El problema del Pucará tiene un trasfondo político y comercial.
En primer lugar, FAdeA debería reconocer que, al realizar el costeo del proyecto, cometió errores: el prototipo terminó siendo mucho más caro de lo previsto. En segundo lugar, el directorio de ese momento (y posiblemente también el actual) incurrió en un error gravísimo: utilizar fondos de proyectos específicos para financiar otros programas internos o incluso pagar sueldos. Ese desvío de dinero fue lo que provocó, por ejemplo, que se agotaran los recursos destinados al proyecto Fénix.
A todo esto se sumó una decisión del gobierno durante la gestión de Fernández (y que todavía se mantiene): debido a la falta de reservas en dólares, se implementó el sistema de pago en cuatro cuotas, eliminando el anticipo. En la industria aeronáutica, prácticamente el 100% de los proveedores de servicios y equipamiento trabajan con pago anticipado. Sin embargo, bajo esta modalidad se exigía a los proveedores enviar el material, planos o equipos y, una vez cumplida la entrega, recién entonces se les transfería solo el 25% del total.
Esa medida fue desastrosa: encareció los costos de los proveedores en más del 100% y terminó por hacer inviable el proyecto Fénix. De hecho, esta política sigue afectando hoy a la línea de montaje del C-390 y a casi toda la fábrica, que mantiene paralizadas cerca del 90% de sus actividades. Son puntos que muchas veces se ignoran, pero que explican parte de la situación actual.
Ahora bien, en defensa del Pucará (mi avión favorito en lo personal), creo que es una aeronave excelente, más aún modernizada. Sin embargo, noto que en foros e incluso dentro de las propias fuerzas armadas persiste una lógica equivocada: “si dejo de volar mis aviones, seguro van a comprarme otros nuevos”. Esa visión (que hoy se ve, por ejemplo, en la Armada) termina perjudicando a las propias fuerzas.
No digo que todos los sistemas deban ser modernizados a cualquier costo, pero mientras existan procesos en marcha, no deberían descartarse medios aéreos valiosos, ya sea el Pucará, los Etendard, el L-100 o el P-3B. Son recursos que podrían seguir prestando servicio en lugar de ser abandonados solo como estrategia de presión al gobierno.
Saludos a todos.