La Guerra Contra la Confederación Peruano – Boliviana (1837-1839)

No es la primera vez que escucho que argentina alla participado este articulo se ve interesante.
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El 19 de mayo de 1837 el entonces encargado del manejo de las relaciones exteriores de la Confederación Argentina, Juan Manuel de Rosas declaró la guerra a la Confederación Peruano-Boliviana, comenzando el conflicto con dicha confederación. Se trató de una reacción originada como consecuencia de las agresiones que el Mariscal Santa Cruz, dictador de Perú y Bolivia, venía ejerciendo sobre nuestro país.

Las causas de la guerra

Terminada la guerra de independencia Bolivia se separó del Perú y se proclamó como república independiente en 1825. A este hecho siguió, en ambos Estados, un período de guerras civiles entre diferentes grupos que se disputaban el poder. Tras una larga lucha en 1836 el Mariscal Andrés de Santa Cruz, viejo guerrero del ejército de Bolívar y dictador de Bolivia, tomó el control del Perú decretando la unión entre ambas repúblicas. Nació así la Confederación Peruano-Boliviana que fue reconocida por la mayoría de los gobiernos de Europa y América.

Andrés de Santa Cruz buscaba la formación de una confederación de repúblicas americanas y continuó su proceso de expansión hacia el sur, comenzando sus fuerzas a incursionar sobre el norte de Argentina y Chile lo que motivó las protestas de ambos gobiernos a pesar de lo cual continuaron las incursiones. A su vez estableció contactos con Fructuoso Rivera, presidente de la Banda Oriental y enemigo de Rosas. Su plan consistía en fomentar el desorden en las provincias del norte a la vez que Rivera lo hacía en las de la Mesopotamia, tras lo cual - bajo el pretexto de razones de orden y humanidad - colocarían estas provincias bajo su protección. Santa Cruz también dio amplio apoyo a los emigrados unitarios que desde el territorio boliviano realizaban ataques a los gobernadores federales de las provincias del norte lo que motivó nuevamente las protestas de la Confederación Argentina.

Ya en 1834 Santa Cruz había prestado auxilios a una incursión del coronel unitario Javier López sobre el norte que culminó con su derrota de Chiflón. En 1835 se produjo otro ataque de López desde Bolivia pero fue nuevamente derrotado, en este caso en la batalla de Monte Grande. Ese mismo año Felipe Figueroa con fuerzas organizadas en Bolivia invadió la provincia de Catamarca. Al año siguiente Mariano Vásquez atacó con fuerzas bolivianas los poblados de Talina, Tupiza y La Puna. También dio apoyo a una expedición organizada en Perú al mando del general Freyre que se proponía derrocar al gobierno de Chile pero fue interceptada por una incursión de naves chilenas sobre el puerto de El Callao. Al reiterarse las agresiones, los gobiernos de Argentina y Chile comenzaron los contactos para el establecimiento de una alianza en contra de Santa Cruz. Esta nunca llegó a materializarse por escrito pero sí de palabra. El 11 de noviembre de 1836 Chile declaró la guerra a la Confederación Peruano-Boliviana. Argentina hizo lo propio el 19 de mayo del año siguiente.

Las fuerzas opuestas

La Confederación Argentina

He tomado el año de 1838 como base para describir el estado de las fuerzas opuestas ya que fue el momento álgido de la campaña, pero se debe tener en cuenta que la composición de las mismas fue variando con el paso del tiempo.

Rosas nombró como comandante del ejército nacional en el norte al general Alejandro Heredia, caudillo de Tucumán y una de las figuras de mayor influencia en la zona tras la muerte de Facundo Quiroga. Las fuerzas a cargo de Heredia eran muy limitadas por lo que debió comenzar a organizarlas por su propia cuenta. Ante la carencia de medios solicitó auxilios a Buenos Aires. Rosas envió importantes cantidades de pertrechos entre los que se contaban: 500 tercerolas y carabinas, 900 fusiles, 700 sables, 3.500 piedras de fusil y unos 54.500 cartuchos. A su vez las provincias del norte y el litoral aportaron más armas y soldados con lo que se logró poner en pie una fuerza de unos 3.500 hombres que para 1838 quedó organizada en tres divisiones.

La primera a cargo del gobernador de Salta, General Pablo Alemán. Estaba compuesta de la siguiente manera: 2 regimientos y dos escuadrones de caballería, los primeros eran el “Coraceros de la Confederación Argentina” y “Lanceros de Salta” y los segundos el “Dragones de Jujuy” y el “Restaurador de Aguilar” y 5 regimientos de infantería, el 1 y 2 de milicias de Jujuy y el 6, 9 y 10 de milicias de Salta. En total unos 1.000 hombres.

La segunda división era mandada por el General Manuel Virto y la formaban: 2 regimientos y 4 escuadrones de caballería los primeros eran el “Restauradores” y el 3 de milicias y los segundos eran el “Coraceros de la Guardia”, el de granaderos, el de guías y el de lanceros. A estas unidades se sumaban dos batallones de infantería, el “Libertad” y el de “Cazadores”. En total unos 1.500 hombres.

La tercera división la formaban 1.000 hombres con 2 piezas de artillería, agrupados en las siguientes unidades: 4 regimientos y 2 escuadrones de caballería, los “Coraceros de la Muerte”, “De Rifles”, “Coraceros Argentinos”, 11 de milicias, 4 de milicias y “Granaderos de Santa Bárbara”. A ellos se sumaban dos batallones de infantería, el “Defensores” y el "Voltígeros”. La división estaba a cargo del General Gregorio Paz.

