Escocia, abocada a un referéndum de independencia

Sebastian

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¿Qué pasará con la ‘Union Jack’?

Otra de las interrogantes que trae consigo una posible independencia en Escocia

El País Madrid 17 SEP 2014 - 18:48 CEST21


La 'Union Jack' (izqda), la Cruz de San Jorge y la 'saltire', en Adderstone, Inglaterra. / S. H. (AP)

Escritores, políticos, artistas, periodistas y ciudadanos de a pie han discutido sobre el futuro de Escocia si finalmente se consuma su independencia. El petróleo, el Ejército, la deuda pública, el programa nuclear, la libra esterlina y hasta quién tendrá la nacionalidad inglesa o escocesa. Sin embargo, hay una pregunta que ocupa a un comité del Parlamento británico: ¿Qué pasará con la bandera de Reino Unido conocida como Union Jack?

Lord West, vicepresidente del comité de banderas y heráldicas del Parlamento, ha asegurado a los medios británicos que sería "absurdo" mantener el color de Escocia (azul) en la bandera. "En el caso de un voto , no sé cómo se puede salvar la bandera del Reino Unido". Sin embargo, expertos constitucionales, consultados por el diario The Guardian, han sugerido que con la independencia de Escocia, Reino Unido no estaría "obligado" a cambiar la bandera actual. Un portavoz de la oficina del Primer Ministro ha comentado que no han "hecho ningún plan de contingencia" para este asunto.



La Union Jack en una combinación de las cruces de los santos patrones de Inglaterra, Escocia e Irlanda del Norte, que junto a Gales forman el Reino Unido. La cruz roja del centro sobre fondo blanco es la bandera de San Jorge de Inglaterra, que en 1606 se combinó con el aspa blanca sobre fondo azul, que es el símbolo de San Andrés (Escocia) —también se le conoce como saltire. En 1801, se le incorporó la diagonal roja sobre fondo blanco, que representa a San Patricio (Irlanda).

Mientras se decide el futuro de Escocia, algunos artistas han diseñado y elaborado bocetos de la que podría ser la nueva bandera británica. Una de las propuestas es eliminar totalmente el azul, otra, es sustituirlo por el verde, de los galeses; o el negro y amarillo, de la cruz de San David (patrón de Gales). La idea más ecléctica es incluir y mezclar todos los colores, algo que produce cierta sensación de vértigo.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/09/17/actualidad/1410957299_552985.html
 

Sebastian

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Independencia y finanzas

En el debate sobre Escocia se cruzan la libra, el euro y la amenaza de salida de bancos y empresas

Mikel Larreina Díaz 17 SEP 2014 - 00:00 CEST

Durante el debate previo a la votación en Escocia sobre si su futuro debe ser el de un Estado independiente o continuar dentro de Reino Unido, el mundo financiero ha tenido un papel principal. No es de extrañar en la tierra de Adam Smith, de las primeras cajas de ahorros, del primer órgano profesional de auditores y de los antecesores de los fondos de pensiones, entre otros. Un país con gran tradición en seguros e inversión colectiva, donde llegó a haber cinco Bolsas de valores, y del que se dijo que tenía “un papel relevante entre las naciones del mundo por ser el país donde los bancos han disfrutado de mayor libertad”, bancos que, en algunos casos, se remontan a finales del XVII y principios del XVIII.

Junto a la atribución de los ingresos por el petróleo del mar del Norte y la viabilidad del sistema de pensiones, ha habido dos aspectos que han monopolizado el debate financiero: por un lado, la radical discrepancia sobre si Escocia podría o no seguir utilizando la libra esterlina (con los defensores del no negando cualquier posible uso compartido de la moneda, y con los partidarios del sí dándolo por hecho); por otro, más recientemente, la advertencia de importantes entidades financieras con sede en Escocia de que su sede fiscal se trasladaría a Inglaterra.

El papel de las finanzas en la independencia escocesa viene de lejos: de hecho, el acta de unión de los Parlamentos escocés e inglés en 1707, que disolvió el Parlamento escocés dentro del de Westminster, obtuvo el voto favorable de los parlamentarios escoceses en buena medida gracias a que incluía un rescate financiero por parte de Londres a los inversores de la Compañía de Escocia. A finales del siglo XVII, el Parlamento escocés había aprobado crear una compañía para promover el comercio internacional de Escocia dentro de una estrategia general preexistente de inmigración-colonización y apertura de centros comerciales en el exterior. El principal proyecto de la nueva compañía fue establecer una colonia en el istmo de Panamá, la colonia del Darién, con el propósito de favorecer el comercio entre Europa y Asia oriental.

Los fondos para financiar esta colosal aventura procedieron de todas las capas de la sociedad escocesa con ahorros: nobles, comerciantes, artesanos, abogados… Tras dos expediciones derrotadas por indígenas y españoles, en 1700, el proyecto del Darién fracasó. Se estima que alrededor de un 25% del dinero en circulación en Escocia se invirtió en financiar este proyecto fallido. El problema añadido de varios años de malas cosechas arruinó a terratenientes y comerciantes, dejando al país casi en la bancarrota y sufriendo una importante mortandad por hambruna en varias regiones.

