Noticias de EE.UU.

Hasta los diarios de mayor tendencia de derecha coinciden en destacar los múltiples problemas que ha generado el Presidente Trump con sus insólitas propuestas. Recibe críticas por todos lados.
Por su acercamiento a Rusia estimado muchos en Washington les encanta la nueva guerra fria . Obama deporto de EEUU a mas de 2 millones de inmigrantes, Libia, Siria, Yemen , Irak y no pasa nada hace una semana estaba en las islas virgenes tomando Sol
 

Eduardo Moretti

Colaborador
Por su acercamiento a Rusia estimado muchos en Washington les encanta la nueva guerra fria . Obama deporto de EEUU a mas de 2 millones de inmigrantes, Libia, Siria, Yemen , Irak y no pasa nada hace una semana estaba en las islas virgenes tomando Sol

Es cierto, estimado Leviatán, que mucho tiene que ver con eso.

Pero hay ciertas medidas, como el mentado muro con México, las trabas a las importaciones que generarán conflictos comerciales y aumento de los precios internos, y las restricciones al ingreso de inmigrantes de determinados países, son medidas que han generado enorme polémica y le traerán muchos conflictos.

Saludos.
 
Es cierto, estimado Leviatán, que mucho tiene que ver con eso.

Pero hay ciertas medidas, como el mentado muro con México, las trabas a las importaciones que generarán conflictos comerciales y aumento de los precios internos, y las restricciones al ingreso de inmigrantes de determinados países, son medidas que han generado enorme polémica y le traerán muchos conflictos.

Saludos.
Pero los paises que se denego la entrada de refugiados son los que provocaron tanto obama como bush . Lo del Muro no se construyo y no se si se haga pues es un costo altisimo, y aunque se haga hay zonas de EEUU protegidas y donde la geografia hace imposible cualquier tipo de construccion. Sigue el TLC con Mexico solo se hablo de revisar el tratado ambos paises son mienbros de la OMC donde se fija sino me equivoco un arancel maximo de 10 asi sin TLC los productos de Mexico entrarian al mercado de EEUU con un aracel de 2 o 3 % . saludo
 

Eduardo Moretti

Colaborador
Pero los paises que se denego la entrada de refugiados son los que provocaron tanto obama como bush . Lo del Muro no se construyo y no se si se haga pues es un costo altisimo, y aunque se haga hay zonas de EEUU protegidas y donde la geografia hace imposible cualquier tipo de construccion. Sigue el TLC con Mexico solo se hablo de revisar el tratado ambos paises son mienbros de la OMC donde se fija sino me equivoco un arancel maximo de 10 asi sin TLC los productos de Mexico entrarian al mercado de EEUU con un aracel de 2 o 3 % . saludo

Veremos como sigue todo, estimado Leviatán.

Yo creo que el propio Partido Republicano, y la Justicia le van a poner muchos límites, y no va a poder hacer reformas profundas como había prometido.

En los próximos meses iremos viendo cómo evoluciona la política interior y exterior de Trump.

Saludos
 

Negro

Administrador
Miembro del Staff
Administrador
EE.UU. presiona a Alemania para que aumente los gastos de defensa


El secretario de Defensa de EE.UU., James Mattis, y la Ministra Alemana de Defensa, Ursula von der Leyen, en el Pentágono


https://www.zona-militar.com/2017/0...lemania-para-aumentar-los-gastos-de-defensa​/
 

Eduardo Moretti

Colaborador
Los primeros pasos de Donald Trump en política exterior
Emilio J. Cardenas
LA NACION
JUEVES 23 DE FEBRERO DE 2017

Donald Trump está instalado en la presidencia de su país. Con el timón firmemente en sus manos y su peculiar estilo. De cara a su pueblo ciertamente, pero también frente al mundo exterior. Es hora de hacer un rápido primer análisis de lo que parecería estar sucediendo en ese capítulo particular de su gestión.

Lo primero que luce evidente es que el nuevo presidente norteamericano, como sucede con todos, ha sido golpeado por la realidad. Era inevitable. Ocurre que el mundo no es unipolar y nadie impone su voluntad sobre la de los demás.

