Noticias de la Armada Argentina (ARA)

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Vista de la popa desde debajo de la cubierta de vuelo del destructor clase MEKO 360H2 ARA "Sarandí", notar a la derecha la jaula lanza cargas de profundidad. Esta foto fue tomada hace un par de días apenas el "Sarandí" saliera de tareas de mantenimiento del dique de carena numero 1 y antes de que el "Patagonia" ingresara a mantenimiento y reparaciones al dique de carena numero 2.



Foto: Ariel Garcia

También hoy en el puerto de Rosario el aviso clase Sotoyomo ARA "Alférez Sobral", observar en el mismo el cañón Bofors de 40 mm a proa.



El tercer buque que se encuentra de visita en el puerto de Rosario es el multipropósito clase Red Cedar ARA "Ciudad de Rosario".



Corbeta clase A-69 ARA "Guerrico" fotografiada hoy en el puerto de Rosario

Fotos: Ricardo Napolitano

Extraído de FDA.

Saludos.
Guille.
 
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Derruido

Colaborador
Vista de la popa desde debajo de la cubierta de vuelo del destructor clase MEKO 360H2 ARA "Sarandí", notar a la derecha la jaula lanza cargas de profundidad. Esta foto fue tomada hace un par de días apenas el "Sarandí" saliera de tareas de mantenimiento del dique de carena numero 1 y antes de que el "Patagonia" ingresara a mantenimiento y reparaciones al dique de carena numero 2.



Foto: Ariel Garcia

También hoy en el puerto de Rosario el aviso clase Sotoyomo ARA "Alférez Sobral", observar en el mismo el cañón Bofors de 40 mm a proa.



El tercer buque que se encuentra de visita en el puerto de Rosario es el multipropósito clase Red Cedar ARA "Ciudad de Rosario".



Corbeta clase A-69 ARA "Guerrico" fotografiada hoy en el puerto de Rosario

Fotos: Ricardo Napolitano

Extraído de FDA.

Saludos.
Guille.


por un lado, gracias, nunca había visto esa parte del buque con tanto detalle.

Segundo punto, que hace esa bomba extractora de agua ahí...........................

Besos
 

Armisael

Forista Borgeano
Colaborador
Ya lo se Fede . . . el tema, es que en las novelas de piratas, siempre varaban el buque en un fondo arenoso antes de hacer el calafateo.

De ahí viene la cita (chiste) del otro forista . . . .
 
Es que el calafateo es un proceso estrictamente de barcos de madera...lo he visto en amigos, y por ende..se que muy rara vez compraria uno ajajaja

Si nos ponemos rigurosos, las cubiertas de baldeo se calafatean...

" Los barcos de madera te dan dos alegrías, una cuando lo compras y una cuando lo vendes"

Yo por eso, me compre uno de ferrocemento.

Saludos
 
Última edición:

Derruido

Colaborador
del buque , porque la tiene adentro
de que parte?

y porque hay agua?

Besos
PD: Me extraña que si es de adentro del buque, se tenga que recurrir a una bomba de achique comercial, me arriesgaria a decir marca Honda. En lugar de utilizar una del propio buque. Si es de alguna parte interna que por X razones acumula agua.
PD: Me gustaria que tal vez Don Tarkus o MWAA nos iluminen.
 

Nocturno Culto

Colaboracionista
Colaborador
A riesgo de equivocarme diría que si tienen una bomba comercial chica es porque lo que tengan que desagotar no es algo de gravedad.
 

Nocturno Culto

Colaboracionista
Colaborador
La fragata ARA “Libertad” compitió por la Boston Teapot
22-6-2014 | Fueron 124 horas a pura vela en el tramo de navegación del puerto dominicano de Santo Domingo al puerto mexicano de Veracruz. El viento, el trabajo en equipo y el aprendizaje de las artes marineras fueron los protagonistas.

En navegación- El buque escuela fragata ARA “Libertad” compitió en la tradicional Boston Teapot, una vez que zarpó del puerto dominicano de Santo Domingo y en tránsito al puerto mexicano de Veracruz. En cinco días computó 1030 millas náuticas (unos 2000 km) navegando a pura vela, con un promedio de 8,6 nudos de velocidad.