Los Parlamentos escocés e inglés se unieron tras un rescate de Londres a la Compañía de Escocia

La promesa de una compensación por parte de la corona a los accionistas de la compañía favoreció un cambio de fuerzas en el Parlamento de Edimburgo (con anterioridad, ferozmente opuesto a la unión con Inglaterra), y la aprobación del acta de Unión en 1707. Ello a pesar de que los escoceses culpaban al boicoteo inglés del desastre del Darién, pues, por ejemplo, Londres prohibió enviar suministros desde sus colonias de Norteamérica al Darién, y se mantuvo neutral entre Escocia y España en la lucha que tuvo lugar en el istmo panameño. Sin embargo, la compensación que pagó Londres a Escocia (a cambio de la asunción por ésta de la deuda inglesa) se dedicó en primer término a pagar a funcionarios escoceses a los que su Administración no podía pagar, y sólo años más tarde pudieron los inversores de la Compañía de Escocia recuperar parte de lo perdido.

Trescientos años más tarde, las finanzas vuelven a estar presentes en el debate de la independencia escocesa. Ha sido un tema recurrente de la campaña elucubrar sobre si Escocia podría o no usar la libra (ante lo que el Gobierno de Whitehall ha mostrado una tajante negativa). Sin embargo, es un hecho cierto que numerosos países utilizan como moneda una que no controlan: sirvan de ejemplo los países latinoamericanos dolarizados. No es, por tanto, especialmente problemático el que se pueda o no usar la libra. La verdadera cuestión es si es económicamente razonable para un Estado pequeño, como sería Escocia, depender de una moneda que no controla, especialmente si la evolución de ésta está condicionada, casi en exclusiva, a las necesidades de la hipertrofiada industria financiera londinense.

El desastre que han experimentado los países periféricos del euro ha demostrado que las uniones monetarias necesitan, para poder absorber los denominados impactos asimétricos (circunstancias críticas que afectan solamente a unas regiones del área monetaria), libre movilidad de factores productivos y un presupuesto común relevante, además de un mercado interior potente y unas reglas fiscales compartidas).

Si Escocia se independiza, parece razonable pensar que Inglaterra no levantará restricciones a la libre movilidad de personas entre el norte y el sur del río Tweed; ni que haya limitaciones a la movilidad de bienes, servicios o capital. Sin embargo, lo que resulta del todo improbable es que Inglaterra pueda apoyar presupuestariamente a una Escocia independiente si ésta tuviera una crisis específica. Usar la libra esterlina sin compartir un importante presupuesto con Inglaterra que permita suavizar las crisis futuras, sería un riesgo muy relevante para una Escocia autónoma, como ha sido para Grecia, Irlanda, Portugal, España… usar el euro con unos limitadísimos presupuestos comunitarios.

Es improbable que Inglaterra ayude a una Escocia independizada

El otro aspecto puesto de manifiesto abruptamente en la última semana previa a la votación, ha sido la amenaza de la aseguradora Standard Life y de los bancos Royal Bank of Scotland y TSB (ambos controlados por el Gobierno británico tras la nacionalización en 2008 y 2009 de los dos principales bancos escoceses) de transferir su sede a Inglaterra en caso de victoria independentista. Es interesante resaltar que el impacto fiscal directo de esta medida sería limitado, dado que estas entidades pagan impuestos de sociedades en cada nación en función del negocio realizado en la misma. Sin embargo, si se reubicaran sus servicios centrales (lo que, en principio, la dirección de estas entidades ha descartado), el impacto en Escocia sí sería muy relevante.

No solamente por la pérdida directa de miles de puestos de trabajo en Edimburgo y Glasgow en este sector que representa un 8% del PIB escocés, sino porque alrededor de un 11% adicional del PIB depende de forma importante del sector financiero, reconocido por el Gobierno escocés como un sector tractor de la economía y potenciado en consecuencia. Además, actualmente el sector de servicios financieros es exportador neto, tanto al resto de Reino Unido como al resto del mundo, siendo una fuente de divisas para el país. El desarrollo socioeconómico escocés tiene aquí, por tanto, otro riesgo importante a corto plazo: decisiones unilaterales de Inglaterra podrían afectar de forma relevante a este sector.

En pocos días conoceremos el resultado de la votación tras un debate en Escocia y el resto de Reino Unido que ha sido muy interesante en el ámbito académico y político, con sólidos documentos de impacto económico elaborados tanto por partidarios como por opositores a la separación. Sin embargo, el debate sobre el papel de las finanzas ha llegado hasta nosotros de forma parcial y sin considerar algunas de sus potentes implicaciones en la viabilidad económica o no de una Escocia independiente.

Mikel Larreina es profesor de Finanzas de Deusto Business School y fue profesor visitante en la Universidad de St. Andrews (Escocia) en 2008.
http://elpais.com/elpais/2014/09/15/opinion/1410805179_275493.html
 

Barbanegra

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Escocia se prepara para el referéndum que decidirá su futuro
Los escoceses se preparan para contestar a la pregunta más importante de los últimos 300 años y decidir si su región se independizará del Reino Unido.

Si el 51% de los votantes optan por el "sí" este 18 de septiembre, el 24 de marzo de 2016 Escocia abandonará el Reino Unido. Los sondeos, con resultados muy dispares, no permiten predecir el desenlace del plebiscito que, probablemente, está entre las manos de los indecisos.

La organización del referéndum
Los escoceses deberán contestar a la única pregunta que contendrán las papeletas: "¿Considera que Escocia debe ser independiente?".

Las 32 regiones escocesas abrirán los colegios a las 7.00 hora local (6.00 GMT) del jueves y los cerrarán a las 22.00 (21.00 GMT) para 4,29 millones de mayores de 16 años residentes en la región, o el 97% de los posibles votantes, que se han registrado para participar en el referéndum.

