Indudablemente tenemos un nuevo “conflicto” o “diferencia” limítrofe entre Argentina y Chile que tardará varios años en resolverse.
Un conflicto que se preveía desde el momento que el derecho internacional permitió el reconocimiento de las plataformas continentales.
El camino del diálogo será la única forma de resolverlo. Tarde lo que se tarde.
Pero ambas partes debemos cuidar mucho el “lenguaje”. Las declaraciones y demás discursos o expresiones de parte. Porque pueden contribuir a que ese diálogo tarde muchas décadas o poco años, con mayor o menor costo político para los gobernantes de turno de ambos países.
No es lo mismo catalogar, por ejemplo, este tema como “conflicto” que “diferencia”. Uno aleja a las partes de cualquier diálogo. La otra predispone al mismo.
Me parece que ambas partes, entonces, deben sostener sus puntos de vista, pero deben medirse en las formas como lo expresan para evitar que terminen transformandose en obstáculos para el diálogo.
————-
Lamentablemente, por motivos estrictamente domésticos, algunos líderes pueden hacer declaraciones poco felices que pueden retrasar o interrumpir el necesario diálogo.
Me pregunto si no está sucediendo algo de eso en estos días. Por motivos domésticos se genera una exaltación de lo nacional con objeto del político/autoridad de turno de ganar apoyos dentro de su país y/o disimular y distraer sobre otros asuntos domésticos impopulares.
Vale recordar que este tipo de exaltaciones en una parte generalmente recibirán respuestas recíprocas en tono de la otra parte. Y eso no contribuye a resolver nada.
Por lo que veo, hoy ambas cancillerías tratan de bajar el tono de algunas declaraciones de los últimos días.
Un conflicto que se preveía desde el momento que el derecho internacional permitió el reconocimiento de las plataformas continentales.
El camino del diálogo será la única forma de resolverlo. Tarde lo que se tarde.
Pero ambas partes debemos cuidar mucho el “lenguaje”. Las declaraciones y demás discursos o expresiones de parte. Porque pueden contribuir a que ese diálogo tarde muchas décadas o poco años, con mayor o menor costo político para los gobernantes de turno de ambos países.
No es lo mismo catalogar, por ejemplo, este tema como “conflicto” que “diferencia”. Uno aleja a las partes de cualquier diálogo. La otra predispone al mismo.
Me parece que ambas partes, entonces, deben sostener sus puntos de vista, pero deben medirse en las formas como lo expresan para evitar que terminen transformandose en obstáculos para el diálogo.
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Lamentablemente, por motivos estrictamente domésticos, algunos líderes pueden hacer declaraciones poco felices que pueden retrasar o interrumpir el necesario diálogo.
Me pregunto si no está sucediendo algo de eso en estos días. Por motivos domésticos se genera una exaltación de lo nacional con objeto del político/autoridad de turno de ganar apoyos dentro de su país y/o disimular y distraer sobre otros asuntos domésticos impopulares.
Vale recordar que este tipo de exaltaciones en una parte generalmente recibirán respuestas recíprocas en tono de la otra parte. Y eso no contribuye a resolver nada.
Por lo que veo, hoy ambas cancillerías tratan de bajar el tono de algunas declaraciones de los últimos días.
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