Algunos ataques realizados por el arma japonesa.
El día 21 de junio de 1942, en un caluroso día de verano, el submarino japonés I-25 penetró en el estuario del río Columbia, se aproximó al Fuerte Stevens y disparó 17 veces con su cañón de 14 cm. Fue el primer ataque japonés al territorio continental de Estados Unidos, pero no el único...
Junio de 1942
El I-25 es enviado a la costa de Oregon. El 14 de mayo se encuentra con patrullas antisubmarinas y para evadirlos el comandante Tagami lanza varios periscopios falsos de bambú y escapa. El Oficial de Vuelo Nabuo Fujita tuvo la idea de realizar ataques desde el submarino I-25 en la costa de Oregon y el Canal de Panamá. En prueba fueron autorizados dos ataques a Oregon el 18 de junio. Para el ataque al Canal de Panamá, que no se llevó a cabo, fueron diseñados los submarinos de la clase I-400 con un avión más moderno y poderoso el Aichi M6A1 “Seiran”.
El 20 de junio, mientras el I-25 navegaba en dirección a la costa del estado de Washington, el comandante Tagami atacó desde la superficie al carguero SS Fort Camosun, y otros dos barcos menores pero no pudo hundirlos.
El día 21 el comandante Tagami guió la nave hacia el estuario del río Columbia para atacar el Fuerte Stevens que se encontraba en el lado de Oregon. En el lado del estado Washington se encuentran los fuertes Canby y Columbia. El submarino penetró en el estuario siguiendo la ruta de las embarcaciones pesqueras durante la noche para evitar las minas. Las luces en tierra estaban encendidas y sirvieron al comandante Tagami para colocarla en posición de disparo. Al mando de la batería del submarino el oficial Sensuke Tao divisaba perfectamente la costa y ordenó abrir fuego a las 23:30. En un lapso de 15 minutos, Sensuke Tao dio 17 veces la orden de fuego, mientras la nave se movía a unas tres millas en línea recta, luego viró al norte, finalmente al sur y desapareció en la oscuridad de la noche.
El 22 de junio los períodicos de Estados Unidos difundían la noticia.
Ante los estallidos de las primeras granadas, en tierra cundió el pánico. Luego de la confusión inicial que causó algunas contusiones y restablecido el control, los defensores tomaron sus posiciones y los reflectores comenzaron a alumbrar hacia el río tratando de descubrir a las naves agresoras. Las baterías costeras (todas ellas anticuadas de la primera Guerra mundial) se aprestaron a responder el fuego, pero la orden no llegó. El comandante de las Estaciones de Control de Fuego, Robert M. Huston, decidió no responder al enemigo porque estimó erróneamente que el submarino estaba fuera de alcance, aproximadamente a 20 mil yardas y el alcance máximo de las baterías de 10 pulgadas era de 16.200 yardas. Consideró Huston en ese momento que el submarino podía estar tratando de atraer el fuego de las baterías para cubrir ataques de otras naves y al no disparar evitaba descubrir su posición. Las defensas costeras no contaban con radar y por tanto las estimaciones de distancia, observando sólo el resplandor de los disparos del submarino, eran poco confiables.
Si fue acertado no responder el fuego o no, es sujeto a debate, pero el efecto moral fue un hecho que causó daño pues a seis meses del taque a Pearl Harbor cuando las heridas no habían siquiera cicatrizado, para los estadounidenses lo mejor hubiera sido haber intentado hundir al submarino respondiendo al fuego.
Los 17 proyectiles del cañón del I-25 no causaron mucho daño, pero en prevención de lo que podría ocurrir, alrededor de Fuerte Stevens solamente, fueron tendidos más de 50 kilómetros de alambres de púas y se construyeron una serie de obstáculos, incluyendo zanjas y campos minados, en prevención de cualquier intento de desembarco. Las guardias nocturnas fueron reforzadas aumentando el número de reflectores, que desde entonces funcionaron constantemente durante la noche.
Habían apenas pasado seis meses desde el ataque a Pearl Harbor y por segunda vez, en Estados Unidos, las fuerzas de defensa se pusieron en alerta ante un eventual ataque enemigo en las costas del Pacífico. La noticia tenía particular importancia pues desde 1812 era el primer ataque por una fuerza enemiga al territorio continental de los Estados Unidos.
Al finalizar el mes, después de la misión, regresando a Yokosuka, el I-25 se encontró con un submarino al que hundió. Las evidencias parecen indicar que se trató del USS Grunion (SS-216) que desapareció cerca a Kiska en las Islas Aleutianas.
Agosto de 1942
Para la siguiente misión el alto mando japonés dispuso que el I-25 se pusiera bajo las órdenes directa de la sexta Flota de Submarinos. Ordenándole que cargara seis grandes bombas incendiarias de 76 kgs, con el propósito de acercarse a la costa noroeste de Estados Unidos para incendiar los bosques de Oregon. Esperaban con eso que la parte de flota estadounidense se desplazara hacia el norte con el propósito de detener esos ataques amenazantes para las ciudades estadounidenses. El 15 de agosto el I-25 estuvo listo para partir.
Setiembre de 1942
La nave llegó a las costas de Oregon a comienzos de setiembre con muy mal tiempo, de hecho las lluvias, tres veces más intensas que lo normal, estaban abatiéndose sobre los bosques de Oregon. Tuvo que esperar hasta el 9 de setiembre cuando el tiempo mejoró para permitir la operación del hidroavión. Al atardecer, el avión "Glen" fue lanzado y Fujita se dirigió a la costa rumbo al faro de Cabo Blanco. Luego tomó rumbo al sur recorriendo 50 millas y finalmente se acercó al Monte Emily donde lanzó, en Brookings, las dos bombas separadas unas millas una de otra. Pero el bosque estaba totalmente húmedo debido al mal tiempo y el resultado no fue el esperado.
Fujita regresó al submarino no sin dejar de mirar hacia el lugar del bombardeo comprobando que no se había iniciado un gran incendio como esperaba. Mientras tanto, un bombardero Lockheed "Hudson" A-29 de patrulla desde su base en Campo McChord en Tacoma, avistó al submarino cuando terminaba la maniobra de recuperar el avión de Fujita. El bombardero lanzó primero dos cargas de profundidad pero el submarino logró sumergirse hasta una profundidad bastante segura y causaron ligeros daños. Luego el Hudson lanzó otras 7 cargas, pero ya el submarino estaba fuera de su alcance, dirigiéndose al oeste de Port Orford.