedad/fot...e-marambio-continente-blanco_5_K8jKJjwQ0.html
El mar que rodea a la Base Marambio encierra toda la fauna que puede andar cerca de ella. La Antártida no es la Puna, donde llamas o guanacos se pasean frente al visitante en cualquier sitio. Los pingüinos viven en colonias alejadas -lleva seis horas de caminata ir y volver- y las aves de la isla (las sagaces skuba) no se apartan de ellos: se alimentan de sus huevos y de sus pichones. En Marambio, donde hay vida humana no hay vida animal a la vista.


Aire
El elemento de Anaxímenes es omnipresente como el hielo. El aire trae los poderosos Hércules que llegan desde el sur de América -tres horas y media de vuelo desde Río Gallegos- y saca el pequeño Twin Otter -una avioneta con esquíes, de origen canadiense- a hacer el reparto "fino" que corresponde a cada una de las otras cinco bases argentinas en la Antártida: Belgrano, San Martín, Orcadas, Carlini y Esperanza. Los pilotos de la Fuerza Aérea son el cordón umbilical de las bases con el continente americano. Y también la única ambulancia posible en situaciones de emergencia: hace unos meses salvaron a un hombre que había caído por una grieta en el hielo en la base Orcadas y sufrió fracturas múltiples y expuestas. El Twin Otter lo fue a buscar para llevarlo a Marambio, y de allí un Hércules lo trasladó a Río Gallegos. El accidentado sobrevivió.
Estar en la Antártida es vivir dentro de un huracán permanente. Los vientos se miden en una unidad náutica: los nudos. Un nudo equivale a algo menos de 2 kilómetros por hora, de modo que las ráfagas de 70 nudos que hicieron que el Hércules demorara seis días en regresar a Marambio la semana pasada eran vientos de unos 120 kilómetros por hora. Eso ya es un huracán de Categoría Uno, según la escala de la NASA. Y eso ahora, que es primavera.
Ese viento baja la sensación térmica unos 10 grados, hace temblar constantemente el piso de la Base Marambio -está elevado sobre unas estructuras de hierro y el viento pasa por debajo- y provoca efectos mágicos e inesperados en el viajero inexperto: apaga los celulares.Aunque esté con la carga completa, el viento helado se la devorará en segundos. También atraviesa la lana. Las manos con guantes sólo sirven dentro de los bolsillos de la campera rompevientos. Fuera de ellos, unos tenues pinchazos en los dedos indicarán que comienzan a congelarse.

La cocina de la Base Marambio (Rafael Mario Quinteros).
Fuego
Las únicas llamas que se ven en la Base Marambio son las que salen de las hornallas de la cocina donde estos días almuerzan y cenan 80 personas entre militares, científicos y visitantes de paso. Allí se cocina con verduras deshidratadas y puré y huevos en polvo: ningún producto fresco que se eche a perder con el paso de los días baja del Hércules. Sí hay carne, que se mantiene en cámaras y se va racionando hasta que lleguen las provisiones en el próximo avión. En el postre dominan los enlatados: el rey es el durazno en almíbar con dulce de leche.
La calefacción de la base es completamente eléctrica. Nace en tres modernos generadores que consumen 60 litros de gasoil antártico por hora. El gasoil antártico está tratado químicamente con anticongelantes, de modo que se lo almacena en una fila interminable de enormes tanques a la intemperie donde resiste todo el año.

https://www.clarin.com/sociedad/fot...entifica-antartida-argentina_5_bclSwRLu2.html
El fuego es la supervivencia indispensable del calor pero también el fantasma mayor de la base. Un incendio sería devastador. Por eso algunas de las puertas del largo pasillo del edificio principal de Marambio son rojas y tienen la leyenda "puerta cortafuego". Generan espacios seguros donde buscar refugio y aislarse de un posible incendio dentro del mismo edificio. Como aún hay áreas que no son ignífugas -el comedor principal está completamente forrado en madera, igual que los pisos de toda la base-, y por eso hay opciones de refugio fuera de allí. Una es una estructura con camas, preparada como alojamiento de emergencia por si llegara a ocurrir un accidente de ese tipo. Otra, el hangar donde se guarda el avión Twin Otter. Tiene las dimensiones de un polideportivo y allí podría estar a salvo la dotación completa, esperando un rescate en bolsas de dormir pero a salvo del viento y la nieve.
Para controlar los riesgos están "los rojos", el cuerpo de bomberos de la base, que este año integra también una de las seis mujeres que trabajan en el área militar de Marambio. Las otras ocupan los puestos de médica, enfermera, cocinera, meteoróloga y encargada de la torre de control. La última es Olga Valderrama, una jujeña que nunca había visto la nieve hasta que llegó a la Antártida, que dice estar "feliz" de que haya seis mujeres este año y que nunca se sintió marginada por el género: "Acá compartimos todo y hacemos todas las tareas a la par de nuestros compañeros hombres. Somos humanos trabajando en equipo, más que mujeres u hombres", dice. Y lagrimea cuando recuerda a su mamá, allá en Jujuy, que la abrazó fuerte cuando ella le dijo que partía hacia el fin del mundo. Ese abrazo aguanta 5.000 kilómetros.

La Base Marambio en la Antártida Argentina (Rafael Mario Quinteros).
Tierra
El suelo de la Antártida es de permafrost, una capa de suelo congelado que parece una mezcla de arcilla y arena y luce como barro cuando comienzan los deshielos. Ocupa un 20 por ciento de la superficie terrestre y es típico en Alaska, Canadá, Rusia y la Antártida.
Pero la palabra tierra tiene un significado especial para la avanzada argentina en el continente blanco. La pista de aterrizaje actual de Marambio fue la primera en la que pudo aterrizar un avión con ruedas en toda la Antártida. Hasta entonces sólo lo hacían pequeñas naves con esquíes que anevizaban sobre glaciares.

https://www.clarin.com/sociedad/fotogalerias-antartida-vuelo-twin-otter_5_6rbIKqaqI.html
La construyó en 1969 un grupo de hombres que subió a la meseta caminando por las cuestas empinadas y quitó a pico y pala las grandes piedras de la superficie para despejar un área natural plana en la que los vientos barren la nieve caída. Sobre aquella pista de tierra nació Marambio. Juan Carlos Luján tiene ahora 79 años y estuvo en aquel equipo antártico, pico en mano, haciendo la pista original sobre la meseta helada. Sentado frente a Clarín, recuerda que cuando llegaron al lugar en una avioneta con esquíes se rompió uno de ellos y lo repararon con alambres. "En el 69 el hombre llegó a la luna y nosotros hicimos la primera pista de tierra de la Antártida arreglando los problemas con alambre", ríe hoy, cada vez que el Hércules vuelve a bajar en su pista para que el ciclo Marambio del agua, el aire, el fuego y la tierra comience de nuevo.
 
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