Además, unas 700.000 personas ya han votado por correo a partir de finales de agosto. Sin embargo, ha sido vetada la posibilidad de participar en la consulta a los escoceses que residen fuera de Escocia.

"No habrá obstáculos. Queremos que se tome en cuenta el voto de cada uno. No nos preocupamos por la celebración del referéndum ni por el recuento. Todos los que quieren votar podrán hacerlo", señaló la jefa del Comité Organizador, Mary Pitcaithly.

La decisión de fijar la edad mínima en 16 años ha provocado controversia. Los partidarios del "no" consideran que las autoridades locales quieren aprovecharse del radicalismo juvenil.

El Comité Organizador ha informado que no puede indicar ni siquiera aproximadamente cuándo se publicarán los resultados definitivos porque se trata un plebiscito sin precedentes en Escocia. Sin embargo, se espera que las primeras cifras se conozcan a las 7.00 hora local (6.00 GMT) del viernes.

Tanto los partidarios del "sí" como del "no" afirman que aceptarán cualquier resultado y descartan errores en el recuento.

La policía tampoco cree que haya enfrentamientos después del referéndum pero ha anunciado que las unidades estarán en alerta.

Las raíces de la consulta
Escocia que desde 1707 forma junto con Inglaterra el Reino de Gran Bretaña, consiguió una autonomía limitada en 1997. Desde 1997 la región tiene un parlamento y un gobierno cuyos poderes, sin embargo, se limitan a los ámbitos de enseñanza, cultura, sanidad, transporte, protección del medio ambiente y algunos más. Además, tiene tradicionalmente su propio sistema judicial.

Los nacionalistas escoceses llevan varios años hablando de independencia pero ésta comenzó a hacerse real solo en 2012 cuando la celebración de un referéndum quedó reflejada en el llamado Tratado de Edimburgo firmado por el primer ministro británico David Cameron y el primer ministro de Escocia, Alex Salmond.

El documento estableció los principales parámetros del futuro plebiscito: los plazos y la edad mínima para votar. Londres consiguió reducir el número de las preguntas a una, sobre una soberanía completa de Escocia, y evitar interrogantes sobre una independencia parcial, de éxito fácil. Además, las autoridades escocesas aceptaron someter el plebiscito a la supervisión de la Junta Electoral Central británica.

La campaña que comenzó en mayo de 2012, todavía antes de la suscripción del Tratado, logró reunir el millón de firmas necesarias en muy poco tiempo.

Sin embargo, los partidarios del "no" fueron mayoritarios antes de los finales de verano de 2014, según los sondeos. Pero en septiembre el número de los que aspiran a la independencia aumentó bruscamente provocando pánico en Londres.

Según los expertos entrevistados por Nóvosti, Cameron y otros ministros subestimaron a Salmond.

"Actualmente Alex (Salmond) es uno de los más influyentes políticos británicos que sabe tratar a diferentes capas sociales y electorales. Sí, es duro y recurre a emociones, sentimientos básicos y una versión simplificada del patriotismo pero avanza hacia su meta. Westminster no lo ha tomado en cuenta, prefirió reconfortarse con los resultados de las encuestas", dijo un diputado británico a esta agencia.

Subrayó que ahora el primer ministro y los líderes de los partidos parlamentarios intentan convencer a los escoceses para que renuncien a la independencia. La última semana Cameron ha visitado Escocia dos veces. No obstante, no está claro si esos esfuerzos han dado frutos.

Qué pasará tras el referéndum
Si los escoceses optan por la soberanía, deberán comenzar por definir sus relaciones con Inglaterra firmando un acuerdo que cancele la unión de 1707. El parlamento británico también deberá aprobar los resultados del referéndum.

Escocia deberá formar un Gabinete propio controlado probablemente por los nacionalistas. El Gobierno escoces comenzará a negociar un reconocimiento con otros Estados y organizaciones internacionales, incluida la Unión Europea.

Salmond ya ha anunciado que el país se incorporará en la UE en tan solo un año y medio pese a que el expresidente de la Eurocomisión, José Manuel Barroso, ha afirmado que para Escocia será "muy difícil si no imposible" unirse a los Veintiocho.

Salmond y sus asesores indican que una Escocia independiente controlará en su totalidad los beneficios de la extracción de los hidrocarburos y los impuestos y aseguran que establecerán una zona de libre comercio con el resto del Reino Unido, adonde se destina el 70% de los productos fabricados en Escocia, así como con otros países de la UE. También se proponen abrir 80 misiones diplomáticas en los Estados que adquieren las mercancías escocesas.

Prometen además incrementar los gastos sociales en 2.400 millones de libras esterlinas o un 3% al año pues Edimburgo indicó que tiene la intención de seguir usando la divisa británica.

Por su parte, Londres ya ha descartado que permita la circulación de su moneda en el nuevo Estado. Es decir, Escocia deberá crear una divisa nueva.

Otra cuestión clave consiste en quién se quedará con la base de submarinos atómicos Trident en el oeste de Escocia. Por el momento, los nacionalistas declaran que firmarán un convenio para trasladarlos a Inglaterra y fijan el número total de las tropas escocesas en 15.000 efectivos y 5.000 reservistas equipados con la parte correspondiente del armamento británico.

Las autoridades escocesas esperan asimismo integrarse automáticamente en la OTAN y en la ONU.

