Fallece el hombre que libró al mundo de una guerra nuclear; Stanislav petrov

Publicado: 18 sep 2017 11:03 GMT | Última actualización: 18 sep 2017 11:03 GMT

Stanislav Petrov, el militar ruso que en plena Guerra Fría evitó un enfrentamiento nuclear a escala mundial, ha muerto a los 77 años.

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Stanislav Petrov
Sergey Pirigov / Sputnik

En 1983 previno una guerra nuclear entre la Unión Soviética y Estados Unidos, recibió dos premios World Citizen Award de la Asociación de Ciudadanos del Mundo y fue homenajeado por la ONU, pero su muerte ha pasado desapercibida. El pasado mes de mayo, el teniente coronel retirado ruso Stanislav Petrov falleció a los 77 años, si bien la noticia de su muerte ha trascendido solo meses después.

El pasado 7 de septiembre, el activista político alemán Karl Schumacher llamó a su amigo Petrov para felicitarle por su cumpleaños y se "quedó impactado" cuando el hijo del militar retirado, Dmitri, le dijo que su padre había muerto, recuerda el alemán en su página web. Dmitri le precisó a Schumacher que su padre había fallecido el 19 de mayo de este año.

Así evitó que desatara una guerra nuclear
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Lanzamiento de un misil balístico ruso Bulavá. / Ministerio de Defensa ruso / Sputnik
El 26 de septiembre de 1983, Stanislav Petrov logró evitar un conflicto nuclear a escala mundial cuando era jefe del búnker soviético que albergaba el centro de mando de Inteligencia de la URSS. Su misión era avisar a sus superiores de un posible ataque con misiles por parte de EE.UU., y aquel día ocurrió algo de lo más inquietante. Los sistemas localizaron lo que parecía ser un misil balístico acercándose a la URSS, pero Petrov logró mantener la calma e interpretó correctamente la situación: sabía que en caso de ataque nuclear habría miles de misiles, mientras que en esta ocasión solo uno —y otros cuatro un poco después— habían sido divisados.

Petrov solo contaba con 15 minutos para avisar al Kremlin de lo que estaba pasando, después de lo cual el Gobierno tenía otros 15 minutos para decidir si activaba las medidas de represalia. Sin embargo, como pensaba que se trataba de un error, Petrov empezó a dar órdenes a sus militares para evitar que cundiera el pánico. En cualquier caso, sabía que su decisión respecto a los presuntos misiles "tendría muchas consecuencias", reconoció en una entrevista con RT en 2010. Pese a lo "asustado" que estaba —"sentía como si no pudiera ponerme de pie"—, Petrov siguió con su versión y aseguró a sus superiores que solo se trataba de un fallo del sistema.

Sin embargo, pronto se supo que estaba en lo cierto y que los supuestos proyectiles no eran otra cosa que reverberaciones de la luz solar en las nubes captadas por los satélites soviéticos. Sin embargo, en un primer momento, no solo fue galardonado por su valentía, sino que fue castigado por no rellenar unos documentos rutinarios. "A mis superiores los acusaban del mal funcionamiento del sistema y ellos no querían reconocer que alguien había hecho algo bueno", recalcó Petrov.

El reconocimiento en Europa
Nadie tuvo noticia de su hito antes de 1988, cuando el tabloide alemán 'Bild' publicó una entrevista con un alto militar ruso en la que este se refirió a la hazaña de Petrov. En la publicación también se decía que Petrov vivía sumido en la pobreza en las cercanías de la capital rusa. Karl Schumacher, que leyó el artículo, decidió visitar a Stanislav e invitarlo a Alemania. El ruso llegó un poco más tarde a la ciudad de Oberhausen, donde concedió varias entrevistas a la prensa y a una cadena de la televisión local.

Después de aquello, todo el mundo se enteró de lo que aquel hombre había hecho para prevenir una guerra nuclear. Más tarde Petrov recibió el Premio Alemán de Medios, el Premio de la Paz de Dresde, un premio del Senado de Australia y dos premios World Citizen Award de la Asociación de Ciudadanos del Mundo, siendo también homenajeado por la ONU. En 2014 se estrenó la película 'El hombre que salvó al mundo', basada en su historia y en la que participó el actor estadounidense Kevin Costner, que envió a Petrov "unos 500 dólares" en agradecimiento por no haber lanzado misiles contra Washington, según recordó Stanislav en una entrevista al periódico 'Komsomólskaya Pravda'

Cuando empezaron a calificarlo de héroe, el propio Petrov se quedó "sorprendido" porque —según dijo— nunca se vio a sí mismo de esa manera. "Solo fue un episodio de trabajo. Fue difícil, pero reaccioné bien. Ya está", afirmó.

https://actualidad.rt.com/actualidad/250339-militar-ruso-stanislav-petrov-fallecer
 
Osea por visualizacion?

