Comparto.
Pero tristemente, el tren ya pasó.
Yo no creo que el tren le haya pasado considerando que es una aeronave única a nivel mundial hoy para desayollar las misiones para las que fue diseñado.
Creo que muchos nos dejamos obnubilar por acciones de Súper Tucano lanzando armamento inteligente y castigamos al Pucará por carecer de tal capacidad.
Pero viendo lo que sucede hoy en Ucrania, la mayoría de las operaciones de los Su-25 (la aeronave equivamente al Pucará) consisten en ataques a baja cota disparando una andana de cohetes no guiados sobre infantería y soportar el fuego de armas livianas para volver a base. Para tales misiones no se necesitan súper equipamiento electrónico (de los cuales carecen los Su-25), sino medidas defensivas de flare/chaff, una estructura robusta para asimilar daño y una buena capacidad de carga de armamento.
Un Pucará puede descargar una bestial andanada de cohetes (más de 100!) sobre un obetivo, capacidad que el At-6 o el ST carecen totalmente.
El AT-6 ni siquiera dispone de armamente como cañones o ametralladoras fijas y debe utilizar pilones para disponer una capacidad que ni se compara con la del Pucará.
No imagino a un ST o a At-6 realizando misiones como esas en un ambiente de conflicto como el que tendríamos en nuestras pampas. Sus estructuras no fueron diseñadas para sufrir grandes daños y poseen una capacidad de carga muy limitada.
El gran problema y obstáculo que pone sombra en el futuro del avión es el hecho de que nuestro país y SUS POLITICOS han perdido todo interés y capacidad de realizar un desarrollo militar en los plazos y costos que estos exigen.
La fecha de desprogramación de la aeronave (2019), ya debería haber estado avanzado el programa de remotorización y modernización de su instrumentación y sistemas. Si este fuese un país serio, hoy deberíamos ya tener tranquilamente los 12 aviones (o más) remotorizados en servicio con equipamiento MILITAR israelí en sus cabinas.
Pero esto nunca sucedió y es la principal razón por la que el Pucará agoniza.