Mientras, los escoceses de todos modos obtendrán sin duda más poderes y autonomía incluso si optan por seguir en el Reino Unido. Los partidos británicos ya han presentado el proyecto correspondiente que se publicará este otoño.

http://sp.ria.ru/international/20140918/161911059.html
 

Barbanegra

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A un día del referéndum: ¿Sería la Escocia independiente el país más rico del mundo?
Escocia celebra este 18 de septiembre el referéndum independentista. Partidarios de una unión que dura más de 300 años advierten de los efectos negativos de la secesión. En cambio, los defensores del sí en la votación predicen una prosperidad máxima.

"(…) Marchar en solitario sería un riesgo para Escocia. Los puestos de trabajo se irían a Inglaterra, la financiación de las pensiones se reduciría y nuestro sistema de sanidad correría peligro", insiste el jefe de la campaña antiindependentista, Blair McDougall, según recoge la cadena BBC.

Un grupo de exjefes de las Fuerzas Armadas del Reino Unido publicaba además en el diario 'The Telegraph' una carta abierta en contra de la independencia de Escocia, argumentando que, de producirse la secesión, el conjunto de Gran Bretaña se convertiría en un blanco más vulnerable ante posibles ataques externos y advirtiendo de que Edimburgo tardará décadas en crear un Ejército propio viable.

Voces similares se oyen también en el extranjero. "La secesión sería económicamente ruinosa, socialmente inmoral y políticamente desastrosa", escribe el analista israelí Amotz Asa-El en su columna para MarketWatch. Las consecuencias económicas de votar a favor de la independencia serían "sorprendentemente negativas", insiste Alan Greenspan, expresidente de la Reserva Federal de EE.UU., en el diario 'The Financial Times'. "Sospecho que no funcionará bien para los escoceses", advierte Robert Bruce Zoellick, exvicesecretario de Estado de EE.UU. y expresidente del Banco Mundial.
Pero las opiniones están lejos de ser unánimes. Según el analista financiero Dominic Frisby, si Escocia elige la independencia, se convertirá en el país más rico del mundo. Según comentó a 'Bloomberg', Edimburgo posee todos los factores claves para conseguir un índice ideal del PIB per cápita por paridad de poder adquisitivo, empezando por su pequeña población y concluyendo con sus importantes recursos petroleros.

Población
"Hay una correlación directa entre el tamaño de un estado y el bienestar financiero de sus ciudadanos: cuanto más grande sea el primero, más pequeño es el último", sostiene Frisby. En las diversas listas de países más ricos del mundo según el PIB per cápita elaboradas por el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional países como Catar, Luxemburgo, Noruega y, en ocasiones, también Suiza, Singapur y Dinamarca suelen turnarse en los puestos de honor. Todos estos estados tienen un rasgo común: una población pequeña, destaca el analista, aunque sin mencionar el hecho de que EE.UU. y Australia también suelen acabar clasificadas entre las diez naciones más ricas pese a su población.

Si logra independizarse, Escocia, con sus 5,3 millones de ciudadanos, tendrá que sobrevivir con menos impuestos, lo que limitará el tamaño de las instituciones y organismos del nuevo estado, sostiene Frisby. El control de la acción pública se hará más eficaz, habrá más transparencia y menos pérdidas no justificadas. Con menos ciudadanos, la brecha entre los ricos y los pobres será menor y será más fácil implementar cambios, lo cual creará una nación flexible, dinámica y competitiva.

Recursos petrogasíferos
Escocia es el mayor productor del petróleo dentro de la UE. Una vez independiente, obtendrá control sobre las reservas dentro de sus fronteras. Según las cifras que baraja el líder nacionalista y el ministro principal de Escocia desde 2007, Alexander Salmond, quien en su momento trabajó como economista petrolero, el nuevo estado podrá disfrutar de 54.000 millones de libras (88.000 millones de dólares) en impuestos provenientes de la explotación de los yacimientos del mar del Norte dentro de seis años. Basándose en los trabajos de Alex Kemp, de la Universidad de Aberdeen, Salmond calcula que las reservas no probadas de crudo y gas del mar del Norte podrían llegar a 24.000 millones de barriles, lo que representa un valor potencial de hasta 1,5 billones de libras (2,4 billones de dólares) en 40 años. Para un país de 5,3 habitantes la cifra no es baladí.

Industria
Escocia produce hierro, zinc y cierto volumen de carbón. Las aguas que rodean el territorio son unas de las más ricas en toda Europa para la pesca. Escocia está dotada además de un recurso energético destacado a nivel europeo: es un exitoso exportador de electricidad, gracias tanto a sus centrales nucleares, parques eólicos y proyectos de energía olamotriz y mareomotriz. Por otra parte, la industria de whisky trae más de 4.250 millones de libras (6.930 millones de dólares) al presupuesto del Reino Unido.

Edimburgo es actualmente el decimocuarto centro financiero mayor de Europa. Según Frisby, el estatus de capital de un estado independiente y la posibilidad de implementar unas políticas monetarias propias solo reforzará a la nueva Escocia soberana.