Algo parecido, en el sentido de virar en dirección a la prudencia, sucedió asimismo respecto de Israel. En efecto, pese a sus expresiones previas de apoyo sin retaceos a Israel en su conflicto con los palestinos y de admiración hacia el primer ministro Benjamín Netanyahu, ante la decisión israelí de expandir aceleradamente los llamados "asentamientos" el presidente norteamericano expresó que, en su criterio, ampliarlos "no era algo bueno para la paz". Lo hizo luego de conversar sobre el tema con el Rey Abdullah II, de Jordania. No obstante, en su primera reunión con Benjamin Netanyahu, Donald Trump confirmó que el gobierno norteamericano ya no insiste en la solución de "los dos Estados" y que puede vivir con otras alternativas si israelíes y palestinos las endosan, lo que no será sencillo. De ese modo, en este tema no sólo abrió una Caja de Pandora, sino que descolocó a los palestinos.

Con relación a Irán, la realidad ha sido también distinta a las posiciones asumidas durante la campaña. Revirtiendo su dureza, Trump abrazó la prudencia al confirmar que no intentará reescribir el acuerdo alcanzado por la comunidad internacional con Irán referido al peligroso programa nuclear iraní. Lo que no significa que se condonarán las provocaciones iraníes, ni se ignorarán sus conductas. En rigor, a la inmediata provocación de los nuevos ensayos iraníes con misiles de mediano alcance, la administración Trump respondió, instantáneamente, imponiendo al país de los persas una panoplia de nuevas sanciones económicas. Ocurre que los generales que el presidente Trump ha convocado a trabajar en su derredor mantienen una posición de desconfianza respecto del proceder de Irán y tienen claro cuáles son los peligros inmediatos que la visión del mundo y el andar de la teocracia suponen para la paz.

Respecto del terrorismo y las restricciones migratorias, la reacción inicial de Trump se ha topado, como cabía suponer, con los límites que los tribunales judiciales de su país han fijado y continuarán fijando respecto de la necesidad de mantener el estado de derecho, sin concesiones. No obstante, está meridianamente claro que combatir sin descanso al terrorismo fundamentalista islámico es una de sus prioridades centrales. Sin precipitarse, como lo sugiere su cuidadosa revisión de los planes de la administración precedente para la recuperación de Raqqa, que Donald Trump consideró poco eficaces y dejó de lado.

Frente a la compleja realidad actual de Europa, Trump seguramente pondrá a disposición de Gran Bretaña la posibilidad de un rápido acuerdo de libre comercio, en procura de mitigar los daños derivados del error que supone el llamado "Brexit". Pero ha debido escuchar las quejas contra su intervencionismo provenientes de los países que conforman la columna vertebral de la Unión Europea y creen en ella. Y, por ahora, ha cerrado la boca.

En línea con las acciones referidas, Donald Trump ha dejado de insistir permanentemente en la necesidad de construir un muro entre su país y México y acordado sensatamente con su colega mexicano analizar la cuestión fronteriza en un ámbito reservado. No obstante, su disparatada ofensiva parece haber generado un clima de frialdad -y hasta de prevención- que se ha extendido por la región toda. Más allá de México, país con el que América Latina se ha solidarizado. Y -en México- ha vuelto a proyectar al izquierdista Andrés M. López Obrador como temprano favorito en la elección presidencial mexicana del año próximo.

Con relación a Venezuela hay, en cambio, una señal de endurecimiento con el chavismo, exteriorizada por la temprana reunión del presidente Trump con Lilian Tintori con la presencia del senador Marco Rubio y por los llamados reiterados a la inmediata liberación de su marido, el líder opositor Leopoldo López y demás presos políticos.

En esto Trump ha escuchado las opiniones de algunos líderes de la región, incluyendo al presidente argentino. Las sanciones al vice-presidente Tareck El Aissami por su relación con el narcotráfico confirman que el tema venezolano se enfrenta con frialdad.

La realidad está evidenciando -como se ha visto- que, en materia de política exterior, Donald Trump está de algún modo recalibrando sus posiciones de campaña, demasiado duras y osadas.

En todo esto, la influencia del nuevo Secretario de Estado ha sido moderadora. Como también lo han sido las opiniones del sereno Secretario de Defensa, Jim Mattis. Dos hombres importantes, que seguramente equilibrarán el andar de la administración norteamericana.

