CUANDO EN 1945 LA ALEMANIA NAZI FUE DERROTADA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL NADIE PUDO IMAGINAR QUE MEDIO SIGLO MAS TARDE SUS SUEÑOS DE DOMINACION MUNDIAL SERIAN HEREDADOS POR LOS SECTORES MAS MILITANTES DE UNA ANTIGUA RELIGION MUNDIAL : EL ISLAM
En apariencia, no parece haber punto de contacto alguno entre el racismo hitlerista y la universalidad de la religión musulmana. Mientras el nazismo era ateo y cultivaba una mitología pagana, el Islam tiene un monoteísmo muy claro y definido. Mientras el nazismo postulaba el culto a su conductor "Führer" vivo, el Islam exalta la figura de su fundador, el profeta Mahoma fallecido en el siglo VII. A diferencia del racismo nazi, el Islam está dispuesto a aceptar a todo aquel que esté dispuesto a pronunciar el juramento islámico, la "shehada" y a proclamar que no hay otro Dios que Alá y que Mahoma es su profeta.
Sin embargo, desde que nació el radicalismo islámico (1) en el siglo XX con la creación de la "Hermandad Musulmana" en Egipto en 1928, hubo estrechos lazos entre ambos movimientos. El fundador de la Hermandad Musulmana , el jeque Hassan el Banna (1906-1949) era un admirador de Hitler y le escribió con frecuencia. En los años treinta, los "hermanos musulmanes" tuvieron estrechos contactos con los servicios de inteligencia alemanes y eran considerados por el Tercer Reich como una quinta columna del nazismo en Egipto.
Los islamistas radicales tenían mucho de común con la cosmovisión del nazismo. Odiaban a la democracia, a la cultura occidental y a los judíos. El gran Mufti de Jerusalén fue el representante de la Hermandad Musulmana en Palestina hasta que se trasladó a Alemania durante la guerra y ayudó a reclutar una división internacional de árabes nazis. Con base en Croacia la división musulmana de la SS nazi denominada "Hadjar" tenía como objetivos la conquista de toda la península árabe y más tarde toda Africa. Pero la semejanza entre ambas ideologías totalitarias va mucho más allá de las afinidades que tuvieron en el pasado. Al igual que los nazis, los islamistas radicales se consideran superiores al resto de la humanidad.
A diferencia de los nazis, para quienes su superioridad se basaba en la raza, los islamistas fundamentan su sentimiento de superioridad en ser los dueños de la única fe verdadera. El Islam desde su comienzo dividió el mundo en dos : Dar el Islam (la casa del Islam) y Dar el Harb (la casa de la guerra). Y no fue un mero planteo teórico.
Durante el siglo séptimo, partiendo de sus bases en Arabia, ejércitos árabes musulmanes conquistaron Siria, Palestina y el Norte de Africa y su proceso de expansión en España y Europa solo fue detenido por Charles Martel en la batalla de Poitiers en el año 732.
El dominio del Islam en el Sur de España se prolongó durantes más de siete siglos hasta el fin del largo proceso de la Reconquista en 1492. Para el Islam radical el concepto central es la "jihad" la guerra santa que es el combate que debe librar el mundo musulmán contra los infieles para imponer la verdadera justicia en el mundo que solo podrá existir bajo el dominio de las leyes del Islam. El islamismo radical del mismo modo que el nazismo, se basa en una exaltación mística de la violencia y se caracteriza igualmente por su intolerancia hacia otras ideas o creencias.
Naturalmente existen muchas interpretaciones del Corán. La del radicalismo islámico es categórica: la que vale es la parte esencialmente antisemita. No es casual que el movimiento islámico Hamas utilice como una de sus fuentes ideológicas los "Protocolos de los sabios de Sion", una célebre falsificación zarista, utilizada masivamente por los nazis.
Por último, hay otro aspecto muy similar en el nazismo y el islamismo radical : la auto-victimización. Son siempre los otros los villanos de la historia. Para el Islam radical el problema no es el antisemitismo, sino la islamofobia. La amenaza concreta no es el terrorismo contra Occidente, sino los prejuicios contra la mayoría de los buenos y pacíficos musulmanes. La violencia entre Israel y los palestinos no se deriva de los cohetes disparados contra Israel sino de las desmedidas represalias israelíes. Cuando unos musulmanes matan a otros musulmanes, siempre son los terceros quienes tienen la culpa. Y al igual que para los nazis, para los islamistas radicales funciona la lógica conspirativa. Es Occidente quién lanzó una cruzada contra el Islam, no el islamismo radical que ha iniciado una guerra terrorista contra los "infieles" occidentales. Sin duda, el mundo entre 1933 y 1945 era muy diferente del de hoy. Pero hay buenas razones para considerar que potencialmente el peligro no es menor. Bastan algunas cifras para calibrar la gravedad del problema. La Alemania de Hitler tenía 80 millones de habitantes. Si contamos de manera muy optimista que solo el 10% de los 1300 millones de musulmanes del mundo apoya de manera inequívoca al islamismo radical, la cifra es de 130 millones.
En la época de Hitler, los nazis fuera de Alemania eran muy pocos. Hoy los musulmanes radicales son millones y están repartidos por los cuatro puntos cardinales de la tierra.