El armamento lo componían fusiles de chispa de 16mm con bayoneta con un alcance eficaz de 200 metros y máximo de entre 400 y 500 metros. Se sumaban las carabinas con un alcance algo menor al de los fusiles, sables, pistolas y lanzas. La artillería fue muy poco usada debido a que se operaba en un terreno que en general era montañoso por lo que no convenía el cargar con pesadas piezas, a lo sumo se llevaban culebrinas o morteros. En esta época de nuestra historia la caballería se organizaba en regimientos compuestos de cuatro escuadrones cada uno, aunque en la guerra contra la Confederación formada por Perú y Bolivia tenían solamente dos.

La infantería argentina solía organizarse en regimientos compuestos a su vez por dos o más batallones divididos en compañías. El número de hombres variaba según la disponibilidad de efectivos. A su vez solía dividirse a la infantería en las unidades de línea (combatían en orden cerrado) y en las de ligera que combatían en orden disperso, lo que se llama comúnmente a manera de “guerrillas”.

La Confederación Peruano-Boliviana

En ese caso lamentablemente es menor la información de la que se dispone. El grueso del ejército de la Confederación, unos 5.000 hombres, se encontraba en el propio territorio del Perú presto a enfrentar el ataque de las fuerzas chilenas que desembarcarían allí. A esta fuerza se la conoció como “fuerza norte”. Sobre la frontera con nuestro país Santa Cruz ubicó a unos 2.000 - 4.000 hombres (las cifras son muy variables) al mando del General Felipe Braun con el objetivo de mantener a raya a las fuerzas argentinas hasta que el grueso del ejército derrotara a las unidades chilenas.

Para 1838 las fuerzas de Santa Cruz se componían de 4 batallones de infantería, los 2, 5, 6 y 8 con 300, 380, 700 y 600 hombres respectivamente; 4 escuadrones de caballería 2 de ellos de cazadores, 1 de coraceros y 1 de guías y una brigada de artillería con 4 piezas al mando del comandante García. El armamento de estas unidades era muy similar al de las argentinas.

En lo que se refiere al entrenamiento hay que destacar que era mejor el de las unidades ubicadas en Bolivia que el de las nacionales. Santa Cruz se había preocupado desde el principio de su gestión de fortalecer al ejército para utilizarlo como principal argumento de su proyecto de expansión. Santa Cruz contó con una gran ventaja a nivel militar con respecto a nuestro país durante la guerra, mientras él pudo concentrar todas sus fuerzas contra Chile y Argentina, las fuerzas de la Confederación Argentina no pudieron hacer lo mismo. Esto se debió a que a la vez que se producía la guerra con Bolivia y Perú la Argentina debió enfrentarse al bloqueo y los ataques de Francia, a la campaña de las fuerzas unitarias en el litoral y a la revolución de los hacendados del sur de Buenos Aires por lo que no se pudo emplear el ejército nacional en su totalidad en el norte.

Situación inicial

Para 1837 Alejandro Heredia se encontraba en Tucumán preparando el grueso del ejército para comenzar las operaciones sobre la frontera. Heredia había encargado al general Pablo Alemán la cobertura de la frontera mientras él completaba el entrenamiento de las fuerzas argentinas. Alemán apenas desplegó unos 380 hombres dispersos en diversas localidades de la frontera que quedó en un estado de suma vulnerabilidad. Por otra parte la preparación del ejército se demoró demasiado por lo que la iniciativa de la guerra quedó inicialmente en manos de los bolivianos.

El general Felipe Braun había recibido órdenes de Santa Cruz de mantenerse a la defensiva hasta que él pudiera derrotar a las fuerzas chilenas, pero al ver la inactividad de las fuerzas argentinas decidió atacar la frontera argentina. Braun intentaría hacer retroceder a las fuerzas argentinas hacia el sur con el objetivo de asegurar la frontera.

La posición de Braun se vio favorecida por la demora en el inicio de la invasión chilena al Perú. Dicha demora se debió al alzamiento de las tropas del coronel Vidaurre, en Quillota, y el asesinato de Diego Portales, ministro chileno.

La invasión de Braun al norte argentino

Aprovechando la inactividad de las fuerzas argentinas el general Felipe Braun concentró sus fuerzas en Tupiza y a fines de agosto de 1837 avanzó hacia el sur para invadir el norte argentino entrando por Jujuy. El 28 de agosto de 1837 una columna compuesta por unos 100 hombres ingresó por La Quiaca al poblado de Cochinoca reduciendo a las autoridades de La Puna y al destacamento de la zona. La segunda de las columnas, ubicada al oeste de la primera, tomó los poblados de Santa Victoria e Iruya tras rendir a las fuerzas de dudosa lealtad al mando del coronel Manuel Sevilla. De esta manera quedó el camino abierto hacia Jujuy. Ambas columnas se reunieron en la quebrada de Humahuaca el 11 de septiembre.

Alejandro Heredia recién había tenido noticia de estos movimientos el día 9 de septiembre por lo que tardó en reaccionar. Envió a su hermano Felipe con la vanguardia del ejército compuesta por un escuadrón del regimiento “Restauradores a Caballo”, otro del “Cristinos de la Guardia”, un escuadrón de milicia y una compañía de tiradores como refuerzo, en total 400 hombres. El 12 de septiembre la vanguardia nacional llegó a unos 500 metros al sur del poblado de Humahuaca y fue recibida por los disparos de una avanzada boliviana a la que dispersó rápidamente, comenzando de esta manera el combate de Humahuaca. Por las características del terreno, montañoso, las fuerzas de Heredia no pudieron flanquear a los bolivianos por lo que las atacaron frontalmente. Tras varias cargas retrocedieron siendo perseguidos por los soldados argentinos. La persecución se detuvo por el descubrimiento de una considerable fuerza enemiga ubicada más al norte. Se trataba de una columna dirigida por el teniente coronel Campero y que había sido mandada por Braun para permitir la retirada de sus fuerzas ya que en ese momento creyó erróneamente que las fuerzas argentinas eran el ejército completo y no como en realidad ocurría simplemente la reducida fuerza de vanguardia.