El estilo personalista de Donald Trump mantiene -no obstante- su vigencia. Como lo demuestra el rechazo a la designación, como segundo del Departamento de Estado, de Elliot Abrams, solicitada por Rex Tillerson y vetada por el presidente Trump. Lo que está en línea con su criterio de que quienes hasta ayer osaron criticarlo, hoy no pueden aspirar a protagonismo alguno en su administración. Donald Trump, pese a todo, no trata de imponer a toda costa sus candidatos. Prueba de ello es que está respetando la oposición de Rex Tillerson a la designación del conservador John Bolton como número dos del Departamento de Estado.

La sensación es que, pese a su antagonismo con la política de Barack Obama, el presidente Donald Trump está siendo cauto antes de cambiar los rumbos importantes en política exterior. Esto es lo que suponen declaraciones como las de la nueva embajadora ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, cuando anunciara que el levantamiento de las sanciones que pesan sobre Rusia debe estar precedido por el cese de sus acciones desestabilizadoras en Ucrania y por el retiro de las tropas rusas que hoy están estacionadas en Crimea.

Hay un tema preocupante. El que forzara la renuncia de Michael Flynn a su cargo en el Consejo Nacional de Seguridad, porque alimenta las sospechas de contactos intensos, en el 2016, entre el equipo de campaña de Trump y los servicios de inteligencia rusos. Cuestión delicada en extremo, que ha comenzado a proyectar un nivel de ansiedad que recuerda a Richard Nixon, cuyos engaños derivaron en el caso Watergate, que sacudiera al país del norte en los 70. La relación con Rusia está ahora en el centro mismo del radar de quienes, por la razón que fuere, siguen de cerca la política exterior de Donald Trump.

A modo de síntesis: no estamos -queda visto- frente al vendaval incontrolable que algunos creyeron que Donald Trump iba a desatar sobre el mundo. En política exterior el caos y el desconcierto son, por ahora, bastante menores que en materia doméstica.

(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.
http://www.lanacion.com.ar/1987165-los-primeros-pasos-de-donald-trump-en-politica-exterior
 

Eduardo Moretti

Colaborador
Creo que por ahora al Presidente Trump lo está golpeando la realidad de gobernar, y por lo tanto no puede llevar adelante tantas reformas polémicas como había prometido en campaña.

Encima tiene una opinión negativa del 51% en su país, según una encuenta que se publicó hoy.
 

Sebastian

Colaborador
Trump anuncia una subida de 54.000 millones de dólares en el presupuesto militar

"Tenemos que empezar a ganar guerras", clama el presidente de EE UU


Jan Martínez Ahrens
Washington 28 FEB 2017 - 00:49 CET
Llegan tiempos marciales. El presidente de Estados Unidos ha decidido poner en marcha el mayor rearme en una década y ha ordenado elaborar un presupuesto con un incremento de 54.000 millones de dólares (9,3%) en los gastos de defensa. La histórica subida será compensada con un plan de recortes general, especialmente duro con la partida de ayuda exterior. El tijeretazo, aunque evita tocar los dos capítulos de gasto políticamente más sensibles, pensiones y asistencia sanitaria, muestra que Donald Trump está dispuesto a iniciar una nueva escalada militar para hacer cumplir sus sueños de grandeza. “Tenemos que empezar a ganar guerras otra vez”, clamó.

Trump nunca lo ha ocultado. Es un halcón y quiere fortalecer la primacía militar. Para ello ha dado un salto en defensa que no se veía desde 2008, al final de la era Bush, con el conflicto de Irak y Afganistán aún sangrando a borbotones. “Antes decíamos que Estados Unidos jamás perdía una guerra, ahora no ganamos ninguna. Es inaceptable”, dijo.

A tal fin, los acuerdos del pasado le importan poco. Incluso los más espinosos. No sólo quiere lanzarse al avispero islámico, sino que ha despreciado públicamente el tratado de limitación de armas nucleares con Rusia y el jueves pasado ya anunció su deseo de ampliar el arsenal atómico: “Soy el primero que querría ver al mundo sin armas, pero no podemos quedarnos por detrás de ningún país, aunque sea amigo. Nosotros tenemos que estar a la cabeza de la manada”.

