¿Qué te puedo cobrar? Líneas aéreas a la caza de más ingresos

Shandor

Colaborador
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Desde elegir asiento hasta llevar valija, crece la modalidad de monetizar servicios antes asumidos como costos de las aerolíneas

Las aerólineas incluyen cada vez menos servicios pagos.

Alguna vez pagó tres euros por un auricular mientras volaba? ¿U ocho dólares por una frazada? ¿O pidió el asiento junto a la salida de emergencia (con más espacio para las piernas, un tesoro en la apretujada clase económica), y se lo cobraron 50 dólares o euros? ¿O sacó la tarjeta de crédito durante un vuelo para pagar un sandwich gourmet o una gaseosa? Bienvenido al mundo de las tarifas "a la carta" que están reemplazando al modelo del "todo incluido" en la venta de pasajes aéreos, y amenazan con arrinconarlo al desván de la historia.

Casi inexistentes hace cinco años, los llamados por las aerolíneas "ingresos auxiliares" ya representan el 5% de toda su facturación, estimaron los especialistas en una Conferencia sobre Ingresos de las Líneas Aéreas (CILA) organizada por Air Information en marzo. "El cobro a la carta es la mayor transformación que he visto en el negocio aéreo en los últimos cinco años", dijo a iEco meses atrás John Slater, vicepresidente de Continental para América Latina.

Los pioneros en cobrar rubros que antes las aerolíneas asumían como costos de su actividad fueron las low cost, pero las tradicionales se han subido sin timidez al modelo.

En algunos mercados, ya es usual pagar por llevar valija, por elegir pasillo o ventanilla, o por abordar antes. La justificación de las aerolíneas por desagregar lo que antes se daba es que así la tarifa básica se conserva más barata y sólo quienes lo desean pagan los "extras". Es la fórmula normal en otros servicios, como el cine, donde el pochoclo no viene con la entrada, razonan.

La objeción frecuente de usuarios y canales de distribución es que no siempre esos adicionales están transparentados en el momento de la compra como para permitir una comparación de precios.

Pluna abrazó entusiastamente la modalidad desde que se relanzó hace cuatro años como compañía híbrida (que mezcla rasgos de low cost con otros de aerolínea tradicional). La uruguaya, que ahora vuela a 15 ciudades, no sólo cobra todo, empezando por el transporte de valija (US$30), sino que explota agresivamente para publicidad lo que antes eran espacios vacíos en el fuselaje o en los respaldos de asientos. "Estamos pasando de los US$13 por pasajero de ingresos adicionales en 2010 a los 14,5 este año", se enorgullece el gerente, Andrés Gil. "Cobramos menos y de este modo puede subir más gente al avión".

Otras aerolíneas pisan con más cautela el nuevo terreno, pero no lo desdeñan. Tanto la brasileña TAM como el gigante fusionado Avianca Taca, por ejemplo, estudian cobrar por bloquear el asiento vecino vacío (otro tesoro para el comprimido pasajero de económica).

Tenemos cosas en estudio y seguramente habrá novedades en la forma de carta de servicios en 2012.

Pero seremos muy cuidadosos de no herir la percepción de la marca sacándole a la gente aquello a lo que ya está acostumbrada" dice a iEco Eloi Assis, gerente de ventas y marketing de TAM.

Como expusieron en la CILA varios especialistas del sector, cobrar por lo que se daba tiene sus riesgos. En cambio, desarrollar nuevos servicios que "agregan valor" es considerado una forma más inobjetable de obtener dinero del pasajero que, sentado en un avión entre las nubes, constituye un público cautivo para publicidad, ventas (free shop, comida premium) y otras propuestas. El Wi Fi es el siguiente servicio destinado a incentivar el gasto del pasajero en el aire. Antes del viaje, las compañías ya están usando sus portales para vender con el ticket seguros, alquiler de autos y reserva hoteles, que generan dinero de comisiones.

Mientras la mayoría de las aerolíneas ya ejercitan o estudian las posibilidades del modelo de "ingresos adicionales", un puñado de ellas sigue el camino inverso. Swiss es una de ellas: empezó a cobrar "a la carta" en el 2004 pero pronto dejó de hacerlo. Delta volvió a convidar vino después de haberlo cobrado.

Uwe Kohn, de Lufthansa Consulting, comparó ciertos cobros de adicionales con "una boda en la que se les pide a los invitados que paguen lo que toman".
clarin
 
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