La Boston Teapot es una competencia de carácter individual en su proceso, es anual y está supervisada por la Sailing Training Assosiation. Consiste en navegar la mayor distancia posible en 124 horas, en un tramo de navegación que cada buque elige considerando aquellas zonas donde los vientos suelen presentarse más favorables. Durante el itinerario la embarcación puede realizar hasta dos caídas, y la distancia a navegar debe estar contenida en el marco de un viaje de instrucción. Cada navío que participe tiene tres oportunidades para mejorar su propia marca.

Desde el primer minuto de iniciada la competencia, la cubierta del buque fue acaparada en su totalidad por las brigadas de velas, al tiempo que el puente de Comando dobló su tarea para afinar la ruta de navegación en función del viento, intentando en todo momento alcanzar la mejor performance posible. Cuando sonó el silbato del contramaestre general, suboficial mayor Oporto Marciano, la adrenalina impregnó a cada marino y en escasos segundos el personal subió a los diversos palos y tomó posición de maniobra.

Esta competencia destaca el trabajo en equipo de un velero, su profesionalismo, precisión y, sobre todo, su sentido de propósito. No es posible el desempeño individual; no sirve. Cada maniobra requiere del apoyo mutuo, del trabajo codo a codo, de la confianza. De estos factores depende arrancarle al viento su mejor aliento, de tenerlo como aliado. Y también en esto participan los demás departamentos y divisiones, porque más allá del trabajo a pura vela, la electricidad tiene que continuar funcionando, las cocinas brindando cada alimento, los pañoles asistiendo con cada elemento necesario. Todo el buque corre la regata, cada hombre y mujer aporta su grano de arena.

“La gente se mostró entusiasmada, tuvimos un pico de 15 nudos con un viento relativo de 28 nudos, que es un rendimiento muy bueno de todo el aparejo, de todo el sistema. Navegamos rumbo sudoeste hacia el centro del mar Caribe y después caímos al Noroeste en dirección al estrecho de Yucatán”, contó el comandante, capitán de navío Marcos Henson.

Cuando se navega a pura vela, se adoptan condiciones de máquinas, es decir, se deja de propulsar con los motores y la hélice se coloca a paso bandera, quedando las palas paralelas a la línea de crujía para reducir la resistencia al avance del agua. El resto se debe al trabajo sobre cada una de las 27 velas de la “Libertad”, de las cuales 15 son cuadras, 5 foques, 6 estais y 1 cangreja, que sirve de timón.

Sobre cada palo (bauprés, trinquete, mayor y mesana) el personal de la especialidad mar pone a prueba sus conocimientos y capacidad de trabajo en equipo. La sincronización para trabajar sobre cada cabo, la fuerza combinada, el silbato y la voz de cada contramaestre, el apoyo constante entre sí. Nada queda al azar más allá de la voluntad del viento. Una vez que el buque está propulsando a totalmente a vela se establecen las guardias de cuatro horas por brigada de cada una de las tres Divisiones compuestas por el personal de los distintos palos.

Los dos primeros días el buque navegó con 11 nudos de mínima y 15 como velocidad máxima, efectuando a las 36 horas de iniciada la competencia la única caída que tuvo la derrota. Para el tercer día, el movimiento del aire disminuyó, lo que significó un gran descenso en la velocidad. En esos momentos los marinos contienen en sí una ansiedad que el viento desconoce. Van y vienen por la cubierta mirando las tiras de tela que acusan la intensidad del viento y su dirección, viendo de qué forma sacarle alguna ventaja al viento. Cuando nada parece dar resultado, se invocan distintas tradiciones marineras para atraer el viento, algunas de las cuales funcionaron. En una oportunidad, luego de una de esas tradiciones y en tiempo récord, el buque escuela pasó de 5 nudos a 12,5 de velocidad. Pero el envión duró sólo algunos minutos.

