Naufragio y olvido
El 22 de septiembre de 1949 se hundió en aguas del Estrecho de Magallanes el "Rastreador Fournier". Se cumplieron ayer 60 años de lo que fue la mayor catástrofe naval ocurrida en el país en tiempo de paz. El saldo final de ese naufragio fue de 76 víctimas fatales, de las cuales sólo 9 pudieron ser rescatadas; 67 cuerpos permanecen aún en ese sarcófago de acero que yace en el fondo del mar.
En 1999, al cumplirse medio siglo de esa tragedia, un pequeño grupo de familiares de las víctimas se autoconvocaron en la Iglesia Inmaculada Concepción del barrio de Belgrano para rendirles el homenaje que merecían en un aniversario tan significativo que debió haber tenido otro marco, porque así lo habían prometido las altas autoridades que se congregaron el 14 de octubre de 1949 en el Puerto de Buenos Aires, precisamente en Dársena Norte, para recibir los restos de los náufragos rescatados.
El discurso pronunciado por el entonces Ministro de Marina, almirante Enrique B. García, significó un compromiso de honor para la posteridad al señalar que "... ellos se incorporaron a la lista de los argentinos que dieron su vida al servicio de la Patria, y sus nombres quedarán inscriptos en la lista de los héroes de nuestra Marina de Guerra....", estableciendo la inalterabilidad de un sentimiento que sobrepasa las miserias humanas que afectaron las relaciones entre los distintos estamentos de la sociedad.
Ningún sector del gobierno ni de las Fuerzas Armadas recordaron el luctuoso suceso al cumplirse medio siglo de su ocurrencia y tampoco reaccionaron las entidades que nuclean a los marinos, omitiendo las autoridades del Centro Naval, del Circulo Oficiales de Mar y del Centro de Retirados de la Armada expresar sus respetos a los familiares de las víctimas. En los medios masivos de difusión se observó un marcado silencio, siendo absoluto en el caso de los diarios y emisoras de la Capital Federal.
Es de hacer notar que los marinos del "Fournier" y los civiles que los acompañaban en calidad de invitados especiales no tuvieron ninguna responsabilidad en los acontecimientos que provocaron la disociación entre el pueblo argentino y las Fuerzas Armadas. Ellos murieron antes de la revolución de 1955, de los fusilamientos de 1956 y del genocidio resultante del golpe de Estado de 1976.
El naufragio se produjo cuando el "Fournier" cumplía un acto de servicio en tiempo de paz, pues realizaba el habitual patrullaje de las costas fueguinas en una típica combinación de misiones estratégico-militares y acciones humanitarias, porque los buques de estación debían prestar ayuda y asistencia a los colonos que habitaban esa inhóspita región. Por eso es inadmisible el olvido de las generaciones de políticos y militares que se sucedieron a partir de aquel trágico septiembre de 1949, porque el ocultamiento de una catástrofe sin parangones hasta el hundimiento del crucero "Gral. Belgrano" durante la guerra con el Reino Unido, implica una grave distorsión de la historia argentina.
La desidia y desinterés que demostraron los responsables de recordar permanentemente a esos mártires ha significado que gran parte de la población, no se haya enterado siquiera que en el Estrecho de Magallanes, en las inmediaciones del lugar conocido con el nombre de "Punta Cono", descansa a doscientos metros de profundidad el casco del rastreador "Fournier", guardando en su interior los cuerpos de sesenta y cinco hombres de la Marina de Guerra y dos civiles que se habían embarcado con la intención de realizar investigaciones científicas sobre la flora y la fauna de la zona.
Que este recordatorio, a sesenta años del naufragio, sirva para preservar la memoria de los argentinos, porque la historia de un país se nutre no sólo con los hechos que han contribuido a su engrandecimiento sino también con los que han provocado angustia y dolor en el seno de la sociedad.
Por Rubén Mario De Luca
Fuente
Mi tio estaba destacado en el ARA Rivadavia en esa epoca y un amigo de el en el Fournier, el cual Fallecio. En el Parque San Martin, aqui en Merlo, hay una calle Heroes del Fournier y otra que lleva el nombre de este amigo Isaac Belsky.
Nuestro Recuerdo a aquelos hombres que murieron custodiando las fonteras Argentinas.
Saludos