Geopolítica del Medio Oriente

La autorización del primer ministro para declarar la guerra es contraria al sistema de gobierno israelí
Si el primer ministro no confía en los miembros de su gabinete o si solo quiere aceptar las decisiones de seguridad o con el ministro de Defensa, la enmienda a la ley no cumple con el espíritu del sistema de gobierno.
Tal Lev Ram
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02/05/2018 06:03

A la luz de los ataques en Siria y la exposición del arsenal nuclear iraní, la enmienda al Artículo 40 de la Ley Básica: El Gobierno, que define quién tiene la autoridad para declarar la guerra, ha pasado casi por completo. Las decisiones, aprobadas en el pleno por un margen estrecho, significan que el 50% de los miembros del gabinete son mayoría suficiente. Pero mucho más que eso, en circunstancias especiales sujetas a interpretación, el primer ministro y el ministro de defensa pueden tomar las decisiones solos.

¿Quién define una situación especial y bajo qué condiciones? Esta es una pregunta completamente abierta, y nos preguntamos por qué fue necesario aprobar la ley, que contradice en gran medida el sistema de gobierno de Israel. De hecho, de acuerdo con situaciones que fueron al menos en el pasado, los primeros ministros que sirvieron como ministros de seguridad podrían haber tomado una decisión en solitario, sin consultar a los miembros del gabinete. Incluso la definición del término "condiciones especiales" que permiten tal acción sigue siendo muy vaga, probablemente no coincidente.

La Ley Básica: El Ejército, promulgado hace más de 41 años, establece claramente que el ejército está subordinado a todo el gobierno. La ley establece que la autoridad para operar el ejército, especialmente cuando se trata de una decisión fatídica de ir a la guerra, recae en todo el gobierno, y que el primer ministro no tiene un estatus especial como único comandante del ejército. Como resultado, el Ministro de Defensa tiene la autoridad y la responsabilidad de operar el ejército, de conformidad con las decisiones de todo el gobierno.
El sistema de gobierno en Israel expresa la voluntad del votante, con cada coalición elegida teniendo diferentes matices y posiciones políticas. Está bastante claro que es imposible decidir decisiones militares importantes en un foro de 30 ministros y, por lo tanto, hay un gabinete. Pero el gabinete ya se ha convertido en un pequeño gabinete, y ahora viene el último cambio, que en ciertas situaciones enajena efectivamente a los miembros del gabinete y deja las decisiones fatídicas de una o dos personas. Por lo tanto, al exponer el archivo nuclear iraní esta semana, el gabinete fue casi el último en conocerlo y se actualizó solo el día de la conferencia de prensa.

Ya sea que el primer ministro no confíe en los miembros de su gabinete o solo quiera tomar decisiones de seguridad o solo con el ministro de defensa, la enmienda a la ley esta semana no se
http://www.maariv.co.il/journalists/Article-636317

Interesante opinión. Al estar firmado, supongo que el artículo no es la opinión de "Maariv", sino la del autor. Me pareció la decisión de la Knesset (con muchos votos en contra) de importancia aunque creo que no ha tenido mucho eco internacional. No sé cómo ha sido la reacción del resto de la prensa y de la población israelíes, al dejar en manos de Netanyahu y Liberman la decisión de declarar la guerra. Ignoro si éste es un cambio definitivo de la ley y puede darse marcha atrás. Personalmente, lo dudo.

Un saludo.
 
 

Sebastian

Colaborador
No es el programa nuclear sino el encaje de Irán en la región

Israel y Arabia Saudí ven como una amenaza existencial que su vecino consiga el arma atómica

Dubái 6 MAY 2018 - 14:06CEST
¿Otra vez? ¿Pero el acuerdo nuclear no había cerrado ya la crisis atómica con Irán? Es comprensible el desconcierto. Tras la escenificación del gran éxito diplomático que se realizó en Viena el 14 de julio de 2015, se esperaban altibajos, no una vuelta al punto de partida. Claro que tampoco entonces se preveía el vuelco que ha supuesto la llegada a la Casa Blanca de alguien como Donald Trump. Aun así sus objeciones al pacto actúan como cámara de resonancia de las que existían en Oriente Próximo con anterioridad. El problema no es tanto el programa nuclear de Irán como el encaje de Irán en la región.