Para Trump, esta escalada militar no es sólo una forma de patriotismo. El multimillonario republicano siempre la ha vinculado a la prosperidad económica. “Reforzar el sector militar es barato. Estamos comprando paz y afianzando nuestra seguridad nacional. Además es un buen negocio. ¿Quién construirá los aviones y barcos? Trabajadores americanos”, ha escrito en su obra programática América lisiada.

pulsa en la foto
GRÁFICO: Capacidad militar de Estados Unidos

Patria, cañones y empleos. El triángulo sobre el que descansa la apuesta de Trump ha sido una de sus principales promesas electorales. Y ahora quiere materializarla cuanto antes. Para ello ha ordenado a las agencias federales que empiecen a trabajar en un modelo de presupuesto que satisfaga sus deseos. La propuesta no estará lista hasta mediados de marzo. Luego tendrá que entrar en el Capitolio. Un espacio de mayoría republicana, pero donde todo es sometido a la presión de los más variopintos intereses. Será entonces cuando Trump, que hasta ahora ha gobernado bajo el impulso de las órdenes ejecutivas, tenga que hacer frente a su primera gran batalla legislativa.

En esa arena se verá su capacidad de liderazgo del bando republicano y también el alcance de sus sueños. En principio, lo que ofrece el presidente es atractivo para los conservadores. Al aumento del presupuesto militar le quiere añadir una bajada general de impuestos, el desmantelamiento de la reforma sanitaria (Obamacare) y una desregulación financiera intensa.

La partitura gusta a la mayoría, pero su instrumentación puede ser explosiva. Es el caso del Obamacare. Vilipendiado por Trump y los suyos, la promesa de eliminar la reforma sanitaria nada más llegar a la Casa Blanca ha quedado congelada. La constatación de que suprimirla afectaría a 22 millones de personas y dispararía el déficit fiscal en 353.000 millones de dólares en 10 años ha puesto freno a la demolición y dado paso a la búsqueda de alternativas racionales.

La construcción del presupuesto seguirá un proceso similar: será lenta y desactivante. Pero en el corto plazo, en el juego de lo inmediato que tanto practica, Trump ha emitido una señal clara con la propuesta de rearme. Es alguien que cumple sus promesas y que mantiene su capacidad disruptiva. Ese es el impacto que han buscado los autores del plan: el director de la Oficina Presupuestaria, Mick Mulvaney; el director de Consejo Económico Nacional, Gary Cohn, y el estratega jefe de la Casa Blanca, el tenebroso Stephen Bannon.

Que cale este mensaje es importante para alguien que ha entrado en barrena en sus relaciones con la prensa y que tiene a las encuestas en contra. Alarmados por su baja valoración, Trump y sus consejeros quieren superar los filtros mediáticos y alcanzar directamente al electorado. La conversión de los primeros vaivenes presupuestarios en una declaración política de alta potencia busca esa meta. Y también ofrece un adelanto del discurso del Estado de la Unión mañana en la noche. En la intervención, la primera donde el presidente se enfrenta a la Cámaras, deberá mostrar a senadores y congresistas qué futuro quiere para Estados Unidos. De momento, ha optado por las armas y el ruido.

El presupuesto militar será inferior al de los primeros años de Obama

JOAN FAUS (WASHINGTON)
La propuesta de Donald Trump de gastar 638.000 millones de dólares en defensa en el año fiscal 2018 supone el mayor aumento en una década, pero es una cifra inferior a algunos de los presupuestos aprobados por el Congreso al inicio de la presidencia de Barack Obama. Para encontrar una cifra reciente superior hay que retroceder a 2012: 681.000 millones de dólares. El presupuesto más alto fue el de 2010 con 721.000 millones, según datos oficiales.

Pero el contexto es muy distinto. En los primeros años del demócrata Obama, EE UU estaba involucrado de lleno en las guerras de Afganistán e Irak, con decenas de miles de tropas desplegadas. Ahora, la primera potencia cuenta con un contingente muy inferior en Afganistán y su presencia en países como Irak o Siria se limita a centenares de asesores militares.

El refuerzo militar del republicano Trump responde más a una estrategia de disuasión, como la empleada por Ronald Reagan en el crepúsculo de la Guerra Fría en los años 80, que a la de un país que combate activamente en guerras, como los gobiernos de George W. Bush y Obama.