Si. Detectando la firma IR la URSS podía detectar en el acto, desde el espacio, el lanzamiento de misiles nucleares contra ellos y responder antes que los misiles los alcanzaran. Así se aseguraban que la capacidad de segundo golpe no fuera disminuida en el primer ataque.

Se conoce como incidente del equinoccio de otoño a un incidente que puso al mundo al borde de una guerra nuclear. El 26 de septiembre de 1983, el sistema de alerta nuclear de la Unión Soviética informó dos veces el lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales Minuteman estadounidenses desde bases en EE. UU. Estas advertencias de ataque de misiles fueron correctamente identificadas como una falsa alarma por Stanislav Petrov, un oficial de las Fuerzas de Defensa Aérea Soviética. Se considera que esta decisión impidió un ataque erróneo de represalia nuclear contra los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, lo que hubiera probablemente desencadenado una guerra nuclear y la potencial muerte de millones de personas. La investigación del sistema de alerta por satélite confirmó más tarde que se había tratado de un fallo del sistema.

Poco después de la medianoche, las computadoras del búnker informaron de que un misil balístico intercontinental se dirigía hacia la Unión Soviética desde los Estados Unidos. Petrov consideró la detección como un error de la computadora, ya que un primer ataque de los Estados Unidos era probable que involucrara a cientos de misiles simultáneamente lanzados con el fin de desactivar cualquier medio soviético de un contraataque. Además, la fiabilidad del sistema de satélites ha sido cuestionada en el pasado.45 Petrov desestimó la advertencia como una falsa alarma, aunque los relatos del evento difieren en cuanto a si se notificó a sus superiores o no, después de lo cual él llegó a la conclusión de que las detecciones computarizadas eran falsas y que ningún misil había sido lanzado. Más tarde, los equipos identificaron cuatro misiles adicionales en el aire, todos dirigidos hacia la Unión Soviética. Petrov volvió a sospechar que el sistema informático no funcionaba bien, a pesar de que no tienen otra fuente de información para confirmar sus sospechas. El radar terrestre de la Unión Soviética fue incapaz de detectar misiles más allá del horizonte,4 y esperar a que se identifique positivamente la amenaza implicaría limitar el tiempo de respuesta de la URSS a unos pocos minutos.


Posteriormente se determinó que las falsas alarmas fueron causadas por una rara alineación del sol sobre las nubes de gran altitud y las órbitas de los satélites Molniya,
un error más tarde corregido por las referencias cruzadas de un satélite geoestacionario.2 El Sol se había elevado sobre el horizonte en el ángulo exacto para que los satélites interpretaran sus señales térmicas como un ataque de misiles.6

https://es.wikipedia.org/wiki/Incidente_del_equinoccio_de_oto%C3%B1o


 
Stanislav Petrov evitó lo que podría haber sido la Tercera Guerra Mundial y un holocausto nuclear
“No soy un héroe”: el hombre que salvó al mundo de un holocausto nuclear inminente en plena Guerra Fría
Stanislav Petrov evitó lo que podría haber sido la Tercera Guerra Mundial y un holocausto nuclear

LA NACION
>https://www.lanacion.com.ar/lifesty...r-inminente-en-plena-guerra-fria-nid07032025/
Lifestyle
En 1983, el oficial soviético Stanislav Petrov recibió el aviso de que misiles nucleares estadounidenses se dirigían a la URSS pero su manera de actuar evitó una catástrofe global
7 de marzo de 2025

Germán Wille

En 1983, Estados Unidos y la Unión Soviética, las dos superpotencias mundiales, se encontraban en un delicado momento de ese conflicto sordo pero omnipresente conocido como Guerra Fría. Munidas las dos de un arsenal nuclear avasallante, uno de los grandes miedos de la población del planeta era que un intercambio de misiles entre ambas naciones finalizara en una hecatombe atómica irreversible. El 26 de septiembre de 1983, este horroroso apocalipsis estuvo a punto de ocurrir, pero fue impedido por la intuición y valentía de un oficial ruso llamado Stanislav Petrov.