Alto nivel tecnológico
Hoy en día la prosperidad de una sociedad depende en gran medida de los avances tecnológicos que es capaz de generar. Volviendo la vista a los talentos que Escocia 'generó' a lo largo de su historia en ingeniería, finanzas y física, entre otros campos, no cabe duda de que en el siglo XXI puede seguir siendo igual. Entre las personalidades escocesas más destacadas del pasado figuran: James Watt, ingeniero cuyos trabajos dieron lugar a la máquina de vapor de agua y en cuyo honor fue llamada la unidad de potencia del 'vatio'; Alexander Graham Bell, inventor del teléfono; Alexander Bain, creador del fax y el reloj eléctrico; James Bowman Lindsay, inventor de las bombillas de luz eléctrica constantes; Thomas Lipton, fundador del Liptons Tea; James Braid, padre de las técnicas de hipnosis; Alexander Fleming, autor de penicilina; Adam Smith, pionero de la economía política; Bertie Charles Forbes, fundador de la revista 'Forbes'; William Paterson, fundador de la Banca de Escocia y de la Banca de Inglaterra; John Law, fundador de Banque Générale de Francia, entre otros.

Hoy en día, Escocia cuenta con el Silicon Glen, un centro industrial de alta tecnología que abarca la franja central de Escocia (o 'Central Belt'), el triángulo delimitado por Dundee, Inverclyde y Edimburgo y que incluye los condados de Fife, Glasgow y Stirling. Las empresas tecnológicas ubicadas en el Silicon Glen producen el 28% de todos los ordenadores en Europa, el 29% de los 'laptops' del continente y más del 7% de los computadores del mundo.

http://actualidad.rt.com/economia/view/140488-escocia-independencia-pais-rico-mundo
 

Rena

Colaborador
Espero con muchas ganas que no pase lo que creo que va a pasar
Ojalá me equivoque, pero... -:(-
 
Espero con muchas ganas que no pase lo que creo que va a pasar
Ojalá me equivoque, pero... -:(-


Ya esta decidido, Vos crees que la Corona Britanica va a dejar que se debilite su Reino? Ni en Pedo, Mataron a Lady DI, no van a hacer trampa para que los miles de millones de libras se les escape de SU PATIO TRASERO? Por que eso siempre fueron los escoceses de los ingleses.


Desilucionados Saludos
Amadeus
 

Daishi

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El último sondeo antes del referéndum confirma una leve ventaja del no

Escocia ya vota. Desde las siete de la mañana (las ocho en la España peninsular), los escoceses y demás residentes en Escocia mayores de 16 años han empezado a depositar en las urnas las papeletas que van a decidir si se independiza o sigue formando parte de Reino Unido. Lo que parece una decisión aparentemente sencilla ha acabado acaparando la atención no solo de los británicos sino de Europa entera y Estados Unidos por las consecuencias geoestratégicas que desataría la escisión.

Unionistas y secesionistas apuran la campaña en busca del voto indeciso
Los resultados no se conocerán hasta el viernes, en torno a las seis o siete de la mañana (hora peninsular española). Una encuesta de Ipsos Mori publicada este mismo jueves concede una ventaja del 6% al no, un 53% frente al 47% del sí. Un 4% son indecisos.

Se espera una gran afluencia de votantes —de hecho, se han formado grandes colas a las puertas de los colegios electorales— y los datos del voto por correo respaldan esa impresión: un 80% de los 790.000 ciudadanos que pidieron votar a distancia ya han ejercido su derecho.

Son apenas el 10% de la población, aunque ocupan un tercio del territorio de Gran Bretaña, pero el referéndum de independencia de Escocia está destinado a transformar el país entero, de una forma u otra.


El tramo final de la campaña ha desatado pasiones, acusaciones de juego sucio por ambas partes y la movilización del establishment de Londres para evitar que los escoceses se vayan. Las encuestas apuntan a que se acabarán quedando, pero los estrechos márgenes de casi todas ellas y el ascenso del sí en las últimas semanas de campaña hacen que el resultado sea impredecible. El último sondeo, publicado la noche del miércoles por YouGov, da al no una ventaja de cuatro puntos sobre el sí.


El ex primer ministro británico Gordon Brown acude a votar este jueves. / JEFF J MITCHELL (GETTY IMAGES)

Los escoceses se lo han tomado muy en serio. 4.285.323 personas se han apuntado en el registro electoral, el 97% de los que tenían derecho a registrarse. Uno de los primeros en votar esta mañana ha sido el ministro principal escocés, Alex Salmond. "Es un momento extraordinario. Es una oportunidad que solo se presenta una vez en la vida", ha declarado a la salida del colegio electoral. El ex primer ministro británico Gordon Brown también ha sido uno de los primeros en acudir a las urnas.

La participación se espera que sea altísima, probablemente por encima del 90%, lo que dará mayor legitimidad a una decisión que, si se acaba tomando por un margen muy estrecho, provocará polémica dentro y fuera de Reino Unido.

El resultado, sin embargo, se hará esperar. El peculiar sistema de recuento que aplican los británicos en sus comicios hace que los últimos y quizás decisivos votos no se conozcan hasta las seis o las siete de la mañana del viernes, ocho o nueve horas después de que cierren los colegios electorales a las diez de la noche, las once en España.

El país está dividido en 32 consejos municipales y en cada uno de ellos se centraliza el recuento. Lo primero que se hace es contar el número de papeletas recibidas para asegurase de que la cifra cuadra con el número de personas que han ejercido su derecho al voto. Luego empieza el recuento propiamente dicho.

Se espera que a las dos de la mañana se conozcan los resultados de los primeros siete consejos municipales, pero ese resultado puede ser engañoso porque se trata de zonas rurales poco pobladas que suman poco más del 15% del total de votantes registrados. Los resultados en Edimburgo y Glasgow, que suman ellas solas el 20% del electorado, no llegarán hasta las seis de la mañana. Y para entonces aún faltará Aberdeen, la capital petrolera, que pesa un 4,1% en el conjunto del censo.