Lamentablemente el atentado contra las Torres Gemelas no fue el fin de una pesadilla sino tan solo su comienzo.
La Republica ( ROU )
En apariencia, no parece haber punto de contacto alguno entre el racismo hitlerista y la universalidad de la religión musulmana. Mientras el nazismo era ateo y cultivaba una mitología pagana, el Islam tiene un monoteísmo muy claro y definido. Mientras el nazismo postulaba el culto a su conductor "Führer" vivo, el Islam exalta la figura de su fundador, el profeta Mahoma fallecido en el siglo VII. A diferencia del racismo nazi, el Islam está dispuesto a aceptar a todo aquel que esté dispuesto a pronunciar el juramento islámico, la "shehada" y a proclamar que no hay otro Dios que Alá y que Mahoma es su profeta.
Sin embargo, desde que nació el radicalismo islámico (1) en el siglo XX con la creación de la "Hermandad Musulmana" en Egipto en 1928, hubo estrechos lazos entre ambos movimientos. El fundador de la Hermandad Musulmana , el jeque Hassan el Banna (1906-1949) era un admirador de Hitler y le escribió con frecuencia. En los años treinta, los "hermanos musulmanes" tuvieron estrechos contactos con los servicios de inteligencia alemanes y eran considerados por el Tercer Reich como una quinta columna del nazismo en Egipto.
Los islamistas radicales tenían mucho de común con la cosmovisión del nazismo. Odiaban a la democracia, a la cultura occidental y a los judíos. El gran Mufti de Jerusalén fue el representante de la Hermandad Musulmana en Palestina hasta que se trasladó a Alemania durante la guerra y ayudó a reclutar una división internacional de árabes nazis. Con base en Croacia la división musulmana de la SS nazi denominada "Hadjar" tenía como objetivos la conquista de toda la península árabe y más tarde toda Africa. Pero la semejanza entre ambas ideologías totalitarias va mucho más allá de las afinidades que tuvieron en el pasado. Al igual que los nazis, los islamistas radicales se consideran superiores al resto de la humanidad.
A diferencia de los nazis, para quienes su superioridad se basaba en la raza, los islamistas fundamentan su sentimiento de superioridad en ser los dueños de la única fe verdadera. El Islam desde su comienzo dividió el mundo en dos : Dar el Islam (la casa del Islam) y Dar el Harb (la casa de la guerra). Y no fue un mero planteo teórico.
Durante el siglo séptimo, partiendo de sus bases en Arabia, ejércitos árabes musulmanes conquistaron Siria, Palestina y el Norte de Africa y su proceso de expansión en España y Europa solo fue detenido por Charles Martel en la batalla de Poitiers en el año 732.
El dominio del Islam en el Sur de España se prolongó durantes más de siete siglos hasta el fin del largo proceso de la Reconquista en 1492. Para el Islam radical el concepto central es la "jihad" la guerra santa que es el combate que debe librar el mundo musulmán contra los infieles para imponer la verdadera justicia en el mundo que solo podrá existir bajo el dominio de las leyes del Islam. El islamismo radical del mismo modo que el nazismo, se basa en una exaltación mística de la violencia y se caracteriza igualmente por su intolerancia hacia otras ideas o creencias.
Naturalmente existen muchas interpretaciones del Corán. La del radicalismo islámico es categórica: la que vale es la parte esencialmente antisemita. No es casual que el movimiento islámico Hamas utilice como una de sus fuentes ideológicas los "Protocolos de los sabios de Sion", una célebre falsificación zarista, utilizada masivamente por los nazis.
Por último, hay otro aspecto muy similar en el nazismo y el islamismo radical : la auto-victimización. Son siempre los otros los villanos de la historia. Para el Islam radical el problema no es el antisemitismo, sino la islamofobia. La amenaza concreta no es el terrorismo contra Occidente, sino los prejuicios contra la mayoría de los buenos y pacíficos musulmanes. La violencia entre Israel y los palestinos no se deriva de los cohetes disparados contra Israel sino de las desmedidas represalias israelíes. Cuando unos musulmanes matan a otros musulmanes, siempre son los terceros quienes tienen la culpa. Y al igual que para los nazis, para los islamistas radicales funciona la lógica conspirativa. Es Occidente quién lanzó una cruzada contra el Islam, no el islamismo radical que ha iniciado una guerra terrorista contra los "infieles" occidentales. Sin duda, el mundo entre 1933 y 1945 era muy diferente del de hoy. Pero hay buenas razones para considerar que potencialmente el peligro no es menor. Bastan algunas cifras para calibrar la gravedad del problema. La Alemania de Hitler tenía 80 millones de habitantes. Si contamos de manera muy optimista que solo el 10% de los 1300 millones de musulmanes del mundo apoya de manera inequívoca al islamismo radical, la cifra es de 130 millones.
En la época de Hitler, los nazis fuera de Alemania eran muy pocos. Hoy los musulmanes radicales son millones y están repartidos por los cuatro puntos cardinales de la tierra.
Lamentablemente el atentado contra las Torres Gemelas no fue el fin de una pesadilla sino tan solo su comienzo.
La Republica ( ROU )