En la madrugada de aquel lunes 26 de septiembre, el teniente coronel Petrov se encontraba en su puesto en el Mando Central de Sistemas de Alerta Temprana Antimisiles, en la base de Serpujov-15, a unos 100 kilómetros al sur de Moscú. Su misión era alertar ante la detección de un ataque de proyectiles nucleares provenientes desde los Estados Unidos o de los arsenales de algún país de la OTAN. La noche transcurría tranquila cuando de pronto comenzaron a ulular las alarmas y se encendió un aviso en los sistemas de defensa antibalística. Un ataque enemigo parecía estar en marcha.

Stanislav Petrov era teniente coronel de la Fuerza Aérea Soviética cuando sonó el sistema de alarma ante un posible ataque nuclear el 26 de septiembre de 1983
Stanislav Petrov era teniente coronel de la Fuerza Aérea Soviética cuando sonó el sistema de alarma ante un posible ataque nuclear el 26 de septiembre de 1983
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Primero el sistema alertó acerca de un objeto, que potencialmente podía ser un misil intercontinental, que se dirigía hacia territorio ruso. Poco más tarde, las alarmas activaron otras cuatro señales similares, que eran pruebas de que se estarían aproximando un total de cinco proyectiles desde bases americanas. “Ataque de misil”, se leía en los monitores de las computadoras.

Calma en medio del caos
Petrov sabía que el protocolo indicaba en esos casos se debía notificar el incidente a los mandos superiores, que muy probablemente iniciarían las medidas para un contraataque. Para eso estaban listos los misiles soviéticos SS-18, en condiciones de ser lanzados en represalia ante cualquier ofensiva enemiga.

Pero el teniente coronel mantuvo la calma en ese momento de caos, en medio de las alarmas y de las luces titilantes. Observó bien los datos antes de precipitarse a informar lo que supuestamente sucedía. Distintos indicios lo llevaron a pensar que se trataba de una falsa alarma.


“Tenía todos los datos (para creer había un ataque en curso). Si hubiera enviado mi informe a la cadena de mando, nadie habría dicho nada en contra. Todo lo que tenía que hacer era alcanzar el teléfono para llamar por la línea directa a nuestros altos mandos, pero yo no pude moverme. Me sentí como si estuviera sentado en una sartén caliente”, dijo el mismo Petrov en una entrevista que dio a la BBC en 2013.


El oficial ruso contó entonces que él era el único de su equipo que tenía una formación civil y que estaba seguro que los demás miembros del Sistema de Alerta Temprana, por su preparación castrense de recibir y acatar órdenes, hubieran pasado la alerta a sus superiores si se encontraban en su lugar. Pero ello no ocurrió.



Señales que hicieron sospechar a Petrov
Petrov contaba con más de 10 años de experiencia en la Fuerza Aérea Soviética, pero además se había especializado y había formado parte de la puesta en marcha del sistema antimisiles de su país, y conocía tantos sus debilidades como sus fortalezas. Todo este currículum le permitió sacar varias conclusiones que le impidieron apresurarse a dar una alarma que podría haber acabado con buena parte del mundo.

En primer lugar, al oficial soviético le parecía extraño que el ataque lanzado por los estadounidenses constara tan solo de cinco misiles. Una ofensiva del enemigo en términos nucleares debería ser masiva, como para destruir toda la infraestructura armamentística soviética, de manera de impedir en la medida de lo posible la eventual represalia nuclear desde tierras rusas. “La gente no empieza una guerra nuclear con solo cinco misiles”, es una frase atribuida a Petrov.

Stanislav Petrov sospechó que los satélites rusos de alerta temprana conocidos como Oko (ojo, en español) podían dar señales inciertas; y no se equivocó
Stanislav Petrov sospechó que los satélites rusos de alerta temprana conocidos como Oko (ojo, en español) podían dar señales inciertas; y no se equivocó
Gunther's space page
El teniente coronel conocía también la falibilidad de los satélites rusos Oko (Ojo), que eran los que en definitiva habían generado la alarma. Él notó que el mensaje de alerta había llegado demasiado rápido, sin haber sido detectado antes por las demás capas de verificación, como por ejemplo los radares ubicados en tierra.

“Había 28 o 29 niveles de seguridad. Después de que el objetivo era identificado, tenía que pasar todos esos ‘puntos de control’ y yo no estaba muy seguro de que eso fuera posible, bajo esas circunstancias”, dijo el oficial ruso en la citada entrevista.