Para el cuarto día de competencia otra vez la fuerza del viento mermó y se navegó entre 5 y 7 nudos de velocidad hasta la noche, cuando un pico de viento puso a la brigada de turno a bracear para mejorar la condición de avance. Durante un largo tiempo se trabajó con la cazadora encendida --iluminación en cubierta-- en maniobras sobre ambas bandas. Entrada la noche, el buque había sumado un nudo más (superó apenas los 8), lo que para una competencia así es un logro arrancado al viento por la perseverancia de los hombres y mujeres de mar.

Durante los cinco días, en cada entrega de guardia, la brigada de vela saliente dejaba en manos del nuevo grupo la responsabilidad de intentar mantener la buena velocidad, el favor de cada ráfaga de viento, de cada soplo. Fueron cinco jornadas de redoblar los esfuerzos constantemente, de tensión concentrada, y de fe, con el apoyo y aliento permanente de toda la tripulación, de cada departamento y división.

“En los buques a vela se aprende a trabajar en equipo, no es posible operar de otra manera. No hay tarea a bordo que la haga un hombre solo”, destacó el comandante. En la “Libertad” se opera como hace 50 años, de la misma manera que antes fue en su antecesor, el actual buque museo fragata ARA “Presidente Sarmiento”, donde se han formado en las artes marineras y se han forjado en la naturaleza del mar generaciones de marinos argentinos.

"Quiero resaltar el profesionalismo de la gente, cómo se compenetra, se esfuerza constantemente para mejorar el rendimiento del buque, como se forja el espíritu de equipo que es uno de los objetivos primordiales del viaje de instrucción; que nuestra gente y los guardiamarinas aprendan a trabajar en equipo es esencial para la profesión naval”, remarcó el capitán Henson.

Al finalizar la competencia, con el cansancio visible pero con satisfacción en los rostros, los marinos se saludan entre sí. Nadie en el buque duda de que dejaron todo en cada maniobra y que ese esfuerzo de equipo, más allá del resultado, valdrá su peso en experiencia marinera y en camaradería. En confianza en el otro como en uno mismo.

Luego, los datos computados se envían a la Asociación donde son comparados con todas las presentaciones que se hagan durante el año, en el período de octubre a octubre. La nave que obtiene el mejor resultado se adjudica el premio. La fragata ARA “Libertad” es el buque en todo el mundo que mayor cantidad de veces lo ganó y mantiene además el récord de cruce del Atlántico a vela desde 1966, cuando marcó 2058 millas en 8 días y 12 horas.

La “Libertad” favorita del viento

Se disputó una regata en el tramo de navegación que une la ciudad venezolana de “La Guaira” con la ciudad dominicana de Santo Domingo. En navegación a pura vela formaron parte de la misma, el buque escuela fragata ARA “Libertad”, el bergantín ARC “Gloria” de Colombia; el bergantín “Cuauhtémoc” de México; y el bergantín “Simón Bolívar” de Venezuela.

El primero en cruzar la línea de llegada fue la fragata “Libertad” secundada por el buque escuela mexicano “Cuauhtémoc”. En esa oportunidad la regata se corrió en 52 horas y computó 467 millas náuticas – unos 840 km–.
 

Nocturno Culto

Colaboracionista
Colaborador
Velas Latinoamérica 2014
Acto clausura del encuentro internacional de Grandes Veleros
22-6-2014 | Durante su transcurso, la Armada Argentina hizo entrega de la dirección de la organización del próximo evento de este tipo a la Armada de Chile.

Veracruz - En un acto de clausura realizado el miércoles pasado se puso fin al encuentro internacional de Grandes Geleros en el Museo Naval. La clausura fue presidida por el secretario de Marina de México, almirante Vidal Francisco Soberón Sanz; y el gobernador del Estado de Veracruz, doctor Javier Duarte de Ochoa. La Armada Argentina estuvo representada por el director de Relaciones Institucionales, contralmirante José Luis Villán; la Armada de Chile por el director de Educación de la Armada de Chile y presidente del Comité Ejecutivo de Velas Latinoamérica 2014, contralmirante Víctor Zanelli Suffo; entre otras autoridades diplomáticas, civiles y militares.