Felipe Heredia continuó el avance al día siguiente y el 13 de septiembre se encontró nuevamente con las fuerzas de Braun que se habían atrincherado en las alturas de Santa Bárbara. Para atacar la posición Heredia dividió a sus tropas en dos columnas, la derecha quedó formada por un escuadrón del “Cristinos de la Guardia”, otro del de milicias y la compañía de tiradores. La columna de la izquierda se formó con un escuadrón del “Restauradores”. Sorpresivamente el teniente coronel Benito Macías, comandante del “Restauradores”, ordenó a su escuadrón cargar sin recibir orden previa de Heredia. Viendo esta situación Felipe Heredia ordenó al escuadrón del “Cristinos de la Guardia” cargar inmediatamente. Este escuadrón fracasó en su carga, pero las fuerzas argentinas se reorganizaron y volvieron a cargar logrando hacer retroceder a los bolivianos que se retiraron hacia el norte. Ante la proximidad de nuevas fuerzas enemigas Heredia no continuó la persecución.

El 11 de diciembre un destacamento de soldados argentinos al mando del capitán Aramayo sorprendió a una fuera boliviana al mando del comandante Calqui en Tres Cruces tomando varios prisioneros, armas y ganado. Las acciones a menor escala continuaron y el 2 de febrero de 1838 un destacamento nacional al mando del capitán Gutiérrez tomó prisioneros a 10 soldados bolivianos en la zona de Rincón de las Casillas, al sur de Negra Muerta. El destacamento argentino se encaminó a Negra Muerta para esperar la llegada de una columna enviada por Braun y emboscarla. Allí mediante un brillante ardid Gutiérrez logró que en medio de la obscuridad dos destacamentos bolivianos se confundieran y, creyendo que se trataba del enemigo, abrieron fuego uno sobre el otro, prolongándose el enfrentamiento hasta que se dieron cuenta del error cometido. A pesar de las victorias obtenidas, Alejandro Heredia no pudo emplear a las fuerzas argentinas en una invasión a Bolivia debido a una serie de sublevaciones producidas en las provincias del norte.
Derrota chilena y retirada argentina

Mientras se desarrollaban estos enfrentamientos en el norte argentino Chile lanzó una expedición sobre la costa del Perú a las órdenes del Almirante Blanco Encalada.

Los chilenos desembarcaron y establecieron un gobierno provisional en Arequipa tras lo cual avanzaron al norte por terreno desértico, las enfermedades, la sed y las epidemias mermaron mucho a los 4.000 hombres de esta expedición. Santa Cruz lo sabía y con el grueso del ejército de la Confederación Peruano-Boliviana marchó para enfrentar a Blanco Encalada. El almirante chileno viéndose en una completa inferioridad de condiciones se rindió firmando la paz de Paucarpata por la cual Chile quedó momentáneamente fuera de la guerra. Heredia se enteró de este hecho en enero de 1838 y comprendió la gravedad de la situación ya que ahora se presentaba el peligro de que Santa Cruz decidiera avanzar con todo su ejército sobre el norte argentino. Aprovechando esto Braun volvió a avanzar sobre el norte argentino y a su vez Heredia retrocedió concentrado al ejército en Itaimari y Hornillos.

Las fuerzas argentinas a pesar de la peligrosa situación emprendieron algunas acciones menores contra los bolivianos. El coronel Paz logró tomar San Antonio de los Cobres, el coronel Mateo Ríos avanzó desde Orán hacia Iruya y el teniente coronel Baca hostilizó a los bolivianos, la acción combinada de estas fuerzas obligó a Braun a retroceder. La situación nuevamente se tornó favorable a las fuerzas argentinas ya que el gobierno chileno rechazó el acuerdo de Paucarpata y comenzó a preparan una nueva expedición sobre el Perú por lo que Santa Cruz no pudo mandar al grueso de sus tropas contra la Confederación Argentina. El general Heredia no se mostraba demasiado activo lo que motivó los reclamos de Chile. Heredia ofreció su renuncia pero fue rechazada por Rosas y le ordenó la preparación de una expedición para atacar a los bolivianos.
Campaña de Alejandro Heredia

Con sus fuerzas ya reorganizadas el general Alejandro Heredia se dispuso a tomar la ofensiva contra las tropas de Braun. A tal fin organizó al ejército del norte en tres divisiones. La primera de ellas quedó al mando del coronel Manuel Virto con unos 1.200-1.500 hombres y tenía como misión el avanzar hacia las montañas de Iruya para atacar al grueso del ejército boliviano por la retaguardia e impedir su retirada. La segunda división estaba compuesta por 1.000 hombres al mando del general Gregorio Paz y debía ocupar la frontera con Tarija y amenazar la ciudad de Chuquisaca.

La tercera división al mando Pablo Alemán permanecería a retaguardia de las otras divisiones para actuar como reserva. La vanguardia de la división del general Gregorio Paz inició la marcha el 27 de mayo de 1838 con el coronel Mateo Ríos al frente. A los dos días atacó a una avanzada boliviana que se había ubicado en el pueblo de Carapari. El comandante de la guarnición, Cuellas, se mostró dispuesto a rendirse pero explicó que debía convencer a sus oficiales que se encontraban acampados en Zapatera. Estos no accedieron a rendirse por lo que Paz decidió atacarlos. A tal efecto dividió a sus fuerzas en dos columnas. La primera de ellas al mando del coronel Mateo Ríos avanzó por el camino de Itau, la segunda al mando de Paz lo hizo por el camino de Saladillo.