La determinación y el temple de Petrov evitaron lo que podría haber sido una hecatombe nuclear con impactos como el que produjo Rusia en un ensayo realizado en octubre de 1961
La determinación y el temple de Petrov evitaron lo que podría haber sido una hecatombe nuclear con impactos como el que produjo Rusia en un ensayo realizado en octubre de 1961
Captura video Reuters
“Sentí un gran alivio”
Convencido de que no debía cundir el pánico, Petrov se comunicó con su jefe, el general Yuri Votintsev, le dijo lo que estaba pasando y le aseguró que, para él, se trataba de una falsa alarma causada por algún error técnico, de los satélites o de la computadora. A su vez, Dimitri Ustinov, ministro de Defensa de Rusia, fue informado de la situación por Votinstsev. El funcionario creyó en la palabra del oficial que había recibido las alertas y se fue a dormir tranquilo.

En efecto, unos 25 minutos después, cuando se confirmó definitivamente que el ataque de los estadounidenses sobre la geografía de la URSS nunca había existido -no explotó ninguna bomba nuclear ni cayó ningún misil atómico-, Petrov pudo confirmar que no se había equivocado. “Sentí un gran alivio”, dijo entonces a la BBC.

Si la noticia del posible ataque hubiera llegado hasta Yuri Andropov, el líder de la Unión Soviética en ese entonces, quizás la decisión tomada por los altos mandos comunistas hubiera sido diferente y hubieran lanzado la represalia contra los americanos. Esto le confesó el propio Petrov a National Geographic, quien añadió que entonces la premisa de los soviéticos era aquella que reza que “no hay mejor defensa que un buen ataque”.

Más adelante se supo que la alarma errónea se había producido cuando los satélites de los rusos confundieron la luz solar reflejándose en un cúmulo de nubes con motores de misiles balísticos provenientes de otro continente. Un error que pudo haber provocado el inicio de la Tercera Guerra Mundial y una extinción masiva de seres humanos.


Equinoccio de otoño
La heroica acción del teniente coronel soviético estuvo lejos de ser reconocida en su momento y solo se hizo pública tras la caída de la URSS, varios años más tarde. Entonces, cuando Votinstsev relató al mundo la gesta de Petrov, que se dio a conocer como “el incidente del equinoccio de otoño”, el oficial recibió galardones internacionales. Entre ellos, el Premio de la Paz de Dresde de 2013 y el galardón de la Asociación de Ciudadanos del Mundo de 2006 y fue homenajeado por las Naciones Unidas. Pero él nunca se consideró un héroe. Aseguraba, en cambio, que solo había cumplido con su trabajo.

El ocultamiento de la falsa alarma en tiempos en los que se alzaba sobre la URSS la sombra de la cortina de hierro tenía que ver con la lógica de la Guerra Fría: no se podía revelar al enemigo que el sistema de detección de misiles de los rusos, y de defensa en general, tenía fallas. También, la difusión de esta circunstancia hubiera significado el escarnio para los altos mandos de la nación y para la gran cantidad de científicos y técnicos que habían trabajado en los Sistemas de Alerta Temprana.

El hecho también fue perjudicial para la carrera del militar: ya no recibió ningún ascenso y fue retirado de las fuerzas de manera anticipada.


Una muerte sin pompas
En el año 2013, Petrov tuvo su gran reconocimiento a nivel mundial cuando se estrenó el documental sobre su hazaña, El hombre que salvó al mundo, dirigido por el danés Peter Anthony y con la participación de Kevin Costner. Sin embargo, el oficial continuó manteniendo su humildad. “No soy un héroe, solo fui la persona correcta en el momento apropiado”, volvió a asegurar en el documental en su honor.

Siempre con su bajo perfil y lejos de considerarse un salvador, el hombre que evitó un posible holocausto nuclear murió en un pequeño pueblo de las afueras de Moscú, el 19 de mayo de 2017. Tenía 77 años y su deceso no fue informado de manera oficial por el ejército ruso. Simplemente, se supo de casualidad meses después, cuando el documentalista alemán Karl Schumacher llamó a la casa del militar el 7 de septiembre para felicitarlo por su cumpleaños. Allí se enteró por el hijo del teniente coronel que el hombre ya no vivía.


El realizador germano publicó esta triste noticia en sus redes sociales. Así, sin grandes homenajes ni pomposas notas necrológicas, el mundo se enteró de la muerte del hombre que lo salvó de su destrucción.


Por Germán Wille
 
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