De este marco formaron parte los comandantes de los Grandes Veleros participantes del encuentro internacional contando además con la presencia de la Armada de Perú a través del buque escuela “Villavicencio” que acudió al cierre del “Velas Latinoamérica 2014”, evento que se desarrolló durante los últimos cuatro meses con motivo del Bicentenario del Combate Naval de Montevideo.

El común denominador durante el encuentro internacional de los Grandes Veleros fue la integración entre los pueblos acercándolos a la profesión de los hombres y mujeres de mar, mostrando una vez más que la unidad Latinoamericana es posible; contribuyendo además a consolidar en cada puerto y país que visitaron un mensaje de paz, hermandad y desarrollo; fortaleciendo los vínculos de confianza mutua y poniendo en valor los ideales que los héroes navales y próceres nacionales depositaron en los albores de la gesta emancipadora de los pueblos latinoamericanos con los cimientos de la libertad.

Hacia el fin de este evento, la primera parte fue de agradecimiento a todos los países participantes a través de las Armadas, luego fue el balance y, finalmente, tuvo lugar el traspaso de la dirección de la organización del próximo encuentro de Grandes Veleros latinoamericanos en 2018, actividad que tendrá como organizadora a la Armada de Chile.

Hora de balances

Por la Armada Argentina, el contralmirante Villán enfatizó: “El esfuerzo de los que zarparon se vio cada día en el mar para llegar con el barco sano y la dotación completa. Se aprendió que hay cosas que uno solo no puede hacer pero en equipo sí. Primero se generó el espíritu de buque, con alumnos, con profesores; después, el espíritu de flota formada por las Armadas de Latinoamérica y por veleros civiles que nos acompañaron durante toda la aventura. Lo más importante que nos dejó el ‘Velas’, es el conocimiento de todos los que participaron. Cuando los buques llegaron a las ciudades, todos hicieron esfuerzos desmedidos para hacer que cada uno recupere los sentimientos que dejaron atrás, lejos de sus hogares, los hicieron sentir como en su casa”.

Luego, el contralmirante Víctor Zanelli Suffo afirmó: “Estoy contento y emocionado por lo que se vive hoy, de juntar cada cuatro años nuestras Marinas. En el mar no tenemos fronteras, en el mar trabajamos, tenemos amigos y hacemos camaradería. Qué hermoso y emocionante es estar en Veracruz también celebrando el centenario de esta gesta heroica. Las Marinas y todos los que estamos acá, somos grandes porque somos hermanos”.

A su turno, el almirante Soberón Sanz destacó: “Aprovecho para felicitar a la Armada Argentina por el hecho histórico del Combate Naval de Montevideo del 17 de mayo de 1814, en la figura del almirante Guillermo Brown; estoy convencido que dicho acontecimiento los llena de orgullo. Quedó demostrado una vez más que el encuentro de Grandes Veleros “Velas Latinoamérica 2014” cuya finalidad es estrechar y fortalecer los lazos de Paz y amistad entre las Armadas que participan, cumplió su objetivo”.

En cuatro meses visitaron 13 ciudades, concretaron hitos valorados por marinos y navegantes de todos los tiempos, uno fue el Cabo de Hornos, otro el cruce de la línea imaginaria del Ecuador. A su vez, cruzaron el Canal de Panamá, una obra imponente hecha por el hombre que comunica los océanos Pacífico Atlántico.

Juntos arribaron y zarparon en desfile naval, rindieron honores, fueron recibidos con la música y el folclore popular, por autoridades diplomáticas, civiles y militares. Se hicieron intercambios entre tripulaciones de los buques, se concretó la integración con las comunidades visitadas, recibieron en sus cubiertas a cientos de miles de visitas, con ellas incontables muestras de afecto y reconocimiento a las tareas que efectúan a bordo como a la profesión naval. Ahora llegó a su fin y al dejar este puerto, cada gran velero continuará su periplo en viaje de instrucción.
 
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