La vanguardia boliviana fue atacada por una compañía de tiradores y 15 hombres del regimiento “Coraceros Argentinos” por lo que comenzó a retirarse, fue entonces cuando el teniente coronel Bárcena avanzó con una compañía de tiradores y la mitad del escuadrón “Granaderos de Santa Bárbara” para cortarles el paso. Mientras se producía la persecución, que se prolongó unos 20 km., un escuadrón al mando del comandante Cuellas desertó y se unió a las fuerzas nacionales. La columna del general Paz siguió avanzando y el 8 de junio de 1838 derrotó a una avanzada boliviana en San Diego. En esta acción participaron la segunda compañía de granaderos, 15 tiradores del regimiento “Coraceros Argentinos” y una compañía del batallón “Defensores”.

Cerca de la localidad de El Pajonal el general Gregorio Paz destacó al teniente coronel Ubiens con 200 hombres para que se ubicara a retaguardia del enemigo y cortara su retirada pero los bolivianos dando cuenta de la maniobra se retiraron y lograron eludir el cerco. La división continuó el avance llegando a las proximidades de Tarija pero al aproximarse nota la presencia de una fuerza enemiga de considerable tamaño por lo que Paz decidió retroceder el 24 de junio. Durante la retirada las fuerzas nacionales fueron derrotadas en Cuesta de Cayambuyo y continuamente hostilizadas por los bolivianos sufriendo fuertes pérdidas. A la vez que se desarrollaban estas acciones la columna del coronel Virto también participaba en las operaciones. Esta columna había partido el 5 de junio de 1838 de San Andrés con rumbo a Abra de Zenta. En el camino se reunieron con las tropas enviadas desde Jujuy al mando del coronel Iriarte.

El 11 de junio la división se encontraba cerca de la población de Iruya donde las tropas de Braun se habían atrincherado fuertemente. Al frente de la vanguardia marchaba el coronel Rivas para tomar las alturas ocupadas por el enemigo. La compañía de “Voltígeros” del capitán Lorenzo Alvarez atacó la población con gran determinación pero fracasó. Virto mandó en repetidas oportunidades sus fuerzas contra el dispositivo boliviano pero no logró doblegarlo. Como último intento mandó la reserva pero aún así no pudo seguir avanzando por lo que debió retroceder.

El 22 de agosto de 1838 el general Heredia ordenó la retirada de las fuerzas nacionales tras haber fracasado las columnas en cumplir con los objetivos asignados.

El 12 de noviembre de 1838 estalló en el noroeste argentino la rebelión dando comienzo a lo que se llamó la “Coalición del Norte”. Ese día el general Alejandro Heredia fue asesinado por una partida de rebeldes por lo que las acciones se vieron nuevamente detenidas.
El fin de la guerra

El 20 de enero de 1839 las fuerzas chilenas desembarcadas en el Perú al mando del general Manuel Bulnes se enfrentaron al ejército del general Andrés de Santa Cruz en Yungay, tras cinco horas de duros combates las fuerzas de la Confederación Peruano-Boliviana fueron completamente derrotadas. Tras la batalla la confederación se disolvió. El general Velasco fue elegido como nuevo presidente de Bolivia. Las nuevas autoridades mostraron buena voluntad con respecto al problema originado años antes con nuestro país por la disputa en torno a la posesión de la provincia de Tarija. El gobierno argentino podría haber aprovechado la situación de encontrarse como vencedor para ocupar la disputada provincia, pero no lo hizo. Juan Manuel de Rosas consideró que lo correcto era que la cuestión debía ser decidida por los habitantes de la zona. Se realizó una consulta y Tarija se incorporó a Bolivia.

El 26 de abril de 1839 el gobierno argentino dio oficialmente por terminada la guerra.

Como balance de la misma se puede decir que si bien la Argentina no logró victorias decisivas durante su desarrollo sí se logró algo que fue fundamental para la Nación. Se pudieron desbaratar los planes de Santa Cruz de anexar a la Confederación Peruano-Boliviana las provincias del noroeste por lo que se logró mantener la integridad territorial y la soberanía de la Argentina, esto es más destacable si tenemos en cuenta que por esos días la Confederación Argentina debió enfrentarse también con otra agresión desde el exterior, el bloqueo de Francia. Este fue apoyado por numerosos movimientos internos encabezados por los unitarios que no mostraron el menos escrúpulo –salvo gloriosas excepciones como el caso de Martiniano Chilavert- a la hora de intentar derrocar a Rosas, aunque fuera con armas y dinero francés y que ello implicara la disgregación de la integridad territorial de nuestra Patria.

Sirva este trabajo a manera de sencillo y humilde homenaje a los valientes que dieron la vida en esta contienda por preservar la soberanía Argentina en esos momentos decisivos para la nación.

(1) Licenciado en Historia

Bibliografía

BASILE, Clemente: Una Guerra Poco Conocida, Buenos Aires, Círculo Militar, 1943. Biblioteca del Oficial.

CHÁVEZ, Fermín: Rosas su Iconografía, Buenos Aires, Oriente, 1970.

COLEGIO MILITAR DE LA NACIÓN: Atlas Histórico-Militar Argentino, Buenos Aires, Colegio Militar de la Nación, 1970.

SALDÍAS, Adolfo: Historia de la Confederación Argentina, Buenos Aires, El Ateneo, 1951, T II.

SECRETARÍA GENERAL DEL EJÉRCITO: Semblanza Histórica del Ejército Argentino, Buenos Aires, Ejército Argentino.