El profesor Michael Keating, director del Centro Escocés sobre el Cambio Constitucional, cree que el auge del sí en el tramo final antes del referéndum se debe “a la desastrosa campaña del no y a que el sí está sobre el terreno”. Los independentistas han estado en los miles de debates vecinales celebrados en Escocia sobre la independencia. “En muchos de esos debates, los del no ni siquiera estaban. Han hecho la guerra aérea: bombardear. Y la historia reciente de los conflictos militares nos ha enseñado que no se puede ganar una guerra desde el aire, tienes que estar sobre el terreno”.

“La campaña del no ha sido increíblemente incompetente, demasiado negativa. Una amenaza es efectiva, dos ya no tanto y tres amenazas eliminan a las dos primeras porque la gente ya no te cree. Vas a perder la libra, te van a echar de la UE, tu economía y los bancos se van a desplomar, te vas a quedar sin defensa, los terroristas van a venir aquí… Todo eso no tiene ninguna credibilidad”, continúa el profesor.

“La campaña del sí ha sido extremadamente positiva: Escocia sería económicamente más próspera, socialmente más justa, un país que trabajará con sus amigos a través de la UE. Soy optimista”, sintetiza Angus Robertson, jefe del grupo parlamentario del SNP en los Comunes.

La agenda del referéndum
• Los escoceses y demás residentes en Escocia mayores de 16 años han empezado a votar a las siete de la mañana de este jueves (las ocho en la España peninsular). Los colegios electorales cerrarán a las diez de la noche (las once en la España peninsular).

• Los resultados no se conocerán hasta las seis o las siete de la madrugada (hora peninsular española) del viernes.

• A las dos de la madrugada (las tres en la España peninsular) se conocerán los resultados de los siete primeros consejos en los que se vota. Suponen el 15% de los votos.

• Alrededor de las cuatro de la madrugada (las cinco en la España peninsular) ya estarán contados el 70% de los votos. Aun así, el resultado no será fiable porque hasta las cinco de la madrugada (las seis hora peninsular española) no se estarán escrutados los votos de Glasgow y Edimburgo, que suponen el 20% del electorado.

• A las cinco de la madrugada (las seis en la España peninsular) ya habrán sido contados el 95% de los votos. Si para entonces el resultado es muy ajustado, aún habrá que esperar hasta conocer los datos de Aberdeen, la capital petrolera, último lugar en el que se realizará el escrutinio.

FE DE ERRORES
En una primera versión de este artículo, correctamente titulada, se invertía en el texto el resultado del sondeo y se atribuía el 53% al sí y el 47% al no.

EL PAIS
 

Sebastian

Colaborador
Los mercados apuestan por una victoria del no en el referéndum en Escocia

La consulta decide sobre el futuro de Reino Unido y marca el paso para otros soberanismos

Walter Oppenheimer / Alicia González Edimburgo / Madrid 18 SEP 2014 - 19:06 CEST1564


Votantes en un colegio electoral en Pitlochry. / R. C. (REUTERS) / REUTERS-LIVE

Escocia ya vota. Desde las siete de la mañana (las ocho en la España peninsular), los escoceses y demás residentes en Escocia mayores de 16 años han empezado a depositar en las urnas las papeletas que van a decidir si se independiza o sigue formando parte de Reino Unido. Lo que parece una decisión aparentemente sencilla ha acabado acaparando la atención no solo de los británicos sino de Europa entera y Estados Unidos por las consecuencias geoestratégicas que desataría la escisión.

Los resultados no se conocerán hasta el viernes, en torno a las seis o siete de la mañana (hora peninsular española). Una encuesta de Ipsos Mori publicada este mismo jueves concede una ventaja del 6% al no, un 53% frente al 47% del sí. Un 4% son indecisos.

Los inversores parecen apostar claramente por una victoria del no. La bolsa de Londres y la libra esterlina han registrado subidas en la jornada, lo que se interpreta por los analistas como una apuesta por la victoria de quienes defienden la permanencia de Escocia en Reino Unido. La divisa británica ha llegado a cotizar a su nivel más alto frente al euro en dos años, aunque al cierre ha cedido ligeramente posiciones hasta situarse en los 1,271 euros por libra. En el caso del índice principal de la bolsa de Londres, el FTSE 100, ha cerrado la jornada bursátil con una subida del 0,52%, hasta los 6.815 puntos.

“Los partidarios del no esperan claramente alzarse con la victoria”, ha asegurado Neil Jones, de Mizuho Bank, en declaraciones a Bloomberg. “En consecuencia, el mercado está comprando libras para compensar los planes de contingencia que se habían puesto en marcha por si ganaba el sí y se producía un colapso financiero”, aclara. En las últimas semanas, el temor a una victoria del sí a la independencia había amenazado a la divisa británica, una de las cuestiones que ha centrado el debate de los últimos dos años entre partidarios y detractores de la independencia.

Durante esta jornada se han formado grandes colas a las puertas de los colegios electorales, y un 80% de los 790.000 ciudadanos que pidieron votar a distancia ya han ejercido su derecho. Son apenas el 10% de la población, aunque ocupan un tercio del territorio de Gran Bretaña, pero el referéndum de independencia de Escocia está destinado a transformar el país entero, de una forma u otra.