Es preciso reconocer que la firma del acuerdo fue un acto de fe. De las grandes potencias (EE UU, China, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania, más la UE) en la voluntad de Irán de acotar sus ambiciones nucleares a cambio de reintegrarse en la comunidad internacional. Y de Irán en la sinceridad de aquellas para permitirle desarrollar su potencial como nación, capado por el aislamiento y las sanciones que derivaban, en última instancia, de la revolución de 1979.

Cierto que el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) actúa de garante con sus inspecciones. Pero admitámoslo, se cuentan con los dedos quienes son capaces de entender sus informes y, en todo caso, la mayoría de estos abordan asuntos imposibles de responder de forma concluyente, empezando por la imposibilidad de demostrar una premisa negativa (que no hubo un programa militar).
Al final, creer el PowerPoint de Netanyahu asegurando que Teherán sigue aspirando a tener la bomba, o en la fetua del ayatolá Jamenei prohibiendo las armas atómicas, constituye no tanto una cuestión de fe como de intereses. Por sus propios motivos y fantasmas, Israel y Arabia Saudí ven un Irán nuclear como amenaza existencial y encuentran útil explotar la mera sospecha en su propio beneficio.
La República Islámica tampoco ayuda. Aunque hace años que la realidad le hizo renunciar a exportar la revolución, la retórica revolucionaria de sus dirigentes contradice con frecuencia las buenas palabras de sus diplomáticos. Sea por expansionismo, como le acusa Riad, o como medida defensiva, como pretenden los portavoces iraníes, tampoco hay crisis regional en la que no aproveche para meter a los Guardianes de la Revolución, directamente o a través de su mejor alumno y aliado, el Hezbolá libanés.
Todo ello alienta una espiral de desconfianza muy difícil de romper mientras Irán no se vea aceptado por sus vecinos árabes en pie de igualdad y estos dejen de sentirse víctimas de la duplicidad e injerencias de aquel. El acuerdo nuclear pudo haber sido un primer paso para romper el maleficio y así lo expresaron algunos de los diplomáticos (Kerry, Zarif, Mogherini) que lo pergeñaron. La toma de partido de Trump ha enterrado el posible papel mediador de EE UU. Algunos analistas piden a la UE un plan B para salir del atolladero nuclear. Para tener éxito, debe contar con los vecinos.

https://elpais.com/internacional/2018/05/04/actualidad/1525444000_637885.html
 


Ministro israelí: habrá que eliminar a Assad si sigue dejando que Irán actúe desde Siria

Duval Steinitz, ministro de Energía y antiguo jefe de los servicios de e inteligencia ha afirmado que Israel "eliminará" al presidente sirio si sigue dejando que Irán actúe desde Siria, en declaraciones recogidas por el portal israelí de noticias Ynet News.

Streinitz afirmó que Assad tiene que comprender que si permite que Irán convierta a Siria en una base militar para atacar a Israel, será su fin.

"Es inaceptable que Assad se siente tranquilamente en su palacio y reconstruya su régimen mientras permite que Siria se convierta en una base para los ataques a Israel", declaró el ministro.

Ante las repercusiones de esas frases, Steinitz se ha visto obligado a aclarar que esas declaraciones son una opinión personal, no la del Gobierno.
 
Trump anula en acuerdo nuclear con Iran. Una perlita, dice que Iran desestabiliza oriente medio y que también Iran apoya a Al-Qaeda y el terrorismo. La caradurez de esta gente solo puede ser comparada con la caradurez de los israelies.
 
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