SIERRA, Vicente: Historia de la Argentina, Buenos Aires, Editorial Científica Argentina, 1969, T VIII.

Fuente: http://www.deyseg.com.ar/notas/historia/aanota27-confed.htm
 
Muy buen articulo que subistes! la verdad algo muy interesante, y que suele caer en el "area gris" de nuestra historia entre 1816 y 1900.
 
Buenas:

Sumamente interesante el artículo 'cobra'!

He leído siempre sobre la parte chilena de esa contienda que envolvió a nuestros paises hermanos en los primeros estertores de sus nacimientos como repúblicas independientes, pero no había tenido mucha noticia de esa parte del conflicto.

Un par de detalles ('Tano dixit') sobre el escrito.

En la primera expedición chilena del llamado 'Ejercito Restaurador' en realidad no hubo ni rendición ni batalla alguna.

Pero es verdad que el 'Tratado de Paucarpata' fue firmado`por Blanco Encalada en una situación obligada, debido a la situación de inferioridad táctica a la que fue llevado por las habiles maniobras del mariscal Santa Cruz.

Esto motivó el envió de la segunda expedición al mando del General Bulnes (despues presidente de Chile) el cual obtuvo el triunfo en Yungay y la posterior entrada en Lima que dió término a la confederación peru-boliviana.

Manuel Blanco Encalada , era marino ( ¡¿A quién se le ocurrió ponerlo al mando de una fuerza terrestre, en primer lugar?!) de sobresaliente papel en las luchas de la independencia , era argentino de nacimiento y además , fue el primer presidente constitucional de Chile.

Saludos.
 

Procer

Colaborador
Gran parte de la guerra se diò en mi provincia, en Jujuy y fuè lamentable el abandono que las escasisimas fuerazs tuvieron pior parte de Rosas, defendia en algunos lugares los intereses nacionales, como en Obligado, pero Tarija se pierde por inacciòn del mismo
 

argie

Fernet Lover
Colaborador
Creo que Tarija nunca fue reclamado justamente, siendo que pertenecía a la Argentina. Se lo dejó estar, mientras era administrado por Bolivia que sí reconocía la pertenencia a Argentina. Sólo que el tiempo hizo que, en vez de reincorporarlo, se canjeara por la Puna de Atacama residual de Bolivia.
 

SuperEtendard

Colaborador
Colaborador
Gran parte de la guerra se diò en mi provincia, en Jujuy y fuè lamentable el abandono que las escasisimas fuerazs tuvieron pior parte de Rosas, defendia en algunos lugares los intereses nacionales, como en Obligado, pero Tarija se pierde por inacciòn del mismo

Perdon pero no. Tarija se pierde gracias a los unitarios de Salta...para variar...y mientras trancurria esta guerra teniamos un bloqueo, tropas unitarias en la Banda Oriental, Cordoba, etc (Lavalle, Paz, Mitre y sus secuaces) y al Imperio del Brasil por detras de ellos...mucho mas no podia hacer Rosas.

Saludos
 
Gran parte de la guerra se diò en mi provincia, en Jujuy y fuè lamentable el abandono que las escasisimas fuerazs tuvieron pior parte de Rosas, defendia en algunos lugares los intereses nacionales, como en Obligado, pero Tarija se pierde por inacciòn del mismo


Estimado Procer:

La pérdida definitiva de Tarija poco y nada tiene que ver con la intervención de Rosas.-

El tema de costumbre la misma GENTE:

PRIMERO EL MULATO DE RIVADAVIA...

SEGUNDO ALVEAR:



El pedido de coloniaje ingles - Mision Alvear-Garcia ante Lord Strangford

Carlos Maráa de Alvear El Alto Perú había pertenecido al Virreynato del Río de La Plata, y su irreparable separación parecería incomprensible, si no se tuvieran en cuentan ciertos aspectos, como la incorregible envidia de Rivadavia hacia San Martín, y el permanente boicot a la campaña libertadora por parte de Rivadavia y sus satélites, que no eran otros que los miembros de las logias (los clubes que vos ;)) con la que San Martín se había enfrentado. Y detrás de las logias, estaba el imperio británico. (Ver la Logia Lautaro)

Rivadavia era incapaz de lealtad, honestidad o siquiera buenas maneras en sus relaciones con los hombres que lo rodeaban con quienes estaba obligado a llevar los negocios de la comunidad. Odiaba a los hombres que eran más notables o tenáan más éxito que él. No encontraba nada demasiado maligno que decir sobre San Martín y Bolívar. (Gran Bretaña y Argentina en el siglo XIX. H.S.Ferns. p.178)

El Alto Perú pertenecía a la influencia del Río de La Plata, no solo territorialmente sino por afinidades y sentimientos, a tal punto que en godo Tacan castigaba severamente en Chuquisaca, a quien vistiese prenda celeste.

Muchas vidas rioplatenses se perdieron luchando en aquellas tierras contra el dominio español, pero las logias de ilustrados porteños no querían ser libres, sino cambiar de dueños, pasando del dominio español al dominio comercial inglés.

El 28 de enero de 1815, el secretario del Consejo de Estado parte en misión secreta a Río de Janeiro e Inglaterra. Lleva Pliegos de Carlos Maria de Alvear, para ser presentados ante Strangford y Castlereagh, diplomático y ministro del gobierno Ingles. El pliego de Alvear ante Strangford, (bastante extenso), tiene muchos párrafos significativos... Don. Manuel García, mi consejero de Estado, instruir a V.E. de mis últimos designios con respecto a la pacificación y futura suerte de esta Provincias. (...) el país no está en edad ni estado para gobernarse y necesita una mano exterior que lo dirija En esta circunstancia la generosa Nación Británica puede poner un remedio eficaz a tantos males acogiendo en sus brazos a estas Provincias que obedecerian a su Gobierno y recibiran sus leyes con el mayor placer...