El ex primer ministro británico Gordon Brown acude a votar este jueves. / Jeff J Mitchell (Getty Images)

El tramo final de la campaña ha desatado pasiones, acusaciones de juego sucio por ambas partes y la movilización del establishment de Londres para evitar que los escoceses se vayan. Las encuestas apuntan a que se acabarán quedando, pero los estrechos márgenes de casi todas ellas y el ascenso del sí en las últimas semanas de campaña hacen que el resultado sea impredecible. El último sondeo, publicado la noche del miércoles por YouGov, da al no una ventaja de cuatro puntos sobre el sí.

Los escoceses se lo han tomado muy en serio. 4.285.323 personas se han apuntado en el registro electoral, el 97% de los que tenían derecho a registrarse. Uno de los primeros en votar esta mañana ha sido el ministro principal escocés, Alex Salmond. "Es un momento extraordinario. Es una oportunidad que solo se presenta una vez en la vida", ha declarado a la salida del colegio electoral. El ex primer ministro británico Gordon Brown también ha sido uno de los primeros en acudir a las urnas.

La participación se espera que sea altísima, probablemente por encima del 90%, lo que dará mayor legitimidad a una decisión que, si se acaba tomando por un margen muy estrecho, provocará polémica dentro y fuera de Reino Unido. Europa aguarda atenta al resultado. El presidente francés, François Hollande, ha advertido de la posible "deconstrucción" de la Unión Europea por el auge de los nacionalismos y ha apuntado que en el referéndum escocés se puede decidir no sólo el "futuro" de Reino Unido, sino de todo el continente. En España, los partidos nacionalistas también están pendientes de la consulta. El presidente catalán, Artur Mas, comparecerá mañana ante los periodistas poco antes de que el Parlamento de esa comunidad autónoma celebre el pleno para aprobar la Ley de Consultas, que ampara el referéndum secesionista que plantea la Generalitat.

A pesar de la expectación, el resultado de la consulta escocesa se hará esperar. El peculiar sistema de recuento que aplican los británicos en sus comicios hace que los últimos y quizás decisivos votos no se conozcan hasta las seis o las siete de la mañana del viernes, ocho o nueve horas después de que cierren los colegios electorales a las diez de la noche, las once en España.

El país está dividido en 32 consejos municipales y en cada uno de ellos se centraliza el recuento. Lo primero que se hace es contar el número de papeletas recibidas para asegurase de que la cifra cuadra con el número de personas que han ejercido su derecho al voto. Luego empieza el recuento propiamente dicho.

Se espera que a las dos de la mañana se conozcan los resultados de los primeros siete consejos municipales, pero ese resultado puede ser engañoso porque se trata de zonas rurales poco pobladas que suman poco más del 15% del total de votantes registrados. Los resultados en Edimburgo y Glasgow, que suman ellas solas el 20% del electorado, no llegarán hasta las seis de la mañana. Y para entonces aún faltará Aberdeen, la capital petrolera, que pesa un 4,1% en el conjunto del censo.

El profesor Michael Keating, director del Centro Escocés sobre el Cambio Constitucional, cree que el auge del sí en el tramo final antes del referéndum se debe “a la desastrosa campaña del no y a que el sí está sobre el terreno”. Los independentistas han estado en los miles de debates vecinales celebrados en Escocia sobre la independencia. “En muchos de esos debates, los del no ni siquiera estaban. Han hecho la guerra aérea: bombardear. Y la historia reciente de los conflictos militares nos ha enseñado que no se puede ganar una guerra desde el aire, tienes que estar sobre el terreno”.

“La campaña del no ha sido increíblemente incompetente, demasiado negativa. Una amenaza es efectiva, dos ya no tanto y tres amenazas eliminan a las dos primeras porque la gente ya no te cree. Vas a perder la libra, te van a echar de la UE, tu economía y los bancos se van a desplomar, te vas a quedar sin defensa, los terroristas van a venir aquí… Todo eso no tiene ninguna credibilidad”, continúa el profesor.

“La campaña del sí ha sido extremadamente positiva: Escocia sería económicamente más próspera, socialmente más justa, un país que trabajará con sus amigos a través de la UE. Soy optimista”, sintetiza Angus Robertson, jefe del grupo parlamentario del SNP en los Comunes.

La agenda del referéndum
• Los escoceses y demás residentes en Escocia mayores de 16 años han empezado a votar a las siete de la mañana de este jueves (las ocho en la España peninsular). Los colegios electorales cerrarán a las diez de la noche (las once en la España peninsular).

• Los resultados no se conocerán hasta las seis o las siete de la madrugada (hora peninsular española) del viernes.

• A las dos de la madrugada (las tres en la España peninsular) se conocerán los resultados de los siete primeros consejos en los que se vota. Suponen el 15% de los votos.

• Alrededor de las cuatro de la madrugada (las cinco en la España peninsular) ya estarán contados el 70% de los votos. Aun así, el resultado no será fiable porque hasta las cinco de la madrugada (las seis hora peninsular española) no se estarán escrutados los votos de Glasgow y Edimburgo, que suponen el 20% del electorado.