El aumento en 54.000 millones del gasto militar supone un crecimiento del 9,2% respecto al presupuesto del año fiscal 2017. Es el mayor incremento desde 2008 (11,3%), en el último año de presidencia de Bush. Pero queda lejos del crecimiento del 25,9% en 2003, cuando EE UU lanzó la invasión de Irak y estaba en el segundo año de guerra en Afganistán.
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/02/27/estados_unidos/1488210234_980587.html
 

Sebastian

Colaborador
El padre del primer soldado muerto con Trump le rechazó en una ceremonia

"¿Por qué teníamos que poner en marcha esa estúpida operación?", dice el progenitor, que se negó a recibir los restos mortales de su hijo con el presidente


Jan Martínez Ahrens
Washington 27 FEB 2017 - 20:33 CET

El ansia de gloria de Donald Trump tiene una cruz a su espalda. Y él lo sabe. El padre del primer soldado caído durante su mandato rechazó estar con el presidente de Estados Unidos en la ceremonia de recepción de los restos mortales. En un amargo capítulo que el progenitor ha desvelado a los medios, la familia del combatiente hizo saber en la base aérea de Dover, adonde iba a llegar el ataúd y se encaminaba Trump, su negativa a verle en el acto privado. “No quiero encontrarme con el presidente; mi consciencia no me dejaría hablarle”, le comunicó el padre, un exmilitar, al capellán castrense. El presidente aceptó sus deseos y se limitó a mostrar sus respetos a otros familiares en una habitación distinta.

William Owens, de 36 años y tres hijos, fue el primer soldado estadounidense muerto en combate de la era Trump. Oficial de los comandos de élite de la Marina, los temidos SEAL, cayó en suelo yemení el 27 de enero durante el ataque a una base de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA). En el operativo fallecieron 16 civiles y 14 supuestos terroristas. La Casa Blanca presentó la acción como un éxito y destacó la “importante información de inteligencia” incautada a la organización terrorista.

Esta versión fue puesta en duda desde el primer momento. Trump dio la orden cuando apenas llevaba una semana en el cargo, y muchos críticos consideraron que respondía más a su impaciencia por mostrarle las fauces a los islamistas radicales que a una necesidad operativa. “La acción se llevó a cabo sin los suficientes datos, apoyo de tierra o preparativos de respaldo. Fue un ejemplo de lo que no debe hacerse”, ha señalado la organización no gubernamental International Crisis Group (ICG).

Todo ello derivó en que los SEAL se topasen con un fortín yihadista armado hasta los dientes y mucho más poderoso de lo previsto. Lo que siguió fue una carnicería. Owen murió, seis de sus compañeros resultaron heridos y un helicóptero de combate fue derribado. En el otro bando, cayeron casi una veintena de civiles, mucho de ellos posiblemente usados como escudos humanos por los terroristas.

“¿Por qué tuvieron que poner en marcha esta estúpida misión, cuando no llevaban ni una semana de gobierno? ¿Por qué? Durante dos años no pisaron el suelo en Yemen porque no había ningún objetivo más valioso que una vida de un estadounidense. Y ahora, de repente, teníamos que hacer esta exhibición”, dijo a The Miami Herald. el padre, un veterano y expolicía de Fort Lauderdale.

La Casa Blanca ha evitado entrar en la polémica. “No puedo ni imaginarme lo que debe estar pasando el padre. Su hijo es un héroe y estaremos siempre en deuda con él”, respondió una portavoz.

La contestación no le ha bastado a la familia. El padre ha anunciado que pedirá la apertura de una investigación. No está dispuesto a olvidar.
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/02/27/estados_unidos/1488209223_553863.html
 
Esto está se poniendo divertido. EEUU se parece cada dia más con una republica de bananas.

Saludos,

JT
Si es asi que opinas de años de democracia en nuestra region de las americas donde los medios tienen sus favoritos , poniendo a favor o en contra a la poblacion todos esos medios apoyaron a Hillary hasta le decian a las personas que debian votar por Clinton algo inedito en la democracia estadounidense .
 
Si es asi que opinas de años de democracia en nuestra region de las americas donde los medios tienen sus favoritos , poniendo a favor o en contra a la poblacion todos esos medios apoyaron a Hillary hasta le decian a las personas que debian votar por Clinton algo inedito en la democracia estadounidense .
Sí, tienes razón, por lo menos en Brasil muchos gobiernos (como el de Dilma) ponian la culpa de su baja popularidad en la prensa. Creo que eso tambien ya paso en Argentina. En general, los gobiernos que pelean o censuran la prensa no son buena cosa. Eso vale para Sudamerica y por supuesto tambien para EEUU.

Saludos,

JT
 
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