El Pliego de Alvear para Castlereagh era más claro todaváa, y tenía algunos párrafos elocuentes
Estas Provincias desean pertenecer a la Gran Bretaña, recibir sus leyes, obedecer a su Gobierno y vivir bajo su influjo poderoso. Ellas se abandonan sin condición alguna a la generosidad y buena fe del pueblo inglés, y yo estoy dispuesto a sostener tan justa solicitud para librarlas de los males que la afligen. Es necesario que se aprovechen estos momentos. Que vengan tropas que impongan a los genios díscolos, y un jefe autorizado que empiece a dar al país las formas que sean beneplácito del Rey y de la Nación, a cuyos efectos espero que V.E. dará los avisos con la reserva y prontitud que conviene para preparar oportunamente la ejecución
(Al Vizconde Strangford, representante de S.M.B. ante Brasil. 15 de enero de 1815. Original en la Facultad de Filosofía y Letras de la Ciudad de Bs.As. Archivo García.)

Esto, que es un directo pedido de coloniaje, es visto por MITRE con su singular forma de ver y contar la historia y lo llama simplemente pedido de alianza o protectorado.

Como Alvear no logra que Inglaterra se haga cargo a cara descubierta del coloniaje politico, ya que prefería el coloniaje comercial, Alvear ofrece se lo ofrece confidencialmente a Bolívar. En carta al general Santander fechada en Chuquisaca el 11 de noviembre de de 1825, el propio Bolivar revela las intenciones de Alvear: .... la reunión de las república argentina y boliviana, llevando toda ella mi nombre; al no abandona este proyecto por nada y menos aun de llamarme a fijar los destinos del Rio de La Plata: el dice que sin mí su patria vacilar largo tiempo y que, exceptuando cuatro individuos, el gobierno como el pueblo me desean como un Ángel de protección (Carta de Bolívar a Santander. Prudencio, Roberto. Bolívar y la fundación de Bolivia. Casa Municipal de la Cultura. La Paz. 1977)


El boicot a San Martín

Bernardino Rivadavia Ante la falta de apoyo del gobierno porteño, San Martín sede el mando a Bolivar en Guayaquil, y se retira a su chacra de Mendoza, donde sigue siendo hostigado por Rivadavia y sus satélites, violándole la correspondencia y hasta con un complot para asesinarlo.

Mientras San Martín permaneció en Mendoza, retirado en su chacra, Rivadavia y el gobierno de Buenos Aires lo hostilizó de todas formas. Primero le puso un mucamo como espía de sus movimientos y luego hasta le violaba su correspondencia privada. El propio San Martín se lo confiesa a O´Higgins en carta del 20 de octubre de 1827:

...Mi separación voluntaria del Perú parecía me ponía al cubierto de toda sospecha de ambicionar nada sobre las desunidas Provincias del Plata. Confinado en mi hacienda de Mendoza, y sin más relaciones que algunos vecinos que venían a visitarme, nada de esto bastó para tranquilizar la desconfiada administración de Buenos Aires; ella me cerca de espías; mi correspondencia era abierta con grosería...(Altamira, Luis Roberto: San Martín. Sus relaciones con don Bernardino Rivadavia. Impresiones Pellegrini 1950. Museo Histórico Nacional. Su Correspondencia)

El 16 de agosto de 1828 el mismo O Higgins lo conformaba en carta a San Martin:

...ejerzan enhorabuena su rabia inquisitorial en nuestra comunicaciones privadas que ellos no encontraron otra materia mas que la misma firmeza y honradez que no han podido contradecir de nuestra vida publica. Hasta la evidencia se podria asegurar que las ocho o diez cartas que veo por su apreciable del 29 de septiembre del año pasado se han escamoteado como las que he escrito a Ud. paran en poder del hombre mas criminal que ha producido el pueblo argentino. Un enemigo tan feroz de los patriotas como Don Bernardino Rivadavia estaba preparado por arcanos más oscuros que el carbón para humillarlos y para degradación que su desastrosa administración ha dejado a un pueblo generoso, que fue la admiración y baliza de las repúblicas de America Sudeste. Hombre despreciable que no solo ha ejercido su envidia y encono contra Ud. no queda satisfecha su rabia, y acudiendo a la guerra de zapa, quiso minarme en el retiro de este desierto, donde por huir de ingratos busco mi subsistencia y la de mi familia con el sudor de mi frente...(Altamira, Luis Roberto. Ibidem) (JS.p.36)

Tambien a Martiniano Chilavert le refiere San Martín sobre los ataques y calumnias que recibía por parte de la prensa rivadaviana. En carta del 1ro de enero de 1825 le decía:

...A mi regreso de Peru estableco mi cuartel general en mi chacra de Mendoza, y para hacer más inexpugnable mi posición, corto toda comunicación (excepto con mi familia), y me proponía en mi atrincheramiento dedicarme a los encantos de una vida agricultora y a la educación de mi hija, pero vanas esperanzas! En medio de esos planes lisonjeros, he aquí que el espantoso Centinela (periódico rivadaviano) principia o hostilizarme; sus carnívoras falanges se destacan y bloquean mi pacífico retiro. Entonces fue cuando se me manifestó una verdad que no había previsto a saber: que yo había figurado demasiado en la revolución para que se me dejara vivir tranquilamente (Comisión Nacional del Centenario. Documentación del archivo San Martín. Tomo I )

San Martín decide trasladarse a Buenos Aires a darle el último adios a su esposa que agonizante reclamaba su asistencia. Pero San Martín debe postergar su viaje ante la certeza de un complot para interceptar su viaje para prenderlo o asesinarlo, y en carta a Guido del 27 de abril de 1828 de cuenta de ello:
Por precaucion desvía su camino, entrando en silencio en Buenos Aires el 4 de diciembre de 1823, sin desfile triunfal ni saludo de una Buenos Aires ingrata y desagradecida. Es el camino al exilio, con su hija en brazos.