• A las cinco de la madrugada (las seis en la España peninsular) ya habrán sido contados el 95% de los votos. Si para entonces el resultado es muy ajustado, aún habrá que esperar hasta conocer los datos de Aberdeen, la capital petrolera, último lugar en el que se realizará el escrutinio.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/09/18/actualidad/1411032254_096549.html
 

Sebastian

Colaborador
Los jóvenes prefieren la independencia y los mayores, la unión
4,3 millones de electores residentes en Escocia están llamados a votar
Pablo Guimón Edimburgo 18 SEP 2014 - 12:39 CEST105


Jóvenes votantes salen del colegio electoral este jueves. / Mark Runnacles (Getty)

Llegó el momento. Este jueves, 4.285.323 personas mayores de 16 años residentes en Escocia están llamadas a las urnas entre las siete de esta mañana y las diez de la noche hora local para responder a una pregunta: “¿Debería Escocia ser un país independiente?”. Por el momento solo hay una cosa clara: todo puede pasar y la participación será alta, se espera que sea la más alta de la historia de Reino Unido. De las 14 encuestas publicadas este mes, 12 han dado la victoria al no, a seguir en la unión, (aunque, sobre todo las últimas, por un margen muy escaso).

Eso en una elección normal podría dar pie a un pronóstico razonable. El problema es que en esta ocasión, a diferencia de las elecciones ordinarias, no existe una serie histórica que aporte datos con los que comparar. Por eso la fiabilidad de las encuestas, especialmente cuando señalan una diferencia tan ajustada, es aún más relativa que lo habitual. Estas son algunas pistas sobre los 4,3 millones de electores que tienen la palabra.

Indecisos
Hasta hace pocos días, las encuestas señalaban que, a pesar de la intensidad de la campaña, casi una de cada cinco personas aún no sabía qué iba a votar. Las encuestas no han señalado un perfil claro y diferenciado del indeciso, pero sí que hay más mujeres indecisas que hombres. Y, entre los indecisos que han terminado por decidirse, dos contra uno han ido al sí y votarán a favor de la independencia.

Saltos hacia el sí
El apoyo al sí ha aumentado en las últimas semanas de la campaña. En todos los grupos de edad, salvo en los mayores de 60, ha habido incrementos a favor de la independencia. El presidente de la compañía de encuestas YouGov, Peter Kellner, explicaba la semana pasada a un pequeño grupo de periodistas extranjeros cuál es el perfil del votante que, en la recta final, ha cambiado del no al sí: “Mujer, de clase trabajadora, menor de 40 y votante laborista en 2011”.

Por edades
El grupo de edad más proclive a votar sí es el de los jóvenes de 25 a 34 años: un 57% votaría por la independencia, excluyendo a los indecisos, según la encuesta de ICM para The Guardian publicada el 12 de septiembre. La edad mínima para votar en esta ocasión son los 16 años. Los más proclives al no, los mayores de 65 (un 61% votaría por quedarse en Reino Unido).

Por sexo
A pesar del efecto Nicola Sturgeon, la popular viceprimera ministra escocesa del Partido nacional Escocés (SNP), las mujeres parecen más partidarias del no. Excluyendo a las electoras indecisas, un 55% votaría por permanecer en Reino Unido, según la encuesta de The Guardian. Entre los hombres, en cambio, según esa misma encuesta, gana el sí con un 52%.

Por regiones
Las encuestas no detectan grandes diferencias de intención de voto entre las distintas regiones de Escocia. Las que parecen más favorables al no son las Highlands y las islas. Las más partidaria del sí, escocia central.

Por preferencias políticas
En cuanto a preferencias políticas, los seguidores del partido conservador votarían abrumadoramente por el no (un 97%), mientras que solo el 9% de los simpatizantes del nacionalista SNP votarían por la permanencia. Excluidos los indecisos, 4 de cada 5 liberal-demócratas votaría por el no. Es entre los laboristas donde los votantes romperán más con la línea oficial del partido: casi uno de cada tres votantes del partido de Ed Miliband, según las diferentes encuestas, votará por la separación.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/09/18/actualidad/1411034807_844576.html
 

Jorge II

Serpiente Negra.
Cuando apenas salió la propuesta del referendum dije que iba a ganar el No o por las buenas o por las malas. Viendo otras notas los jovenes son los que quieren la independencia mientras que los mayores no y eso es algo muy normal, creo que el tema político del Reino Unido donde todo puede cambiar es cuando muera la Reina, generalmente los jovenes no son partidarios de la monarquia a diferencia de los mayores pero con el tiempo esos ideales de república y de independencia que tenian en juventud cuando llegue al poder se puede venir este cambio.
 
Sea como sea, hoy practicamente la mitad de la poblacion quiere independizarse, algo impensado hace unos años atras, si gana el NO y Londres cumple la promesa de mayor autonomia, es un paso adelante tambien, ya que en las ultimas decadas Escocia viene logrando autonomias en muchas areas y a medida que consiga mas, si se sabe desenvolver bien, va a ir aquietando los temores a separarse de del RU, y ni hablar como dice Jorge, el dia que no este la Reina (la cual hoy aun ganando el SI, seguiria siendo la jefa de estado de Escocia) ya que sus herederos no los veo tan duchos para mantener la monarquia
 
Interesante es de observar
como tus restos
¡oh, tú, otrora imperio!
al desmoronarse al frio mar caen

¡Oh súbditos que ya no deseáis
al él, ya rancio, pertenecer!
Y próxima se apresta
La gran coda final

¡El rugir de Wagrneriana melodía!
¡El ensordecedor tronar de reales trompetas!
Y esa isla de miiiieerda,
que se hunde en el fondo del océano
 

Iconoclasta

Colaborador
No importa si gana el si o si gana el no, a nuestros intereses nos conviene que tengan esta amenaza latente ad eternum
 

tanoarg

Miembro del Staff
Moderador
alguien escucho, que si ganaba el si...escocia queria hacer para los festejos, un partido con argentina?
 
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