La República de Bolivar

Simon Bolivar Terminada guerra de emancipacion, el lugarteniente de Bolivar, Mariscal de Ayacucho Antonio Jose de Sucre, convoca a una asamblea el 9 de Febrero de 1825, para que los representantes de la provincias del Alto Peru decidieran su destino. Esta decision de Sucre no es aprobada por Bolivar, partidario de mantener la integridad política de los virreynatos, entre ellos el del Río de la Plata a quien pertenecía el Alto Perú. Bolívar le recrimina a Sucre la decisión, indicándole que no deben desgajarse aquellas provincias del Río de La Plata.

En obediencia a Bolívar, Sucre dirige una carta al Gobierno de Buenos Aires, donde le informa:

El general Olañeta, negándose a su reunión con nosotros, ha persistido en sostener la causa del Rey, y nos hemos visto obligados a pasar el Desaguadero y emplear la fuerza para destruirlo y arrancarle el país. Libertada la mayor arte de este territorio, y sin un gobierno propio que se encargue de su dirección, en circunstancia que las Provincias Argentinas no han organizado aún su gobierno actual, y en que el Perú nada dispone respecto de estos pueblos, he creido de mi deber como americano y como soldado, convocar a una asamblea de estas provincias que arreglando un gobierno puramente provisorio, evite las fracciones, los partidos y la anarquía, y conseve el territorio en el mejor orden.

Increíblemente, el 9 de mayo de 1825, el Congreso Argentino le responde a Sucre, renunciando a esas provincias:

"...es voluntad del Congreso General y Constituyente que las provincias del Alto Perú queden en plena libertad para disponer su suerte, segn crean convenir mejor a sus intereses y a su felicidad...".

Esta increible respuesta incentivando la segregacion del Alto Peru, no puede explicarse sino en las directivas del genio invisible para valcanizar la América hispana, y en las ambiciones centralistas porteñas que miraban hacia Europa dando la espalda al interior, y talvez temieran la perdida de su liderazgo ante un territorio que para entonces doblaba en población a las Provincias Argentinas. Lo mismo había sucedido con la Banda Oriental.

Sucre hizo conocer a Bolívar esta asombrosa abdicación porteña, pero éste insiste en sus argumentos para no segregar el Alto Perú deL Río de La Plata:

Ni usted ni yo ni el Congreso mismo del Perú ni de Colombia, podemos romper la base del derecho público que tenemos reconocido en América. Esta base es que los gobiernos republicanos de fundan entre los límites de lso antiguos vierreinatos, capitanías generales o presidencias como la de Chile. El Alto Perú es una dependencia del Virreinato de Buenos Aires, dependencia inmediata como la de Quito de Santa Fe.

Pero la actitud egoísta y cretina de los porteños, daría como resultado la segregación de aquellos territorios, con el nombre de la República de Bolivar, más tarde Bolivia

"...Sería de no acabar si se enumeraran las locura de aquel visionario (Rivadavia) y la administracion de un gran número de mis compatriotas, creyendo improvisar en Buenos Aires la civilizacion europea con solo los decretos que diariamente llenaba lo que se llama el Archivo Oficial. Yo espero que Chile seguir la marcha salida que ha emprendido y que sus reformas las hara con pasos de tortuga (Carta de San Martin al chileno Don Pedro Plenzueos. el 25 de agosto de 1844)


La pérdida de Tarija: otra vez Alvear

A pesar de la inaudita renuncia de Buenos Aires a los territorios del Alto Perú, Bolivar entendía que la región de Tarija estaba histórica y comercialmente unida a la región de Salta y por lo tanto a las provincias del Río de La Plata, y así se lo hace saber a Sucre, cuando aquel visita. Ante al voluntad de Bolivar, se incian negociaciones y se nombran como representantes a José Maria Serrano por parte de Tarija y a Carlos Maria de Alvear por parte de Buenos Aires.

Durante la estadía de Alvear en Chuquisaca, con la ayuda de su colaborador (el hijo de Dáaz Vélez), Alvear escalaba los muros del Conventos de las Mónicas, para mantener relaciones con una monja, hermana del plenipotenciario boliviano José Maríaa Serrano.

Se conocio el asunto, y fue grande el escándalo.

El mariscal Sucre aprovechó para ayudar a Alvear a que regrese precipitadamente a Buenos Aires el 17 de agosto de 1826, perdiéndose territorio de Tarija.


Fuentes y bibliografía:

- O´Donnell, Pacho. El grito Sagrado. Edit. De Bolsillo. Bs.As. 2004


Como de costumbre, la gente a la que frecuentas en tus clubes jujeños, ya habían hecho el cambiazo en un tratado secreto, que tanto los chilenos nos hacen recordar.-

Se debe sumar, que durante la 1° escalada en la guerra del pacífico, la menos conocida, un grupo de unitarios se habían jugado algún sector del pacífico en cambio de dicha provincia...

Casi todas las cosas manifiestamente grotescas interviene nuestroS "amiguitoS" RIVADAVIA, ALVAER Y MITRE.-

Eran capaces de venderle el alma al diablo con tal que Rosas no siguiera en el Poder... y claro no los dejaba robar como querían... hasta el mismo Sarmiento optó casi por pedirle perdón a Rosas y san Martín, y mandó a matar a nuestro amigo Mitre, que Junto con Urquiza, y otros traidores conspiraron por una Argentina más pequeña pero europea.-

Te recomiendo la lectura de "CUESTIONES AMERICANAS" de SARMIENTO para que veas que todos eran anti rosistas y pedían a gritos achicar el país, aun el mismo sarmiento.-

Luego que te vomites, de leerlo claro está... fijate que hasta Roca noy hay un tipo deL interior con visión del país.-

NO SÉ QUE VISTE EN LA UNIVERSIDAD PERO ZORRAQUÍN BECÚ HISTORIA DEL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO TÉNES A LAS CLARAS HISTORIA SEUDO DEMOCRÁTICA DE ESTE PAÍS.

Ya te dejo diciéndote que:

1° Todo tipo que nombra a BOLIVAR o a MIRANDA son traidores a la cuestión Argentina, y por supuesto buenos buchones ingleses.-

2° Que por casualidad todo los golpes institucionales comienzan en Córdoba o Entre Ríos y siempre con un discurso de Bolivar entre los dientes.-

3° Los traidores que NUNCA SE BANCARON que el sable de San Martín pasara a manos de Rosas fueron Rivadavia, Alvear, Urquiza y MITRE.-

4° Curiosamente fueron grado 32 y 33 de ciertas logias del pasado, que espero NO sean las mismas de la actualidad, aunque todo hace ver que cada vez que otro amigo de todos hablan en las rutas PARA FRASEANDO A BOLIVAR, sabemos como vamos a terminar.-

5° Como técnica en toda L.A. el FF.Office del UK fijaba como pauta los ESTADO TAPONES a los fines de evitar conflictos o MEGA POTENCIAS... así desde lo oscuro crean los conflictivos estados de URUGUAY, ECUADOR, BOLIVIA, luego PANAMÁ, las GUAYANAS entre Venezuela y Brazil, y en Centro américa un larguísimo debate de republiquetas unidas desde 1806 con HAITI a la cabeza en desastres sociales-económicos y geográficos.-

Saludos

PD: aún no entiendo que tiene que ver Tarija con Rosas

Saludos
 
Creo que Tarija nunca fue reclamado justamente, siendo que pertenecía a la Argentina.

Se lo dejó estar, mientras era administrado por Bolivia que sí reconocía la pertenencia a Argentina. Sólo que el tiempo hizo que, en vez de reincorporarlo, se canjeara por la Puna de Atacama residual de Bolivia.


No se dejó estar nada, el tema es que luego de Guayaquil la Argentina estaba hasta las bolas entregada ppor Rivadavia.-

Al Peder el mando San Martín las logías probritánicas gritaban un centralismo a favor de Bolivar a cambio del libre manejo del puerto (lo que siempre les interesó... LA PLATA) por ello se entregaba a la mujer, TARIJA, COCHABAMBA y Santa Cruz, todos territorios históricamente Argentinos, mal defendidos por Belgrano, Soportados por Güemes hasta cierto punto y vendidos por ALVEAR desde Montevideo.-

DE AHI:


Declaración de la Independencia

El 6 de agosto de 1825, primer aniversario de la batalla de Junín, se instaló la Asamblea para proceder al voto reglamentario. El presidente de la misma, José Mariano Serrano, presentó las sigueintes proposiciones:

1°. Las provincias del Alto Perú se unirán a Argentina.

2°. Las provincias del Alto Perú se incorporarán al Bajo Perú.

3°. Las provincias del Alto Perú se erigirán en un Estado soberano e independiente frente a cualquier otro Estado del Viejo y del Nuevo Mundo.

La propuesta de la independencia absoluta triunfó con una mayoría aplastante de votos. La anexión al Perú fue apoyada por dos votos, mientras que se descartó la incorporación a Argentina. De esta manera, quedó decidido el futuro del Alto Perú, hecho que se confirmó con la firma del Acta de la Independencia. Este documento selló la condición de nuestro país como un Estado autónomo y libre.

Los legítimos derechos de Bolivia


En la demarcación de las fronteras entre los países sudamericanos, luego del proceso de la independencia, fue aplicado el concepto del derecho romano de uti possidetis juris (como poseísteis, seguiréis poseyendo), determinándose que Bolivia ocuparía el espacio que correspondía a la antigua Audiencia de Charcas.


Este territorio incluía el Litoral del Pacífico, entre los paralelos 21° al norte y 26° al sur. A pesar de que el Estado boliviano nunca pudo establecer políticas coherentes de ocupación, desarrollo, poblamiento y defensa de los recursos naturales a lo largo del siglo XIX en este espacio geográfico, la legitimidad de los derechos bolivianos sobre el Litoral era incuestionable. En los últimos años coloniales el partido de Atacama perteneció a la intendencia de Potosí.

El primer acto de soberanía sobre Atacama se dio en 1825, con la fundación del puerto La Mar o Cobija. Sin embargo, la presencia boliviana en la costa fue débil, sobre todo debido a las difíciles condiciones de vida en una región desértica y alejada.


Entre 1825 y 1842, Chile no cuestionó los derechos de Bolivia hasta el paralelo 25°, pero cuando se descubrieron depósitos de guano en la región de Mejillones, empezó a interesarse en su explotación, negando los derechos bolivianos sobre esta región. Los avances chilenos fueron progresivos, y en 1863, Chile se negó a reconocer la jurisdicción boliviana en la zona minera


Hubo un tratado con el fin de devolver tarija a la Argentina que Bolivia vencía en su aventura de la Guerra del Pacífico....


Lo otro es historia.-

Saludos
 
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